ROBALLO VERÓN, Alba (Isla Cabellos, Artigas, Uruguay, 04/08/1909 – Montevideo, Uruguay, 03/09/1996).
Abogada, política y poeta uruguaya. Militante del batllismo en el Partido Colorado hasta fines de los sesenta. Primera ministra mujer en Uruguay y América Latina. Participó de la fundación del Frente Amplio en 1971, fuerza política que integró hasta su fallecimiento.
La familia de origen estaba integrada por su madre Rosa Verón, maestra rural y su padre Américo Roballo, funcionario policial. Eran ocho hermanos que nacieron y se criaron en la escuela rural de Isla Cabellos, pueblo ferroviario del siglo XIX, rodeado de latifundios en el departamento de Artigas, frontera de Uruguay y Brasil. En la adolescencia de Alba Roballo la familia se mudó al pueblo de Palma Sola, en el mismo departamento, porque su padre adquirió una estancia mediana que luego perdió, decayendo su situación económica.
Abogada egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Montevideo. La escuela primaria la realizó en la Escuela rural N°8 de Isla Cabellos. Su primer año de enseñanza secundaria lo cursó en el liceo departamental de la ciudad de Salto y desde segundo año hasta la finalización de sus estudios secundarios los realizó en el liceo departamental de la ciudad de Artigas. En 1925 ingresa a la Facultad de Derecho en la ciudad capital, Montevideo, de donde egresa a fines de los años treinta.
En 1929 comienza su militancia gremial integrando la recién creada Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Desde ese espacio resistió el golpe de estado de Gabriel Terra en 1933, participando de la ocupación de la Facultad de Derecho y siendo designada por la FEUU como oradora en los entierros de Baltasar Brum y Julio César Grauert.
Los motivos de su iniciación en la vida política están marcados por su familia militante del Partido Colorado en Artigas. Su padre había participado en la guerra civil de 1904 entre colorados y blancos. Su vínculo con el Partido Colorado se mantuvo en la ciudad de Montevideo por medio de Baltasar Brum, quien la ayudó en sus estudios universitarios, le otorgó un cargo como funcionaria en el Ministerio de Hacienda y la acercó a Isabel Pintos de Vidal, integrante de la agrupación de mujeres batllistas. En los comienzos de su militancia partidaria conoció también a Domingo Arena.
Dentro del Partido Colorado su militancia comenzó en la Agrupación de Mujeres batllistas liderada por Isabel Pintos de Vidal y en la Agrupación Avanzar de Julio César Grauert a fines de los años veinte.
La década del treinta estuvo marcada por la militancia en defensa de la República Española y la lucha contra el fascismo. Militó junto a Isabel Pintos de Vidal, primera senadora batllista, durante la campaña electoral de 1946, dirigiendo el Primer congreso de la Mujer Batllista. Fue con Luis Batlle Berres en 1947 que comienza su carrera política desde la gestión gubernamental.
En las elecciones de 1954 integró la Lista 15 de Luis Batlle Berres como candidata al Consejo Departamental de la Intendencia de Montevideo.
Sus actos políticos y las inauguraciones de los proyectos habitacionales, sociales y culturales, comenzaron a ser acompañados de tamboriles de candombe, afirmándose la marca popular de su Agrupación. En esas manifestaciones la acompañaba a menudo Zelmar Michelini.
Para las elecciones de 1958, Luis Batlle Berres la ubicó en la lista 15 al Senado con el número séptimo, pero no obtuvo la banca. La derrota de su partido, el pasaje a la oposición así como el impacto de la Revolución cubana la conmovieron como dirigente política. En 1964 cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) decidió la expulsión de Cuba, la Lista 15 que integraba Alba Roballo vivió una crisis interna entre los partidarios de la medida y quienes, como ella, se oponían. Alba Roballo consideraba que era necesario continuar las relaciones con Cuba.
Luego de perder las elecciones internas de la lista 15 en 1965 y después de la muerte de Luis Batlle Berres, obtuvo una banca de senadora por el Frente Colorado de Unidad en 1966.
El proceso de separación del partido que había integrado durante cuarenta años y su incorporación al Frente Amplio estuvieron marcados por el rechazo del autoritarismo del gobierno colorado de Jorge Pacheco Areco entre 1967 y 1972. En febrero de 1971, el semanario Marcha publicó un número dedicado a la fundación del Frente Amplio con entrevistas a actores políticos claves en ese proceso. Allí Alba Roballo afirmó su oposición desde 1968 a las políticas del gobierno colorado.
Su alejamiento del Partido Colorado y su integración al Frente Amplio se concretaron en un acuerdo con Zelmar Michelini, integrando la lista 9988 con su movimiento Pregón. En las elecciones de 1971 no pudo mantener su banca en el senado. Durante la dictadura de 1973 a 1985 resistió como política proscripta.
