CENTORE BLESÓN, Mario Arturo (Tacna, Perú, 19/1/1875 – Valparaíso, Chile, 1920).
Médico homeópata, poeta, novelista y periodista de orientación socialista libertaria.
Hijo de Juan Centore, propietario de una peluquería en los barrios del Alto de Lima, frente a la capilla del Espíritu Santo, y de Dominga Blesón, que ayudaba a su marido en las tareas del oficio. El niño nació en el seno de una familia de artesanos mutualistas. Su tío Cristóbal Centore ofrecía gratuitamente sus servicios médicos en la Sociedad de Artesanos de Auxilios Mutuos “El Porvenir”, junto con el doctor Francisco González Mantilla. Tacna, su ciudad natal, emplazada al sur del Perú y donde Mario Centore vivió su niñez y adolescencia, había quedado bajo ocupación chilena tras la derrota peruana en la Guerra del Pacífico (1879-1882). De modo que los conflictos entre Perú y Chile iban a marcar la vida de Mario Centore, considerado en su época como un chileno en el Perú y como un peruano en Chile.
En 1893, con 18 años, cruza la frontera sur de país en dirección a Chile, residiendo en distintos pueblos del norte de ese país. Colabora sucesivamente en La voz de Caleta Buena (Caleta Buena, 1893), El Pampino (Laguna, 1895), El Comercial y El Loa (Tocopilla, 1895), La semana y El industrial (Antofagasta, 1897), El Pensamiento y El Oasis (Iquique, 1893-1895).
Instalado inicialmente en Santiago, funda la Revista Santiaguina (Santiago de Chile, 1896-1897) y colabora en El Liberal-Democrático. En 1898 edita en Santiago el semanario El Domingo.
Desde Chile envía sus colaboraciones a Letras, órgano del movimiento literario modernista de la ciudad de Tacna conformado a fines de la década de 1880. La llamada Bohemia tacneña estuvo integrada por escritores como Federico Barreto, José María Barreto, Víctor González Mantilla, Modesto Molina, Rómulo Cúneo Vidal, Ricardo Jaimes Freyre y Carolina Freyre de Jaimes. El movimiento se consolidó a fines de siglo con la revista Letras (Tacna, 1896-1898), en cuyas páginas escribieron las máximas figuras del modernismo, como Rubén Darío, José Enrique Rodó, Manuel Ugarte, Amado Nervo, Enrique Gómez Carrillo, Ricardo Palma y José Santos Chocano. Centore colaboró en Letras con poemas y ensayos.
Se instala luego en Valparaíso donde ejerce la profesión médica pero dedica buena parte de su tiempo y sus energías al periodismo literario y político. En febrero de 1897 colabora con un artículo a modo de prólogo sobre la obra del poeta chileno Olives y Carrasco en la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales (n° 45, 10/2/1897), publicada en Montevideo por los hermanos Daniel y Carlos Martínez Vigil y José Enrique Rodó.
Ese mismo año de 1897 establece un intenso vínculo epistolar con los argentinos Leopoldo Lugones y José Ingenieros, que editan en Buenos Aires el periódico La Montaña (1897), en cuyas páginas colabora. Centore recibe este periódico en Valparaíso así como abundante folletería socialista que le envían sus amigos desde el otro lado de la Cordillera de los Andes, aproximándose durante algún tiempo a las posturas del “socialismo revolucionario” de los argentinos.
En 1897 es el “redactor literario” de El Pueblo de Valparaíso, subtitulado “Diario de las once de la mañana, absolutamente defensor de las clases trabajadoras”, dirigido por Juan Bautista Bustos, en cuyas páginas reproduce artículos de La Montaña así como un amistoso intercambio polémico con Lugones sobre socialismo y patriotismo.
