PIACENZA, Ana

Hija de Elisa Moing y de Esteban Piacenza, trabajador agrario de origen piamontés, primero como mediero, más tarde como chacarero en la Provincia de La Pampa, luego en la de Córdoba y finalmente en la de Santa Fe. Cuando Ana nació, su padre trabajaba un campo que había comprado en Colonia La Leona, cerca de Coronel Moldes, Provincia de Córdoba. De los cinco hijos del matrimonio (Isabel, Héctor, Esteban, Luis, Ana), esta última fue la “hija rebelde”, vinculándose desde su juventud a los medios libertarios en la ciudad de Rosario, donde la familia se afincó en 1916 pues Esteban Piacenza debió trasladarse a la capital de la Provincia de Santa Fe para ponerse al frente de la Federación Agraria Argentina (FAA), para cuya presidencia fue reelegido de forma ininterrumpida durante tres décadas. Fue inicialmente socialista, pero luego se inclinó al fascismo.

Anita, como se la conoce popularmente, estudió derecho en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), egresando con el título de abogada. A comienzos de la década de 1930 participa de la Agrupación Libertaria de Rosario, que contribuye a reorganizar el dirigente anarquista José Grunfeld, con quien se une desde entonces. Miembro del Comité Pro-Presos de Rosario, participa activamente en la campaña por la liberación de los llamados Presos de Bragado (Pascual Vuotto, Reclús De Diago y Santiago Mainini), tres jóvenes albañiles anarquistas que habían sido torturados y condenados en 1931 por un homicidio que no habían cometido. Miembro de la Agrupación Femenina Antiguerrera (AFA), en 1935 hizo una gira de conferencias por Bahía Blanca por esta organización. En 1935 está entre las fundadoras de la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA).

En julio de 1936, cuando estalló la Guerra Civil en la República Española, organizó con su compañero desde la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA) el grupo Solidaridad con el Pueblo Español (SPE) y también formó parte de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA). En noviembre de 1936 viaja con su compañero Grunfeld a la España de la guerra civil para colaborar en diversas tareas con sus camaradas anarquistas. Llevan consigo 40.000 vacunas de antipiógeno (contra las infecciones) que habían donado los estudiantes de bioquímica de la Universidad Nacional de La Plata. Ingresan a Francia desde el puerto de Marsella con pasaportes falsos, llegan en tren hasta Port-Bou y cruzan desde allí los Pirineos, arribando a Barcelona el 28 de diciembre de 1936. Los recibió la organización Solidaridad Internacional Antifascista (SIA). Allí había llegado recientemente (noviembre 1936) desde la Argentina otro delegado de la FACA, Jacobo Maguid y, poco después —10 de marzo de 1937— hacía lo propio Jacobo Prince. Los cuatro convivieron en una casa de la Rua de Muntaner 514 de Barcelona, un espacio común que ellos mismos llamaban “La Colonia”.

Se integró a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y al grupo “C” de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) de Barcelona. Participó asimismo en la organización anarcofeminista “Mujeres Libres”, para la que realizó programas radiofónicos y charlas en el Ateneo Libertario del Distrito IV de Barcelona. Colaboró en su órgano, la revista Mujeres Libres (Barcelona, 1936-1938). Es autora del artículo “Los que deshonran el anarquismo” (ML nº 7, 1937), donde sostiene que la revolución social no traería consigo la emancipación de las mujeres, sino que estas debían llevar a cabo su propia revolución. Intervino como oradora en el Primer Congreso Regional de Mujeres Libres de Cataluña, realizado en Barcelona, el 13 de febrero de 1938, siendo fotografiada por Carlos Pérez de Rozas.

Se desempeñó en la administración del periódico Tierra y Libertad desde enero de 1937 bajo la dirección de Maguid. Comienza enseguida a colaborar como redactora y entrevistadora. Publicó, con seudónimo de Rita Nahuel, el poema “1° de Mayo en España” (TyL n° 1, mayo 1937). También colaboró con Jacobo Prince ​​en la redacción del Boletín de Relaciones Exteriores y en Solidaridad Obrera.

