HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Guillermo

No se tiene información precisa sobre sus orígenes familiares y sus primeros años, pero se sabe que desde muy joven se vinculó a los círculos comunistas y socialistas de Bogotá.

En 1923 figuraba entre los miembros del Grupo Marxista dirigido por el ruso Silvestre Savitsky y participó en los congresos obreros de 1925 y 1926. En este último se fundó el PSR y Hernández Rodríguez fue escogido para hacer parte del Comité Ejecutivo.

Desde su posición como dirigente del PSR estrechó lazos con la internacional Comunista. Entre 1927 y 1930 vivió en Moscú, donde estudió en el Instituto Marx-Engels-Lenin y asistió a múltiples eventos como representante de Colombia. Participó en las conferencias sindicales latinoamericanas de 1927 y 1928. En este último año también asistió a la conmemoración del décimo aniversario de la Revolución de Octubre y al IV Congreso de la Internacional Sindical Roja (Profintern), en el que ocupó un lugar en la mesa directiva. En 1929 asistió a las reuniones del secretariado latinoamericano de la Comintern e hizo parte del la comisión creada para liderar la transformación del PSR en un partido bolchevique. En esta época se le conocía con el seudónimo de Alberto o Humberto Guillén.

Participó en la fundación del PCC en julio de 1930 y fue elegido Secretario General del mismo. Junto con su esposa, la venezolana Carmen Fortoul (seudónimo: Inés Martell), colaboró activamente en la formación política de los primeros cuadros del partido.

Desde su retorno y durante su actuación como Secretario General del PCC asumió una posición del defensa a ultranza de las directrices del Comintern y de descalificación de los antiguos dirigentes del PSR. Algunos de ellos debieron hacer autocrítica de su pasado y otros —como María Cano— fueron marginados de facto del partido. A mediados de 1931 el PCC pasó a depender del Buró del Caribe con sede en Nueva York y este cambio marcó el declive del prestigio de Hernández Rodríguez ante los dirigentes de la Internacional Comunista (Comintern).

No son muy claras las razones, pero en noviembre de 1932 Hernández Rodríguez y su esposa salieron de Colombia rumbo a Nueva York, en un viaje que significó el fin de su carrera como dirigente comunista.

Por este hecho fue acusado ante el Comintern de abandonar sus funciones como secretario del partido y salir del país sin permiso. En el ambiente quedó la idea que Hernández Rodríguez huía de la represión desatada contra los comunistas, que se oponían a la inminente guerra colombo-peruana.

El Buró del Caribe hizo las investigaciones e inició el proceso de rigor y en julio de 1933 comunicó al PCC su veredicto. Un mes después, el 25 de agosto de 1933, Hernández Rodríguez aceptó su expulsión del partido.

Los años siguientes se dedicó a la vida académica. Estudió derecho en la Universidad de París y estuvo consultando archivos y bibliotecas en España y Estados Unidos. Con base en estas pesquisas —y en otras realizadas en archivos colombianos— escribió su libro De los chibchas a la colonia y a la república, publicado en 1949. En este trabajo Hernández Rodríguez se apoya en los trabajos de Morgan y Engels para estudiar la evolución social de los grupos indígenas del altiplano y mostrar la continuidad entre ciertas formas de organización social precolombina y colonial. Fue profesor de la Universidad Nacional hasta su jubilación.

Militó en diversas facciones del Partido Liberal, destacándose su participación en el gaitanismo y en la fundación del efímero Movimiento Izquierdista Liberal en 1951. Fue representante a la Cámara por el Partido Liberal y desde esa instancia confrontó con argumentos políticos y jurídicos la reforma constitucional que dio lugar al Frente Nacional, un pacto bipartidista para alternarse el poder e impedir la participación de terceras fuerzas políticas. Los discursos pronunciados sobre este tema en la Cámara de representantes, en agosto y septiembre de 1959, y luego en la Convención Nacional Liberal, en febrero de 1961, sirvieron como base a su libro La alternación ante el pueblo como constituyente primario. Hernández Rodríguez se apartó del liberalismo oficialista y participó en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) a comienzos de la década de 1960. Tras la disolución de esta organización se vinculó a la Alianza Nacional Popular (Anapo) y llegó a ser senador por esa organización.