LEVENSON, Gregorio (seudónimos: Goyo, Goyito) (Tigre, Pcia. de Buenos Aires, Argentina, 26/9/1911 – Buenos Aires, Argentina, 19/5/2004).
Bioquímico, militante juvenil comunista, luego dirigente de las FAR y de Montoneros..
Su infancia transcurrió en el seno de una modesta familia de inmigrantes judeo-polacos, junto a sus siete hermanos. Su padre, Bernardo Levenson, obrero en una fábrica de San Petersburgo y afiliado al POSDR, había participado en la Revolución Rusa de 1905. Fracasada la insurrección, se trasladó a Polonia y en 1906 se embarcó para la Argentina. En el barrio porteño de La Boca conoció a la que sería su mujer, Esther Marcus, otra imigrante judeo-rusa proveniente de los círculos intelectuales de Moscú que simpatizaban con el POSDR y según versiones, habría conocido a Rosa Luxemburg.
La pareja se instaló en la localidad bonaerense de Tigre, donde nacieron casi todos sus hijos, y desde donde emprendieron sucesivos proyectos de economía familiar: un tambo, una lechería, una panadería, un quiosco de revistas y golosinas, una frutería y verdulería, una concesión de una línea de colectivos, una herrería y hojalatería… Su padre trabajó también como obrero calderero en los Talleres Mihanovich, astilleros de la localidad de San Fernando.
Gregorio se aproximó a la militancia socialista siendo apenas un niño, participando junto con su padre en los mítines obreros de los días 1° de Mayo. El 23 de agosto de 1927 participó también junto con él en una asamblea convocada por la Unión Obrera Local de San Fernando en protesta por la ejecución de Sacco y Vanzetti. La consumación de la ejecución de los obreros italianos en los EE.UU. desató la ira del pueblo allí reunido, que fue reprimido por la policía.
En 1928 se instaló con sus padres y hermanos en la ciudad de Córdoba en busca de mejores condiciones laborales. En esa ciudad practicó fútbol y box; allí también frecuentó el ambiente politizado del estudiantado reformista, que lo llevó a dejar el deporte y a adherir a la Federación Juvenil Comunista, atrayendo a la militancia también a su hermana Raquel Levenson . Tras el golpe militar de 1930, ambos hermanos repartieron volantes clandestinamente a los obreros de la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, con la voluntad de ganar a la clase trabajadora para la revolución.
Gregorio logró fundar el grupo Insurrexit en Córdoba —que funcionaría por un lapso breve— equivalente del que lideraba Héctor P. Agosti en Buenos Aires. Pero a causa de las persecuciones sufridas y con un flamante título de bioquímico, a principios de 1933 se radicó en la localidad bonaerense de Avellaneda. En la zona fabril cercana al Dock Sud, se sumergió en las organizaciones obreras de la época, contribuyó a la creación del Centro de Estudiantes de Avellaneda, participó de las actividades del Comité Antifascista y Antiguerrero y promovió manifestaciones contra la Guerra del Chaco.
En Avellaneda conoció, en 1935, a quien será su esposa un año después: Elsa “Lola” Rabinovich, de cuya unión nacieron sus tres hijos: Miguel Alejo Levenson, Bernardo Levenson y Alfredo.
Opositor al gobierno militar surgido del golpe de junio de 1943 como todos los militantes del PC, es detenido en la Sección Especial de Policía, torturado y luego enviado a la cárcel de Villa Devoto. Allí comenzó un proceso de autocrítica en torno a la política de alianzas de los comunistas con socialistas, liberales y conservadores. Fue liberado unos meses antes del 17 de Octubre de 1945, acontecimiento al que asistió con mucha expectativa. Fue uno de los primeros comunistas que adhirió el peronismo, razón por la cual años después se distanció de su hermana Raquel, que se mantuvo fiel al comunismo.
En 1945 conoció al Coronel Juan D. Perón en la Secretaría de Trabajo y a Eva Duarte en varios encuentros con sindicalistas que se sucedieron hasta 1952, pero no se integró a las estructuras gubernamentales. Caído el gobierno de Perón con el golpe militar de 1955, se plegó a la actividad de los grupos de la resistencia peronista. Junto con su amigo Adolfo Álvarez creó por entonces la Editorial Pueblos de América, que editó, entre otros, un libro de Gregorio Selser y otro de Luis V. Sommi. Entre los años 1957 y 1958 integró el Comité Nacional de apoyo a la candidatura de Arturo Frondizi.
De acuerdo con los planes desarrollistas de éste, desde su laboratorio de especialidades medicinales instalado en Ramos Mejía intentó concretar el proyecto para crear una planta de soda solvay, que se frustró tras el nombramiento de Álvaro Alsogaray como ministro de Economía.
