MORÁN, Juan Antonio (Rosario, Provincia de Santa Fe, 1895 – General Pacheco, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 12/5/1935).
Marinero timonel, anarquista expropiador y vindicador al mismo tiempo que dirigente sindical marítimo.
Según Osvaldo Bayer, Morán era oriundo de Rosario mientras que para Diego Abad de Santillán era un “bravo correntino”. Participa de acciones directas mientras desarrolla públicamente su actividad como dirigente sindical marítimo.
En 1923 formaba parte de la corriente “anarco-bolchevique” que conformó la Alianza Libertaria Argentina (ALA),
Llegó a ser dos veces Secretario General de la FOM (Federación Obrera Marítima), fundada en 1910, de orientación sindicalista, y dirigente de la Unión Sindical Argentina (USA). Las huelgas que dirigió se caracterizaron por su singular virulencia.
En enero de 1927 está en Posadas, Misiones, como delegado de la FOM y junto a Marcos Kaner, delegado de la USA, para luchar por la libertad de Eusebio Mañasco y alentar la reconstitución de la Sociedad de Obreros Unidos, que ahora se llamará Federación Obreros Unidos.
El 12 de octubre de 1928, en el marco de una huelga de la FOM contra la empresa naviera de Nicolás Mihanovich que estaba siendo boicoteada con “obreros libres” secundados por elementos de choque de la Liga Patriótica y otros obreros traídos del Paraguay, Morán fue advertido de que uno de los paraguayos, Luciano Colman, tenía por misión asesinarlo. Inmediatamente se adelantó a buscarlo a un bar ubicado en las calles Pedro de Mendoza y Brandsen, en el barrio porteño de La Boca, y tras un intenso tiroteo, mató a Colman e hirió a Pedro Bogado, otro de los asesinos a sueldo. Por este hecho pasó sólo unos meses en prisión, pues la fiscalía no contó con testigos oculares.
En el contexto de pasividad con que el movimiento obrero recibió el golpe militar del Gral. Uriburu, el 10 de septiembre de 1930 estuvo entre los impulsores de la primera de una serie de reuniones clandestinas con miembros de la USA, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de anarquistas de otras vertientes, como el “forista” Diego Abad de Santillán y los “antorchistas” Rodolfo González Pacheco y Horacio Badaraco. Allí propuso organizar una huelga general revolucionaria, garantizando que la FOM aportaría fondos para el movimiento y obstruiría las vías fluviales para inmovilizar las unidades de la escuadra.
Partidario de la acción directa, se había vinculado a fines de la década de 1920 a los anarquistas expropiadores Severino Di Giovanni y Miguel A. Roscigna, y en los años 1932 y 1933 formará parte de un grupo expropiador —lo acompañan Julio Prina de La Plata, el también marítimo Daniel Ramón Molina, Julio Tarragona, Ángel Moure, Pedro Blanco y Víctor Muñoz Recio— que, a pesar de la represión, actuó en Buenos Aires, La Plata y Avellaneda.
En el marco de la resistencia obrera a la dictadura militar, el 12 de junio de 1931 será —junto a Gino Gatti, Julio Prina, “El Nene” Lacunza y “El Gallego” González— uno de los ejecutores del Mayor José W. Rosasco, designado por el presidente de facto Gral. Uriburu como interventor de la Policía de Avellaneda, zona industrial del conurbano bonaerense donde actuaban los grupos anarquistas y comunistas, sobre los cuales el jefe policial había desatado feroces redadas. Morán le disparó a Rosasco cinco disparos en el pecho mientras cenaba en el restaurante “Chechin” de Avellaneda. En el hecho muere también de modo accidental “El Nene” Lacunza.
A fines de 1932 formó parte del plan —finalmente abortado— de liberar al anarquista expropiador Emilio Uriondo de la penitenciaría. En el marco de una redada policial mayor, el 28 de junio de 1933 una brigada policial lo sorprende durmiendo en una casa de Avellaneda.
Preso en la Cárcel de Caseros, a principios de mayo de 1935 la justicia lo sobresee por falta de mérito. Sin embargo, el comisario Fernández Bazán no lo quiere otra vez en libertad, y es así que Morán es sacado varias veces de su celda y “semblanteado” por desconocidos. Cuando el 10 de mayo es informado de que saldría en libertad, a pesar del consejo de sus compañeros de que no saliera del penal sin avisar al abogado, Morán traspasa las puertas del penal y es inmediatamente secuestrado y forzado a ingresar a un auto. Dos días más tarde su cadáver martirizado y con un balazo en la nuca sería encontrado en un camino de tierra de Gral. Pacheco. Durante su entierro los oradores reclamarían venganza con el puño en alto.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Morán, Juan Antonio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.