FRUTOS, BLANCA ANTOLINA

Blanca Antolina nació en la compañía Cuatro de Julio, Piribebuy, Cordillera, en una zona de campesinos minifundistas propietarios de una o dos hectáreas en promedio. Hija de Lugarda Cabral Romero (1914) y de Fulgencio Frutos, tenía dos hermanas y un hermano llamado Lorenzo.

A principios de 1962 inició una relación con Arturo López Areco, conocido como Agapito Valiente, quien era comandante de la Columna guerrillera Mariscal López del Partido Comunista Paraguayo (PCP). Se conocieron mientras él alfabetizaba campesinos en la compañía Cuatro de Julio. Blanca Antolina era de piel trigueña-blanca, muy flaquita y tenía el cabello negro a la altura de sus hombros. Usaba con frecuencia una vincha, accesorio muy popular en la década de 1960. Su padre, Fulgencio, había sido asesinado cuando ella tenía apenas cinco años, en un confuso episodio. Uno de sus hermanos, Miguel Frutos, también formó parte del grupo de apoyo a Agapito Valiente. Marciano Cubilla recuerda que Arturo López Areco habló con su tío, Ángel Cabral, para pedirle permiso para que Blanca se quedara con él: “él se había casado con mi sobrina, Agapito estaba enamorado de esa chica y quería casarse con ella, y no podía hacerlo público. El apellido era Frutos (…) es la única mujer que eligió” (Testimonio de Marciano Cubilla. Ñemby, Paraguay, agosto de 2017).

En la Compañía Cuatro de Julio se la conoció más por su segundo nombre, Antolina. Comenzó, primero, a formar parte de la red de apoyo a la Columna Mariscal López y, más adelante, se incorporó al Partido Comunista Paraguayo. Aunque sus vecinos la habían apodado “Morocha”, sería conocida en el Partido como la “camarada Rosalía”.  

En un Informe Reservado del Departamento de Investigaciones, con fecha 31 de diciembre de 1964, una pyrague (informante del gobierno), nombra a Blanca como un punto de apoyo de la guerrilla:

“Los otros miembros del grupo son los siguientes: un joven estudiante que es conocido como “norteamericano”, cuyo nombre no se conoce, pero que llegó de Cuba comunista hace dos meses aproximadamente; éste joven junto con Pedro Ignacio Cabral, Lorenzo López, Antolina Frutos, apodada morocha”, Antonio Cardozo, apodado “Andre’i”, un tal de apellido Servin, y otro conocido por “Pascual” cuyo nombre es Severo; pertenecen al grupo de Hipólito González”. 

Pese a que la situación de Blanca no era crítica, en la Compaía Cuatro de Julio se sabía que formaba parte de la red de apoyo a Agapito Valiente, aunque desconociendo el lazo afectivo que los unía. Luego de la destrucción de la columna guerrillera en julio de 1965 y de la represión posterior en Cordillera por parte de la dictadura del presidente paraguayo Alfredo Stroessner, Blanca salió del país. Ya establecida en la localidad de Ibarreta, provincia de Formosa, Argentina, desde noviembre de 1965, viajó reiteradas veces hasta la ciudad de Resistencia, capital de la provincia limítrofe de Chaco, para estar en contacto con su familia. Las hermanas de Arturo López, es decir, sus cuñadas, estaban exiliadas en Chaco desde la década de 1950.

Luego de la gran división del PCP, en julio de 1965, se formaron dos grupos enfrentados: uno liderado por Oscar Creydt, dentro del cual permaneció Arturo López; y otro liderado por Miguel Ángel Soler. Ambos se presentaban como el PCP legítimo, pero el apoyo de los soviéticos recayó sobre el grupo de Soler, quedando el de Creydt marginado del Movimiento Comunista Internacional. Esto último motivó que, a partir de los años 1970 y 1971, éste se acercara a las posiciones del Partido Comunista Chino (PCCh) y adoptara la sigla PCPI (Partido Comunista Paraguayo Independiente) para diferenciarse del PCP “soviético”. Blanca permaneció en el PCPI.

Los años 1966 y 1967 fueron de exilio impuesto, tanto por las condiciones de derrota de la Columna guerrillera Mariscal Lopez dentro del Paraguay, como por el hecho de haber tenido un hijo en enero de 1967. Blanca lo tuvo en Ibarreta y lo llamó Jorge Ismael (“Ismael” era uno de los pseudónimos que usaba en ese momento su compañero Arturo López Areco: 

“un día mi mamá me dice que yo tenía que ser López, tenía el apellido de ella Frutos, y que cuando yo nací, él vino a conocerme, y después se fue para el monte, yo tenía entendido que a los meses lo habían matado”.
(Testimonio de Jorge Ismael Villalba. Buenos Aires, diciembre de 2017).  

Blanca y Arturo estaban legalmente casados según las leyes no escritas de Cordillera. En 1964, un año antes de ser apresada, la camarada “Alicia” Idalina Gaona llevó a Blanca a una zona alejada de la Compaía Cuatro de Julio. Allí, por la noche, en una ceremonia pagana y clandestina, los declaró marido y mujer. Debido a la ausencia de su pareja, anotó a su hijo con su apellido de soltera, Frutos. 

Posteriormente, Blanca se mudó a la localidad chaqueña de Pampa del Indio, situada casi en un punto medio entre Ibarreta y Resistencia, dónde pasaría más desapercibida. Allí crió a su hijo durante sus primeros dos años de vida. En 1973, luego de tres años de haber recibido la noticia de la muerte y desaparición de su compañero, Blanca se mudó junto a su hijo a la Ciudad de Buenos Aires. En la capital porteña trabajó como empleada doméstica y enfermera. Estuvo en casas de familia en el barrio de Palermo y trabajó varios años como enfermera en el Hospital Argerich, situado en el barrio de La Boca. Siguió militando en el PCPI hasta 1980. Los continuos maltratos y críticas a los que se veía sometida por el secretario general, la llevaron a abandonar la agrupación y la militancia.  

Una tarde de 1994 Blanca estaba cortando el césped de la entrada de la casa que compartía con su segundo esposo, Ángel Villalba, y sufrió una descarga eléctrica al tocar el cable deficientemente cubierto con parches. Murió electrocutada a los 50 años, la misma edad que tenía Arturo al ser asesinado.