CÓRDOVA CLAURE, Luis Eduardo (seudónimo: Ted Córdova Claure) (Catavi, Provincia Bustillos, Potosí, Bolivia, 24/04/1932 – Havelock, Carolina del Norte, Estados Unidos, 9/05/2011).
La data de su nacimiento es controversial. El propio Ted declaró la edad de 79 años, el 3 de mayo de 2011, en su carta póstuma. La mayoría de los biografiados lo sitúa en 1936 y uno lo hace en 1931.
Periodista boliviano de larga y sostenida trayectoria en prensa a la que se incluía la corresponsalía y el análisis de coyuntura. Fue acusado de comunista por su pensamiento progresista y su apoyo al gobierno de izquierda del general Juan José Torres, y el día del derrocamiento de este sufrió un atentado que casi acaba con su vida y le costó un largo exilio.
Nieto de un británico avecindado en Bolivia en las primeras décadas del siglo XX, pasó su infancia en Catavi, centro minero dependiente de la Patiño Mines y posteriormente de la Corporación Minera de Bolivia. Allí “vivió en propia piel la resistencia minera a los regímenes de facto” (Coco Cuba, 11 de mayo de 2011). Estudió periodismo y economía en la Universidad de Chile, “para cuya plantilla de primera división de fútbol jugó a finales de la década de los 50” (Coco Cuba, 11 de mayo de 2011). En 1959, junto a Jorge Ricardo Masetti Blanco (Avellaneda, Buenos Aires, Argentina 31/05/1929 – Orán, Salta, Argentina 1964), Gabriel García Márquez y otros, integró la Agencia Prensa Latina, de la que fue corresponsal en Naciones Unidas.
En 1963 trabajó como periodista deportivo en el programa La Verdad desde la Cancha que dirigía Mario “Cucho” Vargas y “relató una de las mayores epopeyas del deporte boliviano, la conquista de la Copa América de fútbol en 1963” (Coco Cuba, 11 de mayo de 2011). Apoyó al gobierno del General Juan José Torres (se desempeñó como presidente de Bolivia entre el 7 de octubre de 1970 y el 21 de agosto de 1971), quien le encomendó fundar el periódico estatal El Nacional y luego pasó a dirigir la Televisión Boliviana, en los que cubrió los hechos políticos de la corta pero álgida gestión del General del Pueblo, quien impulsó una política de nacionalizaciones y convocó a la Asamblea del Pueblo hechos que provocaron su derrocamiento. Trabajó con un equipo de primer nivel y compromiso político: el brasileño exiliado Paulo Cannabrava Filho (Jefe de Redacción) ―con larga trayectoria periodística: corresponsal para América Latina de Prensa Latina y France Press, director regional de Inter Press Service y de Nueva Sociedad Comunicación Ltda desde 1988, socio fundador y presidente del consejo de la Asociación Brasileña de la Propiedad Intelectual de los Periodistas Profesionales, miembro del consejo directivo de la Asociación Brasileña de Amnistiados Políticos, además autor de En el ojo de la tormenta. América Latina en los años 60/70, Sao Paulo, Cortez editora, 2002, ver: http://www.plazayvaldes.es/libro/en-el-ojo-de-la-tormenta―, Alfonso Gumucio Dagron (Cultura), Andrés “Chichi” Solíz (“Archivo Político”), Coco Manto (“Lo que pasa”), Víctor Hugo Carvajal y el uruguayo exiliado Álvaro Barros-Lémez (Montevideo, Uruguay 6/12/1945 – Montevideo, Uruguay 24/09/2004).
