ROUCO BUELA, Juana (Madrid, España 19/4/1889 – Buenos Aires, Argentina, 31/10/1969).
Planchadora, periodista y oradora anarquista (de la corriente del comunismo anárquico), de intensa actividad en las tres primeras décadas del siglo XX, comprometida con la emancipación de la mujer.
Nacida como Juana Buela —con nombre de pila María de la Concepción Juana Leona Vicenta— pierde a su padre, Juan Buela, a los cuatro años. Vivió en Madrid con su madre viuda, María Perpiñan (oriunda de Vilanova de Arosa), quien se dedicaba a la costura para enfrentar las nuevas necesidades económicas.
En julio de 1900 emigran a la Argentina, donde ya se encontraba Ciriaco, su hermano mayor. A través de él, se vincula a los grupos anarquistas y aprende por su cuenta a leer y escribir. Siempre será estudiosa y autodidacta. El 1° de Mayo de 1904, cuando tiene 15 años, pasa por su “bautismo de sangre”: la manifestación por el Día del Trabajo fue reprimida por la policía y cayó muerto un obrero, el marinero Juan Ocampo. Ella y otras compañeras (Teresa Caporaletti, María Reyes y Elisa Leotar, entre otras) llevaron a pulso el cuerpo al local de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) de Buenos Aires.
En 1905 representa a las trabajadoras de la Refinería Argentina de Rosario en el V Congreso de la FORA. En 1907 es una de las organizadoras del Centro Femenino Anarquista de Buenos Aires junto a Virginia Bolten, Teresa Caporaletti, María Reyes, Elisa Leotar, Violeta García, María Collazo y Marta Newelstein. Se reunían en el local de los Conductores de Carros (calles Montes de Oca y Suárez, barrio porteño de Barracas).
Participa activamente en la huelga de inquilinos que conmovió a esa ciudad durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 1907. En un desalojo, en el contexto de la huelga, fue asesinado Miguel Pepe, un joven de 17 años, y en su sepelio, encabezado por un grupo que lleva el ataúd a pulso, hablan Juana Buela y los compañeros Octavio Tonietti, Mario Anderson Pacheco, Ramón Artoneda y Carlos Balsán.
Fue detenida en ocasión del atentado de Francisco Solano Rejis al presidente Figueroa Alcorta del 28 de febrero de 1908 y deportada a Madrid, su ciudad natal, en aplicación de la Ley de Residencia. De inmediato, se pone en contacto con el movimiento libertario, así como lo hizo en cada ciudad en la que vivió (Buenos Aires, La Plata, Necochea, Tandil, Río Cuarto, Córdoba, La Falda, Montevideo, Marsella, Génova, Rio de Janeiro y São Paulo). En Barcelona conoce a la militante anarquista Teresa Claramunt y visita varias escuelas que se regían por la pedagogía libertaria de Francisco Ferrer. Siempre perseguida por las policías locales, pasa por Marsella (Francia), donde estuvo internada por una fuerte bronquitis y trabajó como planchadora; luego visitó Génova (Italia) y, tras una estadía participando en el anarquismo de esa ciudad, se embarcó como camarera en el vapor “Príncipe de Udine” rumbo al Río de la Plata.
En 1909 se instala en Montevideo, donde se reencuentra con Virginia Bolten y otros deportados de la Argentina. Allí instala un taller de planchado, se vincula al movimiento anarquista a través del Centro Internacional de Estudios Sociales y a la tertulia libertaria del Café «Polo Bamba», y dirige el periódico montevideano La Nueva Senda (1909-1910), subtitulado “Contra toda forma de explotación y tiranía”. El 17 de octubre de 1909 es oradora en el mitin multitudinario realizado en Montevideo en repudio al fusilamiento de Francisco Ferrer en Cataluña, que terminó en un enfrentamiento entre los manifestantes y la policía frente a la Embajada de España. Al día siguiente, se allanaron varios domicilios de anarquistas y Juana Buela, estratégicamente vestida de hombre, escapa a la vista de los vigilantes y genera un gran revuelo que incluyó notas periodísticas y un poema celebratorio y burlón del escritor Leoncio Lasso de la Vega en el diario El Día (“Es cosa que desconsuela / ver que se vuela la Buela / con tanta descortesía / que es como si en este día / le arrancaran una muela…/ o dos, a la policía”). Para dejar la ciudad se disfrazó de viuda y, con una pequeña sobrina en brazos, se embarcó junto a Manuela Rivas, compañera de su hermano Ciriaco y madre de sus seis hijos e hijas.
