ORZÁBAL QUINTANA, Arturo (seudónimos: Roberto Dumesnil) (Buenos Aires, 22/3/1892 – San Juan de Puerto Rico, Puerto Rico, 14/9/1969).
Conferencista, periodista, traductor, políglota, intelectual antiimperialista y antifascista, defensor de la URSS y de la nacionalización del petróleo argentino.
Hijo del Gral. Arturo Orzábal, ingeniero militar, y Benjamina de la Quintana Alcorta, fue el mayor de cuatro hermanos (Arturo, Benjamina, Facundo y Raúl). Provenía de familia de militares y políticos de alcurnia. Su abuelo, el coronel Mariano Orzábal (1813-1881), fue protagonista de innumerables campañas militares. Su padre tuvo una ascendente carrera en el ejército, jalonada con medallas y premios. Fue profesor en varias instituciones militares, y responsable de misiones de compra de armas en Europa. En el bienio 1906-1907 llegó a ser director del Colegio Militar de la Nación. Ese año viaja con esposa e hijos a Francia, donde una tuberculosis acaba con su vida en 1910, a los 46 años.
Benjamina de la Quintana Alcorta, por su parte, era de una familia católica ortodoxa de la aristocracia terrateniente cordobesa. Era prima hermana del presidente José Figueroa Alcorta. Los hijos del matrimonio continuaron profesando la fe cristiana, con excepción de Arturo, quien, ya como adolescente librepensador, comenzó a tomar distancia del ambiente cultural e ideológico familiar con el que luego siempre desentonaría. En Francia, tras un breve paso por las carreras de Ingeniería y Medicina, estudia Derecho en la Sorbona y se doctora con honores en Ciencias Políticas en la Universidad de Paris (1912-1917).
De regreso en Buenos Aires en 1920, trabaja en el Ministerio de Relaciones Exteriores y se vincula al núcleo de jóvenes reformistas que rodea a José Ingenieros. En 1925 es uno de los firmantes —junto a Alfredo Palacios, Carlos Sánchez Viamonte y Julio V. González, entre otros— del manifiesto fundacional de la Unión Latinoamericana (ULA), que lidera Ingenieros. Palacios es elegido presidente y Orzábal Quintana secretario. Es, además, uno de los mentores de su órgano, el mensuario Renovación (1923-1930). Colabora también con Nosotros y Revista de Filosofía, así como con en El Libertador de México, con ensayos relativos a la política y la diplomacia internacional. También es colaborador de los diarios Crítica, El Mundo y Mundo Argentino.
Un año después preside la “Asociación Amigos de Rusia” y es el principal animador de su publicación, la Revista de Oriente (Buenos Aires, 1925-1926). Por disidencias con Palacios y la orientación socialista de la ULA tras la muerte de Ingenieros, a principios de 1926 abandona la secretaría de la misma. Como consecuencia, en agosto de 1927 lanza el “Manifiesto a los pueblos del Sur y Centro América, México y Antillas” en el que convoca a la creación de una nueva entidad antiimperialista: la Alianza Continental. Desde esta plataforma, profundiza la campaña de rechazo del alineamiento argentino tanto con la Liga de las Naciones como con el Panamericanismo. En estos años aparece como especialista en cuestiones de política internacional, adquiriendo gran prestigio. Además de ser un prolífico escritor de ensayos sobre la temática, se destaca por sus dotes de conferencista. Continuador de la labor de Ingenieros en cuanto al conocimiento y la divulgación de la nueva realidad soviética, es además entusiasta difusor de los sucesos del Oriente, como por ejemplo las alternativas políticas en la China del Kuomintang. En su afán por divulgar las ideas antiimperialistas de la Alianza Continental, ofrece también conferencias radiales. Después de varios años de intensa campaña a favor del reconocimiento por parte de la Argentina del gobierno de los Soviets y de fomento del intercambio comercial y cultural entre ambos países, visita la URSS en 1927, participando en Moscú de la celebración del 10° Aniversario de la Revolución de Octubre y del Congreso de los Amigos de la URSS (noviembre de 1927).
A pesar de su pública adhesión al proceso de edificación de la URSS no se afilia al PC, sino que profundiza su perspectiva antiimperialista de corte nacionalista, defendiendo algunas políticas yrigoyenistas.
A través del Gral. Alonso Baldrich, que es designado Presidente de Honor de la Alianza Continental, se vincula al Gral. Mosconi, director de YPF, que también ingresa a la Alianza. Orzábal Quintana y Baldrich, a través de la Alianza, desplegarán una intensa campaña de apoyo a la política de Mosconi por la nacionalización del petróleo y por la promoción de acuerdos entre la URSS y la Argentina en política petrolera. Tras el golpe militar de setiembre de 1930, los tres son encarcelados. Una semana después, Orzábal Quintana debe exiliarse en Montevideo. Desde allí, utilizando en ocasiones el seudónimo de Roberto Dumesnil, pergeña junto a algunos radicales disidentes levantamientos contra el gobierno del General Agustín P. Justo, a la postre fracasados.
