DE TOMASO, Antonio (Buenos Aires, Argentina, 26/6/1889 – Buenos Aires, Argentina, 3/8/1933).
Abogado, periodista, dirigente político y diputado de orientación socialista liberal, líder de la fracción de los “socialistas independientes”, finalmente Ministro de agricultura de un gobierno conservador.
Nació en un humilde hogar de inmigrantes italianos con afinidades anarquistas, de Saverio Di Tomasso, albañil, y Filomena Bruno, costurera. Sus hermanos fueron Severo, Ángela, Rosa y José.
El joven Antonio, que participó de la bohemia intelectual anarquista y socialista de principios de siglo, no tardó en castellanizar su apellido como De Tomaso. “A los diecisiete años —escribió su amigo José Rouco Oliva—, con el padrinazgo de Alfredo L. Palacios, engrosábamos las magras filas del Partido Socialista, cuando habíamos leído, con cierto provecho, a los divulgadores del marxismo”. Efectivamente, de Tomaso se incorporó al Partido Socialista en junio de 1907, velando sus primeras armas en las huelgas portuarias de Ingeniero White, próximo a Bahía Blanca, y publicando sus primeros artículos en La Vanguardia. Gracias a sus dotes de escritor y orador, se abrió camino rápidamente en las filas partidarias. Fue delegado por el Centro Socialista de Paraná al VIII Congreso del Partido que tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires, los días 24 y 25 de mayo de 1908, siendo designado uno de sus secretarios. El Comité Ejecutivo del PS lo designó orador en el acto de Plaza Constitución del 7 de mayo de 1909 durante la semana de huelga general tras la masacre de la Plaza Lorea el 1º de Mayo.
Representó al Centro Socialista de Tigre en el primer Congreso Extraordinario del Partido que tuvo lugar en la ciudad de Montevideo los días 1° y 2 de enero de 1910, a propósito del estado de sitio decretado tras la muerte del jefe de policía Ramón L. Falcón. Fue secretario de actas de la Mesa Directiva de ese Congreso. Fue delegado por el Centro Socialista de Junín al IX Congreso del Partido que tuvo lugar en Buenos Aires los días 24 y 25 de diciembre de 1910, siendo secretario del mismo. Ese Congreso lo designó miembro titular del Comité Ejecutivo. Cuando tenía 19 años, obtuvo por concurso un cargo de taquígrafo en el Congreso. Así, en 1911 fue quien recogió la versión en castellano de las conferencias que pronunció en francés Jean Jaurès en Buenos Aires, una de las cuales —la que versó sobre el pensamiento de Juan B. Alberdi— generó gran polémica: durante la misma, el puño postizo de Jaurès voló de su muñeca luego de un gesto enfático y alcanzó a De Tomaso, quien en broma exclamó “¡Touché!”. Su larga melena, sus corbatas de moño volador, sus críticas al presidente Figueroa Alcorta y sus primeras arengas en reuniones obreras dificultaron su carrera en el Congreso, hasta que fue exonerado por el Presidente de la Cámara de Diputados, Eliseo Cantón. Confesó entonces a su compañero de trabajo, el dibujante Ramón Columba, que sólo contaba con los ochenta pesos que ganaba en La Vanguardia para ayudar en su casa, pero que se recibiría rápido de abogado para retornar al Congreso como diputado.
Concluyó el secundario en el Colegio Nacional Oeste (hoy Mariano Moreno) y se graduó de abogado en 1914 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con una tesis sobre “El impuesto al mayor valor de los bienes inmuebles”. En el marco de su actividad política pronunció una conferencia sobre los derechos de la mujer en el Teatro Odeón regenteado por la Sociedad Teatral Ítalo-Argentina. En el mismo año de 1914, poco antes de recibirse de abogado y a poco de cumplir 25 años, fue electo diputado por el PS (éste sumaba a los diputados Enrique Dickmann, Antonio Zaccagnini, Francisco Cúneo y Ángel Giménez, junto a los reelectos Nicolás Repetto y Mario Bravo y a los más antiguos Alfredo Palacios y Juan B. Justo). Cuando hacía posesión de su banca, el 11 de mayo de 1914, le faltaba más de un mes para tener la edad exigida por la Constitución.