El día del derrocamiento de Torres fue identificado como “comunista” siendo acribillado con una ráfaga de ametralladora, por el agente “Mosca” Monroy, salvando la vida milagrosamente:
En 1971, mi padre, Alberto Guani era el embajador del Uruguay en Bolivia (…) Mi hermano, hermana y yo éramos pequeños, pero recuerdo la llegada, en ambulancia a nuestra Embajada en la calle 14 de Setiembre en Obrajes, de un periodista que tenía siete balazos (…) Ted Córdova (…) mi padre hizo que se abriesen las puertas dobles hacia la entrada de autos, a pesar de que había guardas afuera que tenían orden de disparar y que no dejasen ingresar a nadie. La suerte de Córdova fue que mi madre, una mujer de gran coraje, fue quien logró conseguir la asistencia que el requirió para sacarle las balas de su cuerpo. Ella (…) sabía que las balas tenían que ser extraídas. Al lado de nuestra embajada vivía el Dr. Osio, un dentista. Mi madre lo llamó y le pidió que se acercase a colaborar en la extracción y pedirle que trajese morfina. El Dr. Osio (…) puso una escalera de su lado y nosotros pusimos una de nuestro lado y el vino con su maletín quirúrgico y los calmantes que mamá pidió (…). Y sé que mi madre y el Dr. Osio fueron los salvadores del periodista Ted Córdova ese día que entró en la Embajada del Uruguay en La Paz Bolivia Testimonio de Anna Gauni, 13 de octubre de 2019.
Testimonio de Anna Gauni, 13 de octubre de 2019.
El propio Ted ratifica esa historia, con ciertas variantes, en una impactante crónica que escribió de mano propia, acerca de esa noche del 21 de agosto de 1971:
As 8 da noite, em meio a intenso tiroteio, aproximei-me imprudentemente do Palácio Quemado, o palácio do governo na Bolívia (…) E, o que eu estava fazendo ali? (…) Não foi tanto minha condição de funcionário do governo (…) mas sim minha maldita adição por noticia (…) como jornalista governista, nessa época também era correspondente de meios de outros países, de maneira que meu instinto me orientava a averiguar o que estava ocorrendo (…) De repente, em uma rua muito escura, bem em frente de uma curiosa casa do grande pintor Guzmán de Rojas (…) soou o ratatata de uma metralhadora. Sempre me perguntam o que se sente quando as balas impactam no corpo da gente. Não é uma grande dor, estridente. Sente-se (…) como se a gente estivesse sendo picado por muitas agulhas quentes…. Era o que eu sentia no braço direito e nas pernas, de modo que instintivamente me agachei e me encolhi como um ovo, embaixo do volante. Uma segunda rajada raspou minhas costas. Se estive erguido teria me atravessado o peito na altura do coração (…) vi como um garoto abria a porta e me iluminava a cara. “Mas sim é o diretor da televisão!”, gritou nesse momento. E escutei outro grito, de foz familiar que vinha correndo para comprovar e gritava: “Teddy, irmãozinho, isto te ocorre por ser comunista! Comunista!” (…) Era um “amigo» de infância, Fernando Monrroy, aliás “el mosca”, que fez fama como guarda-costa de políticos falangistas (…) Nesta noite de 21 de agosto de 1971 não podia ficar tranquilo com uma sensacional notícia debaixo de meu nariz e não enviar para onde eu sabia que esperavam saber das coisas por mim. Por exemplo, a revista Panorama de Buenos Aires (…) u o prestigiado semanário Marcha de Uruguai (…) De toda maneira, com apoio do próprio “mosca» e suponho que me ajudou como um gesto de arrependimento, pude chegar até uma casa nos arredores. Quem abriu a porta foi um cavalheiro de origem alemã que me fez sentar numa poltrona (…) “Apliquei um pouco de morfina para tirar as balas», disse o dr. Ossio, para mim o insólito anjo da guarda naquele momento. “Amanhã vai sentir um pouco de dor, mas teve muita sorte. Não tem nenhum órgão vital afetado. É forte e se vê que alguém te protege lá de cima” (…) e pela primeira vez, acreditei em Deus (…) Dessa casa pude entrar em contato com José Montero, gerente do El Nacional de La Paz, que veio me buscar numa ambulância. Dali para a clínica Boston.
