ORFILA REYNAL, Arnaldo

Primogénito de Jacinto Orfila y Lucinda Reynal, tuvo una hermana menor: Nélida. Ingresó en el Colegio Nacional de La Plata en 1910 y cursó luego estudios universitarios en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), hasta graduarse como doctor en química. Ejerció brevemente su profesión, primero al frente de una farmacia en la localidad bonaerense de La Colina y luego dirigiendo una usina láctea en La Plata. Pero fue su vocación política la que lo orientó por otros caminos. 

Siendo aún estudiante del Colegio Nacional emprendió con sus compañeros la empresa de fundar una escuela nocturna, a la que asistieron 600 trabajadores. Durante sus años de estudiante universitario tuvo activa militancia en el movimiento de la Reforma Universitaria, que tuvo en La Plata uno de sus epicentros, junto a los grupos universitarios que animaron la vida política e intelectual de la ciudad y editaron, entre 1918 y 1930, publicaciones como Atenea, Sagitario, Valoraciones, Estudiantina o Diógenes. En 1919 es secretario de la revista universitaria Renovación, integra el Consejo Directivo de la Federación Universitaria de La Plata (FULP) y es delegado por la misma en el Congreso Nacional de Estudiantes reunido en julio de ese mismo año en Córdoba. 

En setiembre de 1921 integró la delegación estudiantil argentina que viajó a México para participar en el Primer Congreso Internacional de Estudiantes, influido tanto por el espíritu de la Reforma Universitaria como por la Internacional Comunista (integraron también la delegación Héctor Ripa Alberdi, Enrique Dreyzin, Pablo Vrillaud y Miguel Bonchil). Allí conoció a Daniel Cosío Villegas, presidente del encuentro, a José Vasconcelos, titular del Ministerio de Cultura y al joven dominicano exiliado  Pedro Henríquez Ureña. Recibió a la delegación el presidente Álvaro Obregón y los invitó a recorrer México en el vagón presidencial. 

El Congreso había resuelto fundar la Primera Internacional de Estudiantes, de modo que Orfila parte para New York y luego a distintas ciudades de Europa (París, Roma, Madrid, Lisboa) para contribuir a fundar las secretarías.

De regreso en La Plata, formó parte del grupo de jóvenes platenses que se reunía en torno al filósofo Alejandro Korn y desde su cargo de consejero universitario acompaña la lucha de los reformistas contra el sistema de internado y por la renovación de los programas de estudios. Junto a Alejandro Korn, Carlos Sánchez Viamonte, Pedro A. Verde Tello y otros, participó en la elaboración de un proyecto de Ley de educación. A mediados de la década de 1920 fue el gestor de la instalación de Pedro Henríquez Ureña en la Argentina y ambos colaboraron en el proyecto de la revista Valoraciones (La Plata, 1923-1928). 

Tras el golpe militar de septiembre de 1930 ingresó, junto a Korn y el grupo de los reformistas platenses, al Partido Socialista (PS). Allí contribuyó a crear la Agrupación “Camarada”, alineándose con el ala izquierda del PS.

En noviembre de 1937, al cumplirse un año de la muerte de Korn, contribuyó a la creación de la Universidad Popular “Alejandro Korn” (UPAK), de la que fue primer presidente y desde la cual promovió una intensa actividad cultural, editando la revista U.P.A.K. (La Plata, 1938-1942). 

En 1938 viajó a la España de la guerra civil como corresponsal del diario socialista La Vanguardia. Junto a Luis Aznar, Enrique Anderson Imbert, Aníbal Sánchez Reulet y otros editó la Revista de Crítica y Polémica. En 1940 se casa con María Elena Satostegui, a quien se mantuvo unido por más de una década. 

Pedro Henríquez Ureña y Alfonso Reyes le proponen, a fines de 1944, asumir la dirección de una sucursal en Buenos Aires del Fondo de Cultura Económica (FCE), una vigorosa empresa editorial fundada en México diez años antes. Cuando en 1948 su director Cosío Villegas pidió licencia, la junta de gobierno de la editorial mandó llamar al argentino para que se hiciese cargo de la editorial. Instalado definitivamente en México, se unió años después a la antropóloga de origen francés Laurette Séjourné, que también residía en ese país. 

Bajo su dirección, el FCE conoció un intenso proceso de modernización y expansión. Creó nuevas colecciones (Breviarios, Psicología, Psicoanálisis, Letras de México, Colección Popular, Ciencia Nueva) y editó a los clásicos del pensamiento contemporáneo, de Marx a Weber, de Dilthey a Heidegger, de Juan Rulfo a Octavio Paz. En 1954 fundó en la ciudad de México la primera de las librerías del FCE, a las que seguirían sucursales en Santiago de Chile y Madrid. 

Pero la publicación del estudio antropológico de Oscar Lewis, Los hijos de Sánchez, le vale la acusación oficial de ofrecer una “imagen negativa” del país. En un contexto en que Orfila había dado su apoyo entusiasta a la Revolución Cubana y celebraba una pública amistad con sus líderes Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, el presidente Díaz Ordaz ordenó, en noviembre de 1965, su destitución del FCE, que era una empresa estatal. Orfila, con el apoyo de una importante franja de la intelectualidad latinoamericana, emprendió entonces un nuevo proyecto: la Editorial Siglo XXI. Desde aquí contribuye nuevamente a la modernización intelectual latinoamericana con sus ediciones de Marx, Althusser, Lacan, Foucault, Paulo Freire, etc., que lo consagran definitivamente como editor. 

Entre otras oportunidades, en 1984 visitó la Argentina, con motivo del homenaje que se le tributó en el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires. En 1980, con motivo de recibir en México la Orden del Águila Azteca, definió su “vocación auténtica” en estos términos: “Debíamos contribuir a formar una conciencia americana en nuestras juventudes; debíamos responder a esa ansia de expresiones culturales formativas e informativas que desbordan los campos académicos, como hoy se reclaman también, en primer término, en las luchas de la heroica revolución de Nicaragua”.

Murió en ciudad de México a los cien años de edad.