De notable capacidad oratoria, debutó en la Cámara debatiendo con Estanislao S. Zeballos e interpelando al ministro de Guerra Gregorio Vélez a causa de una tragedia producida en Entre Ríos durante unas maniobras. Fue reelecto sin interrupción hasta 1930, cubriendo los períodos 1914-1918, 1918-1922 y 1922-1926 por el PS. Reelecto por el mismo en 1926, al año siguiente lideraría la fundación del Partido Socialista Independiente (PSI), quedando como representante de éste en el Congreso. Fue también candidato a vicepresidente por el PS en la fórmula encabezada por Nicolás Repetto en las elecciones presidenciales de 1922. Entre los debates y proyectos parlamentarios de los que participó están el Código Penal de 1921; la investigación sobre los obrajes del Alto Paraná; el proyecto de Código Civil; el de colonización; de estabilidad de los empleados públicos, el Homenaje a Jean Jaurés; la investigación sobre la represión militar en Santa Cruz; el proyecto de régimen de sociedades extranjeras que explotan servicios públicos; el de asociaciones gremiales de trabajadores; el de sufragio femenino, etc. Está entre los firmantes de una resolución del 5 de junio de 1915 del Comité Ejecutivo del PS condenatoria a Alfredo Palacios por no respetar las costumbres del Partido, imputándole su devoción por “el prejuicio del duelo y un absurdo y bárbaro concepto del honor”. Como parte del grupo parlamentario del PS fue firmante, en abril de 1917, de una declaración que solicitaba a Yrigoyen hacer uso de buques de marina de guerra para efectivizar el comercio argentino en el marco de la guerra submarina de la primera guerra mundial. A pesar de la actitud neutralista mayoritaria que se había expresado en el III Congreso Extraordinario del PS respecto de la 1ª Guerra Mundial en 1917, de Tomaso, junto a Justo y Repetto, auspició en el Congreso de la Nación la ruptura de relaciones con Alemania, convocando a un voto general de afiliados que les dio mayoría, en contradicción con lo votado en el Congreso Extraordinario, lo que provocó la reacción de Enrique del Valle Iberlucea y los “internacionalistas”.
Durante la Semana Trágica de enero de 1919, en uno de los “tumultos” salvó la vida a una niña, hija de sus amigos Salvadora Medina Onrubia y Natalio Botana, el mítico director del diario Crítica. En enero de 1919 viajó a Europa, junto a Juan B. Justo, donde asistieron como delegados en el Congreso Internacional de Berna de la Internacional Socialista, que se reconstituía después de la guerra. Envió sus crónicas a La Vanguardia sobre la convulsionada Europa de posguerra y la marcha del proceso ruso, reunidas en el libro La Internacional y la revolución (1919). En Berna conoció, entre otros, al menchevique ruso Pavel Axelrod, a los georgianos que habían resistido al bolchevismo y al teórico alemán del revisionismo Eduard Bernstein. El 22 de mayo de 1919 entrevistó en el famoso Café del Teatro al que había sido presidente del gobierno provisional ruso en 1917, Alexander Kerensky, dándose trato de “camaradas”. En el Congreso de Berna —del que Justo fue vicepresidente—, de Tomaso exigió el pago de salarios en moneda sana y el mantenimiento de relaciones comerciales internacionales amplias, sin exclusión de los vencidos en la guerra, tal como era el interés de la Argentina. En su intervención sobre la situación rusa ratificó el apoyo a la revolución agraria y política en marcha, impugnó cualquier intervención externa que impulsara a contrarrevolución, pero condenó los métodos bolcheviques por su apartamiento de los principios democráticos. Allí fue designado secretario de una Comisión ejecutiva permanente del Congreso creada sobre todo para levantar una encuesta sobre la situación rusa, lo que incluiría viajar a Rusia para informarse sobre el terreno de la situación política, viaje que finalmente no se realizó. En una reunión posterior de esa comisión, reunida en Ámsterdam entre el 26 y el 30 de abril, de Tomaso propuso editar un boletín mensual, moción que fue aprobada, y argumentó en pos del ejército nacional y no de casta, en referencia al proceso que tenía lugar en Alemania.