En la Oficina salitrera de Huara funda La Voz de Abajo. Periódico social obrero (febrero de 1898), de orientación socialista libertaria. Este primer «conato de implantación libertaria en Tarapacá», el norte salitrero chileno, fue prohibido al poco tiempo de su aparición. «La mezcla era explosiva —observa Grez Toso—: ¡un anarquista peruano a la cabeza de un periódico revolucionario en tierras recientemente arrebatadas por Chile al Perú!» (Grez Toso, Los anarquistas y el movimiento obrero, p. 93).
Funda luego en Valparaíso el semanario El Domingo (1898), de orientación socialista libertaria, donde aparecen algunas de sus composiciones literarias, como “Yo soy quien soy”, “Miseria proletaria” y “La voz de un hombre”.
Colabora en el periódico libertario La Campaña. Publicación quincenal de arte y propaganda social (Santiago de Chile, 1899-1901), que editan Alejandro Escobar y Carvallo, Nicolás Rodríguez, Manuel J. Montenegro y Luis Olea. En marzo de 1899 lanza la revista mensual La Antorcha (Valparaíso, 1899). En septiembre de 1899 dirige una Carta abierta al escritor vasco Ramiro de Maeztu planteando algunas rectificaciones a las notas publicadas por Rubén Darío en Vida Nueva de Madrid sobre “La intelectualidad de Hispano-América”. Desaparecida al poco tiempo de haber sido fundada, La Antorcha es relanzada en enero de 1900 como semanario por Francisco Garfias Merino y Carlos Garrido Merino, colaborando en sus páginas Mario Centore, Eduardo de la Barra, Carlos Newman, entre muchos otros. Además, bajo los auspicios de La Antorcha participa de la fundación del Ateneo de la Juventud, del que forman parte Alejandro Escobar y Carvallo, Alberto Mauret Caamaño, Víctor Domingo Silva y Jorge Gustavo Silva.
En 1900 editó en Santiago un folleto sobre el amor libre cuyo titulo fue “De la vida i el amor. Cuentos i novelas breves”. El amor no podía ser sino libre, pues “no hai ejemplo de hombre que haya amado durante toda su vida a una sola mujer, como no lo hai de mujer que haya amado a un solo hombre. I ello es natural y lójico, absolutamente. O por volubilidad o por hastío; o porque el ser amado se hace indigno ante el que le amó; o porque creyó amarle, i no se le ama; por venganza o por despecho; por una o por otra causa, en fin –por nada a veces– llega un momento en que el amor cambia de objeto, i reacciona, i se hace múltiple” (Centore, 1900, pp. 15-16). En La Revista. Literatura y Ciencias de Montevideo publica el cuento «Honrada», sobre la misma temática, que aparece firmado “Mario Centore, chileno” (n° 9, 10/5/1900).
En junio de 1900 viajó a Lima con el objeto de presentar al gobierno de López de Romaña el proyecto de una sección consagrada a los escritores hispano-americanos en la Biblioteca Nacional. La carta al presidente ofreciendo sus servicios apareció en el diario El Tiempo de Lima (El Tiempo n° 1645, Lima, 6/7/ 1900.
En julio de ese año desarrolla en el diario El Tiempo de Lima una sección titulada “Hombres y cosas de Chile”, otra de crítica teatral y otra de crítica musical. Los artículos de la primera sección habían sido rechazados anteriormente por “inoportunos” por El Comercio de Lima (El Mercurio, Valparaíso, 4/7/1900).