En 1933 se le permite regresar de su destierro. Sin embargo, al poco tiempo es encarcelado en la Penitenciaría de la Av. Las Heras, donde sufre junto a otros presos políticos torturas psicológicas. En 1936 es miembro del Comité Directivo de una institución antifascista: Defensa Popular por las víctimas de la reacción. Ese mismo año es el intérprete oficial en las deliberaciones del PEN Club reunido en Buenos Aires. Es miembro de la Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE) creada el 28 de julio de 1935 por un grupo de intelectuales bajo la inspiración de Aníbal Ponce. Al año siguiente integra su comisión directiva. El l6 de setiembre de 1937 dicta una conferencia en el Colegio Libre de Estudios Superiores (CLES): “Las minorías checoslovacas y la paz mundial”, donde responsabiliza a la diplomacia británica por la expansión nazi sobre Europa. Volvería sobre el mismo tema un año después, cuando en octubre de 1938 dicta “El Eje Londres-Berlín y la Paz de Munich”, que aparece como folleto editado por la AIAPE.
Por entonces crea la Unión Popular Argentina por la Alianza de las Américas, de la que fue secretario. En esos años, y durante la Segunda Guerra Mundial, vuelve a ser habitual conferencista en temas de política internacional. Incursiona también en el cine, escribiendo y participando en la factura del documental “Corazón de España” (1937) que desde una óptica republicana narra la violencia sobre la población civil en la guerra civil española. Fue decididamente antiperonista, lo que le valió nuevas persecuciones. En 1949, contratado como traductor por las Naciones Unidas en New York, no puede salir del país porque el gobierno de Perón retiene su pasaporte. El presidente ecuatoriano Velasco Ibarra, casado con una prima de su esposa, intercede ante Perón y finalmente lo acoge en su país, en el que Orzábal Quintana dicta conferencias sobre política mundial en las universidades de Quito y Guayaquil.
Poco después prosigue su vida en Puerto Rico, donde es contratado como consultor técnico por el Ministerio de Instrucción Pública. Allí vive hasta su muerte. Tuvo una relación estrecha aunque compleja con la teosofía. De joven, en 1913, en Francia, conoce al filósofo hindú y líder espiritual Jiddu Krishnamurti, y traba con él una amistad que habría de extenderse por décadas. Es entonces cuando adscribe a la teosofía y colabora en la revista Le Théosophe. Sin embargo, años después criticará los acentos religiosos y místicos de ciertas vertientes teosóficas. Su relación estrecha con Krishnamurti no obstante se mantiene, pero sostenida en un vínculo esencialmente intelectual. Así, en 1930 hacía de su obra una interpretación laica y redentorista que vinculaba al advenimiento de “los tiempos nuevos” anunciados por la revolución rusa. Años después, en 1935, hace la traducción simultánea de las conferencias de Krishnamurti en su visita a la Argentina, sin despegarse de él. Orzábal Quintana tradujo, entre otras obras, El libro de la Revolución de Upton Sinclair (1925), así como varios libros de Krishnamurti.
Ejerció docencia libre en la Facultad de Derecho (UBA) en 1926 y fue por largos años profesor de geografía e historia universal del College Français de Buenos Aires. Llegó a dominar siete idiomas, incluido el ruso, que aprendió en ocasión de su viaje a la URSS.
Casado con Elena de Carvalho, tuvo tres hijos: los mellizos Oscar y Marta, y Nora, que murió siendo niña durante los años del exilio en Montevideo.
Obra
- Le problème de l’Anarchie Internationale, Londres, Herald Publiching Offices, 1914.
- Le Panaméricanisme et son Evolution Récente, Paris, Alcan, 1917.
- “La futura Sociedad de los Pueblos”, Buenos Aires, ¡Adelante!, 1920.
- “Hacia la bancarrota de la Liga. Por qué la República Argentina debe alejarse de Ginebra”, Buenos Aires, Nosotros, 1926.
- “Los soviets y el petróleo del Cáucaso”, Buenos Aires, Alianza Continental, 1929.
- “El Eje Londres-Berlín y la paz de Munich”, Montevideo, Oficina de Prensa de los Periodistas Libres, 1938 (reed.: Montevideo, AIAPE, 1938).
Cómo citar esta entrada: Bergel, Martín (2024), “Orzábal Quintana, Arturo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.