De retorno a su país, participa en el XV Congreso Nacional del PS de noviembre de 1919, en San Nicolás, donde se opuso a la expulsión del partido del concejal Ricardo Sáenz Hayes, acusado de “traidor” por su actitud frente a una huelga de periodistas. A fines de 1920, en carácter de miembro del Comité Ejecutivo del PS, impulsó por parte de este cuerpo directivo la expulsión de los afiliados y la disolución de los centros solidarios con los “terceristas” (partidarios de la Revolución rusa y la Tercera Internacional) agrupados en torno a la revista Claridad (Buenos Aires, 1920) y que dirigían fuertes críticas a los parlamentarios del Partido, lo que originó la proclama de un Manifiesto y el pedido de renunciapor parte de un grupo de legisladores socialistas en desacuerdo con el obrar del Comité Ejecutivo —entre ellos el senador Del Valle Iberlucea, el diputado Augusto Bunge, los concejales Roberto Giusti y Alejandro Mantecón. En el marco de este conflicto con el ala izquierda del PS (“terceristas”), de Tomaso inició la publicación de Democracia Socialista, con la colaboración de Federico Pinedo, Enrique Dickmann, Mario Bravo y algunos de sus futuros compañeros en la experiencia del PSI.
En el IV Congreso Extraordinario reunido en la ciudad Bahía Blanca los días 8, 9 y 10 de enero de 1921 sostuvo la posición antitercerista contra lo propuesto por del Valle Iberlucea, logrando finalmente que la votación se volcara en su favor. Esta confrontación no impediría que de Tomaso lo apoyara cuando su desafuero de la Cámara de Senadores, en un acto de protesta en el Teatro Coliseo en agosto de ese mismo año. Pocos días después, de Tomaso despediría los restos de Del Valle Iberlucea en su funeral. Para 1921 de Tomaso había alcanzado enorme gravitación partidaria: era el secretario general del PS. Además, estaba casado con Victoria Gucovsky, hijastra de Nicolás Repetto, lo que también lo vincula familiarmente al partido.
Cuando su esposa se instaló en 1914 en la provincia de Córdoba para reponerse de una pleuresía, la visitó regularmente. Pero hacia 1921 se separó de ella —casándose tiempo después con María Esther Ceballos, con quien tuvo cuatro hijos—, lo que provocó una ruptura personal con Repetto, que tendría graves consecuencias políticas.
El conflicto se agravó cuando Repetto denunció, en 1992, la incompatibilidad entre la militancia socialista del “grupo de los abogados” (de Tomaso, Bravo, Pinedo, de Andréis y González Iramain), y ciertas defensas que habían realizado en causas penales consideradas “inmorales”. El episodio provocó la renuncia de de Tomaso al cargo de secretario general, pero el conflicto se prolongó en una reunión del Comité Ejecutivo de 1923, en el Congreso partidario de Mar del Plata e incluso se proyectó dentro de la Comisión de Prensa elegida en dicho congreso. El grupo liderado por de Tomaso (Bernardo Sierra, Benito Marianetti, Roberto J. Noble, Tomás Firpo, Isidoro de la Calle, Moisés Kornblit y José Celano) comienza a expresarse a través de la revista Crítica Social (1925-1927), desde donde se polemizaba contra Acción Socialista, inspirada por Repetto y dirigida por Esteban Jiménez.
En el Congreso Extraordinario del Partido realizado en Córdoba, en enero de 1925, de Tomaso sostuvo posiciones respecto al salario mínimo, el servicio militar y el federalismo que provocaron fuertes discusiones. En el primer punto proponía limitar la fijación de un salario mínimo a trabajadores del Estado, mujeres y niños, excluyendo a los trabajadores adultos del sector privado. En cuanto al segundo punto, sostuvo que la cláusula del programa del PS referente a la “supresión del ejército permanente y organización de la milicia ciudadana” no debía entenderse en clave antimilitarista o como propiciando la anulación de toda fuerza armada: sostuvo la necesidad de un ejército “a la suiza”, con servicio militar de tres meses. Sus posturas federalistas fueron cuestionadas por Joaquín Coca, quien sostuvo que el socialismo era por esencia unitario y por tanto pidió la supresión del Senado y de los gobiernos provinciales. En la campaña electoral de marzo de 1926 pronunció 16 conferencias. En junio de 1927 otro conflicto dividió a la bancada socialista en dos partes: de Tomaso y los futuros “independientes” votaron en contra de retirar el proyecto de intervención federal a la Pcia. de Buenos Aires, bastión yrigoyenista, que había presentado el senador Juan B. Justo a fines de junio de 1927 y que luego el mismo Justo y los diputados socialistas oficiales decidieran retirar tras la anulación de una ley bonaerense que habilitaba públicamente el juego. El 7 de julio ya se sabía de la constitución del nuevo bloque de diputados que se sentarían en las últimas filas de la izquierda (entre otros: de Tomaso, H. González Iramain, Augusto Bunge, de Andréis) y a mediados de mes tendrían su Comité Ejecutivo Provisional con sede en el histórico local de México 2070. De Tomaso encabezó las firmas del Manifiesto de ruptura “Estamos donde estábamos”, con fecha del 11 de julio de 1927, en el que el grupo de diputados y concejales socialistas anunciaba la formación de grupos parlamentario y comunal independientes. De Tomaso presidió el Congreso Constituyente del nuevo partido reunido el 7 de agosto de ese año y fue el primer director del que sería su órgano oficial, Libertad, que apareció el 17 de agosto (como derivado del nombre de su periódico, los “socialistas independientes” fueron motejados como “libertinos” por el socialismo oficial).
