CENTURIÓN, Victoriano

Hijo de Bartolomé Centurión y de Clemencia Armoa. 

Victoriano Centurión se inició en la actividad social y política en 1966, cuando participó en las Ligas Agrarias Cristianas (LAC) en la ciudad de Caaguazú, bajo la coordinación del padre José Luis Caravias. En los cursos de las Ligas comulgó con la filosofía de San Francisco de renuncia a los bienes materiales y tomó conciencia sobre la importancia de la lucha contra los latifundios.

A partir de 1968 Centurión fue arrestado varias veces por su participación en las LAC. En 1972 fue apresado luego de un episodio de resistencia armada desde el interior de la iglesia de Caaguazú. A partir de allí, y como desenlace de un creciente conflicto entre ciertos sectores de la LAC y la Iglesia, Centurión utilizó la sigla LAC como Ligas Agrarias Campesinas, en reemplazo de Cristianas.

Centurión estuvo preso hasta 1976. Al salir en libertad, decidió abandonar su pueblo natal y se instaló como comerciante en la ciudad de San Lorenzo, donde pasaría desapercibido para las autoridades. Sin embargo, en diciembre de 1977 fue detenido en Ypacaraí, por participar de una reunión clandestina de la Mesa Coordinadora de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores (CLAT). La reunión, que se realizaba en el edificio de la Escuela Salesiana, tenía como fin reorganizar a las Ligas Agrarias que habían sido fuertemente reprimidas entre 1975 y 1976. Previo a su detención, entre agosto y noviembre de 1977, Centurión había viajado a Venezuela y a Costa Rica para asistir a congresos de la CLAT.

Una vez puesto en libertad, Centurión fue protagonista de los hechos que se conocieron como el “Caso Caaguazú”. Fue éste uno de los últimos episodios represivos llevados a cabo por la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). El 8 de marzo de 1980, un grupo de 18 campesinos de la colonia “Nueva Esperanza”, Acaraymí, tomaron un bus de la empresa Rápido Caaguazú. Algunos autores sostienen que el verdadero objetivo del grupo de campesinos fue instalar un foco guerrillero en la zona de Caaguazú. Otra versión afirma que el objetivo era reclamar ante las autoridades de la dictadura por un conflicto de tierras, solicitando una entrevista con las autoridades del Instituto de Bienestar Rural (IBR) en Asunción. 

En un puesto de control en la ruta se intentó detener al bus para un procedimiento de rutina pero, de acuerdo a los testimonios, Centurión obligó al chofer a continuar. Inmediatamente comenzó la persecución al bus por parte del ejército. El grupo al mando de Centurión y Gumerciendo Brítez, decidió parar el bus en la zona conocida como Campo 8, en Caaguazú. El grupo de campesinos se bajó del vehículo y se refugió en el monte “Monday”, mientras el ejército y la policía organizaron a un grupo de guardias civiles para comenzar la búsqueda con la asistencia de helicópteros militares. Se estima que la dictadura de Stroessner movilizó entre militares, policías y civiles, a unas cinco mil personas.

El 11 de marzo fueron divisados unos hombres en la zona de San Antoniomí. El ejército cercó totalmente la región. Luego de dispersarse en grupos los campesinos fueron encontrados y la mayoría fueron ejecutados extrajudicialmente y desaparecidos: Gumercindo Brítez, Estanislao Sotelo, Mario Ruiz Díaz, Secundino Segovia Brítez, Feliciano Verdún, Reinaldo Gutiérrez, Concepción González, Fulgencio Castillo Uliambre, Federico Gutiérrez y Adolfo César Brítez. Cuatro campesinos fueron detenidos y cuatro lograron escapar, entre ellos Centurión.

Centurión logró eludir la represión al permanecer oculto durante meses. A su vez, logró sobrevivir gracias a la ayuda de algunos pobladores hasta que las fuerzas militares se retiraron de la zona. Sorteó varios cercos y puestos policiales aparentando ser un campesino asalariado. Luego de ser ayudado por el legislador del PLRA, Domingo Laíno, Centurión ingresó a la embajada de Venezuela y solicitó asilo político. 

Centurión vivió diez años en Venezuela, hasta la caída de la dictadura de Stroessner en 1989, momento en que decidió su vuelta al país. Para entonces ya era un referente de la lucha campesina por la tierra para el campesinado paraguayo. Difundió, además, las propiedades sanadoras de muchas hierbas y plantas contra la cultura farmacológica.

Luego de la caída de la dictadura, en febrero de 1989, el legislador “Pancho” de Vargas dirigió unas excavaciones improvisadas en la zona de San Antoniomí en búsqueda de los diez desaparecidos. Sin embargo, no se obtuvieron resultados. En el año 2006, Victoriano intentó sin éxito impulsar una campaña para que las autoridades lleven a cabo la búsqueda.