URQUIETA MORALES, Eduardo Moisés (Seudónimo: Neptal Viris Nhada) (Cantón Sicaya, provincia Capinota, Cochabamba, Bolivia, 11/04/1935 – La Paz, Bolivia, 6/11/1979).
Educador popular, consagrado a la formación política de las generaciones jóvenes, propagador de una filosofía popular influida por el marxismo que él mismo bautizó como “Materialismo Científico”. Fundador del Movimiento de Unidad Popular Socialista, fue apresado y torturado durante la dictadura del coronel Hugo Banzer Suarez, que lo envió al exilio en México (1974-1979). Fue uno de los líderes autoconvocados de la resistencia al golpe de Estado del coronel Alberto Natusch Busch (1° de noviembre de 1979), quien lo mandó apresar y asesinar luego de ser torturado.
Sus padres fueron agricultores, oriundos de la ciudad de Oruro, donde contrajeron matrimonio en 1926. Tuvo nueve hermanos (cuatro mujeres: Alcira, Yolanda, Nora, Chela María; y cinco varones: Juan Alberto, Guillermo, Hugo Ernesto, Lucio Humberto y José Gustavo), donde pasó su infancia atendiendo sembradíos y labores agrícolas en Higuerani, en la comunidad Sicaya. A la muerte de su padre fue enviado a Oruro donde estudió en la escuela Ignacio León. “De muy niño solía leer lo que encontraba, leía los pocos libros que disponía, encima de los árboles (…) cuánta satisfacción le proporcionaba eso” (Mier, 2015). Las condiciones materiales de su niñez no facilitaron su formación, razón por la que optó por un método de estudio que él consideraba riguroso y exigente autoimpuesto y del cual declaraba: “Mi persona estudió dolorosamente, no hubo un solo profesor, un solo catedrático, quien me oriente, tuve que hacer un prolongado estudio y hasta solitario” (Pensamiento Virisiano n° 137). Estudió la secundaria en el colegio nocturno Casimiro Olañeta, pues debía alternar con el trabajo: “Para mí vivir es conocer, aprender, comprender para saber qué hacer” (Velásquez, 2012). Ingresó muy joven como mensajero a la Universidad Técnica de Oruro y mostró precoz inclinación al análisis y la reflexión, “junto a la investigación independiente, ‘autodidacta’, que se convertiría en la pasión dominante de su vida” (Carvajal, 2015, p. 28).
A los 15 años visitó la casa de su hermano Guillermo quien era estudioso de la obra de Mao TseTung, oportunidad en la que vio La Nueva Democracia y al interesarse por su contenido, lo ocultó y sin permiso alguno se lo llevó. Eduardo afirma: “lo leí y lo releí, fue un libro muy importante en mi vida”. En otra oportunidad, leyó El Feudalismo en América y la Reforma Agraria boliviana en casa de su tío Arturo Urquidi Morales, intelectual de izquierda afín al Partido Comunista de Bolivia. Luego vio algunas obras de Guillermo Lora, a quien consideraba muy documentado. En esa época de su vida en Oruro, se afirma que integró un grupo de estudio de doctrina marxista (Mier, 2015). La ciudad minera se caracterizó por los círculos informales de debate sobre temas de coyuntura.