Para las elecciones internas de 1982 impulsó el voto en blanco. En el acto del obelisco de 1983 participó por el Frente Amplio en el estrado, junto a su hijo, Sergio Previtali. Desde ese año ya funcionaba la Mesa Política del Frente Amplio, con la participación de su movimiento Pregón. En las elecciones de 1984 se presentó como primera candidata al Senado de la Izquierda Democrática Independiente (IDI) con la lista 4188. No llegó en esa oportunidad a los votos necesarios para acceder al parlamento, lo que también le sucedió en las elecciones de 1989, cuando integró el quinto lugar de la Lista 1001, Democracia Avanzada.
Fue una activa militante contra la ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado aprobada por el parlamento uruguayo en 1986, por la cual se establecía el no juzgamiento a militares y policías por los crímenes cometidos durante la última dictadura en Uruguay. En su activismo acompañó la campaña por el referéndum para la derogación de la ley realizado en 1989, cuyo resultado mantuvo la vigencia de la norma.
En 1961 visitó Cuba cuando este país vivía el proceso revolucionario liderado por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara que había tomado el poder en 1959. A partir de esa experiencia Alba Roballo defendió dentro del Partido Colorado la postura de no apoyar la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Unidos.
Durante la dictadura de 1973 a 1985 resistió como política proscripta. Participó en reuniones clandestinas, en las que se reunía con sindicalistas y con militantes de diversas tendencias, por ejemplo en la farmacia del militante del Partido Nacional López Balestra. En 1982, en las elecciones internas de los partidos políticos habilitados por el gobierno dictatorial que excluían al Frente Amplio, impulsó, junto a líderes y militantes proscriptos y presos, el voto en blanco.
Su primer cargo político-gubernamental fue, a fines de los años cuarenta, en la denominada Caja 32, cuyo Consejo Directivo Honorario integró como delegada gubernamental designada por Luis Ballte Berres. Los problemas de financiamiento de las cajas, la ausencia de seguros sociales y la descoordinación de las políticas, la llevaron a promover en 1950 la mayoría de las modificaciones que se establecieron sobre la ley de negociación colectiva del año 1943. Así se creó el Consejo Central de Asignaciones Familiares que permitió coordinar mejor las distintas cajas y calificar su aporte social. Desde ese protagonismo generó un caudal electoral que le permitió ir con su lista de mujeres para las elecciones de 1950, la lista 103 del Partido Colorado, que sacó seis mil votos faltándole trescientos para llegar a ser diputada.
Continuó entonces en la dirección del Consejo Central de Asignaciones Familiares, desde el que impulsó la ampliación del Estatuto del Trabajador Rural de 1946, que estableció el salario mínimo. La reforma de 1954 incluía a peones y trabajadoras del servicio doméstico rural en el sistema de asignaciones familiares y ampliaba el radio de acción de las cajas del interior del país, llegando a los establecimientos rurales.
En 1954 integró el Consejo Departamental de la Intendencia de Montevideo. Desde ese organismo contribuyó con: la reestructura del municipio a través de la creación de nuevos departamentos, la elaboración del Plan Director de Montevideo y la creación de un servicio fúnebre municipal que compitiera con las empresas privadas. Se creó también la Dirección General de Asistencia Social, encargada de realizar encuestas para la planificación social, vinculada a los trabajos de higiene y sanidad. También se organizaron censos en barrios informales y de emergencia realizados por las visitadoras sociales.
En mayo de 1968, con el Partido Colorado de nuevo en el gobierno y Jorge Pacheco Areco en la presidencia, Alba Roballo fue nombrada Ministra de Educación y Cultura, convirtiéndose en la primera mujer ministro en América Latina. Pero ya en junio, luego de las medidas prontas de seguridad y la intervención de la enseñanza dispuestas por Pacheco, renunció a su cargo volviendo al senado. Desde su lugar en el parlamento comenzó a integrar la oposición al gobierno, apoyando las interpelaciones al ministro del Interior, José Jiménez de Arechaga o firmando la moción de censura presentada por Zelmar Michelini ante la muerte del primer estudiante en una manifestación, Líber Arce. También denunció la práctica las torturas en el sistema penitenciario, que en la época se practicaba sobre presos políticos.
Obra:
- Se levanta el Sol, Montevideo, s/n, 1942.
- La tarde prodigiosa, Montevideo, Talleres Gráficos Prometeo, 1952.
- Canto a la tierra perdida, Montevideo, Cuadernos de Julio Herrera y Reissig, 1959.
- Réquiem para Miguel, Montevideo, s/n, 1963.
- Poemas sin fecha, Montevideo, s/n, 1967.
- El libro de los adioses, Montevideo, Ediciones Avanzar, 1968.
- Poemas del miedo, Montevideo, Cuadernos Julio Herrera y Reissig, 1971.
- Tiempo de lobos, Montevideo, Sandino, 1971.
- Heredarás la Tierra, Montevideo, Imprenta García, 1981.
- La fábrica de la locura, Montevideo, El Cid Editor, 1984.
- La casa de humo, Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1993.
Cómo citar esta entrada: Bolaña Caballero, María José (2020), “Roballo Verón, Alba”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org