DI GIOVANNI, Severino (seudónimos.: Nivangino Donisevere; Essedi; Mario Dionisi; Mario Vando, Folgorite, Bruno Miserafi, Pietro Esteve, Carlo Malato, Luigi Gallean y Nido Marrucino) (Villamagna, Provincia de Chieti, Italia, 17/3/1901 – Buenos Aires, Argentina, 1/2/1931).
Anarquista de origen italiano, llamado “el idealista de la violencia” (O. Bayer).
Nacido en Villamagna, Provincia de Chieti, región de los Abruzos, de Carmelo Di Giovanni, obrero tipógrafo, y María Rosa Durante.
Es enviado por sus padres a un instituto de Ancona. Estudia magisterio sin recibirse, aunque ejercerá la docencia en una aldea de los Abruzos. Aprende el oficio de tipógrafo mientras lee a los clásicos del anarquismo. Por entonces mueren sus padres y hacia 1921, a la edad de 20 años, abraza el anarquismo.
Ante el ascenso del fascismo en 1922 decide emigrar, ya casado con su prima María Teresa Masciulli (llamada “Teresina”). Su hermano Alessandro se exilia en Francia y un tercer hermano, Giuseppe, permanece en Italia. Di Giovanni y esposa viajan inicialmente al Brasil, instalándose en Santa Ana, un pueblo cercano a São Paulo. Él desempeña diversos oficios, entre ellos, trabaja en la cosecha de maíz. Allí nace la primera hija del matrimonio, Laura. El matrimonio regresa con su pequeña niña a Italia, pero el clima de ascenso del fascismo otra vez los lleva a América. Esta vez arriban a Buenos Aires a bordo del vapor “Sofía” en mayo de 1923. Teresina había cruzado el Atlántico embarazada de su segunda hija, Aurora (más tarde se sumarían a la familia Ilvo y Erina, también nacidos en la Argentina).
Se instalan en Ituzaingó, donde Severino se dedica inicialmente al cultivo de flores, que vende él mismo en el Mercado de Abasto de la ciudad de Buenos Aires. Pero finalmente consigue trabajos encuadrados en el oficio en el que se había formado en Italia. Y como otros obreros gráficos politizados de la época, mientras trabaja en talleres gráficos como tipógrafo o linotipista, participa por las noches de reuniones anarquistas o de grupos antifascistas, siempre entre italianos.
El mismo año de su llegada funda con otros cinco anarquistas italianos el grupo “Renzo Renovatore” y el 1°/7/1924 incita, desde las páginas de L’Avvenire de Buenos Aires a destruir las cárceles, los tribunales, las iglesias y demás “ídolos de cartapesta”. El 20 de octubre rinde homenaje desde dicho periódico a Giacomo Matteotti, el diputado italiano asesinado por los fascistas, y cinco días después es detenido por la Policía de la Provincia de Buenos Aires por participar en un tumulto durante una asamblea obrera.
El 5/11/1924 presenta a Anatole France como “paladín de la libertad” y un mes después exalta la figura de Renzo Renovatore, en el segundo aniversario de su muerte. El 25/4/1925 dedica un artículo a Proudhon, Mazzini, Bakunin y Marx. Es nuevamente detenido, junto a otros 9 antifascistas, el 6 de junio de 1925, cuando en una velada en el Teatro Colón en que estaban presentes el Presidente de la Nación Marcelo T. De Alvear y el embajador italiano, irrumpe mientras suena la marcha real italiana arrojando volantes desde el Paraíso del teatro y gritando consignas contra la monarquía y contra Mussolini, y vivando a Matteotti. Luego de una batalla campal, Di Giovanni es detenido. Durante el interrogatorio policial habla buen castellano, dice ser anarquista no violento y trabajar en la imprenta Polli de Morón, Provincia de Buenos Aires.
Colabora primero en L’Avvenire y luego, en 1925, comienza a editar el periódico Culmine. Pubblicazione anarchica, escrito e impreso por él mismo, donde se reagrupa el ala más radicalizada del anarquismo argentino. Aboga por un anarquismo antibolchevique y por un antifascismo exclusivamente anarquista, fustigando el “garibaldismo”. Organiza también una biblioteca circulante con centro en su habitación de Morón y una biblioteca de folletos a bajo precio para los anarquistas de habla italiana.
