RAGAZZINI, Giovanni (Forlì, Italia, 20/7/1859 – Buenos Aires, Argentina, 20/11/1906).
Obrero pintor, decorador y músico de origen italiano, uno de los primeros propagandistas del anarquismo en la Argentina.
Hijo de Giovanni Ragazzini y Vittoria Mezzanoti, nació en Forlì en 1859. Pintor decorador, en su ciudad natal militó en el socialismo. Se casó con costurera llamada Anna, con la que tuvo dos hijas: Vittoria y Alcea.
Ragazzini dejó Forlí en 1887 para embarcarse con su mujer y sus hijas rumbo a Buenos Aires, Argentina. Según los registros migratorios, su esposa y sus hijas partieron del puerto de Génova en el barco Perseo para arribar a Buenos Aires el 10 de agosto de 1888. Anna Ragazzini tenía entonces 28 años, Vittoria 11 y Alcea 3. La niña mayor ya se registra como costurera. No hay registro del ingreso de Ragazzini al territorio argentino, es posible que haya arribado unos meses antes de convocar a su mujer y sus hijas, o bien que haya ingresado en el mismo barco con un nombre falso.
Su primera presencia pública en Argentina está registrada entre los oradores del mitin del 1° de Mayo de 1890 realizado en el Prado Español, al que concurrieron más de dos mil trabajadores. Fue una iniciativa de los socialistas, a la que se sumaron sobre la marcha muchos anarquistas. Los exiliados alemanes del Club Vorwärts recogieron el llamado del Congreso de París de 1889 y convocaron en los primeros meses de 1890 en su sede una serie de asambleas obreras hasta que se conformó un “Comité Internacional Obrero” de 27 miembros. Dicho Comité organizó el mitin en un predio abierto del barrio porteño de Recoleta donde el periodista suizo Joseph Winiger, presidente del Comité, leyó un informe en el que llamaba a la creación de una Federación Obrera.
Además de Ragazzini, hicieron uso de la palabra esa mañana: el anarquista español Bernardo Sánchez, delegado de los cigarreros de hoja y secretario del Comité (en español); el relojero suizo Marcelo Jaeckel del Vorwärts (en francés); el periodista socialista Adolf Uhle, también del Vorwärts (en alemán); el ebanista socialista tirolés Carlos Mauli (en francés y en italiano); el anarquista Guglielmo Marroco, presidente de la Società figli del Vesuvio (en italiano); el anarquista Luigi Alesini (en italiano); el anarquista Orsini Bertani (en italiano), Gilbert (en francés), Gervagni (en italiano), G. Penella y Vicente Nicastro (en español) y el zapatero anarquista de origen catalán Zacarías Rabassa (en español).
En 1893 colaboraba en el sostenimiento del periódico individualista y comunista-anárquico en lengua italiana Lavoriamo, que editaba en Buenos Aires el tipógrafo italiano Luigi Gervasini. Tras el levantamiento radical, en diciembre de 1893 fue detenido junto a otros conco anarquistas (el panadero catalán José García, el zapatero francés Emilio Diarich, el cigarrero español Bernardo Sánchez, el carpintero italiano Francisco Denambride y el ebanista francés Eugenio Simonet). Un periodista del diario La Prensa entrevistó a los detenidos. Informó que Ragazzini “ganaba 20 pesos diarios, muy por encima del salario promedio de trabajadores y que, sin embargo, se quejaba de los bajos salarios. Pero el nativo de Forlì respondió que no protestaba en un sentido egoísta sino por una cuestión de humanidad. El periodista cuestionó el concepto humanitario del anarquista, refiriéndose a los atentados en Europa, pero Ragazzini respondió que eso no les interesaba, ya que no era lo que se hacía en Argentina” (cit. en Canales Urriola). Dado que el gobierno nacional había declarado el estado de sitio, se les dio a los prisioneros la opción de permancer en prisión hasta que la medida fuera levantada o irse del país. El 15 de diciembre fueron embarcados a Montevideo.
De vuelta en Buenos Aires, fue orador el domingo 19/10/1895 en la Plaza de Mayo en una concentración de protesta convocada por los albañiles en la que también toma la palabra Adrián Patroni. La confrontación entre anarquistas y socialistas terminó en un tumulto y con una veintena de anarquistas presos. Su nombre aparece en la lista de suscriptores del periódico anarquista L’Avvenire (Buenos Aires, 1895-1897). Colaboró asimismo en el sostenimiento de El Perseguido (Buenos Aires, 1890-1897).
El domingo 7 de junio de 1896 participa de la Convención Obrera reunida en el Teatro Pasatiempo convocada por las sociedades de panaderos, yeseros, marmolistas, albañiles y estibadores para acordar la huelga general. La policía, que ya habían detenido a dos anarquistas por distribuir propaganda, participó en la reunión con espíritu provocador y cuando intentaba detener a uno de los oradores, volaron dos sillas y se desató un desorden que Ragazzini intentó calmar cantando el Himno de los Trabajadores, junto con otros compañeros.
