Coca Benavent, Joaquín / Joaquim (Barcelona, Cataluña, España, 24/10/1882 – Buenos Aires, Argentina, 15/8/1962).
Artesano zapatero, obrero gráfico, ensayista político, dirigente gremial anarquista en su juventud, luego de su exilio en la Argentina llegó a ser diputado socialista y años después uno de los fundadores del laborismo.
Hijo y nieto de militantes obreros, su padre fue Pablo Coca y su madre María Benavent. En su ciudad natal aprendió el oficio de artesano zapatero y se vinculó tempranamente al Centro Obrero de Estudios Sociales, sede principal del anarquismo bacelonés entre 1904 y 1908 en el que se desarrollaban conferencias, debates y campañas. Coca se inició desde entonces en la cultura obrera autodidacta consumiendo vorazmente la folletería anarquista y sindicalista de comienzos del siglo XX, formando desde entonces una biblioteca que logró conservar a lo largo de los años, a pesar de su vida accidentada de perseguido y exiliado.
En los meses de junio y julio de 1903 aparece como una figura destacada en la huelga de los zapateros que tiene lugar en Barcelona, liderada conjuntamente por los anarquistas y los socialistas, reclamando entre otras medidas la reducción de la jornada de trabajo, la abolición del trabajo a destajo y la igualación entre los jornales de los trabajadores de las fábricas y los pequeños talleres. Coca preside las multitudinarias asambleas de zapateros reunidas en el Teatro Olympia de Barcelona, asumiendo la postura de los anarquistas partidarios de lanzar la huelga ante la negativa de los patrones a aceptar el pliego de demandas. Según el testimonio de uno de sus adversarios socialistas, en una de esas asambleas reunidas en la Casa del Pueblo, Coca habría incitado a los zapateros “a cartar el cuero blando de la burguesía” (Fernández Cervantes, p. 110). En otra asamblea reunida en el local de la Fraternidad Republicana el 18 de junio de 1903 se mostraba preocupado por los efectos del trabajo a destajo en las mujeres, declarando: “el exceso de trabajo produce grandes destrozos en la descendencia, haciendo seres raquíticos y enfermizos que degeneran a la sociedad. Nuestras compañeras –prosiguió, evidenciando la influencia de lecturas higienistas y eugénicas— deben dar a luz hombres capaces de romper el cráneo de sus tiranos” (Delhom, 2015).
En 1904 es uno de los numerosísimos firmantes de un llamamiento antimilitarista que figura al final de un folleto titulado “Antimilitarismo reivindicado por los firmantes”, editado por Leopoldo Bonafulla (Joan Baptista Esteve) dentro de la Biblioteca de “La Huelga General”. Procesado por el “delito de opinión”, en 1904 aparece exiliado en Marsella, y poco después en París, instalado en un cuarto del número 17 de la rue Mâitre Albert, formando parte una red de los numerosos anarquista catalanes que residen en la misma ciudad. El 10 de junio de 1905 fue detenido en París por orden del juez Leydet junto al maestro racionalista Jesús Navarro Botella, el médico Pedro Vallina y otros anarquistas españoles, acusado de haber participado en el atentado de la rue de Rohan contra el rey español Alfonso XIII que se encontraba entonces visitando al presidente de la República francesa Émile Loubet. El 21 de septiembre, una vez que el rey español se hubo marchado de París, Coca y los otros detenidos fueron liberados gracias a un decreto de expulsión del territorio francés. Dos días después abordaba en París un tren con destino a Londres, pero cuando el 30 de septiembre el gobierno francés deja su expulsión en suspenso, regresa nuevamente a París, para trasladarse de vuelta a Barcelona. En estos mismos años aparece colaborando en las revistas Buena Semilla (1905-1906) y El Productor Literario (1906-1907).
En 1907 la prensa socialista catalana denuncia el ingreso de los reconocidos anarquistas Joaquín Coca y Antonio Herrero a las filas del republicanismo radical, la otra corriente política que disputaba con el anarquismo la lealtad del movimiento obrero catalán. Efectivamente, Coca aparece ese mismo año colaborando en El Progreso. Diario autonomista de la Unión Republicana que dirige Alejandro Lerroux y polemizando con sus antiguos camaradas anarquistas desde las páginas de La Rebeldía y de La Kábila.