Sus estudios fueron ampliándose a temáticas de la vida cotidiana y empezó a cuestionar diversos aspectos de la sociedad y de la vida humana. Esa etapa de reflexión filosófica despertó en él, según su biógrafo y colega, un “fuerte deseo de crear (…) con sentido renovador, preparándose para el futuro inmediato y corresponder con sus enseñanzas en diferentes especialidades a los niños, a los jóvenes y hasta a los adultos de extracción proletaria o campesina” (Carvajal, 2015, p. 29).A fines de los 60, dejó la ciudad de Oruro y retornó a La Paz desde Oruro. Abrazó el marxismo, pues según su biógrafo, observó “que las tradicionales ‘eminencias’ en la Historia del Pensamiento Boliviano no eran más que ‘pensadores idealistas burgueses’ (…) desorientando al pueblo”, por lo que comprendió la necesidad de “forjar cuadros intelectuales en el proletariado, pensadores de talla en el seno del pueblo, serenos, ilustrados, fuertes y que muestren honestamente lo que es la realidad”. Eligió la zona del Bosquecillo de Villa Victoria para iniciar su labor de enseñanza y adoctrinamiento “con jovenzuelos que portaban en mano cuaderno y lápiz tomando apuntes de lo que él decía y enseñaba” (Carvajal, 2015, p.29). Era un marxista autodidacta que se había propuesto como “el mayor imperativo […] estudiar el Materialismo Científico”, en esta línea una de sus discípulas, Lucila Alvarado Cuevas, rememora:
Seguíamos al líder en sus ideas, en su comportamiento, en sus enseñanzas, conocía diversidad de temas con admirable profundidad: sus enseñanzas han dejado en nuestro espíritu la llama libertaria que jamás se apagará
(Carvajal, 2105, p. 30)
Ante la falta de un instrumento político, decidió crear una institución científica, ideológica y política revolucionaria, a la que denominó Organización Socialista Nacional (OSN) que sería la semilla del Movimiento de Unidad Popular Socialista (MUPS), pensado ya como instrumento político con el objetivo de “forjar y formar líderes de nuevo tipo, dispuestos a ser los nuevos apostolados para entender y comprender las realidades de Bolivia, de Indoamérica y el resto del planeta” (Carvajal, 2015, p. 31). En los hechos se asemejaba más a una escuela de pensamiento que un partido, pues “reclutó a niños y a muy jovencitos para hacer un movimiento político que se transforme en Partido Político de enormes magnitudes y con mística no solo para tomar el Poder para el Pueblo, sino con convicción para crear, hacer y construir poder desde el mismo seno del Pueblo” (Carvajal, 2015, p. 49).
En esa circunstancia asumió como nombre de combate ideológico y político el de Viris Neptal Nhada, siendo conocido más como Viris. Sus actividades no pasaron desapercibidas al grado que el dictador Hugo Banzer vio en él un potencial peligro para su régimen y ordenó a los agentes del Servicio de Inteligencia del Estado (SIE) seguir sus pasos. Estos cercaron su domicilio en la avenida Jaimes Freyre del barrio de Alto Sopocachi de La Paz donde fue apresado el 20 de octubre de 1973, acusado de delitos de subversión, terrorismo y espionaje e identificado como “jefe de extremistas infiltrados entre trabajadores fabriles, mineros y estudiantes de diferentes regiones del país”. Fue sometido a cruel cautiverio por tres meses, fue torturado, flagelado “con golpes de puño, palotes, puntapiés, quemaduras de cigarrillos, torniquetes en sus pies descalzos, que le provocaron cinco estados agónicos” (Neptal Viris, 1975). El 26 de diciembre de 1973, fue trasladado a Cochabamba, a la Clínica Copacabana:
en un gravísimo estado de salud o (en) estado de semipostración ‘o casi paralítico’. Solo un 1.2 por ciento de los movimientos ejercía desde el cuello y la cabeza; y un 98.8 por ciento sufría de parálisis neuro-corpóreo periférico que se prolongó por más de once meses hasta fines de noviembre de 1974
(Neptal Viris, 1990)
Declara que en esa circunstancia logró granjearse la amistad de las enfermeras a quienes, “por las noches dictó sus pensamiento sobre los ‘Principios Revolucionarios Elementales’ de un modo intermitente, burlando la vigilancia de los agentes del Ministerio del Interior” (Carvajal, 2015, p. 33). Salió al exilio en México, junto a su compañera Zoraida Villegas. Allí continuó su labor de adoctrinamiento con jóvenes “haciendo de lado a los politiqueros tradicionales de izquierda que estaban amañados, corruptos y burocratizados”. Al igual que en Bolivia, Viris tomó distancia de los partidos políticos de izquierda. Algunos testimonios declaran su ritmo de trabajo en México, como disciplinado:
