SANGUINETTI, Florentino Vicente (Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina, 13/5/1893 – Unquillo, Provincia de Córdoba, Argentina, 31/3/1987).
Abogado, educador, activo militante durante su juventud de la Reforma Universitaria, miembro de la Unión Latinoamericana.
Hijo de los comerciantes genoveses Florentino Fermín Sanguinetti y Enriqueta Fontana. Realiza sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Rosario, al que por esos años también asisten figuras que se destacarían en la escena cultural y política argentina, como Amadeo Sabattini, Enzo Bordabehere, Saúl Taborda y Juan Lazarte. En 1916 llega a Buenos Aires para estudiar abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Entonces participa de la bohemia de los cafés y se vincula a la juventud que se propone renovar el Partido Demócrata Progresista (PDP). A lo largo de su vida se acerca al Partido Socialista y a la Unión Cívica Radical aunque no se afilia a ningún partido.
En 1917 inicia una estrecha amistad con José María Monner Sans, también estudiante de derecho y desde 1918 entusiasta impulsor de la fracción radicalizada de la Reforma Universitaria. Éste lo insta a convertirse en un “socio dinámico” del Ateneo de Estudiantes Universitarios y de su revista Ideas (Buenos Aires, 1915-1919), en la que Sanguinetti colabora con dos artículos.
Desde mediados de 1918 intenta que la democratización asociada a la Reforma Universitaria alcance a la Facultad de Derecho. Se recibe de abogado en 1921. En septiembre es elegido, junto con Raymundo Salvat, representante estudiantil en el Consejo Directivo de la Facultad de Derecho de la UBA. Una de sus funciones es ser bedel en las mesas de exámenes y evitar, entre otras cosas, que la aprobación esté mediada por cartas de recomendación. Durante su participación en el Consejo presenta distintos proyectos de renovación institucional.
En 1921 además ingresa a la Facultad de Derecho como profesor suplente y al Colegio Nacional de Buenos Aires como profesor de Castellano e Historia de la literatura española. Entonces se instala en el estudio jurídico abierto en 1920 por Monner Sans. Allí también trabaja Román Gómez Masía, entonces estudiante de abogacía y futuro dramaturgo socialista destacado. Permanecen juntos hasta que en 1925 Monner Sans busca un estudio más grande.
La militancia reformista le dificulta ingresar a cargos de profesor. Incribiéndose en el magisterio de Alfredo Palacios, insiste en el reemplazo del derecho romano por uno que se conciba como creación social atenta a la resolución de los problemas contemporáneos. Al asumir como representante estudiantil pronuncia un discurso en el que aclara que las “alternativas iniciales [de la Reforma] han dejado suponer a las gentes desprevenidas, que ella se reduce a un simple mecanismo electorarero. […] debemos escoger los profesores entre aquellos que actualizan sus estudios, y hacen una exploración prolija en las inquietudes contemporáneas, manteniendo una manera de unidad vertebral en los rumbos de la enseñanza”. Sobre las “inquietudes contemporáneas” precisa:
Diversas fuerzas sociales justifican estas rectificaciones o eliminaciones [del derecho]. La crisis económica que trajo la guerra continúa siendo el más enérgico factor revolucionario de la paz. A ella se suman, un afán de justicia exaltado por la violencia y el estrago, y un principio de solidaridad que la lucha universalizó, mientras debilitaba la soberanía de las naciones. Todo esto y mucho más, ha desmigajado el canon romanista de la propiedad imperio los códigos del interés particular, se corrigen cada día con leyes fragmentarias de interés colectivo, que preparan las bases de una nueva estructura jurídica […] A la Facultad [de Derecho de la Universidad de Buenos Aires] le corresponde dar un sistema de ideas crítico y revisionista, que injerte en el estudio de los fenómenos jurídico-sociales, las nuevas corrientes idealistas o reconstructoras. Sometidos a estos métodos, los estudiantes irán examinando las leyes escritas, abordarán su análisis sin prejuicios y podrán despegarse del mito legal.