Publica también versos dedicados al peruano de orientación civilista José Pardo, por entonces en Buenos Aires, y exalta la personalidad del colombiano Vargas Vila, el escritor libertario que acaba de publicar la novela Flor de Fango. Atrae la atención de los círculos médicos con la publicación, en la revista El Ateneo, de su reseña “El fracaso de la vacuna” (El Ateneo. Órgano del Ateneo de Lima, vol. 3, n° 13, Lima, julio 1900). En ella, da a conocer y suscribe a las principales conclusiones del libro homónimo escrito por el chileno Alfredo Helsby, editado recientemente en Valparaíso. Visita a don Ricardo Palma, el gran director de la Biblioteca Nacional peruana que lo apoyó en su su proyecto de Sección Hispanoamericana, pero fracasado éste a causa de la oposición del presidente Romaña (El Mercurio, Valparaíso, 7/4/1901), decide retornar a Valparaíso, adonde arriba a comienzos de octubre de 1900. Desde esta ciudad dirige una crítica virulenta a los liberales peruanos titulada “El Perú bajo el gobierno del Señor Romaña” (marzo de 1901). A raíz de estos episodios, El Comercio ataca en varias oportunidades a Centore, a quien considera un peruano con “marcado acento chileno” y un “aventurero” (El Comercio, Lima, 3/4/1901).
En sociedad con el teósofo chileno Tomás Ríos González, lanza en Valparaíso en 1901 La Revista Blanca, donde se conjugan modernismo literario, anarquismo, teosofía y homeopatía. Durante el año 1902 edita en Valparaíso con el concurso del artista plástico Alfredo Helsby Lo Nuevo. Revista Mensual, subtitulada “Órgano libre del pensamiento moderno”, en cuyas páginas se superponen una vez más socialismo anárquico, teosofía, medicina natural, homeopatía y literatura social. Además de los artículos de los directores, Lo Nuevo publica colaboraciones de Alejandro Escobar y Carvallo, Agustín Saavedra G., Federico de Haussegger, Juana H. Caruchet, Justo León i Castillo, Carlos Baires, Ramón Verea, Alfredo Valenzuela Puelma y Luis Bonafuox. Colaboran Juan B. Justo, Víctor Mercante, Macedonio Fernández y Alberto Ghiraldo desde Buenos Aires, Alfredo Calderón desde Lima, Carlos Newman desde Lisboa y Enrique Gómez Carrillo desde París. Traducen textos de Samuel Hahnemann (creador de la homeopatía), Edwin Dwight Babbitt (el fundador de la cromoterapia), el criminólogo anarquista Pietro Gori, el paisajista Lèon Simon, los escritores Èmile Zola, Victor Hugo, Alfred Russell Wallace y Octave Mirbeau.
En 1907 la Ilustración Artística de Barcelona (n° 1332, 8/7/1907) hace referencia a una colaboración del “Sr. Mario Centore” del año anterior en la que habría trazado “un hermoso cuadro del Perú actual, el del imperio del orden, el de las nobles lides de la paz”, desde 1904 bajo un nuevo gobierno.
En 1913 está entre los promotores —junto a los demócratas chilenos Malaquías Concha, Ángel Guarello y Lindorfo Alarcón, y los mutualistas peruanos Víctor Pujazón, Pedro Quina y Arturo Valdés— de la solidaridad obrera chileno-peruana a través de la creación del Centro Internacional Obrero de Solidaridad Latinoamericana, una de cuyas sedes se instala en Lima (1913) y la otra en Santiago (1915). Por la misma fecha, defiende públicamente los actos de gobierno del presidente peruano Guillermo Billinghurst, de orientación «civilista» y promotor a través del mutualismo peruano de un acercamientos con el obrerismo chileno (Centore, “Un acto de alta política interna”, El Mercurio, Valparaíso, 4/1/1914, p. 3).
En 1928, el Centro Internacional Obrero de Santiago publica en Lima un folleto que recoge las palabras de Centore escritas en septiembre de 1915, con las que reseña los eventos más salientes de la confraternidad obrera. En él, el “delegado periodista” del centro obrero (El Mercurio, Santiago, 23/9/1915) compila una serie de discursos y artículos de prensa redactados en ocasión de la colocación de una placa de bronce en la Plaza Yungay el 19 del mismo mes, obsequiada en julio de 1913 por el mutualismo peruano al chileno. La publicación del folleto, pendiente desde octubre de 1915, se concretó recién ocho años después de la muerte de Centore.