Instalada en la ciudad de La Plata, adopta como seudónimo el apellido Rouco; allí participó en las movilizaciones anarquistas opositoras a la celebración del Centenario (1910). El 16 de mayo de 1910 fue detenida por la policía argentina y deportada a Montevideo. Tras el juicio, purgó una condena de 10 meses en la cárcel de donde salió bajo fianza gracias a un compañero dueño de una zapatería llamado Tedesco, quien habría aportado el dinero. El defensor era Juan B. Schiaffino, abogado, periodista y legislador uruguayo siempre comprometido con la defensa de los trabajadores.
Pasa varios meses internada en el Hospital Maciel de Montevideo y luego se embarca a Francia como polizonte. Descubierta, debe bajarse en Río de Janeiro, Brasil. Como tuvo la prevención de agendar los datos de los compañeros de cada puerto que tocaba el barco en su camino hacia Europa, aun sin conocer el idioma, rápidamente encontró espacios de militancia en el movimiento anarquista de Río de Janeiro y San Pablo, y a algunos compañeros queridos, como José Borobio, a quien conocía de su periplo montevideano.
La declaración de la Gran Guerra de 1914 detuvo su viaje a Europa, pero el trastorno del comercio con Portugal benefició su emprendimiento de confección de camisas. Resuelta su situación económica, desarrolló una intensa actividad en actos públicos, dio muchas conferencias y escribió notas para varios periódicos: A Voz do Trabalhador, A Voz do Padeiro, Guerra Social (São Paulo), A Época y Jornal Do Brasil (Rio de Janeiro). En esos tiempos estaba unida a un anarquista conocido alternativamente como: José Listuzzi; José Whiman / Wisman / Wismon; Juan/ João Castiñeira/ Castinheira / Castanheira / Castanheiro. Juana Buela y José Wisman se habían casado en Montevideo el 13 de noviembre de 1910.
Un año y medio después el periodista Juan José de Soiza Reilly entrevista a Juana en el marco de una cobertura gráfica sobre los deportados de la Argentina para el magazine porteño ilustrado Fray Mocho. En la nota ambos aparecen fotografiados con el siguiente epígrafe: “Doña Juana Buela en el taller de planchado que se ha puesto en Montevideo, con una oficiala y con su esposo José Wisman, también anarquista. Se casaron en la ciudad vecina” (Juan José Soiza Reilly, “Las víctimas de la Ley social”, en: Fray Mocho nº 10, Buenos Aires, 5/7/1912, s/nº de pág.).
En 1914, Juana Rouco Buela y su compañero Listuzzi-Wisman están en Río de Janeiro. Él colabora en la prensa local con el nombre de João Castanheira y ambos forman parte del Grupo Dramático “Cultura Social”, que realizaba funciones teatrales a beneficio del Centro de Estudios Sociales, la Confederação Operária Brasileira (COB) y el periódico A Voz do Trabalhador.
Listuzzi-Wisman-Castanheira es uno de los 47 delegados que arriban a El Ferrol, donde iba a realizarse el Congreso Internacional por la Paz convocado por el Ateneo Sindicalista de esa ciudad entre los días 29 de abril y el 1 y 2 de mayo de 1915. El evento fue prohibido por el gobierno español y Castanheira fue deportado a la frontera con Portugal. Al Brasil llegó la noticia de que Castanheira había sido asesinado por la represión desatada por el gobierno español, llegando a publicarse protestas en la prensa obrera brasileña y argentina. Juana Rouco, que se creía viuda, envió una nota que reprodujo La Protesta de Buenos Aires, informando que el compañero fallecido, “Juan Castiñeira, era José Whiman (sic), expulsado por las autoridades argentinas para el Centenario” (“José Whiman”, en La Protesta nº 2545, Buenos Aires, 14/5/1915, p. 1).
La presunta viuda leyó un discurso en el acto organizado el 12 de mayo de 1915 por la Comissão Popular de Agitação Contra a Guerra en el Largo de São Francisco de Paula, seguido de una marcha hacia la embajada de España en Río de Janeiro, donde se repudió al gobierno español por reprimir el evento pro paz y asesinar a “Castanheira”. Poco después se informó que “Castanheira” se encontraba en Portugal.