Fondo de archivo Florentino Sanguinetti, CeDInCI.
Para ese alejamiento del mito legal el grupo estudiantil de Sanguinetti y Monner Sans buscaron, sin éxito, que Palacios tuviera una cátedra titular y que Mario Sáenz dirigiera un renovador decanato. Éste asumió a mediados de 1921 pero debió renunciar apenas se inició el ciclo lectivo de 1923. Los pilares institucionales de la breve renovación fueron el Ateneo Estudiantil (a cargo de Luis Veneroni), el Consultorio Jurídico gratuito, la Comisión de Extensión y la Revista Jurídica y de Ciencias Sociales. A fines de 1921, Sanguinetti fue nombrado director de la revista. Bajo su dirección, aparecieron dos voluminosos números con apuntes de cátedra, notas sobre la vida estudiantil, artículos sobre cuestiones culturales y políticas provenientes o relativos a Sáenz, Alfredo Palacios, Oswald Spengler, Adolfo Posada, José Unamuno, Georg Nicolai, Eugenio D’Ors, Ernesto Quesada y Ricardo Levene. Allí se reprodujo el manifiesto “A los estudiantes e intelectuales de la América Latina” de Henri Barbusse y Anatole France.
Para el segundo número Sanguinetti publica las respuestas a una encuesta sobre la Reforma enviada tanto a figuras aliadas a la gestión como a opositores. Los encuestados son Monner Sans, Sáenz, José Arce, Rómulo Cabrera, Daniel Facorro, Guillermo Garbarini, Tomás Jofre, Agusto Moyano, Ernesto Nelson, Carlos Saavedra Lamas, Clodomiro Zavalía y Jacinto Armando, quien había dirigido previamente la revista y retomaría esa dirección en 1923.
Por las cartas conservadas en su Fondo personal, sabemos que Sanguinetti buscó insistentemente colaboraciones sobre cuestiones sociales y culturales y una amplia distribución de los números. A Saúl Taborda le pidió un artículo sobre la reforma educacional y éste le prometió “La universidad y el trabajo”, un capítulo sobre la extensión universitaria que preparaba para su ensayo sobre la nueva conciencia histórica y la reforma educacional. A Pablo Santos Muñoz, quien había viajado a Lima con números de la revista y había conseguido nuevos suscriptores, Sanguinetti le encargó una crónica sobre los sucesos universitarios del Perú de 1919 y de 1921. Santos Muñoz le envió una síntesis de los movimientos junto a una carta que aclara que buscó evitar partidismos políticos.
Otro que respondió a la demanda de Sanguinetti fue José Belbey. Éste prometió una reseña de un texto sobre Moreno y la Revolución de Mayo, que había publicado Sanguinetti. El profesor Rafael Bielsa envió desde Rosario la colaboración pedida por Sanguinetti, al tiempo que prometió impartir en julio de 1922 las conferencias que había acordado. Una carta de Jacinto Armando muestra que ese joven, a pesar de pertenecer a la Unión Universitaria, continuó participando en la elaboración de la revista y que ésta circuló por Perú y Montevideo causando una “muy buena impresión”. A su vez, la carta del joven graduado venezolano Emiro Atencio confirma que algún ejemplar de la Revista Jurídica y de Ciencias Sociales llegó a Caracas y fue recibido con interés. Y otra carta firmada por “Paz” da cuenta de que circuló en Rosario a través del canje con la publicación del Centro de Estudiantes de Medicina de Rosario. Dos cartas de un estudiante apellidado “Basey” muestran que la Federación Universitaria de Santa Fe no sólo recibía la Revista Jurídica y Ciencias Sociales, le buscaba suscriptores y la distribuía, sino que además buscó abrir un Consultorio Jurídico gratuito similar al de Buenos Aires.