Ted Códoba Claure, 28 de agosto de 2015.
Con ayuda de sus amigos volvió a Chile para continuar su tratamiento médico, como se desprende del relato de su hijo Martin: “a mi papá le pegaron siete balazos, yo conservo algunas de las balas que le extrajeron en Chile. El mismo Mosca ayudó a salvarlo una vez que lo reconoció” (Alfonso Gumucio Dagron, 14 de mayo de 2011).
No obstante, el Dr. Ossio no pudo extraer los siete proyectiles, como señaló Ted: “tenho outra no glúteo, que envolta em uma cápsula defensiva de minha própria matéria interna, seguramente ficará ai até que eu morra” (14 de mayo de 2011). En Chile continuó su labor para el periódico La Opinión de Buenos Aires, hasta el derrocamiento del presidente Salvador Allende, por el general Augusto Pinochet, el 11 de setiembre de 1973 (Coco Cuba, 11 de mayo de 2011). Buscó refugio en Argentina, donde trabajó como editor de internacionales de La Opinión hasta que en 1974, amenazado de muerte por la Tripe A, decidió emigrar a Caracas (Venezuela) donde escribió en El Nacional, El Diario y la revista Auténtico hasta mediados de los 90. Fue columnista de Semana (Colombia), Hoy (Ecuador), la revista Cambio 16 (España), Panorama (Argentina), Marcha (Uruguay) y un prestigiado corresponsal de las agencias ANSA (Italia), Inter Press Service y Asociated Press (EEUU).
En Caracas se casó con la irlandesa Mary Boiland con quien procreó a dos de sus tres hijos, Eduardo (periodista) y Martín (informático) (Ted Códoba Claure, 28 de agosto de 2015). Córdova fue uno de los periodistas pioneros en el uso de la computadora “cuando se trataba de un artefacto extraño para la mayoría de sus colegas” (Juan José Salinas, 10 de mayo de 2011).
Regresó a Bolivia, en los años 90’s, contratado por el empresario minero Mario Mercado Vaca Guzmán, como director del periódico Última Hora y fundó el periódico La Quinta, escribió columnas en La Razón (La Paz), Los Tiempos (Cochabamba) y El Mundo (Santa Cruz de La Sierra) y fue consultor de la Unión Europea (Juan José Salinas, 10 de mayo de 2011). Cultivó el arte de edición de cartillas de análisis de la coyuntura política internacional, entre ellas Orbita VIP, revista Noticias y Columna Global, tema en el que se convirtió en experto. En efecto, Ted se presentaba así mismo como “periodista latinoamericano”. Era políglota, pues dominaba inglés, italiano, portugués, francés, español y su lengua nativa, quechua. Sus libros tienen la particularidad de documentar pasajes de su amplia, productiva e intensa trayectoria.
Sufrió dos accidentes vásculo-cerebrales, que lo forzaron a cambiar su estilo de vida:
Su gusto por la buena mesa lo puso en el primer trance de su vida, una embolia que en el eclipse de la década de los 70 disparó su propensión a la presión arterial alta. Tras recuperarse por completo de la enfermedad, escribió un libro atípico en un corresponsal de prensa internacional consumado, Adiós al Sibaritismo.
Coco Cuba, 11 de mayo de 2011.
Poco a poco, la hipertensión arterial lo recluyó en una silla de ruedas. En 1996, optó por radicarse en Lovelock, desde donde escribía las notas de su cartilla de análisis de coyuntura Columna Global. En ellas mencionaba su salud precaria y la visión de la muerte en el horizonte. Un reportaje señala sin embargo que “sem uma queixa, o jornalista boliviano Ted Córdova-Claure anunciou que se preparava para morrer a qualquer momento, desgastado, mais que pelos anos, pelas feridas que recebeu em 1971”. Tenía la curiosa tendencia a enfrentar a la muerte. En diciembre de 2005, escribió:
De todos modos, como escritor y periodista que he sido toda mi vida, es interesante estar lúcido en el proceso final, pese a los dolores. Es curioso, uno termina por acostumbrarse al dolor. Se hace una rutina conocida porque, además, uno sabe que después del espasmo del dolor, en mi caso en mi brazo y pierna izquierdos, viene un alivio, un relajo enaltecedor como una droga que invita a seguir lúcidamente adelante. Y escribir es una forma de ignorar y soportar los males que me aquejan. Y así, hasta hoy, he dicho cartesianamente en los últimos siete años a quien quiera leerme u oírme: Escribo. Luego, existo.
