DÁVALOS VIERCI, Juan Santiago (Asunción, Paraguay, 1/05/1927 – Rocha, Uruguay, 30/01/1973).
Licenciado en Filosofía, intelectual introductor de Hegel, Heidegger y Marcuse en Paraguay.
Hijo de Alejandro Jaime Manuel Dávalos Ros y de María Cristina Vierci Machain. Hermano mayor de María Angélica Josefina Consuelo Dávalos de Velilla (1929). Si bien alguno señalan que nació en 1925, el registro parroquial de la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación muestra que nació el 1 de mayo de 1927.
Nació en el seno de una familia acomodada y se recibió de Bachiller con medalla de oro en uno de los establecimientos más exclusivos de Paraguay: el colegio San José de Asunción. Allí fue uno de los integrantes de la Academia Literaria del Colegio San José. De este grupo original surgió hacia 1950 lo que se conoció como Academia Universitaria, un grupo de jóvenes en su mayoría ex cursantes del San José, que se reunían a debatir sobre diversas áreas del conocimiento, debido al bajo nivel de la universidad luego de la guerra civil de 1947 y el control de los cargos docentes por parte del Partido Colorado. Como señaló Enrique Codas en sus memorias, para muchos de aquellos jóvenes la Academia Universitaria era la “verdadera” universidad ya que la otra, la oficial, era solo una exigencia institucional. Entre quienes la integraban se encontraban Dávalos, Adriano Irala Burgos, Jerónimo Irala Burgos y Lorenzo Livieres Banks.
A principios de los años cincuenta era común que estudiantes universitarios avanzados dictaran clases en los colegios secundarios. Dávalos llegó a ser profesor de varios, entre ellos el Colegio Belvedere de la ciudad de Asunción.
Cursó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, Argentina, donde egresó como Licenciado en Filosofía. Entre sus profesores se cuenta Francisco Romero. Allí obtuvo una beca para viajar a Alemania y realizar un doctorado en la Universidad de Berlín. En esa ciudad fue Profesor Visitante y se especializó en el estudio de la filosofía clásica alemana, profundizando en los textos de Kant, Hegel, Husserl y Heidegger. Posteriormente, incorporó las lecturas de Jean Paul Sartre y de Herbert Marcuse.
A su vuelta a Paraguay, en 1960, presentó en la Facultad de Filosofía su tesis para el título de Doctor. Enrique Codas, quien fue profesor en la Universidad de Baltimore y compañero en aquellos años de Dávalos, fue testigo de la defensa ante el jurado. Según sus palabras, “Juan Santiago era, probablemente, la persona mejor informada en filosofía que tenía el país entonces. Tal vez lo fuera hasta hoy”. Codas recuerda en sus memorias del año 2002 cómo el jurado aprobó la tesis de Dávalos sin llegar a comprenderla, y menospreciándola, debido al desconocimiento que tenían de Heidegger.
En 1962 Dávalos participó del IV Congreso Internacional sobre Hegel en la ciudad de Ginebra con la disertación “Hegel en América Latina”.
Dueño de una sólida formación académica que, a su juicio, le hubiera resultado imposible obtener en su país de origen. En Notas sobre la universidad, publicado en 1968 en la revista Criterio, acusó que la universidad en Paraguay carecía de profesionalidad y que la cátedra se utilizaba más para prestigio social que como modo de vida. Del mismo modo, denunció que con los sueldos mediocres que recibían los profesores, solo se podían obtener profesores mediocres. Según Dávalos, en el país solo existía una universidad “por fuerza de llamarla así”, pero no existe como ámbito de estudios, en donde tanto profesores como estudiantes se vuelven “entes científicamente improductivos y la universidad, a falta de ciencia, produce diplomas”
A su vuelta a Paraguay, se desempeñó como profesor de Filosofía en la Universidad Católica de Asunción. También colaboraba financieramente para publicaciones como Criterio, donde publicó uno de sus textos e integró su Consejo de Redacción a finales de los años sesenta.