En la década de 1960 participó en el movimiento cooperativista que hegemonizaban los comunistas: fue fundador de la Cooperativa de Crédito Nueva Ramos Mejía y de la Cooperativa de Crédito San Justo.
Bajo el gobierno radical que presidió Arturo U. Illia participó del Congreso Agro Industrial convocado por la CGT donde se fundó Cocopra (Comisión Coordinadora para la Reforma Agraria), cuya junta integró. Influido por la experiencia de la Revolución Cubana, viajó a la isla en 1967 con motivo de la Conferencia Tricontinental, en la que participaron John W. Cooke y Juan García Elorrio. A finales de la década de 1960 acompañó a su hijo Miguel Alejo Levenson y a otros jóvenes militantes de la izquierda revolucionaria (Marcos Osatinsky, Roberto Quieto, Carlos Olmedo, Paco Urondo, etc.) en la fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), incorporándose en 1973 con esta organización a Montoneros, donde fue responsable de finanzas.
Es designado administrador del diario Noticias, desde su aparición el 20 de noviembre de 1973; había participado en las reuniones de organización de la publicación y era miembro del ámbito de conducción que dirigía el diario, que también integraban, entre otros, Miguel Bonasso, Juan Gelman, Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Horacio Verbitsky y Julio Roqué. Bonasso lo retró de este modo en Diario de un clandestino:
“Con Roqué viene a la primera reunión un personaje espectacular, que no tiene nada que ver con los arquetipos generacionales. Tiene 63 años, se llama Gregorio Levenson y es bajo, gordo, de nariz ganchuda y bigotito canoso a lo Francisco Franco. También es seseoso y dueño de un talento especial para perpetrar furcios que superan a los del propio Cámpora. Don Goyo, o Goyito, como le dice Roqué, es una especie de padrino de las FAR y padre de uno de sus jefes, Alejo, que murió después de una operación. En este proyecto va a manejar la guita” (Bonasso, 2000, p. 135).
En 1970, tras un combate, había muerto de un infarto su hijo Miguel Alejo. En 1976, defendiendo una posición montonera (una central de comunicaciones), murió su hijo Bernardo Levenson. Y el 11/2/1977 un comando de la ESMA secuestró y “desapareció” a su esposa Lola, capturando asimismo a su nieto Alejo, que tiempo después Levenson logró recuperar.
Intensamente perseguido por las fuerzas de seguridad, el 20 de mayo de 1977 emprendió el camino del exilio. En el exterior asumió funciones como tesorero del Movimiento Peronista Montonero (MPM) en el exilio, residiendo sucesivamente en Caracas, París, Roma, Madrid, México y San José de Costa Rica, desempeñándose en la oficina de Naciones Unidas ACNUR en tareas de apoyo a refugiados nicaragüenses y salvadoreños en aquel país. Editó también un boletín semanal: Argentina en cables.
Integró, junto a Miguel Bonasso, Pablo Ramos, Daniel Vaca Narvaja y otros, una disidencia que se escindió del MPM denominada M-17 (Montoneros 17 de Octubre). En 1982, con motivo del estallido de la Guerra de las Malvinas, integró en Caracas un pequeño grupo de ex montoneros que asumió una “posición de apoyo decidido a la acción contra los ingleses”. A fines de 1983 colaboró también en el retorno de los exiliados argentinos a su país tras el fin de la dictadura militar.
De vuelta en Buenos Aires en octubre de 1984, desarrolló diversos trabajos solidarios, especialmente en la protección de los llamados “chicos de la calle” con la creación de la Red Solidaria Azul y Blanca. Elaboró sobre el tema dos trabajos: el primero fue Historias de vida; en el segundo, Niños y adolescentes de máximo riesgo social, participaron el penalista Raúl Eugenio Zaffaroni y otros especialistas. Escribió también un Esbozo histórico del movimiento obrero y rindió homenaje a los caídos en la lucha armada desde 1955 en un texto en colaboración con Ernesto Jauretche: Héroes. Historias de la Argentina revolucionaria. Volcó sus experiencias de ochenta años de militancia en un libro que llamó De los bolcheviques a la gesta montonera. Dejó inconcluso un apunte biográfico de su hermana Raquel y su mujer Lola.
Sus restos fueron velados en IMPA, una fábrica metalúrgica cooperativa. Sus cenizas fueron arrojadas al Río de la Plata.
Obra
- Chicos de la calle. Historias de vida, Buenos Aires, ed. del autor, 1994.
- Esbozo histórico del movimiento obrero, Buenos Aires, Schprejer/Futuro, 1996.
- (con Ernesto Jauretche), Héroes. Historias de la Argentina revolucionaria, Buenos Aires, Colihue, 1998.
- De los bolcheviques a la gesta montonera. Memorias de nuestro siglo, Buenos Aires, Colihue, 2000.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Levenson, Gregorio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.