CARÍSIMO, Wilfrida

Hija de Simeón Carísimo, un reconocido educador, y de Carmen Prieto. Wilfrida nació en  Itapúa y luego se trasladó con su familia a Villarrica.

Completó el ciclo del magisterio en la Escuela Normal No. 1 de Asunción. En 1923, a los 19 años, se casó en la ciudad de Villarrica con Adolfo Wenceslao Ávalos Villalba de 36 años, quien era un reconocido educador. Ambos se destacaron en el desarrollo de la enseñanza primaria y normal durante las décadas de 1920 y 1930.

A comienzos de la década de 1930, “Wil” se desempeñó, entre otros cargos, como profesora en la Escuela Normal de Pilar, de Geometría y Puericultura. En 1934 escribió una obra titulada La educación de la mujer, hoy en día inhallable.

En febrero de 1938 se creó por decreto del gobierno de Félix Paiva (1937-1939), el Colegio Nacional de Niñas de Asunción, donde fue docente y directora hasta 1941. Aquí tuvo como alumna a Lilia Freis. Aquel año Carísimo publicó “La Función de Nuestra Escuela Primaria y la Nueva Educación” en la Revista de Educación. Allí planteaba que el sistema educativo debía adaptarse al niño y no él al sistema, expresando que “El niño no es un depósito vacío que hay que llenar de conocimientos científicos». Inscribiéndose en los referentes de la Escuela Activa, como Decroly, Ferriére y Dewey, Wil remarcaba la importancia del desarrollo afectivo del niño como “elemento imprescindible de su formación integral”. Finalmente, citaba un artículo de su autoría publicado en 1936 en la Revista del Centro de Estudiantes del Profesorado:

“Nuestra escuela primaria no interpreta con exactitud la verdadera función educativa; no la concibe, parece, como activo de formación de individualidades creadoras y libres, sino más bien como un medio de formación de perfectos recitadores de lecciones” (Carisimo, 1936, p.40).

El reconocimiento social del que Wilfrida Carisimo gozaba a principios de la década de 1940 por su labor docente y su dirección del Colegio Nacional de Niñas de Asunción, llevó a que se incluyera una reseña biográfica suya en la conocida enciclopedia Quién es quién en el Paraguay del año 1941.

En 1947 Wilfrida Carísimo tuvo que partir al exilio junto a su marido a causa de la represión generalizada que la dictadura de Higinio Morínigo (1940-1948), junto al Partido Colorado, llevó a cabo luego de la Guerra Civil de 1947. Se exiliaron en Posadas, provincia de Misiones, Argentina. 

En octubre de 1960, cuando ya había enviudado, Wilfrida brindó un reportaje a un periodista del periódico formoseño Correo de la Tarde. Dos meses atrás, su hijo mayor, Adolfo Ávalos Carísimo, de 35 años, había sido capturado, torturado y enterrado clandestinamente en una zona rural de Villarrica. Adolfo había comandado una columna guerrillera que respondía al Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA) para enfrentar militarmente a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Según su testimonio, a su hijo no lo mataron en combate, sino que lo apresaron, le cortaron la lengua y le seccionaron partes de su cuerpo. Allí, Will afirmó que “Stroessner tiene ensangrentada hasta su sombra”.

Al día siguiente, escribió una Carta abierta a las mujeres de América, en donde utilizó conceptos e ideas que años después organizaciones como Madres de Plaza de Mayo supieron llevar a la práctica. En un pasaje de la misma Wil expresa: “os hablo en nombre propio y en el de otras madres –de muchas otras madres de mi país– que han enmudecido porque la zozobra y el terror cierran sus labios”. Más adelante agrega que su hijo “por haber caído en aras de una causa santa como es la libertad, debe ser un poco hijo de todas las madres dignas de nuestro continente”. En la carta, Wil buscó lograr una reacción de la sociedad civil de otros países contra la tiranía paraguaya, porque “lo que es baldón para una república de nuestro hemisferio, lo es también para todas sus hermanas”. Luego señalar a Stroessner como “el déspota que achica cada vez más el tamaño moral de mi tierra morena” y responsable del “drama de una nación sometida al yugo de una autocracia inculta, depravada y feroz”, cerró su Carta abierta del siguiente modo: “debo instaros, madres de América, a prestar oídos a mi voz quebrada por la angustia”.

En febrero de 1962 Wil falleció en un accidente automovilístico, en la ciudad de Montevideo. Desde el año 2017 una arteria ubicada en el barrio Republicano de la ciudad de Asunción lleva su nombre.