ORTIZ RIVAS, Silverio

Hijo de Damiano Ortiz y Mariana Rivas. Trabajó como sastre desde 1915, en el momento en que entró a realizar el servicio militar. Participó como espectador en la tercera reelección de Manuel Estrada Cabrera.

En julio de 1919, junto con otros doce obreros, fundó el Comité Patriótico de Obreros (CPO), el que pasó a presidir con el objeto de derrocar al dictador guatemalteco. En septiembre de ese año encabezó la formación de la Liga Obrera (LO), organismo que reunió a los militantes del Comité Patriótico de Obreros y a los miembros de la Federación de Obreros de Guatemala para la Legalización del Trabajo (FOG), que se desligaron del estradacabrerismo.

El 21 de marzo de 1920 asumió el cargo de director de su órgano de prensa El Obrero Libre. Fue, entre otros, junto José Víctor Gutiérrez, Agustín Hernández C., Ernesto C. López M., uno de los signatarios del “Acta de los Tres Dobleces” (ya que las firmas se añadieron en una hoja de papel doblada tres veces), que creó al Partido Unionista en diciembre de ese año.

De enero a abril de 1920 Ortiz se destacó como líder político y organizador del movimiento en oposición a la dictadura. En pocas semanas logró fundar varias secciones de la Liga Obrera en todo el país. En marzo de ese año encabezó el desfile de 30.000 personas, que recorrió la capital pidiendo la renuncia de Estrada Cabrera y publicó el manifiesto conocido como los “60 mil obreros”, en el que advertía la posibilidad de una insurrección en caso de haber continuismo de parte del dictador.

Hábilmente se opuso a todas las transacciones que los dirigentes unionistas buscaron con el Partido Liberal en el poder. Ello condujo al estallido de la insurrección el 8 de abril de 1920. Al mando de las milicias obreras, Ortiz se destacó como organizador de la resistencia y estratega en la toma de plazas fuertes, especialmente la del Castillo de San José, que dominaba la capital.

A pesar de haber aceptado la integración de la Liga Obrera dentro de las estructuras del Partido Unionista, Ortiz mantuvo una independencia de acción, la que habría de mostrar en el momento en que se quiso respetar los bienes del dictador a condición de su renuncia, lanzando las milicias al asalto de La Palma, donde estaba fortificado Estrada Cabrera.

Al final de la insurrección, el 14 de abril de 1920, se propuso publicar un manifiesto dirigido a los obreros y a los campesinos para que no depusiesen las armas hasta no obtener satisfacciones políticas, pero fue traicionado por Saturnino González, uno de los dirigentes de la Liga Obrera, quien no lo hizo circular. Los unionistas los neutralizaron al confiarle a Ortiz la vigilancia del ex dictador, mientras comenzaban a desarmar a las milicias populares ofreciéndoles dinero.

Ortiz terminó por abandonar el Partido Unionista, cuando éste decidió apoyar la candidatura a la presidencia del terrateniente Carlos Herrera, próximo a los liberales. También se retiró de la política obrera al ver cómo la Liga Obrera se escindía en dos alas al constituirse la Unificación Obrera.

Posteriormente a los hechos de 1920, Ortiz escribió sus memorias con el título “Reseña histórica de la parte que el elemento obrero tuvo en el Partido Unionista”, de las cuales algunos fragmentos se encuentran insertados en el libro Ecce Pericles de Rafael Arévalo Martínez.

Se desconoce su actividad política y sindical posterior. Durante la dictadura de Ubico fue varias veces perseguido y encarcelado. Encontrándose enfermo, fue detenido el 24 de diciembre de 1943 cuando estaba internado en un hospital y encarcelado, acusado de participar del «complot de los sargentos». Salió de prisión el 2 de julio de 1944, tras el derrocamiento del dictador.