OESTERHELD, Héctor G.

Hijo de Fernando Oesterheld, inmigrante alemán, y Elvira Ana Pullol. Cursa los estudios primarios en un colegio alemán y los secundarios en el Colegio Nacional “Manuel Belgrano”. Se familiariza desde niño con la obra de narradores como Stevenson y Defoe. Estudia ciencias naturales, con especialización en geología, en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se costea los estudios trabajando como corrector de pruebas en el diario La Prensa, donde aparece en 1943 su primer texto: “Truilla y Miltar”, un cuento para niños. 

Trabaja como geólogo para la empresa estatal YPF en las localidades patagónicas de Comodoro Rivadavia, Tupungato y Zapala, pero pronto se consagrará a su verdadera vocación, radicándose definitivamente en Buenos Aires. A fines de la década de 1940 está dedicado a la literatura infantil y la divulgación científica en medios como la “Colección Bolsillitos” (1949) y la revista Gatito (1951). Más tarde publica cuentos de ciencia ficción en Más allá (1953-57), revista pionera en su género. En 1951 aparece en Cinemisterio su primera historieta, con dibujos de Eugenio Zoppi: “Alan y Crazy”. 

Los primeros personajes que alcanzan resonancia los creará para la revista Misterix de Editorial Abril: “Bull Rockett” (1952), con dibujos de Raúl Campani, y “Sargento Kirk” (1953), que ilustra el italiano Hugo Pratt. En 1956-1957 vierte al género novelístico las historias de “Bull Rockett” y “Sargento Kirk”.

En 1957 funda sus propias revistas de historietas: Hora Cero y Frontera, un hito en la historia del género, donde convoca a artistas como Alberto Breccia, Francisco Solano López y Hugo Pratt. Sus personajes obtienen gran popularidad entre un público joven que encuentra en ellos no sólo diversión sino también modelos de conducta ejemplarizadores. “Ticonderoga”, “Ernie Pike”, “Sherlock Time”, “Randall”, son sólo algunos de ellos. 

De este período es su obra más celebrada: “El Eternauta” (Hora Cero semanal, 1957-1959), dibujada por Solano Sópez, que narra las aventuras de Juan Salvo y un grupo de sobrevivientes que resisten una invasión extraterrestre. En 1961 vendió sus revistas y volvió a colaborar en Misterix, donde apareció “Mort Cinder”, ilustrada por Alberto Breccia. En los años siguientes escribió innumerables guiones para revistas de las editoriales Dayca, Columba (Fantasía, El Tony), Récord (Skorpio) y Zig Zag de Chile. 

En 1968 inicia el ciclo de sus historietas propiamente políticas con Vida del Che, una biografía en viñetas de Ernesto «Che” Guevara, con dibujos de Alberto y Enrique Breccia. En mayo de 1969 comienza a publicar en el semanario Gente una nueva versión de El Eternauta en clave antiimperialista, ahora ilustrada por Alberto Breccia, que la propia dirección de la revista se niega a seguir publicado y le exige concluir precipitadamente.

En 1970 escribe para la revista 2001 el guión de “La guerra de los Antartes”, que dibuja León Napóo (seudónimo de Antonio Mongiello Ricci). 

Proveniente del Partido Comunista (PC), en parte entusiasmado por la militancia de sus cuatro hijas en la Juventud Peronista, comienza a colaborar hacia 1970 con Montoneros. Escribe para el diario Noticias (1973-1974) el guión de la segunda parte de “La guerra de los Antartes”, que dibuja ahora Gustavo Trigo y para El Descamisado la serie “Liberación e imperialismo, 450 años de guerra”, con dibujos de Leopoldo Durañona. Entre 1976 y 1977 aparece en la revista Skorpio una segunda parte de “El Eternauta”, nuevamente dibujado por Solano López. En esta continuación se acentúa la alegoría política, por lo que el editor somete el guión a graves mutilaciones. 

Integraba la Comisión de Prensa de Montoneros y vivía clandestinamente cuando es emboscado y secuestrado en La Plata el 27 de abril de 1976. Pasa por el centro de detención clandestina conocido como “El Vesubio”, en el Partido bonaerense de La Matanza, donde es torturado. Al ser trasladado al Batallón 601 del Regimiento Domingo Viejobueno de Monte Chingolo, Pcia. de Buenos Aires, se topa con un jefe de esa unidad interesado en la historieta y que es conocedor de su obra, quien le propone escribir un guión de aventuras sobre el cruce de los Andes por el ejército del Gral. José de San Martín. Oesterheld habría aceptado sin que ello modificara demasiado sus condiciones de cautiverio, prosiguiendo los interrogatorios y la vida de prisionero. 

Sometido cada vez a mayores presiones para que colaborara con la represión delatando nombres o lugares, y ante su resistencia, fue “trasladado” fuera de ese cuartel durante 1977, permaneciendo desaparecido desde entonces. Fue visto por última vez en el campo de concentración conocido como “El Embudo”, que funcionó en la comisaría de Villa Insuperable, en el partido de La Matanza, Pcia. de Buenos Aires. 

Estaba casado con Elsa Sánchez. De sus cuatro hijas, todas militantes políticas, Beatriz fue asesinada el 19 de junio de 1976 en la Villa “La Cava” de San Isidro, Pcia. de Buenos Aires, aparentemente a manos del Ejército; Diana, embarazada de siete meses, cayó detenida en julio junto a su compañero en su domicilio en la capital de la Pcia. de Tucumán, tras un enfrentamiento con fuerzas armadas. Su hijo nacido en cautiverio fue luego recuperado por los familiares paternos; Marina, la tercera hija, desapareció estando embarazada de ocho meses; Estela fue asesinada junto a su marido en diciembre de 1977 y su hijo Martín, de tres años, fue secuestrado. Su abuela logró recuperarlo tiempo después. En 2016 se publicó el libro Los Oesterheld, de las periodistas Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami, una biografía de la familia de Oesterheld.

Desde 1997 una plaza del barrio porteño de Puerto Madero lleva su nombre.