MALDONADO, Delia (Departamento de Durazno, Uruguay, 1927 – sin datos sobre lugar y fecha de fallecimiento).
Trabajadora de la industria textil, dirigente gremial y sindicalista.
Nació en el Departamento de Durazno en 1927 y se trasladó a la capital del país, Montevideo, en 1945. Su hermana, que ya residía en la capital, la trajo consigo.
Delia consiguió trabajo como empleada doméstica en casa de la familia Metzen, a quienes recuerda como “admiradores de Hitler”. Posteriormente trabajó en la residencia de los Berro, “una gente con un nivel cultural, y además con los pies bien puestos en la tierra”, expresa. Uno de los miembros de esta familia era lector del semanario Marcha —fundado el 23 de junio de 1939 y editado hasta 1974 tras haber sido clausurado por la dictadura cívico-militar—, medio periodístico al cual Delia también suscribía sus simpatías.
Cuando enfermó de tuberculosis abandonó sin otra opción su puesto de trabajo y no fue sino hasta su recuperación que ingresó posteriormente a un “tallercito” en una pequeña fábrica de tejido de punto, con un número reducido de empleados. En el taller, Delia fue ascendida al puesto de encargada y le encomendaron enseñarle a las muchachas más jóvenes “cómo tenían que hacer, los trabajos que yo sabía hacer en mi casa de hacer los bordados”. Sin embargo, comenta que ella misma no se consideraba “con condiciones para mandar (…)”, y agrega:
“yo era muy movediza y nunca estaba conforme con las cosas (…) Nos cuidábamos (…) Yo les enseñaba silenciosamente (…) me quisieron manejar y no pudieron, ponerme en el lugar que ellos querían.” (Delia Maldonado, entrevista con el autor, Montevideo, 14/10/1999).
Cuenta, además, que una de las muchachas del taller le recomendó no aceptar el ascenso de puesto ya que “le iban a seguir pagando el mismo sueldo” exigiéndole mucho más trabajo. Esta situación refleja la desigualdad de género en el ámbito laboral, en un contexto en que la presencia femenina en las industrias era todavía considerada como mano de obra barata, un “ejército industrial de reserva”, percibiendo las mujeres menor salario en períodos de recesión también.
Debido a sus dolencias de salud, Delia necesitaba ir con frecuencia al baño, que se mantenía cerrado con llave. Cuando le reclamaron esto, ella se defendió explicando sus motivos pero el patrón la despidió, señalándole que “cuando se compusiera, que volviera”. No figuraba legalmente como empleada ante las autoridades correspondientes (lo que en Uruguay coloquialmente se le llama “trabajar en negro”), apenas había firmado “un papelito” que fungía de prueba, y no existía aún un sindicato que pudiera amparar sus derechos como empleada.
De acuerdo al Censo de 1963, la presencia femenina activa en la industria textil para ese entonces era del 53,18%, mientras que representaban el 33,25% de manera general. En actividades donde las mujeres eran mayoría, sin embargo, frecuentemente se pudieron escuchar reclamos por igualdad de salario acorde a sus funciones, las mismas que desempeñaban los hombres percibiendo una mayor paga.
En 1951 Delia ingresó a trabajar en la textil Hipertex, en las inmediaciones del Parque Rodó, en Montevideo. El dueño del lugar era judío y había sido comunista en Polonia. Según cuenta ella, cuando se formó un sindicato, “los problemas [que ocurrían] eran con los capataces o capatazas” y no con el patrón, puesto que lo reconoce como una persona que “siempre tuvo una actitud bastante amplia”. Delia mantuvo su puesto de trabajo allí por veintitrés años. Junto con otras trabajadoras, algunas de las cuales tenían ya experiencia sindical, se organizaron en la fábrica y lograron vincularse a la Unión Obrera Textil.
Con el tiempo, Delia Maldonado se convirtió en una luchadora sindical y fue dirigente del gremio textil, que desde mediados de 1950 unificó sus distintas organizaciones en el Congreso Obrero Textil (COT).
Cómo citar esta entrada: Porrini, Rodolfo (2025), “MALDONADO, Delia”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.