A mediados de 1909 forma parte activa de la oposición a la política imperial del gobierno español de enviar tropas de reserva a Melilla, lo que va a desencadenar una huelga general en Barcelona a partir del 26 de julio seguida de una rebelión popular antimilitarista, anticlerical y antimonárquica. El 8 de junio de 1909 Coca aparece como orador en el mitin de propaganda republicana organizado en Barcelona por la Juventud Republicana Autonomista y tres días después en otro mitin organizado por el Centro Republicano Obrero.
Logró escapar a tiempo de la cruenta represión que siguió a la huelga y la rebelión popular catalana, conocida como la Semana Trágica.
En la Gaceta de Madrid del 15 de enero de 1911 aparece como “procesado por el delito de injurias al Ejército por medio de la imprenta”, exigiéndose que comparezca ante el Juzgado de Instrucción de la Capitanía General dentro del lapso de 30 días (Gaceta de Madrid nº 15, Madrid, 15/1/1911, Anexo 2, p. 136). Según esta fuente, tenía 1,61 m de estatura, usaba traje de paño negro, estaba casado con Magdalena Boada y tenía residencia legal en la calle del Peu de la Creu 16, piso tercero, Barcelona. Pero para entonces Coca se encontraba refugiado una vez más en Marsella con su mujer Magdalena y su pequeño hijo Enrique. En noviembre de 1911 aparece participando en un mitin en la Bolsa de Trabajo de Marsella contra la represión catalana y formando parte de la sociabilidad izquierdista que se reunía en el bar Le Gerbe d’Or.
En 1912 logró regresar a Barcelona, pero poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial se embarcaba con su mujer y su hijo rumbo a Buenos Aires, probablemente con pasaportes falsos pues sus nombres no aparecen en los registros argentinos de migraciones. Luego, a fines de la guerra, fueron llegando a esta ciudad otros miembros de su familia.
Reanudó en Buenos Aires su labor artesanal vinculándose a la acción gremial de los trabajadores del calzado. De esa época data su incorporación al Partido Socialista de la Argentina. Fue colaborador de Adelante (Buenos Aires, 1916-1917), publicación de las juventudes socialistas forjadas al calor de la lucha antimilitarista. En 1917 ingresó al consejo de redactores de La Vanguardia como encargado de la sección gremial. Poco después se incorporó al gremio gráfico y en 1918 fundaba la Agrupación de Gráficos Socialistas.
Fue electo diputado nacional por el Partido Socialista en 1924, cargo que desempeñó hasta 1928. En 1925 publicó el folleto “Socialismo, Defensa Nacional y Paz”, una réplica al libro del mismo nombre publicado por otro diputado socialista, Antonio De Tomaso. Asimismo, combatió desde su banca a los diputados socialistas disidentes De Tomaso y Federico Pinedo, el ala derecha partidaria aliada a los conservadores que finalmente constituiría en 1928 el Partido Socialista Independiente (PSI). Durante estos años colaboró en la revista partidaria Acción Socialista (1923-1929), desde la cual prosiguió dicha polémica. Resultado de estos debates es su celebrado libro El Contubernio (1931), término que designaba la alianza socialista-conservadora y que conoció numerosas reediciones.
Sensible al carácter popular del yrigoyenismo, condenó apenas producido el golpe militar de setiembre de 1930, discrepando con la dirección partidaria, así como con la participación electoral socialista en los comicios de 1931 en alianza con el Partido Demócrata Progresista. Partidario de una alianza con la UCR, se negó a integrar las listas de candidatos a diputados nacionales que postuló la Alianza Demócrata Socialista. En 1931 fundó el periódico La Voz del Oeste, órgano de las sociedades de fomento y los clubes de la zona oeste de la ciudad de Buenos Aires, desde donde cuestiona la política de servicios públicos de la CADE (Compañía Argentina de Electricidad), el monopolio de transportes, el aumento de la carestía de la vida, etc. Fue electo concejal porteño entre 1932 y 1934, cargo desde el cual promovió la pavimentación de las “villas de emergencia” de la ciudad y la colaboración con las sociedades de fomento porteñas. Asimismo, controló desde su rol de concejal el cumplimiento de los contratos con las empresas privadas de servicios públicos, como la CADE. Además, se negó a aceptar al Intendente de la Ciudad designado por el gobierno de facto.
En 1934 es elegido nuevamente diputado nacional. Entre sus innumerables iniciativas parlamentarias, se cuentan los proyectos de prórroga de la cancelación de créditos por compra de inmuebles; de creación de un tribunal de trabajo; y de creación de una inspección general de las leyes reglamentarias del trabajo.
