ROS, Francesc / Francisco (sin datos de nacimiento y muerte)
Obrero anarquista de origen catalán, destacado organizador gremial portuario en la Argentina a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, deportado a fines de 1902 por aplicación de la Ley de Residencia.
Anarquista de origen catalán, había sido uno de los 400 detenidos en el Castillo de Montjuic después del ataque contra la procesión religiosa de Corpus Christi del 7 de junio de 1896 en la calle Canvis Nous (Cambios Nuevos) de Barcelona.
Liberado por falta de pruebas, decidió embarcarse rumbo a la Argentina con su mujer y su hijo pequeño. Estimando que su nombre podía ser vetado por las autoridades argentinas, sacó pasajes para Montevideo. De todos modos, cuando arribó al puerto de Buenos Aires el 24 de diciembre de 1897 a bordo del buque “Antonio López”, la maniobra fue advertida y su entrada al país (no así la de su familia) fue impedida por las autoridades migratorias. Fue embarcado nuevamente de regreso, quedando su mujer y su hijo en Buenos Aires.
La noticia fue publicada por el diario La Prensa y por el semanario anarquista La Protesta Humana, abriéndose un debate público sobre “el caso Ros”, lo que generó un cierto número de protestas públicas, entre ellas la del caudillo radical Leandro N. Alem. El abogado Salvador Matheu interpuso un recurso de habeas corpus, de modo que la campaña pública que impulsó La Protesta Humana logró que finalmente fuera embarcado de vuelta desde Montevideo.
La Protesta Humana lo presentaba como “un honrado trabajador catalán que, durante la razzia efectuada por la inmunda policía barcelonesa a rala del atentado de la calle de Cambios Nuevos, fue preso y amontonado junto con otros cuatrocientos trabajadores en los estrechos calabozos de las cárceles de Barcelona. Y allí se le ha tenido durante diecisiete meses, sin procesársele, sin que nadie le preguntara siquiera por qué fue conducido allí, sin que una palabra oficial le informara de su situación angustiosa… 17 meses de abandono del hogar, de hambre, de miserias, de angustias morales, materiales… Hay para volverse loco. Y después de ese tiempo fue largado a la calle sin un simple ‘V. disculpe’ a su inocencia” (LPH nº 22, Buenos Aires, 9/1/1898, p. 3). Aunque el abogado Aleu había obtenido la orden del juez de trasladarlo al Departamento de Policía mientras llegaban los antecedentes de España, el buque “Antonio López” zarpó nuevamente de regreso llevándolo detenido y dejando a su esposa y a su hijo pequeño en Buenos Aires. Cuando llegó a la Argentina la información requerida a España, el buque había hecho escala en Montevideo, solicitándose entonces el reembarque del detenido al puerto de Buenos Aires.
La Protesta Humana inició entonces un debate con el diario El Nacional de Tucumán, que a propósito del “caso Ros” reclamaba al gobierno que “no se diera albergue” a los portadores de ideas anarquistas, preguntando si en la Argentina se admitía o no, como decía su Constitución, la libertad de pensamiento. Una semana más tarde se le concede la libertad.
Ros contribuyó especialmente a la creación del sindicato de portuarios en septiembre de 1901 al frente del cual estuvo en un principio y fue destacado dirigente. En abril de 1902 participa junto a su compañero Francisco Janín del I Congreso de Estibadores de la Argentina y el Uruguay, que adhirieron a la Federación Obrera Argentina (FOA). Fue uno de los representantes de la Federación de Estibadores que negoció con el Ministro de Agricultura durante la huelga portuaria de noviembre de 1902 en la que se reclamaba un peso máximo de 70 kg para las bolsas a acarrear. También en calidad de tal formó parte de una delegación que se entrevistó con el Ministro del Interior Joaquín. V. González a propósito del uso de marinos como rompehuelgas durante la huelga de frigoríficos de Campana.
Cuando la FOA declaró, el 20 de noviembre de 1902, la huelga general, el Congreso Nacional sancionó en tiempo récord la llamada Ley de Residencia, que facultaba al ejecutivo a expulsar del país a aquellos «extranjeros» que perturbaran el «orden social». Ros fue de los primeros en aparecer en los listados de «extranjeros» a ser deportados por aplicación de dicha ley.
Santillán ha señalado: “De Ros no se ha vuelto a saber después de su deportación en noviembre de 1902, pero su obra ha sido fecunda en los años de su actividad. Los obreros del puerto organizados llegaban a 3.000 en la fecha de su primer aniversario, setiembre de 1902. Sin embargo la importancia de la organización de ese gremio no estuvo solamente en su fuerza numérica, sino en el impulso que dio para la organización de otros sindicatos afines, como los conductores de carros, una de las piedras angulares del movimiento obrero anarquista durante cerca de veinte años en Buenos Aires”.
En la literatura especializada su itinerario aparece superpuesto con el del tipógrafo, también de origen catalán, Jaime Torrens Ros, con quien pudo estar emparentado.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2021), “Ros, Francisco”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org