Alfonso Gumucio Dagron, 14 de mayo de 2011.
Sin embargo, sobrevivió a esa crisis. Tenía aún mucho que recorrer. Conocido como uno de los periodistas más experimentados en el ámbito internacional, motivó a la Asociación de Periodistas de La Paz, otorgarle el Premio Nacional de Periodismo:
En el pasado ya me habían dado una Mención Especial, pero en el 2006 me sorprendieron con el Premio Nacional; la verdad es que como por mi profesión, viajé y viví en diferentes países, yo pensaba que en Bolivia, mi propio país, yo era prácticamente un desconocido. Ha sido muy gratificante comprobar que no era así, de modo que este Premio renovó mis lazos con mi patria de nacimiento.
Ciper, 12 de mayo de 2015.
Finalmente, el 3 de mayo de 2011 se sentó por última vez a su máquina para redactar su despedida, en una trama digna de un periodista como era él, desplegando confesiones íntimas sobre su profesión:
Queridos amigos: les escribo con mi memoria reforzada por los buenos momentos que pasamos juntos. Los tengo muy cerca de mí ahora que me estoy muriendo. Es una agonía tranquila que me permite ciertas libertades, pero es una agonía inexorable. Cuando ocurra lo previsto, mi querida y abnegada esposa, Mary (mcboylan@hotmail.com) que me acompañó en todo este período, junto a nuestra maravillosa hija Fiona, les enviará el dato final (…) El periodismo me agarró tanto, que me permitió enviar esta última noticia de mi muerte, a los 79 años y nueve días de vida en un mundo cada vez más caótico. Como escribí en un anterior artículo, lo que lamento es no poder seguir escribiendo sobre el curioso proceso de deterioro del poder norteamericano (…) es cierto que antes de sentarme a la compu me tome un breve William Evans, repulsivo bourbon de Kentucky que justamente sirve para viajes largos, posiblemente sin retorno (…) mi amada y abnegada esposa, Mary Boylan, les informará por esta misma vía cibernética, la fecha de mi partida definitiva. Escribo esto el miércoles 3 de mayo. Si algunos quieren volver a leerme, en mis libros o en mi website, les estaré muy agradecido desde la eternidad, como estoy ahora, porque me brindaron su amistad, sobre todo por lo que compartimos en el periodismo y en la vida.
“Fue uno…”, 11 de mayo de 2011
Obra
- Al filo de la Revolución, La Paz, sin dato editorial, 1963.
- Cita en Tierra Coraje, La Paz, Camarlinghi, 1970.
- Made in U.S.A., Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1973.
- Chile sí. Primeros 800 días (Allende), Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1974.
- Chile no, Buenos Aires, Editorial Cuarto Mundo, 1974.
- Los años 60, Cuba vs. USA, Buenos Aires, Editorial Cuarto Mundo, 1974.
- España: El Destape, Caracas, El Cid Editor, 1977.
- Adiós al Sibaritismo, Venezuela, Ernesto Carmona Editor, 1984.
- Testigo de la crisis, Buenos Aires, Legasa, 1986. Colección Nueva Información.
- Nuevo Desorden Mundial (¿O por qué perdió George Bush?), La Paz, Vaca Sagrada, 1993.
Cómo citar esta entrada: Oporto Ordoñez, Luis (2020), “Córdova Claure, Ted”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org