A mediados de la década de 1930 forma parte del “ala izquierda” del PS que lideraban figuras como Benito Marianetti, Rodolfo Aráoz Alfaro, Juan Unamuno y Luis Ramicone, participando de la escisión que en 1937 da lugar a la creación del Partido Socilista Obrero (PSO). Acosado por desavenencias internas y la presión del Partido Comunista (PC), el PSO tuvo una vida efímera. Coca se alinea con Unamuno y Ramicone, quienes, enfrentados con el sector pro-comunista, realizan en agosto de 1939 una asamblea convocada por la Federación Socialista Obrera de la Capital, en la que deciden reingresar al Partido Socialista. Denuncia poco después la captura de esta fuerza política por los comunistas en su follleto “Quinta columna bolchevique” (1940).
Escribió sobre temas gremiales y políticos en las revistas Acción Socialista (1923-1929), Claridad (1926-1941), Anuario Socialista (1928-1951), Revista Socialista (1930-1947), Hechos e Ideas (1935-1941, 1947-1955), en el semanario La Vanguardia (1896-1947), el diario Crítica (1913-1951) y en numerosos periódicos sindicales.
En 1945, con la irrupción del peronismo, vuelve a alejarse del PS para contarse entre los fundadores del efímero Partido Laborista (PL). Ese mismo año edita el periódico La Batalla junto al socialista José Palmeiro, para apoyar el peronismo. Fue elector en los comicios nacionales del 24 de febrero de 1946 y en ese carácter presidió el Colegio Electoral que consagró el triunfo de la fórmula Perón-Quijano.
Siempre vinculado a Juan Unamuno y a los socialistas que se integraron al peronismo, participó de las actividades del Instituto de Estudios Económicos y Sociales (IEES), integrando su Comisión Direcrtiva y colaborando regularmente en su periódico Argentina de hoy (Buenos Aires, 1951-1955). Desde dicho Instituto promovió en 1951 el Congreso de los Hombres de Buena Voluntad, que promovió ese mismo año la reelección presidencial de Juan D. Perón. En 1955, tras el golpe militar que derrocó al gobierno de Perón, fue encarcelado durante algunos meses. Durante breve tiempo se exilió con su familia en el Brasil, para regresar poco después a la Argentina. Vivió y murió en condiciones muy humildes en el barrio porteño de Villa Luro.
En los últimos años de su vida su figura comenzó a ser recuperada por la “izquierda nacional” que lideraba Jorge Abelardo Ramos, que publicó en 1961, un año antes de su muerte, una versión reducida de El Contubernio en la colección Coyoacán. En agosto de 1973, al cumplirse el 12º aniversario de su muerte, Rodolfo Puiggrós, Medardo Fernández y otros integrantes de la Agrupación de Intelectuales Peronistas le rindieron un acto de homenaje en el Cementerio de Flores, donde descansan sus restos.
Casado con Madgalena Boada, tuvo dos hijos, Enrique y América. Coca fue miembro de la masonería, probablemente iniciado en Barcelona en las filas del republicanismo lerrouxista. En la Argentina perteneció a la Logia Renovación Universal del Valle de Buenos Aires.
Su fondo de archivo, así como buena parte de su biblioteca y su hemeroteca, se conservan en el CeDInCI (Buenos Aires).
Obra:
- “Acción gremial”, Buenos Aires, 1918.
- “Los sindicalistas en los gremios obreros”, Buenos Aires, Marinoni, 1918.
- “La dictadura del proletariado y el régimen de los soviet”, Buenos Aires, Acción Socialista, 1920.
- “Socialismo, Defensa Nacional y Paz”, Buenos Aires, Federación Gráfica Bonaerense, 1925.
- “Organización y acción gremial”, Buenos Aires, 1926.
- Derecho burgués y derecho obrero, Buenos Aires, A. Contreras, 1929 (2ª ed.: Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1985).
- El contubernio. Memorias de un diputado obrero, Buenos Aires, Claridad, 1931 (2ª ed.: Buenos Aires, Coyoacán, 1961; 3ª ed, aumentada: Buenos Aires, La Campana, 1981; 4ª ed.: Buenos Aires, Punto de Encuentro, 2011).
- “El sufragio universal”, Valencia, Cuadernos de Cultura, 1931.
- “Quinta columna bolchevique”, Buenos Aires, Talleres Gráficos Super, 1940.
- “Argentina en peligro. A las democracias que defienden los derechos del hombre y del ciudadano y para contribuir a que conozcan sus enemigos”, Buenos Aires, s/e, 1940.
- “Socialismo y colaboracionismo”, Buenos Aires, 1945.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2020), “Coca, Joaquín”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org