Se levantaba muy temprano y a veces descasaba muy tarde. Escribía sobre los clásicos del marxismo; Marx, Engels, Lenin, Mao…, sobre la evolución del Socialismo. Durante el día tenía contactos, reuniones con mucha gente que pertenecía a organizaciones revolucionarias. Trabajaba de corrector de estilo en algunas editoriales; se relacionaba con estudiantes y profesores de las escuelas superiores y de las universidades. Posteriormente trabajó en el periódico Siete Columnas (donde) era muy respetado y estimado
(Villegas, 2015)
El 11 de abril de 1975, al cumplir sus 40 años, Viris escribió una carta al dictador Hugo Banzer, en la que describe su detención, apresamiento, tortura, cautiverio y exilio en México:
Estoy preparado un libro crítico del Estado indo-americano en general y del Estado boliviano en particular, que será editado por una de las más prestigiosas editoras en México muy en breve en castellano, francés e inglés donde lógicamente se incluirá las características fundamentales del estado burgués contemporáneo. Igualmente me dispongo a escribir un folleto en el que se referirá todos los acontecimientos que ocurrieron desde mi apresamiento hasta mi destierro
(Neptal Viris, 1975)
Luego de cinco años de exilio, retornó a Bolivia unos meses antes del golpe del coronel Alberto Natush Busch. Encontró a sus discípulos convertidos en hombres y mujeres más “maduros políticamente” hablando, en el sentido de que consideraba que habían mantenido los principios y fines revolucionarios que les inculcó, como describe su biógrafo Carvajal:
A su llegada no más, mantiene maratónicas reuniones, días y noches íntegras, con su peculiar característica de enseñar, de instruir, de educar. Va replanteando su proyecto revolucionario: el de construir una organización íntegramente revolucionaria
(2015, p. 35)
Viaja a Potosí y Sucre con Carlos Mier Aliaga (seudónimo: Rumi), aquel de sus discípulos que consideró más fiel y leal, continuador de su obra. En la ascensión al Cerro Rico de Potosí, Viris evocó la figura de Simón Bolívar y parafraseando al Libertador, afirmó:
Llegamos hasta aquí para sellar nuestro compromiso de ofrendar la vida por los desposeídos. ‘Que nadie deposite una rosa roja en mi tumba si no sigue mi camino’ [Pensamiento 500] (…) Ese fue el gran compromiso político de seguir su camino en nombre de todos mis compatriotas [denominativo de los militantes del MUPS].
(Mier, 2015)
Fue, quizá, el viaje más placentero que tuvo Viris, pues habló de forma distendida de su familia, de su hijo Marco, de su esposa (que permanecieron en México), de sus relaciones con miembros de la clase política de izquierda, entre ellos Manuel Morales Dávila, quien fue Contralor de la República, Antonio Aranibar, alto dirigente el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, y Marcelo Quiroga Santa Cruz, líder del Partido Socialista 1 (PS-1):
Era extraordinario compartir el hotel con él, compartir los desayunos, los almuerzos, las caminatas, las relaciones con compatriotas, con políticos de otras organizaciones (…), la visita la Casa de la Independencia en Sucre, sus preguntas, sus observaciones, el tomar unas cervezas sureñas, el pasar gran parte de la noche hablando de la Doctrina sirviéndonos tequila que trajo de México. Hablar de su núcleo familiar y de su hijo Marco era una gran enseñanza, él los tenía presente siempre.
(Mier, 2015)
En esos meses impartió talleres de formación política en barrios populares de La Paz, abriéndose a agrupaciones políticas de secundaria como la Juventud Comunista de Bolivia (Jota) y Trinchera Socialista Revolucionaria. Luis Guaraní recuerda:
Lo conocí en un taller en el colegio Franz Tamayo de Villa Victoria. El taller que impartía tenía a jóvenes de secundaria y de distintos sectores…. Lo interesante era la participación de distintas agrupaciones políticas, estaban los cumpas de la [ Juventud Comunista] Jota, los de [Tendencia Socialista Estudiantil] T-SER del PS-1 y varios partidos de izquierda.
(Facebook, 6.12.20)
Sus estilo contestatario pueden ejemplificarse con la anécdota acaecida en el auditorio del Museo Nacional de Etnografía y Folklore, al que ingresó en la segunda quincena de octubre de 1979, vistiendo traje militar de color caqui con gafas oscuras y boina. Allí se desarrollaba un Seminario de Patrimonio Cultural, organizado por Julia Elena Fortún, directora del Instituto Boliviano de Cultura.