Nunca publicó un libro. Sus textos están repartidos en publicaciones como Alcor, Revista Paraguaya de Sociología, Criterio Revista Universitaria de Cultura, Mundo Nuevo, y el semanario Comunidad, y publicados entre 1967 y 1969. A excepción de uno de 1957 sobre Ortega y Gasset, en donde reivindica la figura del filósofo español y se lamenta por la falta de lectura del mismo: “siendo apenas leída, es ampliamente discutida”.
Una de sus ideas más importantes es la que planteaba considerar a Paraguay como espacio-territorio en el que existe un conflicto entre lo tradicional (predominante) frente a lo moderno, es decir, el choque entre una sociedad y cultura tradicional frente a la cultura moderna, posición muy ligada a las ideas desarrollistas de la época. Esto lo plasmó en El problema de la historia del Paraguay, escrito junto con Lorenzo Livieres Banks, y publicado en cinco capítulos en Revista Paraguaya de Sociología (nº. 8 y 9, enero-agosto 1967) y en el semanario cristiano Comunidad (noviembre-diciembre de 1967).. Se trata de un texto fundamental, el primero producido en el Paraguay que se preguntaba por los modos de hacer Historia. Allí critican a Natalicio González, Justo Prieto, Efraím Cardozo y Justo Pastor Benítez. Todas están marcadas por un organicismo determinista que impide que se tome conciencia del conflicto entre la tradición y la modernidad. Estos autores, según Dávalos-Livieres Banks, están identificados con posiciones nacionalistas en donde la idea de conflicto se encontraba ausente y generaban una falsa conciencia.
Entendiendo que en la historia paraguaya siempre se había ignorado la presencia del conflicto social, de la lucha de clases, Dávalos comenzó a estudiar a Rafael Barrett para redactar una futura “Historia Social y Filosófica del Paraguay” que nunca vio la luz.
En otro de sus artículos más citados –Cecilio Báez como ideólogo, de 1967-, rompe con la tradición local que siempre presentaba al intelectual del título como “gran político”, “erudito”, “historiador” y otros adjetivos; y lo presenta como ideólogo “Stricto sensu (…) no realizó investigación histórica, sino interpretación ideológica de la historia paraguaya”. Dávalos también remarca la visión irreal que tuvo Báez al pretender trasladar hábitos y normas de una sociedad burguesa industrial a un país atrasado cercano a estructuras feudales.
Otro de sus escritos –nuevamente en co-autoría con Livieres Banks- fue de 1969 y trataba el tema del bilingüismo en el Paraguay. Dávalos siempre postuló que el bilingüismo debía ser real y de calidad, es decir, que las personas puedan lograr desarrollar pensamientos complejos tanto en castellano como en guaraní, cuestión que se encontraba lejos de la realidad.
Desde que había vuelto a Paraguay, dictó una serie de conferencias y seminarios sobre aspectos de la filosofía alemana. En 1968, por ejemplo, impartió un seminario sobre “Metodología del trabajo filosófico” en la Misión Cultural Brasileña, en donde analizó a Locke, Hegel y Heidegger. Al año siguiente, en la misma institución, desde el 31 de mayo hasta el 2 de agosto de 1969, junto a Lorenzo Livieres Banks y Jorge Neistein dictó un seminario titulado “Tres momentos en la filosofía de Hegel”. Y el 17 de octubre de 1969, en la sede del Partido Demócrata Cristiano (PDC), dictó la conferencia “La problemática que presenta Marcuse en el mundo actual y en la política”.
Introducir a filósofos modernos como Marcuse y Althusser en Paraguay de fines de los años sesenta era problemático, en momentos en que la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) alcanzaba uno de los momentos de mayor consolidación con la aprobación de una nueva Constitución en la que el Stroessner logró la adhesión de prácticamente todo el arco opositor. Sin embargo, nunca fue molestado por el régimen stronista, debido, fundamentalmente, a que su influencia nunca fue importante cuantitativamente.
Según Cardozo, Juan Santiago siempre insistía en que no se podía leer La Ideología Alemana sin antes haber leído Fenomenología de Hegel, lectura y estudio que practicaba en pequeños círculos formados alrededor de él.