El 10 de enero de 1937 intervino en un programa radiofónico de ECN1-Radio CNT-FAI de Barcelona leyendo el texto “A todas las mujeres del mundo”. El 14 de febrero de 1937 participó en un mitin de afirmación sindical organizado por las Oficinas de Propaganda del Comité Regional de Cataluña de la CNT-AIT. El 1º de Mayo de 1937 habló en un mitin de

mujeres antifascistas por la unidad sindical celebrado en el Teatro Olympia de Barcelona, ​​junto con Pilar Grangel y Libertad Ródenas, por la CNT-AIT, y Caritat Mercadé, Isabel Azuara y Dolors Piera, por la Unión General de Trabajadores (UGT).

El 30 de diciembre de 1937 está, junto a otros delegados de la FACA en la República Española —Aldo Aguzzi, Antonio Casanova, Pedro Di Cesare, José Grunfeld, Adolfo Laina, Jacobo Maguid, Jacobo Prince y Laureano Riera Díaz)— entre los firmantes del “Manifiesto dirigido a todos los anarquistas de Argentina”, donde militantes argentinos e italianos se pusieron de acuerdo para condenar la actitud crítica de ciertos sectores del movimiento libertario internacional (Pierre Besnard, Alexander Shapiro, Volin y otros) con la participación de la CNT y la FAI en tareas gubernamentales interclasistas republicanas. El “Manifiesto” invitaba a todos a solidarizarse con la Revolución libertaria en la República Española.

Embarazada de su primera hija, Miri, vuelve a cruzar la frontera en dirección a Marsella, donde en abril de 1938 espera la llegada de fondos para poder emprender el regreso a la Argentina, mientras su compañero quedaba en Barcelona hasta el fin de la guerra civil.

De vuelta en Rosario, se instala durante un tiempo en la casa de sus padres, hasta que Grunfeld puede regresar a Rosario, después de su paso por Francia e Inglaterra. Ambos deben vivir un año más la casa paterna de Ana Piacenza hasta conseguir empleos y poder alquilar una casa propia. Es detenida junto a su compañero durante un año (agosto de 1943 a octubre de 1944) tras el golpe militar de junio de 1943. Ana es internada durante varios meses en una cárcel de mujeres regenteada por monjas y luego le es concedida la prisión domiciliaria en casa de sus padres, en virtud de que su niña Miri tenía apenas tres años y medio. Redactó unas memorias de la prisión que lamentablemente se han perdido.

Ejerce su profesión de abogada y trabaja como traductora del italiano al castellano. Tradujo Chopin. La vida, obra y amores del gran músico, de Ippolito Valetta (Buenos Aires, Atalaya, 1945).

A mediados de 1946 fundó, junto a su compañero, la Unión Socialista Libertaria (USL) de Rosario. Luego creó la agrupación femenina Unión de Mujeres Socialistas Libertarias (UMSL) de Rosario. A partir de 1946 colaboró ​​asiduamente en el periódico Reconstruir. Por el Socialismo y la Libertad (Buenos Aires, 1946-1959), sobre todo con artículos sobre feminismo libertario y críticos del sufragismo, en la sección “La Página de la Mujer”. Colabora asimismo en la revista Luz de la Juventud por una Humanidad libre (Rosario, 1948-1951).

Durante los dias 22, 23 y 24 de diciembre de 1951 participa del Tercer Congreso Ordinario de la FACA, donde presenta un informe sobre “La mujer en la lucha social”, con una orientación conservadora respecto de su posicionamiento durante la guerra civil española: la mujer anarquista como sostén del hogar, responsable de la educación de los hijos y la esposa comprensiva con respecto a las actividades y actitudes de su compañero militante.

Después de 1955 se instala con su familia en Buenos Aires, participando de las actividades de la Federación Libertaria Argentina (FLA). Entre el 20 y el 21 de mayo de 1961 fue una de las presidentas del Congreso Provincial de Federación Libertaria de Santa Fe. Los días 13 y 14 de abril de 1963 participó, con Hilda Frutos, Carlos F. Machado y Horacio E. Roqué, en el ciclo de charlas “Direcciones o formas del socialismo» en la Biblioteca “Emilio Zola” de la ciudad de Santa Fe. El 31 de julio de 1964 pronunció la conferencia “Participación de la mujer en la hazaña antifascista”, organizada por la FLA de Buenos Aires.

Enferma del corazón desde fines de 1971, se reinstala en Rosario, donde falleció el 24 de enero de 1972 a la edad de 65 años. Tuvo con Grunfeld dos hijas: Miri y Diana.