Luego del resonante triunfo electoral del PSI en la Capital el 2 de marzo de 1930, de Tomaso se reincorporó a la Cámara el 12 de junio, a una bancada que reunía, en total, 16 diputados. Los “socialistas independientes”, aliados con los radicales antipersonalistas, los conservadores y el poder militar (generales Uriburu y Agustín P. Justo), lazaron una fuerte ofensiva contra el presidente radical Hipólito Yrigoyen, cuyo principal vocero fue el diario Crítica. En las páginas del popular diario de Botana se publicó, el 12/10/1929, un duro balance del primer año de gobierno radical que hicieron el Consejo Directivo y los grupos de legisladores del SI, presuntamente escrito por de Tomaso, donde se acusa el ejercicio de una tiranía, en analogía con el régimen de Juan Manuel de Rosas en el siglo XIX, por la existencia de “facultades extraordinarias” de facto por el Presidente, ante la pasividad de los representantes legislativos y demás magistrados de gobierno. De Tomaso fustiga al gobierno yrigoyenista en la prensa y en una serie de actos públicos a lo largo de 1929 y 1930, llegando a pedir el juicio político al presidente. Fue uno de los firmantes del “Manifiesto de los 44” aparecido en La Nación el 10 de agosto de 1930, en el que senadores y diputados opositores a Yrigoyen —conservadores de las provincias y “socialistas independientes”— denunciaban la violación de la Constitución Nacional por parte del Poder Ejecutivo y convocaban a la acción coordinada en defensa de la “legalidad” y el cumplimiento de la Constitución. En el acto de “los cuarenta y cuatro” del 27 de agosto de 1930 en el Teatro Pueyrredón de Flores, de Tomaso elogió a los militares argentinos y llamó a confiar en ellos. Dentro del diagrama “revolucionario” acordado por los “socialistas independientes” en el marco de su colaboración con el golpe militar de los generales Uriburu y Justo, donde los “representantes del pueblo” debían arengar a las tropas, de Tomaso, González Iramain, Botana y varios conservadores se dirigieron desde el edificio de Crítica a la Escuela Militar de San Martín para convocar a las tropas a sublevarse, donde encontraron al Gral. Uriburu. A los pocos días del golpe integra una comisión de ex legisladores —junto a Pinedo, Santamarina, Moreno, Cárcano, entre otros— para organizar una “federación nacional democrática”, pero ya en octubre las columnas de de Tomaso en el mismo Crítica expresan el pase del “socialismo independiente” a la oposición, dado el giro que adopta el gobierno del Gral. Uriburu. El 31/3/1931 pronuncia un discurso sobre “El momento político argentino” en el local del Grupo Universitario Socialista Independiente, publicado en Libertad al día siguiente, donde fustiga la permanencia del estado de sitio y la censura así como la amenaza manifestada por el gobierno provisional ante el inminente triunfo del radicalismo en las elecciones provinciales de abril en Buenos Aires y Santa Fe, llamando a respetar la voluntad popular expresada en las elecciones. En el acto del 1º de mayo de 1931 denunció “la política electoral de unicato” implantada por Sánchez Sorondo. También dirigió una filosa campaña contra el interventor de la UBA, Dr. Nazar Anchorena, desde las páginas de Libertad, cuestionando la reforma por decreto al Estatuto Universitario, tanto por la forma como por el contenido, caracterizándola de contrarrevolucionaria, denunciando el despido de profesores y encarcelamiento de dirigentes estudiantiles, señalando su carácter restrictivo e ironizando particularmente acerca de la nueva exigencia de ser “doctor” y argentino nativo para ser rector de la Universidad, condiciones que no cumplían figuras como Groussac y Sarmiento. Denunció, el 7 de mayo de 1931, la clausura durante un par de días del diario Crítica en un editorial de Libertad. Al día siguiente se produjo la clausura de Libertad y de Tomaso dirigió ahora el Diario Socialista Independiente (18/5/1931–21/2/1932).
