RIERA DÍAZ, Laureano (apodo: El Croto Riera; seudónimo: Avelino Álvarez González) (Pergamino, Pcia. de Buenos Aires, Argentina, 23/5/1908 – Montevideo, Uruguay, 22/9/1988).
Panadero, metalúrgico, militante gremial y periodista de orientación anarquista, de actuación en Argentina, Uruguay y España.
Hijo de Laureano Riera Piñera y María Díaz, inmigrantes asturianos que se instalaron en la localidad bonaerense de Pergamino, donde después de muchos esfuerzos pudieron montar un horno de pan y establecer una pequeña panadería. Laureano tenía 16 años cuando empezó a trabajar con un grupo de peones de caminos que estaban construyendo la estación ferroviaria de Urquiza y que lo introdujeron en el pensamiento anarquista. Su primer matrimonio fue con una ex prostituta.
Aprendió de sus padres el oficio de panadero, formando parte de la Sociedad de Panaderos de Pergamino. Posteriormente, cuando se trasladó a la Capital Federal, pasó a militar en el Sindicato de Obreros Panaderos de Buenos Aires, adherido a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y más tarde se instaló, también como panadero, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora.
Se negó a cumplir con el servicio militar obligatorio y fue declarado desertor. En 1926, huyendo de la policía, fue ayudado por varios de sus compañeros para pasar clandestinamente al Uruguay atravesando el delta del río Paraná. En la estación céntrica de Retiro tomó el tren hasta la estación Victoria. Desde allí caminó hasta el puerto de San Fernando, escoltado por los dos anarquistas. En San Fernando lo esperaba Dopazos, “un gallego alto y encorvado que estaba descargando con otros una chata de leña de monte, proveniente quizá del Chaco santafecino”, al que había conocido unos días antes en la Sociedad de Metalúrgicos Unidos. Pasó la noche en casa de un matrimonio anarquista de la localidad de Tigre, ciudad puerto que está frente a las islas del Delta del Río Paraná. “El dueño de casa tenía una lancha y era de profesión… contrabandista y de a ratos, a título de coartada, fletero de frutos y maderas de las islas del Delta del Paraná”. Con él y otros dos hombres cruzó el río durante la noche en esa lancha cargada de fardos, tratando de evitar el encuentro con los controles de la Prefectura Marítima. Arribó finalmente a la ciudad costera de Dolores (Uruguay), tomó un carro con caballos hasta la ciudad de Mercedes y desde allí llegó finalmente en tren a Montevideo.
Instalado durante tres años en la capital uruguaya, participó en la creación del Sindicato Metalúrgico, del que fue nombrado secretario y delegado al Consejo Federal de la Federación Obrera Regional Uruguaya (FORU), colaborando en su órgano La Fragua.
Más tarde pasó a militar en el Sindicato de Mataderos, adherido también a la FORU. Finalmente fue elegido secretario general de la FORU. Por entonces participó activamente en la campaña para la liberación del anarquista vindicador Simón Radowitzky, preso en el penal de Ushuaia, Tierra del Fuego (Argentina).
En 1929 regresó a Argentina. Tras el golpe militar de septiembre de 1930 y ante el riesgo de ser detenido, decidió “recorrer el país simulando ser linyera, con la idea fija de enlazar con todos los compañeros que pudiera”. Emprendió así durante varios meses una experiencia de anarquismo trashumante, viajando en tren como polizón o caminando junto a las las vías, a lo largo de provincias argentinas como Buenos Aires, Tucumán, Entre Ríos y Santiago del Estero.
En septiembre de 1932 es uno de los delegados al II Congreso Regional Anarquista que se celebró en Rosario (Santa Fe, Argentina), donde se creó el Comité Regional de Relaciones Anarquistas (CRRA) y que en octubre de 1935 dará lugar a la fundación de la Federación Anarquista Comunista Argentina (FACA).
A pesar del consejo de su compañero Enrique Balbuena que insistía en la importancia de su acción militante en la Argentina, Riera Díaz decidió ir a combatir a España cuando estalló la guerra civil, dejando a su compañera, sus dos niños y su trabajo. Acordó su viaje con el chofer anarquista José María Montero y otro compañero llamado Diego. Al enterarse de que el barco republicano “Monte Serantes” estaba cargando en la ciudad de Rosario con destino a Barcelona, fueron inmediatamente a esa ciudad y se embarcaron como polizones con ayuda de los marineros de la CNT y la UGT.