En cuanto a la Comisión de Extensión organizada por la gestión de Sáenz, durante 1921 el presidente fue Francisco Carreño y el cuerpo de vocales estuvo formado por Beltrán Benedit, Raúl González, Julio Dillón, E. Cabrera Relora y Eduardo L. Canedo. Al año siguiente la presidió Sanguinetti y los integrantes fueron los profesores dres. Alejandro Ruzo y Fernando Cermesoni y los estudiantes Federico Moyano y Juan Antonio Villoldo. El programa de 1922 anunciaba una “enseñanza popular y gratuita en la Facultad y en locales obreros” y se legitimaba en una argumentación de clara impronta socialista y revolucionaria simpatizante de la FORA. Según el informe de la Revista Jurídica y de Ciencias Sociales, durante 1921 “solicitaron conferencias 53 centros obreros, las cuales fueron todas concedidas”. Según un afiche conservado en el Fondo Personal de Sanguinetti, la comisión ofreció cursos sobre: Nociones de Derecho Civil, Nociones de Derecho Penal, Nociones de Derecho Comercial, Nociones de Derecho Procesal, Nociones de Derecho Constitucional, Leyes Argentinas de Trabajo, Economía Social, Legislación Industrial y Obrera, Organización Municipal, Régimen de los Sindicatos. Los siguientes fueron considerados temas especiales: Ideas económicas de los saintsimonianos argentinos: Echeverría; Alberdi y Sarmiento; La Revolución Rusa; Nueva Constitución de la República Alemana; Parlamento y Soviet; Organización del Trabajo en Rusia; la Nueva Constitución Rusa; Constitución Mejicana de 1917”.
En 1922 el conflicto institucional se agudizó cuando el decanato pidió la renuncia de los profesores que no asistían a dar clases por estar en ejercicio de funciones públicas o políticas. A comienzos de 1923 el gobierno nacional dejó de respaldar a Sáenz y su gestión renunció porque no pudo resistir la violenta oposición de los profesores antirreformistas, quienes erigirían en decano al futuro presidente de la Argentina Ramón Castillo. Estos profesores contaban con el apoyo del Centro de Estudiantes, liderado entre 1921 y 1926 por la Unión Universitaria que orientaba el joven nacionalista Adolfo Korn Villafañe.
El Fondo Florentino Sanguinetti del CeDInCI conserva un volante firmado por el Centro que difama del siguiente modo a Sanguinetti y su grupo:
Un señor que responde al nombre de Sanguinetti, otro que dice llamarse Veneroni y un tercero a quien denominase Monner Sans, han votado la aceptación de la renuncia colectiva de los profesores más calificados de la Facultad en una sesión celebrada a altas horas de la noche al amparo de los sables policiales! ¡Perdonadlos, compañeros, porque son irresponsables, pero exigirles que se vayan de la Facultad!
En carta del 29 de marzo de 1923 que envía a su familia, Sanguinetti describe la violencia que reciben de los profesores antireformistas. Precisa:
Después de sostener durante un mes largo una lucha sin cuartel contra quienes quieren restaurar en la facultad de derecho el espíritu viejo, ayer a medio día, presentamos nuestra renuncia colectiva de los cargos […]. Durante el conflicto recibí toda clase de amenazas y el asalto al local de la calle Victoria y Ceballos fue con el propósito de darme una paliza. Tenían gente asalariada y uno de los métodos del Dr. P…., es el terror. A mi socio Lartigau, lo asaltaron cerca de la facultad a donde acudía para acompañarme sabiéndome en peligro y le han golpeado malamente. A Monner Sans le apedrearon la casa y el decano ha tenido permanentemente un escuadrón de seguridad, custodiando la suya. Yo contaba siempre con la compañía de varios buenos amigos y entre ellos Ángel Luis que vive conmigo y que no me ha abandonado en ningún trance. Estaba también dispuesto a defenderme y así lo anticipé en una denuncia a la policía […] el adversario conoce la fuerza de mis afectos entre los estudiantes y querían amilanarme para reducirme en la acción [… ] yo he trabajado allí con la convicción de que se puede mudar la orientación espiritual de los estudios e indicarlos dentro de los nuevos soplos que sacuden a la humanidad. Contra ello se han alzado los intereses de casta, de clase, de círculo […]
Meses después, Monner Sans se casa con la escritora tucumana María Inés Cárdenas y Sanguinetti recolecta el dinero entre los amigos para regalarle los muebles del escritorio y organizaba la cena en homenaje. Sanguinetti se compromete con su prima Blanca Sanguinetti Barrera (1903-1991), con quien se casaría en 1927 y viviría en el barrio de Belgrano. El matrimonio tendría cinco hijos: María Enriqueta, Oscar, Solange, Florentino y Horacio, quien también sería una figura importante del reformismo.