Dávalos rompió con la filosofía de la contemplación, todavía presente en Paraguay. En su concepción de la Historia, el historiador debía intervenir con el compromiso de transformar la realidad y la propia ideología. Pero en esa intervención era necesario contar con proyecto histórico, una idea de futuro, ya que sin esto sería imposible cambiar la realidad. Esto lo expuso en su artículo sobre Schiller y Rodó, en donde critica aquellas “almas bellas” propuestas por ambos autores, que se repliegan en su interior, y reclamaba que es solo por medio de la acción que se hace historia.
A fines de enero de 1973, decidió emprender un viaje en automóvil desde Asunción a Montevideo junto con su esposa, con el fin de vacacionar allí. El 30 de enero, durante el trayecto, y a unos doscientos kilómetros al este de Montevideo, tuvieron un accidente a causa del cual Juan Santiago Dávalos falleció. La crónica indica que en el accidente también fallecieron un uruguayo y resultaron heridos cuatro argentinos y cuatro paraguayos. Al momento del accidente, conducía su automóvil Dávalos, acompañado de su esposa, Carmen Brankenridge, y tres sobrinos.
En los avisos fúnebres del martes 6/2/1973, se leía “Se ruega no enviar coronas. Donaciones en su memoria al Colegio San Miguel de Garicoits”.
Las próximas elecciones fraudulentas organizadas por el régimen stronista para el período 1973-1978 y el fallecimiento del director teatral Fernando Oca del Valle, producido en los mismos días, hizo que la noticia de su muerte pasara desapercibida más allá del mundo académico de Asunción. El 7 de febrero debía comenzar a dictar unos cursos de verano en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica.
De acuerdo con el testimonio de su colega Juan Andrés Cardozo, antes de su temprano fallecimiento, había redactado las bases para la fundación de un Partido Socialista Paraguayo.
Sus amigos, los estudiosos paraguayos Lorenzo Livieres Banks y Guido Rodríguez-Alcalá, intentaron publicar, después de su muerte, una recopilación de sus obras, pero no fue posible debido a desinteligencias con la familia de Dávalos.
De acuerdo con la información brindada por Enrique Codas, Dávalos también redactó junto con su amigo y colega Livieres Banks, un ensayo sobre la obra literaria de Gabriel Casaccia, La Babosa, en el que utilizando conceptos de Heidegger sobre la verdad como desvelación de lo oculto, trataron el tema de la frustración en los personajes de la novela como extensión de la que sufrían los paraguayos.
Obra
- La Obra de Arte como Acontecimiento de la Verdad según Martín Heidegger (Tesis para Doctorado en Filosofía en la Universidad Nacional de Asunción), inédita, 1960.
Hemerográficas
- “Ortega aquí y ahora”, en Alcor, nº. 7, marzo de 1957, Asunción, pp. 9-10.
- “Cecilio Báez como ideólogo”, en Alcor,nº 42, 1967, Asunción, pp. 5-12 y 19-22.
- “Schiller y Rodó”, en Alcor, nº 46, enero-febrero 1968, Asunción, pp. 3-9.
- “Motivos de Rodó”, en ABC Color, suplemento cultural, 5 de noviembre de 1967, Asunción.
- “El problema de la historia del Paraguay”, en Revista Paraguaya de Sociología, nº. 8 (separata), enero-agosto 1967, Asunción (en co-autoría con Lorenzo Livieres Banks).
- “Ideología y cambio social”, en Revista Paraguaya de Sociología, nº 8 (separata), enero-agosto 1967, Asunción.
- “Nota sobre la Universidad”, en Criterio Revista Universitaria de Cultura, nº 5, abril de 1968, Asunción, pp. 24-26.
- “Las lenguas del Paraguay”, en Mundo Nuevo, nº 35, 1969, ILARI, París, pp. 15-22 (en co-autoría con Lorenzo Livieres Banks).
- “Las ideas esteticistas en Hispanoamérica”, en capítulos publicados en el diario La Tribuna, Asunción, 1973.
Cómo citar esta entrada: Montero, Mariano Damián (2024), “Dávalos, Juan Santiago”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.