Pero al salir cantando del teatro, se encontraron con la policía. Según L’Avvenire, “Ragazzini recibió una herida de puñal en la cabeza y fue detenido con tres o cuatro personas más”, dos de los cuales se encontraban todavía en la comisaría dos semanas después, mientras que Ragazzini, herido en la cabeza y en los brazos, estaba detenido en la enfermería de la prisión de Palermo.
Ragazzini fue condenado a un año y medio de prisión. En diciembre, los anarquistas enviaron a su familia 50 pesos procedentes de una colecta realizada en una velada artística celebrada el 15 de noviembre, a lo que el anarquista espondió con una carta fechada el 6 de diciembre desde la Penitenciaría que decía: “Cuando pienso en toda la labor de propaganda que tenemos que apoyar, lamento que esa suma se destine a ayudar a mi pareja y a mis hijas, en lugar de utilizarse para un fin más directamente útil en el desarrollo de nuestro sublime ideal; pero si habéis pensado en repartirlo como lo habéis previsto, no puedo rechazarlo, y sólo me queda daros las gracias” (cit. en Canales Urriola).
En una de esas prisiones en el Depósito de Contraventores, logró convertir al anarquismo a un policía: Federico A. Gutiérrez. “Soy su deudor de libertad” escribió éste emocionado al recordarlo en su obra Noticias de policía:
“Él me enseñó a ser malo y a ser bueno, él hizo pedazos todos los prejuicios de mi cabeza de colegial, él me adelantó el porvenir. Lo conocemos todos. Sus ojos claros eran dulces como los de un niño. Su lógica era también clara como sus ojos. La barba crespa le daba a su rostro una tonalidad de nazareno. Culto hasta la exquisitez, era un artista de manos callosas y un gran convencido”.
Federico A. Gutiérrez, Noticias de policía, Buenos Aires, 1907.
En mayo de 1898 interviene con otros anarquistas individualistas en una velada teatral organizada por los anarquistas organizadores. Enojado porque le impidieron repartir volantes, se puso a cantar himnos revolucionarios desde el proscenio, impidiendo el inicio de la función. La velada terminó con tumultos y desórdenes.
Está presente en Rosario durante la huelga que paralizó la ciudad el 23 de octubre de 1901, cuando en el marco de los reclamos de los trabajadores de la Refinería de Azúcar fue asesinado por la policía el obrero Cosme Budislavich. Días después está presente en una asamblea de obreros anarquistas presidida por Florencio Sánchez y reunida en un local del Partido Socialista de Rosario. Enrique Dickmann y Juan B. Justo viajan a la capital provincial y quieren asistir a la asamble pero los anarquistas —Rómulo Ovidi, Blanco, Domingo Alloco y Victoria Bolten les piden que se vayan por no ser delegados obreros. Pero arguyendo que si la asamblea no iba a votar si se aceptaba o no su presencia, sostuvieron que iban a quedarse por propia decisión. Entonces Ragazzini abraza a Justo y le dice: “Ecco l’anarchia!”.
Según Diego Abad de Santillán, Ragazzini fue “un personaje excéntrico, pero ardiente propagador del comunismo anárquico”. El socialista Enrique Dickmann lo rememoraba como un “anarquista individualista… de estatura gigantesca, de anchas espaldas, de barba hirsuta, de gestos y palabras violentos. Ragazzini era el más temible de los anarquistas individualistas, el más auténtico, el más fanático, el más sectario, el más violento. ¡Hasta los agentes de policía le tenían miedo!”.
El mismo Dickmann relata la anécdota de cuando, hacia fines del siglo XIX, irrumpió en una de las conferencias de Pietro Gori en la Facultad de Derecho recusando enérgicamente las posturas del anarquismo organizador:
—Gori, tu sei animale, tu sei traditore…
Gori, conociéndolo, trató de calmarlo:
—Ma Ragazzini, cálmate.
¡Fue para peor! Pues como bestia furiosa, Ragazzini se precipitó sobre Gori. Hubo que sujetarlo violentamente, lo que no era tarea fácil, y lo arrojaron a la calle.
Enrique Dickmann, Recuerdos de un militante socialista, Buenos Aires, La Vanguardia, 1949, p. 69.
Alberto Ghiraldo dejó un retrato más benévolo….
“Tipo del día. Ragazzini”, en: La Protesta nº 420, Buenos Aires, 11/10/1904, p. 1.
Murió alcohólico en Buenos Aires el 20/11/1906, a la edad de 42 años.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Ragazzini, Giovanni”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.