Al día siguiente salieron de su escondite y llevaron a cabo un motín a bordo, amenazando con armas al capitán Pedro Lascurrain, que luego de una travesía que tuvo escalas en Montevideo y en Dakar, finalmente los desembarcó en Casablanca. Otra nave los llevó a Marsella y, ayudados por la solidaridad anarquista, continuaron camino por tierra —a través de Perpiñán y Port-Bou— rumbo a Barcelona, adonde finalmente arribaron el 17 de junio de 1937.
En Barcelona ayudó a José Grunfeld en la Sección de Defensa del Comité Regional de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), pero el trabajo burocrático lo aburría y pidió pasar al frente como representante de la FAI en el Comité de Enlace de la Zona del Este de la Sección de Defensa de la CNT-FAI de Cataluña, con sede en Lérida.
El 30 de diciembre de 1937 está, junto a otros delegados de la FACA en la República Española — Aldo Aguzzi, Antonio Casanova, Pedro Di Cesare, José Grunfeld, Adolfo Laina, Jacobo Maguid, Jacobo Prince y Ana Piacenza— entre los firmantes del “Manifiesto dirigido a todos los anarquistas de Argentina”, donde militantes argentinos e italianos se pusieron de acuerdo para condenar la actitud crítica de ciertos sectores del movimiento libertario internacional (Pierre Besnard, Alexander Shapiro, Volin y otros) con la participación de la CNT y la FAI en tareas gubernamentales interclasistas republicanas. El “Manifiesto” invitaba a todos a solidarizarse con la Revolución libertaria en la República Española.
Fue enviado en misión a Francia hacia el final de la guerra, de donde no pudo volver a la península por el avance de las fuerzas nacionalistas sobre Barcelona. Después de permanecer un tiempo en París, regresó a la Argentina.
Por entonces se integró a la campaña por la libertad de los Presos de Bragado (Pascual Vuotto, Santiago Mainini y Reclús De Diago), fue secretario de Socorro y Sanidad de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), secretario del Comité Local de SIA de Rosario y secretario de la Comisión de Ayuda a los Exiliados Antifascistas (CAEA) en Argentina.
Continuó con sus actividades anarcosindicalistas en varios sindicatos (obreros navales y portuarios, barraqueros, etc.). En febrero de 1941 estuvo, junto a Juan Corral y Ánbel Borda, entre los fundadores del periódico Solidaridad Obrera. Una voz obrera y campesina de orientación y de lucha (Buenos Aires, 1941-1943), impulsado por la FACA y órgano oficioso de varios sindicatos autónomos no adheridos a la FORA, del que fue director-administrador, y que acabó prohibido en agosto de 1943, poco después del golpe militar de junio.
Según su testimonio (consignado en un volumen de memorias que permanece inédito), durante estos años ideó un atentado contra la vida del presidente Juan Domingo Perón, pero sus propios compañeros le pidieron desactivar la bomba en el último momento por miedo a la represión que se desencadenaría.
En 1950 se exilió por segunda vez en el Uruguay. Sus compañeros interpusieron un recurso de hábeas corpus a la justicia argentina que le fue denegado y que finalmente llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. Mientras tanto, en 1956 está en Montevideo entre los fundadores de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU).
En 1960 publicó el reportaje “EFCSA. Democracia sin capitalismo o socialismo sin dictadura”, sobre la experiencia autogestionaria de la cooperativa de producción Establecimiento Frigorífico del Cerro Sociedad Anónima (EFCSA) de Montevideo, de la que fue uno de sus promotores. En 1964 publicó, con Jacques Bouyé y Gaston Leval, el libro L’omme dans l’ industrie.
En 1979 y en 1981 publicó los dos primeros volúmenes de sus Memorias de un luchador social. Laureano Riera Díaz falleció en Montevideo el 22 de septiembre de 1988 a los 80 años. Su sobrino Roberto Guilera tuvo en sus manos el manuscrito de un tercer volumen inacabado de sus memorias, que permanece inédito pues Guilera falleció antes de darlo a la imprenta.
Obra
- “EFCSA. Democracia sin capitalismo o socialismo sin dictadura: un reportaje”, Montevideo, Ateneo Libre Cerro-La Teja, 1960.
- (con Gastón Leval y Jacques Bouyé), L’Homme dans l’industrie, París, Groupe socialiste libertaire, [1964].
- Memorias de un luchador social. Pergamino (1908-1914), Asturias (1914-1921), retorno a Pergamino (1921-1925), Buenos Aires, Nueva Vida, 1979.
- Memorias de un luchador social. Buenos Aires (1925-1926), Montevideo (1926-1929), Argentina (1929-1937), España (1937-1939), Buenos Aires, Cooperativa Gráfica General Belgrano, 1981.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Riera Díaz, Laureano”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.