DI FILIPPO, Luis

Participó en la Reforma Universitaria de 1918, animando el ala más radicalizada de este movimiento. En las revistas reformistas anarco-bolcheviques Insurrexit (Buenos Aires, 1920-1921), Mente (Córdoba, 1920), Cuasimodo (Buenos Aires, 1921), Germinal (Rosario, 1923-1924) y Córdoba (Córdoba, 1923-1924). Influido como estos jóvenes estudiantes libertarios por la Revolución Rusa de 1917, en 1921 lanza desde su colegio rosarino La Antorcha (Rosario 1921-1924), subtitulada “Órgano del Centro de Estudiantes del Nuevo Colegio Nacional” de Rosario. Colabora también en el diario sindicalista Bandera Proletaria (Buenos Aires, 1922-1930) y en dos órganos del Grupo literario de Boedo: Extrema Izquierda (Buenos Aires, 1924) e Izquierda (Buenos Aires, 1928).

Poco después está en Buenos Aires, donde comparte una buhardilla con el pedagogo anarquista Julio R. Barcos y el linotipista y escritor Elías Castelnuovo. En 1923, de vuelta en Santa Fe, forma parte del grupo de los llamados “anarco-bolcheviques” liderado por Enrique García Thomas que funda la ALA (Alianza Libertaria Argentina) y escribe en su periódico, El Libertario (Buenos Aires, 1923-1932). En 1924 la ALA lo envió a Europa y a la URSS para que defendiera la postura “anarco-bolchevique”. En Cataluña toma contacto con los dirigentes del Comité de Relaciones Anarquistas de España, al que informa de la situación del movimiento obrero y anarquista argentino, mientras envía sus corresponsalías a El Libertario. Luego de una estancia en París, participó en Ámsterdam del Congreso de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) de 1925, donde defendió las posiciones de la ALA, severamente cuestionadas por Diego Abad de Santillán y Julio Díaz , delegados de la FORA anarquista. No llegó a la URSS por fata de recursos. 

En 1940 emprendió una incursión por la política: el 30 de enero de ese año fue designado jefe de policía de la ciudad de Santa Fe por el radical antipersonalista Manuel María de Iriondo (1937-1941). Un año después, concluido su mandato, fue diputado provincial por la Unión Cívica Radical (antipersonalista), hasta que el golpe militar de junio de 1943 clausuró ls actividad parlamentaria. Consultado en su vejez por esta curiosa experiencia por parte de un anarquista, remitió a la novela El hombre que fue jueves, de G. K. Chesterton: “Usted recordará, dijo, que el jefe de los anarquistas en la novela es al mismo tiempo el jefe de la policía. Pues bien, piense que como buen chestertoniano, yo me quise dar ese gusto en vida: anarquista y jefe de policía no en cualquier gobierno, sino en un gobierno conservador.

En su momento, Alaniz, la experiencia me pareció digna de ser vivida. Cincuenta años después no estoy tan seguro, pero nadie me quita lo bailado. Además, anote para que no se le olvide, el gobierno de Manucho fue uno de los mejores gobiernos de la historia de la provincia. Y él, Don Manucho, llegó a la política rico y cuando se fue era pobre” (Alaniz, El Litoral, 2021).

En la década de 1950 se vinculó a la Federación Libertaria Argentina (FLA), colaborando regularmente en la revista Reconstruir (Buenos Aires, 1959-1976). 

Durante la década de 1960 residió durante un tiempo en Mar del Plata, donde participó de las actividades en la Biblioteca Popular “Juventud Moderna”. En 1968 se instaló con su mujer Ana María Pasqualini en la ciudad de Buenos Aires, donde colaboró en los diarios La Nación y Clarín. En la capital argentina se vinculó estrechamente al grupo que se reunía en torno al filósofo Rodolfo Mondolfo: Oberdan Caletti, Luis Farré, Boleslao Lewin, fermín Estrella Gutiérrez y Marcelo Punyet Alberti. En 1976 regresa definitavamente a Santa Fe. En esta ciudad había fundado la revista Punto y Aparte (Santa Fe, 1956-1958). En 1981 lanza otra destacada revista del ámbito cultural santafesino: Gaceta Literaria de Santa Fe (Santa Fe, 1981-2006), que dirigió hasta su muerte. 

Además, desarrolló una intensa actividad periodística a lo largo de toda su vida. Se había iniciado en el periodismo a la edad de 20 años colaborando en el diario La Capital de Rosario, y ya nonagenario, seguía siendo colaborador de El Litoral de Santa Fe. 

Su mujer Ana María Pasqualini falleció en 1988. En febrero de 1992 dona su casa fue para que funcione la Asociación Santafesina de Escritores (ASDE), entidad de la que fue fundador con otras figuras de la ciudad como Leoncio Gianello y José Busaniche. En la ASDE funciona una biblioteca abierta al público con material de las bibliotecas privadas de Julio Caminos, Edgardo Pesante y del propio Di Filippo. 

En 1991 se le otorgó el título de Ciudadano Ilustre de la ciudad de Santa Fe. En 1992 empieza a escribir sus memorias, un libro que iba a denominarse El rumiante y que quedaría incompleto al sorprenderle la muerte el 12 de julio de 1997, a los 95 años, en la ciudad de Santa Fe.

Ejerció la docencia en el Colegio Nacional y en el Liceo Nacional de Señoritas.