Viris tomó la palabra y descalificó los conceptos de cultura y patrimonio propios de la élite intelectual, enjuició a la dictadura del general Hugo Banzer, denunció la persecución y destierro de algunos dirigentes de izquierda, impactando en el auditorio. Luego abandonó el salón, frustrando la actividad cultural que se disolvió a los pocos minutos. Se dijo entonces que Viris pagaría un alto precio por esa intervención pública.
El 1° de noviembre, el coronel Alberto Natush Busch, protagonizó el golpe de Estado de Todos Santos contra el gobierno interino de Walter Guevara Arce, que desbarató el triunfo diplomático alcanzado por Bolivia en la Conferencia de la Organización de Estados Americanos en el diferendo con Chile por la pérdida del Litoral en la guerra de invasión impulsada por Chile en 1879. El movimiento sedicioso contó con el apoyo de una fracción de senadores y diputados del Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNR-I), el Movimiento Nacionalista Revolucionario Histórico (MNR-H) y gente de Acción Democrática Nacionalista (ADN), partido formado por el general Banzer.
Viris convocó a los militantes del MUPS a participar en la movilización popular y contribuir a la resistencia en contra del golpe de Estado. Junto a Rumi (seudónimo de Carlos Mier) y otro compatriota más joven, Daniel (Omar Chavez Zamorano) se dirigió a El Alto. En el trayecto observaron la erección de barricadas por la zona del Cementerio y La Portada; en el trayecto de la autopista, los movilizados voltearon postes de luz con el objetivo de bloquear e impedir que los tanques parapetados en la Ceja de El Alto, pudieran bajar hacia la hoyada de la ciudad y remprimir al pueblo, como en efecto sucedió. Allí le dijo a Rumi: “Compatriota no se olvide que esta lucha no es la lucha más importante que debe realizar nuestro Pueblo”. Su biógrafo declara que para Viris, la batalla más importante era la formación de líderes para instruir y educar al pueblo y encarar el proyecto de la revolución socialista en Bolivia (Carvajal, 2015, p. 42). Viris fue elegido jefe de la resistencia en ese lugar y un trabajador minero le entregó un cartucho de dinamita como símbolo de su jefatura. Viris designó responsables para misiones de inteligencia, logística, recaudación de dinero para adquisición de dinamita y otros elementos. Los vecinos de las villas populosas se movilizaron y proporcionaron todo lo que podían para levantar barricadas:
Las herramientas y los materiales aparecían como por encanto. Si hacía falta algún implemento, no faltaba el vecino o la vecina que lo ofrecía. Palas, picotas, madera, palos, alambres, fierros, piedras, llantas de goma. Había que ver a las mujeres de pollera ancianas ofreciendo agua a los que cavaban, a un anciano que sacó llantas viejas de su domicilio (…) gente de toda edad corriendo y sacando trastos de sus casas, todos ya listos a proveer de lo que fuera necesario para reforzar las barricadas levantadas sobre la misma tierra extraída de las zanjas cavadas.
(Testimonio “Juan”, 2010)
Al caer la tarde, Viris y sus compatriotas Daniel y Carlos, retornaron hasta la cancha de El Tejar llevando una lata con cartuchos de dinamita. Buscaron alojamiento en el domicilio de un compatriota, pues regía la Ley Marcial que facultaba al ejército a disparar a quemarropa contra cualquier persona. En el trayecto se cruzaron con una patrulla militar. Intentaron refugiarse en una casa habitada por mujeres solas que se negaron a franquearles el paso. Los militares los rodearon y apresaron trasladándolos hasta el Cementerio, donde fueron sometidos a brutal golpiza. Rumi relata que hasta allí llegó el ‘Mariscal de la Muerte’ coronel Arturo Doria Medina, comandante del Regimiento Tarapacá, de El Alto, quien:
Tomó una metralleta y nos disparó, caímos al suelo y nos abrazamos con el compatriota Viris y continuamos recibiendo una feroz golpiza. Viris continuaba tendido en el suelo. Vinieron otros oficiales del ejército y lo llevaron hacia un camión ‘caimán’; Viris me miró y me dijo ‘hasta luego compatriota’. Fueron las últimas palabras que escuché del líder
(Rumi, 2015)
Viris era un objetivo político y su destino estaba sellado. Existen varias versiones sobre su trágico final: “Luego de golpearlo y destrozarle las piernas a balazos, se lo llevaron aún con vida, a la temida Dirección de Orden Político (DOP), en cuyas instalaciones fue torturado y finalmente rematado con varios tiros en la cabeza” (Villegas, s.f.). En efecto, los paramilitares lo trasladaron junto a sus dos compatriotas a esa casa de seguridad ubicada en la calle Comercio muy cerca de la plaza Murillo, donde “fue nuevamente acribillado con balas dum-dum (…) en la noche y madrugada del 5-6 de noviembre” (Testimonio “Juan”, 2010). Los agentes advirtieron a sus compañeros: “ustedes son los más peligrosos, [pero] ese Wilis es el más preparado, nosotros sabemos cómo ustedes se organizan, ya les va tocar”. Ese agente de inteligencia relató a Rumi los últimos momentos de vida de Viris:
lo suspendieron colgándolo de las manos, porque él no podía incorporarse, Viris tuvo la valentía de gritar, ‘cobardes, asesinos…’ entonces lo garrotearon brutalmente en todo su cuerpo, hasta que murió, me dijo que ‘tenía las manos cerradas, tenía los ojos abiertos, parecía que miraba con odio, todos quedamos impresionados. Solo atinamos a salirnos y el jefe Damián Cuentas, dio orden que lo retiraran’.
