DURÁN COLL, Ramón Francisco (Tornabous, Lérida, Cataluña, España, 31/10/1890 – Corrientes, Provincia de Corrientes, Argentina, c. 1975).
Trabajador agrario de orientación anarquista, participa en 1931 de la Toma de la ciudad de Encarnación (Paraguay).
Nace en el pequeño pueblo de Tornabous, Lérida, de José Durán y Teresa Coll, trabajadores agrarios. Según la memoria familiar, simpatiza desde su juventud con las revueltas de los jornaleros sin tierra y los pequeños propietarios contra el secular dominio señorial.
Migra en su juventud a la ciudad de Encarnación, Paraguay, donde se vincula al líder anarquista Cantalicio Aracuyú y despliega una militancia ácrata en la ciudad. En Encarnación se une a la paraguaya Emilia Zamudio, de origen guaraní, con quien tiene durante la primera mitad de la década de 1920 tres hijos: Albor, Teresita y Libertario.
En la madrugada del 20 de febrero de 1931, Durán participó con un grupo de líderes anarquistas paraguayos (y algunos argentinos residentes en Posadas) de la toma de la ciudad paraguaya de Encarnación, un episodio que duró apenas 16 horas pero que pasó a la memoria anarquista como “el soviet de Encarnación” o “la primera comuna libertaria de América”. El alzamiento estuvo liderado por un grupo de unos 80 revolucionarios anarco-comunistas, entre los que se encontraban los argentinos Marcos Kanner y Humberto Amábili, los estudiantes paraguayos Obdulio Barthe y Oscar Creydt, y los dirigentes Ciriaco Duarte, Aurelio Alcaraz, José Domínguez, Juan Verdi, Tomás Mayol, Ignacio Más, Juan Pablo Cuéllar, Victorio Canavesse, Cantalicio Aracuyú, Ignacio Más, César Pérez, Justo Gaona, Emilio Lezcano, Paulo Tacla y Luis Dosanto. Contaron con el apoyo logístico, desde Misiones, del maestro y periodista argentino León Naboulet, que se convirtió después en el primer cronista del acontecimiento.
Inspirados en las ideas libertarias y en la experiencia de la Comuna de París de 1871, el proyecto era crear la primera república comunera de América. Luego de ocupar el cuartel de la Subprefectura del Puerto, la Aduana y la estación del ferrocarril, el grupo revolucionario procedió a desconocer “toda autoridad del gobierno capitalista actual”. La acción llevada a cabo el 20 de febrero formaba parte de un plan de acciones conjuntas para provocar levantamientos en todo el país, haciéndose del control de las principales ciudades (Asunción, Concepción y Villarrica). Sin embargo, la insurrección fracasó por falta de coordinación y problemas de comunicación. Solo tuvo éxito en Encarnación, cuya toma duró tan sólo 16 horas. El gobierno paraguayo envió tropas del ejército para sofocar el movimiento.
Barthe y otros de los principales cabecillas lograron huir en el vapor “Bell” y en la chata “Esperanza”, que remontaron el Alto Paraná rumbo a Foz de Iguazú, Brasil. Pero 17 de los insurgentes que permanecieron en Encarnación fueron detenidos durante tres días en una prisión de esa ciudad y luego, el 24 de febrero, embarcados en el buque de guerra Tacuarí. Según el relato recogido por Fernando Quesada, al
momento de ser embarcados, los detenidos fueron atados con alambre de a dos en dos:
… los hacían formar de a dos atándolos con alambre, pie a pie, brazo a brazo… Félix Cantalicio Aracuyú estaba herido, y lo maltrataron; Ramón Durán, un catalán libertario, que vio cómo lo maltrataban a Félix Cantalicio, que era su amigo y camarada, no pudo tolerar el hecho y protestó al oficial, que lo trataran humanamente… La respuesta fue rápida y tajante:
—¡Este sí que se descubrió solo! Ahora no podrá negar que es parte de los revolucionarios…
Ramón Durán no dijo nada. Iba a salir en libertad ese mismo día, pero sus sentimientos y el corazón los traicionaron…
El plan del capitán del barco era abandonar a los detenidos en la selva, pero en grupos de tres o cuatro, para dificultar su supervivencia. Siempre según el relato de Quesada:
Así fueron desembarcados Durán y dos paraguayos, en un desierto del Alto Paraná, de la costa paraguaya, entre Puerto Bemberg y Puerto Aguirre, en un lugar llamado Parecué. En la misma costa, el comandante del Tacuarí, ordenó bajar a otras tres personas, a una hora de viaje de Parecué. Cuatro personas más fueron arrojadas a dos horas de viaje del mismo punto. Total fueron dejados en el camino 10 detenidos que, salvo Ramón Durán, poco o nada sabían de socialismo; víctimas propiciatorias de una frustrada revolución…
Según el relato del propio Durán a Quesada:
…muertos de hambre, de penurias y de fatiga, tras varios días lograron alcanzar la costa. Vieron una lancha que surcaba el Paraná y le hicieron seña. Era la 119-B, del Ministerio de Obras Públicas de la Argentina. Los recogieron y fueron tratados —por orden del Capitán Meza Ramírez— en forma deferente y humana, por suboficiales y marineros; Durán y sus compañeros paraguayos fueron trasladados a la ciudad de Posadas.
Durán pasó luego a residir en la ciudad de Corrientes, donde recibió a sus tres hijos pequeños que habían quedado en Encarnación. Falleció en la capital correntina con alrededor de 85 años, fiel a sus ideas.
Su hijo Libertario Durán (Encarnación, Paraguay, 9/6/1925 – Morón, Provincia de Buenos Aires, 19/1/2005), radicado durante largos años en el Chaco argentino, se desempeñó como mecánico y prosiguió a lo largo de toda su vida con el credo anarquista y naturista de su padre. Nombró a sus hijos (sin bautizarlos) como Luis Alberto y Luz Libertad.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2025), “Durán, Ramón”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