Para el momento de la agitación por el caso Sacco y Vanzetti (1926/1927), Di Giovanni desarrolla una activa campaña desde las páginas de Culmine al mismo tiempo que envía sus informes, como corresponsal en Buenos Aires, a L’Adunata dei Refrattari, órgano de los anarquistas italianos de New York. Durante una conferencia de protesta organizada por La Antorcha en el Teatro Boedo el 16 de mayo de 1926, la voz de Di Giovanni exigiendo “más violencia” y “acciones individuales” se suma imprevistamente a la lista de oradores, generando simpatía entre los más jóvenes. Esa misma noche estalla una bomba en la puerta de la embajada Estados Unidos, por lo que la policía allana el local del Comité Pro Sacco y Vanzetti, confisca la tirada de La Antorcha y detiene a varios anarquistas reconocidos, quedando Di Giovanni en la mira del jefe de investigaciones. El 21/5/1926 es allanado su domicilio (secuestrándose mucho material de propaganda) y detenido por una semana en el Departamento Central de Policía, para ser finalmente liberado por falta de mérito. Di Giovanni niega haber sido el autor del atentado a la embajada.
Se instala con su esposa y tres hijos en una casa que le alquila la familia Scarfó, dos de cuyos hijos, los jóvenes Alejandro y Paulino Scarfó, ha conocido en el local de La Antorcha. Aquí conocerá a otra hermana, Josefina América Scarfó, con quien protagonizará un apasionado romance. Participa en la campaña de ayuda al anarquista italiano Gino Lucetti y su familia, luego de que éste organizara un atentado contra Mussolini. Su viejo domicilio de Morón así como la casa de los Scarfó son allanados en la noche del 22 de julio de 1927 tras el estallido de dos bombas, una contra una agencia concecionaria de la empresa automotriz Ford en el centro de la ciudad y otra junto al monumento a Washington en el barrio porteño de Palermo, en el marco de la campaña de agitación por Sacco y Vanzetti. Culmine, donde ya colabora activamente Paulino Scarfó, hace una crónica de cómo se hicieron estallar esas bombas. Di Giovanni, prófugo, muda permanentemente de domicilio. Ha queda aislado con su pequeño grupo (los hermanos Scarfó, el español Gómez Oliver, Emilio Uriondo y los italianos José Romano, Agostino Cremonesi y Julio Montagna), distanciado de su maestro maestro Aldo Aguzzi, y duramente atacado por los hombres del periódico La Protesta.
El 26/11/1927 vuelve a la acción: para vengar las muertes de Sacco y Vanzetti elige como blanco la fábrica de cigarrillos “Combinados” que acababa de sacar una línea barata para obreros con el nombre de los mártires libertarios. El 24 de diciembre del mismo año hace detonar dos poderosas bombas en el Citibank y en el Banco de Boston de la City porteña. La Protesta condena las acciones, pero Alberto S. Bianchi y Rodolfo González Pacheco las justifican desde La Antorcha. A principios de 1928, en el marco de la campaña por la libertad de Simón Radowitzky, prepara un atentado, junto a Paulino Scarfó, contra el director del penal de Ushuaia, Juan José Piccini, que fracasa: se trataba de un explosivo enviado por encomienda que es fácilmente advertido.
El 23/5/1928, secundado por José Romano, realiza un atentado contra el Consulado Italiano cuando llegaba el embajador de la Italia fascista, el ex-escuadrista Italo Capanni, que provocará nueve muertos y 34 heridos. Además de la conmoción general del país, 400 anarquistas fueron encarcelados. Ese mismo día, Di Giovanni y Ramé intentan sin éxito hacer estallar una farmacia de La Boca, propiedad del dirigente de un subcomité fascista, Benjamín Mastronardi. El domicilio de Di Giovanni es allanado por la policía, secuestrándose 5000 libros anarquistas y antifascistas.
El 26 de mayo otra explosión atenta contra el militar italiano César Afeltra, denunciado como torturador en Italia, en su casa de Almagro. Varios miembros del grupo Cúlmine de Berisso son detenidos e interrogados. Es descubierto el depósito de explosivos de Lomas del Mirador al mismo tiempo que se descubre que quien había enviado la encomienda al director del penal de Ushuaia es Paulino Scarfó. Di Giovanni es ayudado por los dos obreros panaderos de Morón José Apugliesi y Pedro Aguirre que lo albergan por un tiempo, mientras aprenden a preparar explosivos. El 14/10/1928, tras declararse una huelga de marítimos contra los buques de Nicolás Mihanovich, Di Giovanni —en cooperación con grupos de huelguistas— logra introducir una bomba en un barco que estaba por zarpar, pero que no llega a estallar.
A fines de 1928 viaja a Montevideo, donde se contacta con el grupo de “anarquistas expropiadores” de Miguel Arcángel Roscigno y los hermanos Vicente Salvador Moretti y Antonio Salvador Moretti. Di Giovanni introduce en Argentina moneda falsificada en Montevideo por los Moretti, con el objeto de hacerse de medios para la campaña por la libertad de Simón Radowitzky. El 10/11/1928 se produce un atentado fallido contra la Catedral metropolitana, en el que muere un joven. La justicia condena a Alejandro Scarfó a cadena perpetua en el penal de Ushuaia. El 5/2/1929, un asalto a los pagadores de la empresa Kloeckner, que origina un tiroteo y gran persecución, es atribuido por Bayer a Di Giovanni.