A fines de 1923 vuelve a ser elegido Consejero estudiantil durante cuatro años. Por su invitación se incorporan Julio V. González y Carlos Sánchez Viamonte, quienes se habían recibido de abogados en La Plata y, a diferencia de Sanguinetti, provenían de la elite político-cultural. En 1927 se incorporó el cordobés Emilio Biagosch.
En las sesiones del Consejo Directivo, Sanguinetti, González y Sánchez Viamonte se dedicaron a rebatir con esmeradas argumentaciones las iniciativas antirreformistas y propusieron proyectos que las reemplazaran con escasa inserción institucional. Como lo venían haciendo los parlamentarios socialistas, los consejeros estudiantiles preparaban intervenciones semejantes a declaraciones de principios, que luego difundían como parte del ideario reformista como artículos, entrevistas y manifiestos difundidos en diarios o revistas. En el caso de González y Sánchez Viamonte compilaron sus intervenciones en libros. Además, en 1924 participa de la fundación del Partido Unión Reformista, que presenta la candidatura testigo de Palacios a decano y edita Unión Reformista. Órgano oficial del Partido Unión Reformista de la Facultad de Derecho y C. S., reemplazado al año siguiente por Centro Izquierda. Órgano del Partido Reformista Centro Izquierda de la Facultad de Derecho y C. S. (Buenos Aires, 1925-1933).
En 1924 el grupo logra reorganizar los cursos de extensión en torno de un Instituto de educación práctica, que tendrá una prolongada existencia y contó con el profesor Héctor Laffaile como primer presidente.
En marzo de 1925, en su condición de Consejero estudiantil, Sanguinetti firma junto a sus compañeros Sánchez Viamonte y Julio V. González el acta fundacional de la Unión Latino-Americana, con la que junto al boletín mensual Renovación (1923-1930) Ingenieros impulsa una identidad latinoamericana y antiimperialista de la Reforma. Los otros firmantes son Palacios, Aníbal Ponce, Alfredo Brandán Caraffa, Ramón Melgar (h), Gabriel Moreau, Alfredo Bianchi, Alejandro Lastra, Carlos Amaya, Fernando Márquez Miranda, Arturo Orzabal Quintana, Enrique M. Alonso, Julio H. Brandán, Emilio Cipoletti, Andrés D’Onofrio, Agustín Dillón, Enrique Méndez Calzada, G. Paulsen, E. Suárez Calimano y Adolfo Korn Villafañe, quien desde una rival concepción de la Reforma Universitaria se interesaba por el imperialismo y editaba junto a Antonio Herrera la revista Diógenes. Otro de los firmantes es Julio R. Barcos, quien en 1927 publica Cómo educa el estado a su hijo y dedica el décimo capítulo, “Nuestras universidades son escuelas de mandarines” a “a los doctores Florentino Sanguinetti, Emilio R. Biagosch, Carlos Sánchez Viamonte y Julio V. González, gallardos mantenedores de la Reforma en el seno del Consejo Universitario de la Capital”.
