MILESI, Pedro (seudónimos: Pedro Maciel, Pedro Islas, El Viejo Pedro) (Buenos Aires, Argentina, 8/10/1886 – Córdoba, Pcia. de Córdoba, Argentina, junio 1981).
Trabajador rural, obrero maderero, metalúrgico y finalmente municipal de orientación anarquista en su juventud, luego sindicalista y más tarde trotskista, vinculado al clasismo cordobés a fines de la década de 1960 y comienzos de 1970..
Su padre era un pequeño contratista de la construcción y su madre profesora de francés en un colegio religioso. Cursa estudios primarios hasta tercer grado: tiene diez años cuando su padre lo saca del colegio para que lo ayude cargando baldes de arena en la construcción de obras. Disconforme con esa vida, a los catorce años abandona la casa paterna y recorre el país, trabajando en distintas regiones y aprendiendo diversos oficios, siguiendo la ruta típica del “peón golondrina” (la zafra en el norte argentino, cosecha de cereales en el centro del país, entre otros).
Objetor de conciencia al servicio millitar, emigra al Uruguay en 1908, para volver al país con la amnistía concedida en 1910. En Montevideo vive en el Centro Internacional de Estudios Sociales, de orientación anarquista, refugio de exiliados proletarios de diversos países, donde despliega una intensa actividad cultural: integra un grupo teatral, promueve recitales de poesía, etc.
Vuelve a la Argentina, instalándose ahora en los campos de la Pcia. de Santa Fe. Adquiere una máquina cortatrilla tirada por caballos y lleva adelante una pequeña explotación agraria. Simultáneamente, crea numerosos “centros de estudios sociales” a la manera del de Montevideo, en que arrendatarios, colonos y peones aprendían a leer y discutían política. Es en ese contexto que, en 1912, se produce el “Grito de Alcorta”, la primera huelga agraria, en la que Milesi participa y en la que conoce a José Boglich, dirigente rural y estudioso marxista de la “cuestión agraria”, que jugará un rol importante en su formación político-intelectual. Según su propio testimonio:
“Hice mis primeras armas en el campo social con compañeros anarquistas. Fundamos los primeros Sindicatos de Oficios Varios y Estibadores. Con ellos fuimos promotores del famoso Grito de Alcorta, haciendo causa común con los chacareros, en 1912. Después, estos nos dejaron colgados. En la Plaza de Firmat (…) le vi la cara y conocí el significado de las fuerzas del Estado (…) (D)urante un mitin cayeron ametrallados los compañeros Francisco Mena y Eduardo Barros, chacarero el uno y obrero gráfico el segundo. Finalizado el conflicto, los resultados fueron beneficiosos para los chacareros… Me trasladé a Buenos Aires”.
“Una vida obrera dedicada a la causa del socialismo”, en: Posición, 1974, p. 2.
En octubre de 1915 enviaba una nota a La Protesta en nombre del Centro “Eliseo Reclús” de la localidad de Firmat. Una vez radicado en la capital argentina pasa a desempeñarse como “carpintero armador”. Colabora en la reorganización del Sociedad de Carpinteros y Anexos, siendo nombrado secretario de actas. Colabora en el periódico El Obrero ebanista (Buenos Aires, 1918-1923). Participa activamente de la huelga general maderera de junio de 1916, severamente reprimida. Milesi es detenido, acusado de violar la “Ley de Defensa Social” e incluso de “homicidio”. El fiscal solicita para el detenido 25 años de prisión, pero es absuelto luego de un juicio oral en el que fue acompañado y defendido por sus compañeros.
Cuando se instaló en la capital argentina se había afiliado al Partido Socialista, contribuyendo a la creación de la Biblioteca del Centro Socialista de Villa Crespo. Pero en 1917 adhiere a la Revolción Rusa, de modo que a principios de la década de 1920 aparece como miembro del recién creado Partido Comunista (PC) argentino.