El 25/4/1929 es muerto de cuatro balazos Julio / Giuglio Montagna, quien fuera administrador de Culmine, acusado como delator de la policía. Di Giovanni nunca desmiente la imputación de autoría de esa muerte. Di Giovanni sigue siendo objeto de las más duras críticas por parte de La Protesta, llegando a ser calificado de “agente fascista o instrumento policial”. Si bien Luigi Fabbri y los anarquistas de New York reprueban estos calificativos, Di Giovanni amenaza a los directores del periódico anarquista. En este marco de acusaciones cruzadas, el 25 de octubre de 1929 el director de La Protesta Emilio López Arango muere tras recibir tres balazos en la puerta de su casa de Remedios de Escalada, mientras cuidaba a su mujer enferma y sus tres hijos. Di Giovanni exigió la formación de un tribunal internacional ante de las acusaciones de asesinato por parte de La Protesta.
Habría planificado también el atentado contra el jefe de Orden Social de Rosario, torturador de obreros anarquistas, subcomisario Juan Velar, el 22/10/1929 que llevaron a cabo Paulino Scarfó y Miguel A. Roscigno. A fines de enero de 1930 Di Giovanni es acusado del asesinato de Agostino Cremonessi en Rosario, otro administrador de Culmine. Durante 1930 Di Giovanni llevaría a cabo varios resonantes asaltos con diversos resultados. En el primero, un intento de robo al Banco de Avellaneda, logra escapar pero sin el botín. En el segundo, contra una estación de una compañía de ómnibus, se lleva varios miles de pesos; aunque a los dos días tres de sus compañeros son detenidos y luego condenados a tres años en el penal de Ushuaia por encubrimiento. El 7/8/1930 se produce el tan preparado asalto para liberar a Alejandro Scarfó mientras lo trasladaba un celular policial desde la cárcel de Caseros a los Tribunales. Participan Di Giovanni, Paulino Scarfó, Jorge Tamayo Gavilán y Braulio Rojas, pero el menor de los Scarfó no estaba en ese momento en el móvil. En tanto, un jury internacional pedido por Di Giovanni para evaluar los epítetos que le propinara La Protesta conformado en Montevideo por Luigi Fabbri, Ugo Treni y Torquato Gobbi, censura fuertemente a esa publicación; sin embargo, aquél sólo se sentirá justificado con una carta que recibe de Radowitzky, recién liberado por Yrigoyen y arribado a la capital oriental.
Caído Yrigoyen y desoyendo el consejo de sus amigos de exiliarse en el Uruguay, Di Giovanni desafía a la dictadura del General Uriburu editando el primer tomo de las obras de Reclus (Scritti Sociali, Buenos Aires, I Libri di Anarchia, 1930) y realizando un asalto a los pagadores de Obras Sanitarias (el 2/10/1930), con el que logra un cuantioso botín, pero pierde a su compañero Paco González. A partir del 12/10/1930 se instala con nombre falso, junto a Josefina y Paulino Scarfó, en una quinta de Burzaco, Pcia. de Buenos Aires, en la que montan una imprenta para editar el segundo tomo de las obras de Reclus y el quincenario Anarchia, desde cuyas páginas Di Giovanni, con el seudónimo de Mario Vando, convoca a la acción contra la dictadura.
El 20/1/1931 estallan tres bombas en distintos puntos de la Capital. Severino Di Giovanni, buscado afanosamente por la policía, es apresado en la tarde del 30 de enero cuando desafiaba la vigilancia que pesaba sobre las imprentas de Buenos Aires para llevar las pruebas del segundo tomo de las obras de Reclus a un taller gráfico. En el tiroteo que acompañó la persecución por calles y terrazas del centro porteño cayeron muertos una niña y un agente policial. Trasladado a la Penitenciaría Nacional de la Av. Las Heras, un tribunal militar lo condenó, por aplicación del “bando revolucionario”, a la pena de muerte, por haber atentado a mano armada contra la autoridad y por el homicidio de dos personas.
En el plazo de 24 horas de capilla concedido antes de su fusilamiento, el italiano pidió ver a su mujer e hijos, a Fina y a Paulino Scarfó, que acababa de ser detenido. Fue fusilado en la madrugada del 1° de febrero de 1931, luego de gritar por última vez “¡Evviva l’anarchia!”.
Tres años después, Teresina se unión a otro militante anarquista, Tomás Ponce de León, con quien tuvo otros tres hijos: Eros, Nélida y Eva.
Obra
Bibliográfica
- “Cartas de amor”, “Poesías” y “Escritos políticos de Severino Di Giovanni”, como apéndices I, II y III, en: Osvaldo Bayer, Severino Di Giovanni. El idealista de la violencia, Buenos Aires, Galerna, 1970.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2021), “Di Giovanni, Severino”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org