En agosto de 1915 Manuel Fandiño informaba desde Río de Janeiro al diario La Protesta de Buenos Aires que el Comité de la Confederação Operária Brasileira (COB) había censurado el comportamiento del delegado “José Wisman” (probablemente por no haber telegrafiado inmediatamente a sus camaradas de Río informando que se encontraba refugiado en Portugal). Wisman y Juana Rouco Buela protestaron ante la comisión de la COB, pero esta volvió a reunirse ratificando la moción de censura al comportamiento de Wisman así como el de “su señora”, considerándolo “incompatible con las ideas anarquistas que decían profesar” (“Crónicas internacionales. Del Brasil. Epílogo estruendoso. ‘Na Barricada’. Una resolución”, en: La Protesta nº 2543, Buenos Aires, 5/9/1915, p. 1). Wisman vuelve a protestar enviando un “largo manifiesto” que la redacción del diario anarquista porteño se niega a publicar declarándose imparcial ante el conflicto (“Por nuestra imparcialidad. Sobre un manifiesto”, en: La Protesta nº 2722, Buenos Aires, 7/12/1915, p. 2). Desde entonces, el rastro de Listuzzi-Wisman-Castanheira se pierde y esa relación no es mencionada en la detallada autobiografía de Rouco Buela.
Ella regresa a la Argentina en 1917 gracias a que su madre habría logrado anular la deportación dado que había sucedido antes de los 21 años, límite de la mayoría de edad.
Ya en Buenos Aires, de inmediato se sumó a la febril actividad de la FORA y, junto a María Garibaldi, viajó como delegada en apoyo de la huelga de los metalúrgicos en Carmelo (Uruguay). A principios de 1919, participa de las huelgas y movilizaciones de la “Semana Trágica” y colabora con la organización de los gremios de costureras, sastres y camiseras. Es continuamente perseguida por la policía y sufre el allanamiento de su domicilio. Por “razones personales”, en 1920 se traslada a Rosario donde instala una pequeña librería, y un año después realiza una larga gira por todo el interior del país como oradora y delegada de la FORA.
Durante esa gira, descubre en la ciudad balnearia de Necochea un grupo de veinte mujeres muy activas con quienes compartirá el Centro de Estudios Sociales Femeninos y concretará su proyecto de un periódico escrito y dirigido exclusivamente por mujeres. Por entonces, se une a José Cardella, un tipógrafo anarquista, que será el padre de su hija y su hijo, y que colabora con uno de los desafíos más importantes de su vida. Nuestra Tribuna. Quincenario femenino de ideas, arte, crítica y literatura alcanzará los 39 números entre 1922 y 1925 con la dirección de Rouco, quien estará acompañada de un grupo editor compuesto por tres mujeres de la localidad: Fidela Cuñado, Terencia Fernández y María Fernández. Con una tiraje declarado de 4000 ejemplares, el quincenario anima una extensa red de colaboradoras que va desde pequeños pueblos del país a las más grandes ciudades del mundo con acento en anarquistas de América Latina.
En esos años se dan dos hechos muy significativos: el nacimiento de su primera hija, Poema Estela (Necochea, 7 de diciembre de 1923) y la publicación de su folleto Mis proclamas en la editorial Lux de Chile (1924), dirigida por Luis Armando Triviño.
Desde lasd páginas de Nuestra Tribuna saluda a Kurt Wilckens, el anarquista vindicador que asesinó al Teniente Coronel Varela, represor de los obreros patagónicos (NT n° 13, 15/2/1923). La presión policial es muy grande —el comisario de la ciudad es para peor Simón Varela, hermano de aquel—, de modo que en 1924 se traslada con su familia a Tandil, donde relanza Nuestra Tribuna y luego a Buenos Aires, donde publica los últimos tres números.
Un año más tarde, la familia se instaló en Río Cuarto (Provincia de Córdoba) ya que Cardella había encontrado un trabajo como tipógrafo (más adelante se desempeñará como periodista), pero muy pronto el desempleo devolvió a la familia a Buenos Aires donde nació su segundo y último hijo, Eliseo (16 de junio de 1925). Por esos años ella colaboró en la revista literaria anarquista Ariel, y, más tarde, en el diario El Mundo y en las revistas Mundo Argentino (1927) y La literatura argentina (1928). En diciembre de 1928 participa en el Tercer Congreso Internacional Femenino, realizando su crónica para el diario El Mundo.