Después de su experiencia como carpintero, pasa a desempeñarse como obrero metalúrgico, oficio que había aprendido pocos años antes en la Provincia de Santa Fe con los técnicos estadounidenses que reparaban maquinaria agrícola. Participaba del proceso de unificación gremial de los diversos oficios metalúrgicos cuando estalló en los Talleres Vasena del barrio porteño de Constitución la huelga que dio origen a lo que se llamó la Semana Trágica. Milesi participó en la huelga metalúrgia como organizador y como orador, formando parte de la nutrida columna obrera que el 9 de enero acompañó el cortejo de los obreros asesinados que partió desde el local obrero de la calle Loria hasta el Cementario de la Chacarita, donde la policía cargó nuevamente sobre la multitud. Según su testimonio: “Actué en las barricadas frente a la fábrica de Vasena. Acompañé hasta la Chacarita a los nueve cadáveres llevados a pulso”. Según Milesi, cuando la policía cargó los fusiles, “yo salté por el paredón de Dorrego” (“Una vida obrera dedicada a la causa del socialismo”, en: Posición, 1974, p. 2).
Los días que van del 6 al 13 de marzo de 1922 participa como delegado en el Congreso de Unidad Gremial del que nace la Unión Sindical Argentina (USA), escribiendo regularmente en su periódico, La Organización Obrera. En dicho congreso defiende la postura comunista (minoritaria) de afiliar la USA a la Internacional Sindical Roja. A fines de ese año y siguiendo la orientación del sindicalismo comunista, participa del congreso de fundación del Sindicato Obrero de la Industria Metalúrgica (SOIM), que lo elige primer secretario. Pero pocos meses depués es expulsado del PC, junto a Luis Koiffman, Alberto Palcos, Isaac Palcos, Silvano Santander, Juan Prieto, F. Nájera, Cosme Gjivoje y otros militantes de la fracción “frentista”, partidaria del frente único entre el PS y el PC.
En 1927 participa en una conferencia pública sobre la nacionalización del petróleo organizada en Buenos Aires por la Liga Antiimperialista de las Américas que lideraban los “chispistas” del Partido Comunista Obrero (PCO). Compartió tribuna con el sindicalista socialista Francisco Pérez Leirós, la dirigente “chispista” Angélica Mendoza, el periodista Carmelo Rizzo Baratta y el mexicano Carlos Gracidas.
Se dempeñaba como obrero municipal, trabajando en el adoquinado de las calles de Buenos Aires. Llega a ser secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Comuna. Reclama a la Internacional Comunista su reingreso al PC argentino, que se concreta tras el golpe militar de septiembre de 1930 encabezado por el Gral. Uriburu. Sin embargo, va a romper dos años después con un pequeño grupo de jóvenes—entre ellos, Carlos M. Gallegos— que se suman a la primera agrupación trotskista del país, la Izquierda Comunista Argentina (ICA), nacida en 1929 como escisión del PC de la Región Argentina que lideraba José F. Penelón. Habían sido fundadores de la ICA: Robert Guinney, Manuel Guinney y Camilo López. Bajo el impulso de Milesi, la ICA se reorganiza como Liga Comunista Internacional (LCI) sección Argentina, y edita el periódico Tribuna Leninista (Buenos Aires, 1933-1934). En una asamblea reunida a principios de febrero de 1933, la LCI designa a Milesi secretario general y delegado en el Congreso Antiguerrero que iba a celebrarse en Montevideo.
Pero el 24/2/1933 es detenido a bordo del barco que se dirigía a Montevideo. Se lo retiene en la cárcel de Villa Devoto de Buenos Aires, y después de cuarenta días, el 5 de abril fue trasladado al penal de Ushuaia, en la provincia patagónica de Tierra del Fuego, donde convive con seis militantes comunistas y siete anarquistas. Traba entonces estrecha relación con el anarquista Horacio Badaraco. Una vez liberado, retornó a Buenos Aires el 10 de julio de 1933, poniéndose nuevamente al frente de la LCI.
Entre 1933-1934 se desarrolla en las páginas de Tribuna leninista un fuerte debate con Nueva Etapa, el periódico de la liga trotskista rival que lidera Antonio Gallo.
En el año 1935 la LCI de Milesi se unifica con la LCI que lidera Gallo para formar una sola Liga, y su órgano pasa a llamarse IVª Internacional (Rosario, 1935-1936). Pero las tensiones internas llevan a la expulsión de Milesi.