En las elecciones de 1931 fue candidato del PSI a senador por la Capital (aunque no fue elegido), participando en los actos de campaña junto al General Agustín P. Justo, en el marco de la alianza conocida como la “concordancia”. Triunfante —mediante el fraude— la fórmula encabezada por el Gral. Justo, de Tomaso fue designado Ministro de Agricultura, cargo desde el cual dio impulso, entre otras medidas, a la Ley de Granos, la Ley de Elevadores de Granos, la Ley de Colonización, fortaleció YPF y creó la Comisión Nacional de Carnes. El 9 de setiembre de 1932 fue interpelado por el diputado socialista Enrique Dickmann por supuesta complicidad con el intendente de la Capital Rómulo S. Naón, que había vetado el pase de la explotación de los surtidores de nafta a YPF que había resuelto el Concejo Deliberante. Tras la defensa que hizo el ministro de Tomaso, la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de Comisión Investigadora de Dickmann.
En octubre de 1932 se difundió que una insuficiencia cardíaca deterioraba su salud. Como consuelo a su enfermedad, sin dejar de ejercer su ministerio, tradujo el poema “If” de R. Kipling que publicó Crítica. Murió a la edad de 44 años. El Presidente Justo dispuso que fuera velado en la Casa Rosada. El féretro fue llevado en procesión fúnebre desde su domicilio hasta Plaza de Mayo, con una pompa que incluía aviones civiles arrojando flores sobre la caravana y que al día siguiente supondría su traslado en una carroza tirada por cuatro caballos color azabache al Cementerio de la Recoleta. La ceremonia fúnebre, encabezada por Justo, contó con la presencia de distintos miembros del gobierno y compañeros del PSI. La Cámara de Diputados nombró una Comisión de homenaje. El 18 de setiembre de 1933 se realizó un “funeral cívico” en el que habló Federico Pinedo y actuó la Asociación Sinfónica de Buenos Aires, siendo el evento transmitido por LR6. En 1936 sus restos fueron trasladados a un mausoleo que se erigió en el mismo Cementerio de la Recoleta.
Su vida inspiró una obra teatral de Pedro E. Pico, Las rayas de una cruz, estrenada el 25 de abril de 1940 en el Teatro Marconi. El personaje de de Tomaso fue interpretado por Francisco Petrone y el de Pinedo por Arturo García Buhr.
Obra
- Las finanzas argentinas. Impuestos y presupuesto, Buenos Aires, Rosso, 1915.
- “Los impuestos a la valorización de la tierra”, Buenos Aires, La Vanguardia, 1915.
- “La revolución rusa”, Buenos Aires, La Vanguardia, 1917.
- “El PS y la cuestión internacional”, Buenos Aires, Rosso, 1917.
- “El socialismo y el problema militar”, en Acción Socialista nº 7, Buenos Aires, 21/10/1919.
- “La Internacional Socialista. Informes de los delegados argentinos doctores Juan B. Justo y Antonio de Tomaso al Congreso Socialista Internacional, Berna, 4 al 10 de febrero 1919 y Conferencia de la Comisión Socialista Internacional, Amsterdam, 26 al 30 de abril 1919. Textos de las proposiciones aprobadas, Buenos Aires, Partido Socialista, 1919.
- La Internacional y la revolución, Buenos Aires, La Vanguardia, 1919.
- “La revolución rusa y la verdad del Maximalismo”, Buenos Aires, Marinoni, 1919.
- El Estado y la Iglesia. Escritos y discursos, Buenos Aires, Moro, 1925.
- Socialismo, Defensa Nacional y Paz, Buenos Aires, Moro, 1925.
- Carnes, granos, elevadores de granos, colonización, petróleo. Mensajes, proyectos de ley, decretos y discursos, Buenos Aires, Talleres Gráficos del Ministerio de Agricultura de la Nación, 1933.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2021), “De Tomaso, Antonio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org