En carta a su madre del 8 de junio ofrece una larga justificación de su militancia reformista. Allí intenta convencer a la familia del valor de esa militancia reformista y con ello de la demora de su independencia económica y de su casamiento (que recién concretaría a sus 34 años):
Me censuran Uds y la gente ajena, mi intervención en los asuntos universitarios. Que pierdo tiempo, que no me rinde más, que me hago de enemigos. Y bien, me toma tiempo, dinero y salud, pero has de reconocer conmigo que es el camino necesario que debo seguir para triunfar. Que toda mi actuación gira en torno de un principio idealista que dignifica mi vida, agita mis inquietudes espirituales, y es la fuerza animadora de mi acción. […] equivocados o no, sostenemos una esperanza de la nueva generación argentina, tenemos ideas claras, luchamos por ellas, necesitamos hasta de una vida virtuosa para oponerla como valor, al ataque de los intereses creados. Cuántas veces yo he podido aceptar canonjías y prebendas, que resolverían sin dudas mis dificultades, a cambio de una simple actitud pasiva. […] Mi compañero González acaba de renunciar la secretaría de la Facultad de Derecho de La Plata y su cátedra de profesor suplente, por temor a que las nuevas autoridades puedan considerar que su posición administrativa le prive de la libertad de palabra y de crítica que usa en su cargo metropolitano. Y así, con sacrificio, pero con íntimas convicciones, vamos mostrando la jerarquía de los nuevos. […] De mi cargo universitario, he ganado honores. Me conocen en América y me alcanzan las voces de muchos espíritus oprimidos o inquietos, por la gran ilusión que sopla el mundo.
Carta de F: Sanguinetti a su madre, Buenos Aires, 08/06/1925, en: F. V. Sanguinetti, Epistolario. 1921-1975, Buenos Aires, Colegio Nacional de Buenos Aires, 2002, pp. 60-62.
La primera iniciativa en conjunto de la ULA y Unión Universitaria contó también con la Asociación Cultural de Montevideo y fue un ciclo argentino-uruguayo de conferencias. La primera conferencia se realizó en 1925 en Montevideo y estuvo a cargo de Sánchez Viamonte, quien viajó junto a una representación estudiantil. Sanguinetti viaja en agosto de ese año para dictar la tercera conferencia, precedida por la de Palacios y seguida por la de Orzábal Quintana. La conferencia de Sanguinetti se tituló “Reforma y contrarreforma en la Facultad de Derecho de Buenos Aires” y ofreció una síntesis ejemplarizante de la campaña que realizaban los Consejeros estudiantiles. Además, ese año participa junto a los editores de Acción universitaria (1924-1926), periódico estudiantil dirigido por Elías Jaskevich y Luis Petraglia y ligado a la ULA, de un ciclo de conferencias radiales, en el que Sanguinetti insistió en la importancia de la extensión.
A fines de 1926 es uno de los firmantes de “Por el reconocimiento de los soviets. Declaración de un núcleo de intelectuales”. Los otros firmantes son Palacios, Ponce, Bianchi, Sáenz, González, Sánchez Viamonte, Alejandro Castiñeiras, Roberto Giusti, Carlos Caminos, Enrique Mouchet, Orzábal Quintana, Alfonsina Storni, Alberto Palcos, Nicolás Bessio Moreno, Mariano A. Barrenechea y Alejandro Korn. Ese año Unión Reformista gana el Centro de Estudiantes, poco después Sanguinetti se encuentra en el grupo que anima la fracción “centro-izquierda”. En carta privada de 1928, el líder estudiantil del Partido Unión Reformista Centro-Izquierda Andrés Alberto Carnevale destaca sobre la extensión que la voz de Sanguinetti “fue la primera que saliendo de las aulas, llegó hasta los suburbios de Buenos Aires a compenetrarse con la vida anónima del trabajador”. Ese año ingresa como profesor interino en la cátedra de Derecho constitucional y administrativo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en la que permanece hasta 1946. En 1929 comienza a dictar Castellano y Derecho administrativo en la Escuela Superior de Comercio n° 3. Fue cesanteado de sus cargos al año siguiente por el Golpe de Estado. También sería cesanteado en 1946 y 1952.