(Rumi, 2015)
El golpe desembocó en la Masacre de Todos Santos, que según informes de la Asamblea Permanente de Derechos Humano, en los 15 días de gobierno del Cnl. Natush, provocó 216 muertos, cientos de desaparecidos y más de medio millar de heridos.
La trascendencia de Viris en la actualidad se expresa en la circulación de sus ideas publicadas en manuales y breviarios por Editorial del Pueblo (como se denominaba a la precaria imprenta a mimeógrafo del MUPS, en 1979), mientras que en Santa Cruz de la Sierra se publicaron los que se conocen como “sus manuales de enseñanza”. No obstante, sus trabajos principales se perdieron debido a que sus manuscritos fueron requisados y destruidos en dos oportunidades. La primera ocurrió en 1973, cuando se llevaron:
26 ‘cuadernos de investigación’ cada uno de 100 hojas, conteniendo datos, referencias, normas, principios, anales y extractos de diferentes materias (…) compilación realizada en diferentes bibliotecas del país y durante 16 largos y sacrificados años de labor; cuatro originales de libros (…) que debieron ser publicados en breve, producto de los trabajos de investigación científico-filosófica”.
(Neptal Viris, 1975).
La segunda, en 1979, precisamente a su retorno de México, en una circunstancia no esclarecida, pues:
se perdió una maleta… era la maleta donde estaban sus escritos terminados para su publicación…. Esos estaban amortiguados por ropas de los niños, después de los debidos reclamos la maleta devolvieron en México, lamentablemente solo con las ropas de nuestros hijos Viris y Runa.
(Villegas, 2013)
Por su parte, el MUPS publicó Principios Revolucionarios Elementales (1990) y Pensamientos virisianos (1991), de forma póstuma. El método de escritura y circulación de ideas, en estilo dialogico, aplicado por Viris facilitó la divulgación de los principios del marxismo aplicados a la vida cotidiana, pues escribía en forma de aforismos y llevaba a cabo una ardua labor de adoctrinamiento y formación de cuadros que puede considerarse una estrategia exitosa en el sentido de que los ‘compatriotas’ recibían los decálogos como material de lectura y los empleaban en sus propias labores de adoctrinamiento. Viris señalaba su pretensión de
Hacerle entender bien y hacerle conocer bien, lo que no entiende y lo que no conoce, hacerle entender mejor lo que entiende mal; ese es mi deber, esa es mi obligación, esa es mi satisfacción, esa es mi felicidad.
(Carvajal, 2015: 59-102)
Los aforismos fueron recopilados y publicados por el Compatriota Ernesto Carvajal (que integró el MUPS en 1984), con el título de 500 pensamientos de Viris, seguido de los 100 Pensamientos de Rumi.
