RENISKOFF, Jacobo (Imperio ruso, c. 1887 – Buenos Aires, Argentina, 5/5/1909).
Carpintero anarquista de origen ruso-judío, uno de los manifestantes asesinados durante la represión policial que el Coronel Ramón L. Falcón desató contra los manifestantes del 1º de Mayo de 1909 en la Plaza Lorea de Buenos Aires, dando inicio a la Semana Roja.
El 1° de Mayo de 1909 forma parte de la multitudinaria manifestación de trabajadores (unas 30.000 personas según fuentes periodísticas) convocada por la FORA anarquista en la Plaza Lorea de la Ciudad de Buenos Aires, violentamente reprimida por la Guardia de Seguridad al mando del Coronel Ramón L. Falcón. Los incidentes comenzaron cuando la policía intentó detener al anarquista José Maza que lideraba una de las columnas, acción que fue resistida por los manifestantes. Otro de los líderes anarquistas, Ricardo Nivelli, hizo unos disparos para evitarlo. Tras un toque de clarín, un centenar de policías a caballo disparó su carga de fusilería sobre la multitud. La represión produjo un centenar de heridos de gravedad y provocó ocho muertes (además de Reniskoff, cayeron Juan Semino, Pedro Fortunato, Narciso Milessi, José Silva, Miguel Besch, Luis Pantaleone y Manuel Fernández), a las que se sumaron otros dos obreros caídos los días siguientes.
Al momento de caer asesinado, este carpintero de origen ruso tenía 22 años, era soltero y estaba domiciliado en Cochabamba 1776, ciudad de Buenos Aires. El Partido Socialista suscribió una colecta para la familia de los caídos y le entregó a su madre 75 pesos. Su apellido aparece escrito en diversas fuentes también como “Reznikoff” y “Resnikoff”.
Esa misma tarde el gobierno detuvo a varios centenares de militantes y clausuró los diversos locales obreros. Al día siguiente (domingo 2 de mayo) un Comité Mixto compuesto por miembros de las dos centrales obreras —FORA anarquista y la UGT socialista— convoca a una huelga general a partir del lunes 3, reclamando la libertad a los presos, la reapertura de locales así como la derogación del “Código de Penalidades” y de la libreta de identidad exigidos a los trabajadores. Los socialistas, además, pidieron la renuncia de Falcón.
La huelga tuvo alto acatamiento durante toda la semana en la ciudad de Buenos Aires y en diversas localidades del interior del país (Rosario, Córdoba, La Plata, Junín, Bahía Blanca, Pergamino, Bragado). La policía y el ejército custodiaron la ciudad desierta tratando de impedir las manifestaciones de protesta mientrad duró la medida de fuerza. El gobierno respondió a la huelga decretando el estado de sitio, detuvo otros dirigentes obreros y deportó algunos más amparándose en la Ley de Residencia.
Francisco López y B. Ibáñez fueron oradores del acto multitudinario realizado el lunes 3 de mayo frente a la morgue judicial donde los manifestantes reclamaron la entrega de los cuerpos de los anarquistas asesinados. El martes 4 un cortejo con los Féretros de Fernández, Pantaleone y Besch partió rumbo al cementario de la Chacarita. En el cementerio hablaron: Alfredo L. Palacios por el Comité Ejecutivo del Partido Socialista; Marció por la Unión General de Trabajadores, Carlos Balsán y Juan Bianchi (anarquistas) por la FORA y Salvador Lotito y Gabriel Biagiotti (sindicalistas) por las Sociedades Autónomas.
El miércoles 5, en un acto organizado por el Partido Socialista en Plaza Constitución, fue asesinado el joven Ulises Sturla de un disparo lanzado por un conscripto.
Al cabo de cuatro meses, el 14 de noviembre de 1909 el joven anarquista vindicador Simón Radowitzky, que había sido testigo de la masacre de Plaza Lorea, arrojó una bomba al coche en el que viajaban Falcón y su ayudante Juan A. Lartigau en el cruce entre las calles Callao y Quintana, terminando con sus vidas.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2023), “Reniskoff, Jacobo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.