En 1926 Gabriel del Mazo reúne a un grupo de militantes para preparar la edición de los documentos de la Reforma Universitaria. El primero de los seis tomos se compone de trece ensayos de reformistas argentinos y cuenta con uno de Sanguinetti, “Por la divulgación de la Reforma Universitaria”. Al igual que cuando fue director de la Revista Jurídica y de Ciencias Sociales, Sanguinetti procuró la distribución por América Latina de los seis tomos de documentos. En carta de 1928 los caracterizó como “uno de los esfuerzos más serios para dar base permanente al movimiento de emancipación espiritual” iniciado en 1918. Ese año es invitado por Del Mazo a las reuniones sobre “el problema de la escuela argentina en general, y en particular el problema de nuestra Universidad” que se realizan en el estudio de Biagosch. Los otros asistentes son Taborda, González, Luis Juan Guerrero, Jorge Lascano, Romano, Alberto May Zuviría, Horacio Trejo, Alejandro Uslenghi y Guillermo Watson.
Del Mazo publica otros tres ensayos breves de Sanguinetti en la reedición ampliada de documentos reformistas que prepara en 1941: “Reforma y contrarreforma en la Facultad de Derecho de Buenos Aires” (la mencionada conferencia montevideana de 1925), “Universidad y universalidad cultural” y “Cultura humanista y fracaso de una Facultad de Derecho”.
En 1931 es uno de los firmantes de la “Declaración de los ex consejeros de la Facultad de Derecho” de la UBA ante la acusación de “mercenarios, sólo atentos a las exigencias de un desorbitado exhibicionismo” que había formulado Clodomiro Zabalía al asumir el decanato de esa facultad. Entre los firmantes se encuentran Monner Sans, González, Sánchez Viamonte, Biagosch, Mario Bravo, Mariano Calvento (h), Alejandro Lastra, Manuel Rodríguez Ocampo y Agustín de Vedia.
Entre 1960 y 1963 fue rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, cargo que también ejercería años después su hijo Horacio. Durante aquella gestión impulsó la creación de un gabinete psicopedagógico, el Centro de Estudiantes, la Asociación Cooperadora y los concursos docentes. En 1965 dirigió el Departamento de Derecho Público y la Extensión Universitaria de la Facultad de Económicas de la UBA. Junto a José Babini y José Luis Romero, integró el comité argentino del Consejo Interuniversitario Regional. Renunció a sus cátedras en 1966, tras el golpe del general Onganía, y se radicó en una quinta familiar de la localidad de Unquillo, Córdoba, donde falleció en 1975.
Al igual que Deodoro Roca, no publicó ningún libro en vida. Si bien se dedicó a la enseñanza de la literatura, redactó numerosos discursos sobre educación y problemas sociales y escribió unas 40.000 cartas, su obra editada se ciñe a entrevistas y una decena de artículos desperdigados en revistas culturales de las primeras décadas del siglo XX.
El voluminoso fondo personal que fue reuniendo fue utilizado por su hijo Horacio y por Alberto Ciria para editar varios libros sobre la Reforma Univeresitaria. Gran parte de ese patrimonio documental se conserva en el CeDInCI de Buenos Aires como Fondo Florentino V. Sanguinetti.
Obra
- “Notas para un ensayo sobre el ostracismo”, en Humanidades, Tomo III, La Plata, 1922, pp. 359-386.
- “Universidad y cultura”, Buenos Aires, c. 1926.
- “El momento universitario argentino”, Buenos Aires, 1926.
- “Por la divulgación de la Reforma Universitaria”, en: Gabriel del Mazo (ed.), La Reforma Universitaria (1918-1926), 6 tomos, Buenos Aires, Centro de Estudiantes de la Federación Universitaria de Buenos Aires, 1927.
- “La representación funcional”, Buenos Aires, 1927.
- “Reforma y contrarreforma en la Facultad de Derecho de Buenos Aires”, “Universidad y universalidad cultural” y “Cultura humanista y fracaso de una Facultad de Derecho”, en: Gabriel del Mazo (ed.), La Reforma Universitaria (1918-1941), La Plata, Centro de Estudiantes de Ingeniería, Federación Universitaria de La Plata, 1941.
- Temas Universitarios, Buenos Aires, Perrot, 1960.
Cómo citar esta entrada: Bustelo, Natalia (2023), “Sanguinetti, Florentino”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.