Ernesto Montenegro recordó a Centore como “un peruanito de la cabeza rizada y la barba rubia, que me acogió con benevolencia de maestro y me prestó inmediatamente el primer tomo de sus ‘obras completas’, un cuadernito de 48 páginas titulado “De la vida i el amor” (Memorial de Valparaíso: En los 450 años de su descubrimiento, Valparaíso, UC de Valparaíso, 1986, p. 336).
Casado con Formosina Bustos, chilena nacida en Yumbel, tuvo dos hijos: Alba (1898) y Mario (1901). En su consultorio de la calle Clave 90 de Valparaíso ofrecía sus servicios en “homeopatía y electroterapia combinada, especialmente enfermedades crónicas y nerviosas” (El Mercurio, Valparaíso, 20/5/1910). Con el paso de los años, sigue ejerciendo la medicina en distintas locaciones de la ciudad. Garantiza curaciones, “especialmente [a] señoras y niños” (El Mercurio, Valparaíso, 26/11/1911) y ofrece a los pobres una tarifa rebajada a “tres pesos, dándoles los remedios” (El Mercurio, Valparaíso, 8/6/1913). Según El Libro azul: Directorio profesional, comercial e industrial de Chile, 1910-1911, era por entonces director del Instituto “Dr. Acevedo” de la calle San Antonio 697 de Valparaíso.
A fines de octubre de 1915 aparece en Santiago de Chile lanzando una nueva revista, Altas Letras, de corta duración., donde hace campaña a favor de la solidaridad obrera chileno-peruana. Entre agosto y septiembre de 1916 cumple en la capital chilena funciones como agente para Chile y Perú de la revista El Hogar. Ilustración semanal argentina (n° 358, 11/8/1916 y ss.).
Centore murió tuberculoso en un hospital de Valparaíso en 1920 a la edad de 45 años. Según Carlos Alberto González, “A sus funerales, ni siquiera el perro que acompañó los restos mortales de divino Mozart le formó séquito camino al cementerio, en cuyo osario aventaron sus restos”.
Siempre según González, dejó inéditas varias obras: Primicias, dedicado a sus amigos de la bohemia tacneña; sus ensayos de crítica literaria que iba a reunir en un volumen llamado Primera Verba, y sus novelas Todo amor y Mejor que los demás. Además, proyectó reunir sus estudios publicados en Lo nuevo sobre Lugones, Ingenieros, Almafuerte, Darío, Vargas Vila, Froylán Turcios y otros en un volumen que se llamaría Cabezas máximas. Vargas Vila se habría referido a Centore como un “eminente escritor”. Una calle de la ciudad de Tacna lleva su nombre.
Obra
- “De la vida i el amor. Cuentos y novelas breves”, Valparaíso, Imprenta Gillet, 1900.
- “La evolución del Perú en la última década. Esbozo sociolójico”, Valparaíso, Imprenta de El Eco Moderno, 1906, 23 p.
- “Fraternidad obrera chileno-peruana: Una actuación histórica 1913-1917” (colección de artículos y discursos sobre el Centro Internacional Obrero de Solidaridad Latinoamericana), Lima, Imprenta Lux, 1928.
- Varios de sus poemas aparecidos en Letras de Tacna y algunos de sus ensayos periodísticos fueron recopilados en: Gróver Pango Vildoso (ed.), Federico Barreto, Víctor González Mantilla, Mario Centore, Altas letras: Tres escritores del cautiverio, Tacna, Instituto Nacional de Cultura. Filial Tacna, 1979.
- Algunos de sus textos fueron reunidos por Carlos A. González en: Antología histórica de Tacna (1732-1916), Lima, Imprenta del Colegio Militar, 1952.
Cómo citar esta entrada: TARCUS, Horacio (2020), “Centore Blesón, Mario Arturo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org