De otro lado está la estructura del MUPS ideada por Viris, que contemplaba un Órgano Supremo Nacional y Órganos Supremos Regionales, además de haber planificado la formación de Comunas Socialistas y Escuelas Populares. Poco antes de su asesinato, pensó fundar la primera comuna del Partido, para cuyo fin alquiló un departamento en el cruce de Villa Copacabana en la que, según el testimonio de Carlos Mier:
Viviríamos con nuestros núcleos familiares. Él me habló de que allí prepararíamos de tal modo como para que él pueda escribir y que me encargaría como su ayudante de atender todas sus relaciones. También pensamos en la necesidad del periódico.
(Rumi, 2015)
Existía una filial del MUPS en Santa Cruz de la Sierra. La “Comuna María” que sostiene la Unidad Económica de Servicios de Alimentación Ecológica fue fundada por Vicente Ernesto Carvajal Vargas, quien es responsable de las Escuelas Viris Bolivia de formación de cuadros.
El MUPS terció en las elecciones del 14 de julio de 1985, postulando a Luis Luján Ticona, ‘Compatriota Tupak’, originario de la región de los Yungas –junto a Isaac Sandoval Rodríguez—como candidato a la Vicepresidencia por el frente Izquierda Unida.
Carvajal afirma que el aporte de Neptal Viris a la interpretación de la realidad a través de lo que él denominó “Materialismo Científico”, se sintetiza en ocho aspectos: 1) Presencia y formación del compatriota y maestro Neptal Viris; 2) Creación del Movimiento de Unidad Popular Socialista, como germen del Partido Monoclasista y Omniliteral, 3) Los ocho métodos fundamentales del materialismo científico; 4) Importancia de la preparación ideológica, la honestidad y la sinceridad; 5) Prototipo de hombres y mujeres (considerado como el mayor aporte); 6) Concepción de las clases sociales en Bolivia; 7) Filología, semántica, heurística e invención de las palabras; 8) Pensamiento naciente Viris-Rumi, que visualiza el Socialismo comunitario con proyecciones hacia el comunismo (Neptal Viris, 1979; Carvajal, 2015, pp. 47-58).
Neptal Viris es un desafío a la hora de escribir sobre él. Combinó varias tendencias al interior del MUPS: era lector de Mao, pero le cautivó la Historia del Movimiento Obrero de Guillermo Lora, la biblioteca de su tío Arturo Urquidi fue una fuente para comprender la historia, la política y la literatura. Cultivó una vena anarquista en su praxis, como se observa en su deseo de forjar una comuna. Los escasos testimonios orales que dibujan su personalidad, vienen de su entorno, de su esposa, de sus discípulos (entre ellos de quien fuera elegido para fundar la Comuna), y de otros jóvenes. Viris desconfiaba de los partidos tradicionales, los rechazaba quizá porque aquellos no consideraban esencial al MUPS, por eso prefería jóvenes, incluso menores de edad. La estructura orgánica planteada por Viris quedó en el papel, como proyecto. Fueron Carlos Mier y Ernesto Carvajal –actualmente co-jefes nacionales del MUPS— los que le dieron sustancia material. Al parecer Viris veía en Mier al hijo que no pudo disfrutar pues al volver a Bolivia perdió el contacto con su familia. Es presumible que Natusch, el dictador que ordenó su asesinato, fuera informado por Banzer sobre su actividad pues no es una casualidad que fuera apresado luego de aquella conferencia en el auditorio del Musef, torturado y asesinado.
Obra
- Elementos del Materialismo Científico, La Paz, Editorial del Pueblo, 1979.
- Elementos del Materialismo Histórico, La Paz, Editorial del Pueblo, 1979.
- Crítica a la Crítica Educación Burguesa Boliviana, La Paz, MUPS, 1979. Cuadernos Materialistas.
- Principios Revolucionarios Elementales, Cochabamba, Senda Revolucionaria, 1990.
- Pensamientos virisianos. Educación, La Paz, s.d, 1991.
- Carta al General Banzer, México, 1975.
- Escritos en México, 2012, Inédito.
- Documentos orgánicos del MUPS, s.d.
- Condiciones especiales del Instructor, La Paz, Editorial del Pueblo, s/f. Cuadernos Socialistas n° 2.
- Proyecto de Estatutos del MUPS, Documentos Internos 1.
- Proyecto de Programa del MUPS, Documentos Internos 2.
- Viris enseña. 1, Santa Cruz de la Sierra, MUPS.
Cómo citar esta entrada: Oporto Ordoñez, Luis (2020), “Viris”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org