En 1936 Milesi se opone a la división de la CGT impulsada por las corrientes ligadas al PS y al PC, alineándose con la mayoría de orientación sindicalista. En 1936, con el estallido de la Guerra Civil Española, es uno de los impulsores de la Comisión Coordinadora de la Ayuda a España en la Argentina, en la que participa como delegado de la USA. La CCAEA era un organismo frentista hegemonizado por los anarquistas y los socialistas que recogía apoyos materiales a la España republicana, por fuera de las redes del Partido Comunista. Milesi fue elegido secretario de la CCAEA en 1936, pero el 27 de octubre de 1937 renunció a ese cargo después de que se rechazó su propuesta de enviar un delegado obrero a la España en guerra.
Ya fuera de la LCI, Milesi constituye —con José Paniale y Alfredo Alonso— un pequeño grupo de estudio del marxismo, con el que edita la revista teórico-política Inicial (Buenos Aires, 1938-1939). Esta revista pasa a convertirse en periódico y su núcleo no tarda en constituir, con el concurso de Gallo y otros militantes, una nueva agrupación trotskista: la Liga Obrera Socialista (LOS). En 1939 colabora en New International, órgano del SWP, sección norteamericana de la IVa Internacional. En 1941 está en contacto con el militante trotskista brasileño Lebrún (seudónimo de Mario Pedrosa), que participa de las tesis “antidefensistas” de Max Schachtmann y un sector rebelde del trotskismo norteamericano. La LOS lo expulsa en marzo de 1941 por haber presentado en su sindicato una resolución “antidefensista”, que calificaba como “imperialista” la invasión soviética a Finlandia.
Ese mismo año es elegido miembro del Consejo Confederal de la USA, junto a figuras como Luis Gay, Modesto Orozco y otros, central sindical opuesta a la CGT (hegemonizada por los socialistas y los comunistas), cuyo órgano es Unión Sindical. Enseguida participa del proceso de fusión entre la debilitada USA y una serie de gremios autónimos que dio origen a la Comisión Obrera de Relaciones Sindicales (CORS).
Aunque rechaza la tutela que ejerce el Coronel Juan D. Perón sobre el movimiento obrero tras el golpe militar de junio de 1943, acompaña a las masas obreras que, dirigidas por Cipriano Reyes, llegaron el 17 de octubre de 1945 hasta la Plaza de Mayo caminando desde Berisso, en las afueras de la ciudad de La Plata, a reclamar por la liberación del Secretario de Trabajo detenido. Según su testimonio del año 1971: “Esa insurgencia fue eminentemente proletaria, instintiva, espontánea, sentimental, sin orientación doctrinaria”.
Participa en los días posteriores de las asambleas obreras que van a dar origen al Partido Laborista, aunque se aparta en el momento mismo de su fundación cuando su propuesta de levantar candidaturas obreras independientes tanto del Coronel Perón como de la Unión Democrática para las elecciones de febrero de 1946 no son atendidas por sus viejos compañeros y amigos sindicalistas. En la respuesta a una encuesta que años después le dirigió el escritor Andrés Rivera, Milesi escribió: “debí dejar entonces de ser actor para ser simple testigo. Y después, víctima” (“El peronismo, el 17 de Octubre y el movimiento obrero. Carta del Camarada Pedro”, Córdoba, octubre 1971). De modo que cuando se jubila, en 1951, ya había abandonando la actividad gremial.