Los años 1929 y 1930 fueron tan agitados en su vida como en la política del país. Tras el golpe de Estado al presidente Hipólito Yrigoyen por parte del general José Félix Uriburu, y el consiguiente recrudecimiento del autoritarismo, la pareja se separa por cuestiones personales y políticas (como muchos anarquistas, Cardella comenzó a participar de la Unión Cívica Radical).
En 1933 visita Montevideo, donde conoce al anarquista vindicador Simón Radowitzky. La revolución española renueva su compromiso y le permite comenzar a trabajar con un nuevo grupo en la Biblioteca «Belisario Roldán» del barrio de Versalles (Buenos Aires), aunque sus posibilidades se ven reducidas por ser el único sostén de dos niños pequeños.
Sin embargo, las dificultades continuaron y se agravaron en 1937 con la pleuresía de Eliseo y la necesidad de encontrar un clima más favorable para su afección respiratoria. Nuevamente, Rouco construyó una red de compañeros y compañeras antes de llegar a la ciudad mediterránea de Córdoba donde alquiló una modesta pieza con Poema, mientras Eliseo era recibido por un amigo fotógrafo quien le dio cobijo en las sierras de La Falda y le enseñó el oficio. Más tarde, se reunieron en esa localidad y lograron abrir una tintorería que garantizaba el sustento familiar. Allí formará parte de la comisión directiva de la Biblioteca “Domingo Faustino Sarmiento”.
En 1941 regresa a Buenos Aires e instala un comercio del mismo rubro en las calles México y Rincón. El gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1955), considerado por ella una verdadera dictadura, es un momento amargo en el recuento de su vida. Durante esos años y hasta comienzos de la década de 1960 participa en el Patronato Español de Ayuda a las Víctimas Antifascistas (PEAVA).
En 1964, publicó su autobiografía, Historia de un ideal vivido por una mujer, un libro que fue escribiendo con la colaboración de su nieta Rut, por entonces una adolescente. Fue prologado por el célebre historiador anarquista Diego Abad de Santillán e ilustrado por Diana, su otra nieta, más pequeña.
En las últimas décadas de su vida, mantuvo una relación continua con sus compañeros de lucha participando tanto en reuniones como en diversas actividades que se organizaban en Buenos Aires en las sedes de la Federación Libertaria Argentina (FLA), de la FORA y del PEAVA, así como viajando a otras ciudades del país para dictar conferencias. Era considerada una veterana incansable y testigo viviente de los años dorados del anarquismo. Su cumpleaños número 80 fue celebrado con un homenaje público de sus compañeros, y las reseñas del acontecimiento aparecieron en los periódicos Acción Libertaria y La Protesta.
Su último domicilio en la ciudad de Buenos Aires fue Acoyte 1367. Trabajadora de toda la vida, se sostenía con la venta de bijouterie que ella misma armaba y con una exigua jubilación que le alcanzaba para alquilar una austera habitación en una casa de familia desde donde partió a buscar el calentador Primus que había enviado a arreglar. En ese trayecto, un automóvil la embistió y ya no pudo recuperarse de las heridas sufridas en el accidente. Finalmente, sus restos encontraron descanso en Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires), la ciudad que eligieron para vivir su nieta, Rut, y su hija, Poema.
Obra
Juana Rouco, “Mis proclamas”, Santiago de Chile, Lux, s/f (c. 1924), con dos semblanzas de la autora escritas por Víctor Yáñez y Manuel Brea.
Juana Rouco Buela, Historia de un ideal vivido por una mujer, Buenos Aires, Reconstruir, 1964, pról. de Diego Abad de Santillán, incluye su fotografía (reediciones: Madrid, LaMalatesta, 2012; Buenos Aires, Ediciones de la FORA, 2015; Buenos Aires, Los lápices Editora, 2022. Trad. al portugués: História de um ideal vivido por uma mulher, São Paulo, Tenda de Livros, 2022).
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio, Fernández Cordero, Laura y Akselman Cardella, Rut (2024), “Rouco Buela, Juana”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.