Pero su larga vida le dio revancha. En 1967 se estableció en el pueblo de Bialet Massé, Pcia. de Córdoba, donde vuelve a vincularse con estudiantes y activistas sindicales de la nueva izquierda clasista, entablando una estrecha amistad con Agustín Tosco, dirigente gremial de la seccional cordobesa del Sindicato de Luz y Fuerza. En la primera mitad de los años ‘70 concurre asiduamente a los locales de Luz y Fuerza y de los sindicatos clasistas SiTRac y SiTraM, interviene en asambleas y congresos sindicales y dicta cursos sobre historia del movimiento obrero como para las jóvenes generaciones, estableciendo lazos de amistad y camaradería con figuras como Susana Fiorito, Andrés Rivera ►, Horacio Poggio, Guillermo Izaguirre, Ruth Ferniot y Susana Funes. El primer Plenario Nacional de Sindicatos Combativos, Agrupaciones Clasistas y Obreros Revolucionarios, reunido en Córdoba los días 21 y 22 de mayo de 1971, lo designa presidente honorario. El 28 de agosto de 1971 está en la mesa de dirección del Congreso clasista convocado por SiTRaC y SiTraM. Su intervención sobre el final del congreso evitó la fractura entre los sectores clases y peronistas combativos. Dado que la represión desatada sobre estos espacios impidió darle continuidad a esta discusión, Milesi escribió el texto que el grupo Espartaco (y luego la revista cordobesa Posición) publicaron con el nombre de “Carta del Camarada Pedro a los compañeros peronistas de base” (1971).
En las elecciones nacionales de 1973 apoyó las listas obreras del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) que presentaban a José Francisco Páez como candidato a gobernador de Córdoba, a Domingo Bizzi como diputado provincial y a Raúl Suffi de SiTraM como intendente de la capital, pero se opuso a las candidaturas a la presidencia de la nación como al Senado. Defendió este punto de vista en una carta que publicó en forma parcial Avanzada Socialista, el órgano del PST. A fines de 1972 el este mismo periódico le hizo una entrevista: “La lucha electoral es un modo de trabajo más…” (Avanzada Socialista nº 41, Buenos Aires, 6/12/72).
En 1973 viaja a Buenos Aires para dictar, junto a Elías Castelnuovo y Mateo Fossa, un curso de historia del movimiento obrero argentino en el Sindicato de Farmacia cuyo secretario general era Jorge Di Pascuale.
En marzo de 1976, tras el golpe militar, se ve obligado a dejar abandonado su hogar de la calle Maestro Vidal, en Córdoba, alertado por los secuestros y desapariciones de muchos de sus amigos. Le dieron asilo y lo cuidaron, en distintas partes del país, hasta su muerte en el invierno de 1981 a la edad de 94 años.
Estuvo casado con una obrera llamada María Teresa.
El 28 de noviembre de 1988 Susana Fiorito, Andrés Rivera, Carlos Masera, Roberto Vélez y José Ponce (ex obrero de Fiat Concord) fundaron la Biblioteca “Pedro Milesi” en el barrio de Bella Vista, Córdoba, destinada a preservar la memoria obrera.
Trabajador de formación autodidacta, Milesi inició sus lecturas en Montevideo con los libros de cultura anarquista que editaba la Escuela Moderna de Francisco Ferrer en Barcelona. Años después, José Boglich lo inició en la lectura de los clásicos del marxismo. Milesi llegó a aprender varios idiomas para leer los autores clásicos en su lengua original y para cartearse con dirigentes obreros de otros países. Entre fines de la década de 1930 y comienzos de la década de 1940 adquirió en Europa una colección de las MEGA (Marx-Engels-Gesamtausgabe), primera edición de obras completas de Marx y Engels editadas en su lengua original, llevada a cabo por Riazanov. Esta colección que perteneció a Milesi se preserva en el CeDInCI de Buenos Aires.
Obra
Sus artículos se hallan dispersos en periódicos y revistas como El Obrero Ebanista, Tribuna Leninista, Inicial, El Obrero Municipal, La Organización Obrera, New International, etc.
- “Carta abierta del Camarada Pedro a Vanguardia Comunista”, Córdoba, Espartaco, septiembre 1971.
- “El peronismo, el 17 de Octubre y el movimiento obrero. Carta del Camarada Pedro”, Córdoba, octubre 1971.
- “¿Qué es el clasismo? Carta del Camarada Pedro”, Córdoba, Espartaco, noviembre 1971.
- “Carta del Camarada Pedro a los compañeros peronistas de base”, Córdoba, Espartaco, 30/11/1971.
- “Carta del Viejo Pedro a las bases peronistas”, en: suplemento de Posición nº 13, Córdoba, marzo 1974.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Milesi, Pedro”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.