CALVO OCAMPO, Oscar William (Pereira, Risaralda, Colombia 13/10/1953 – Bogotá D.C., Colombia 20/11/1985).
Político orador e ideólogo de carácter internacional, líder sindical y defensor de los derechos de los sectores populares. Presentó al país la primera propuesta de Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para que fuese elegida por el Constituyente primario.
Hijo de Héctor Calvo Trejos comerciante de frascos y de Pastora Ocampo Bedoya, cuidadora de su familia, de cuya unión nacieron tres hijas y dos hijos más. Fue padre de dos varones y una mujer.
Su pensamiento marxista surgió por influencia de su hermano Jairo. Inició su militancia política a los 13 años, junto con su hermana Fabiola y Carmenza Cardona Londoño, en el “Comité Juan Oscar del Frente Popular de Liberación”, una de las expresiones organizativas dentro del concepto de Guerra Popular Prolongada defendida por los denominados “emeles”. Hizo sus estudios primarios en la escuela Modelo de Cartago (Valle del Cauca) y los secundarios en el colegio Académico del mismo municipio. Lideró una huelga estudiantil reivindicando mejoras en el establecimiento, razón por la que fue expulsado. Estos hechos particulares transcurrían mientras seguían llegando los muertos de La Violencia entre Liberales y Conservadores por el río La Vieja y éstos mismos habían excluido, tras la firma del Pacto Frente Nacional, a todos los movimientos sociales y expresiones políticas, en una posguerra con dos sistemas enfrentados: el capitalista y el socialista, lo que se reflejaba en cada rincón. Ingresó a estudiar en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) como vehículo para “proletarizarse” y trabajar con “la clase obrera”. Fue operario de la fábrica Hilos Cadena del municipio Dosquebradas en Pereira. Inició la militancia política en el Partido Comunista de Colombia Marxista Leninista (PCC ML) a los 16 años, a comienzo de los años 70, para comenzar la dirección del trabajo cultural en la región del Eje cafetero.
Fue entusiasta redactor y editorialista del periódico Pueblo de Manizales. Fue el Secretario Político del Zonal Jesús María Alzate (Valle del Cauca) del Regional Carlos Alberto Morales. Su sede principal fue la población El Zarzal donde se destacó por su trabajo en la presentación de pliegos de peticiones de los trabajadores de la caña, movilizaciones de los sindicatos por sus derechos y la promoción de la creación del sindicato de los trabajadores agrícolas. En 1974, fue trasladado al regional Enver Hoxha con sede en Bogotá donde inició trabajo estudiantil y en 1978 centró su atención política en la provincia de Sugamuxi (Boyacá) donde se encontraban las empresas de Acerías Paz del Río (Belencito, Sogamoso) y la planta ensambladora de carros Sofasa (Duitama) que concentraban a la población obrera de la región con un alto grado de organización sindical y una capacidad de movilización reconocida por el movimiento social. Así mismo, Oscar William tuvo incidencia al interior de la empresa de Industria Militar Colombiana (INDUMIL). En esta etapa de su vida, Colombia se encontraba bajo Estado de Sitio y un estatuto de Seguridad que confiscó todos los derechos civiles y políticos bajo la concepción de la Doctrina de Seguridad Nacional, de un enemigo interno.
Las poblaciones de Paez y Berbeo en los límites con los Llanos Orientales, constituyeron la reserva militar de la organización, puesto que era una zona templada con capacidad de llegar a Bogotá y con posibilidad de conectarse con los Llanos. Estas dos poblaciones tenían en común con Tasco la organización campesina y la movilización popular.
Oscar William contó con una enorme autodisciplina para los estudios, cualidad que nunca intentó imponer. Enfatizaba en la importancia del estudio crítico y el contraste con la realidad. Siempre preguntaba por el sentido político de lo que aparecía en los periódicos Revolución, Unión y Liberación, para los que escribió asiduamente. Para sobrevivir a las duras circunstancias económicas, escribió varias tesis de Filosofía en las que contrastaba el pensamiento idealista con el marxista. Algunas de ellas fueron laureadas.
Tuvo particular preocupación para que los organismos de partido tuviesen una estrecha relación con la gente. Su carisma le proporcionaba una especial cercanía con las personas de su entorno y con quienes trabajaba. En 1976 nació su primer hijo. En la apertura de una zona militar por los lados de La Gabarra y Tibú caminó varios días, hasta doce horas en un solo trayecto, en uno de ellos se quebrantó tanto su salud que vomitó sangre. En el camino las mujeres le recomendaron tomar leche materna que reunían y él tomó con absoluta devoción. Para los habitantes de la región fue un acto heroico y de misticismo que debía tenerse con el trabajo.
En su agenda internacional, en 1982, lideró una reunión de revolucionarios de Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua, Ecuador y España. En 1983 participó en Bolivia en el Congreso de Trabajadores Bolivianos, en 1984 viajó a España y Francia para reunirse con los partidos Marxistas Leninistas de esos países. En 1980, en el XI Congreso del Partido, fue elegido miembro del Comité central y asumió la apuesta por un movimiento amplio de masas y una lucha por una apertura política. Era el momento en que su organización tomaba distancia de las posturas maoístas. Fundó la Juventud Revolucionaria de Colombia de la que fue elegido Primer Secretario por aclamación, cargo que ostentó hasta que fue elegido como vocero del Partido 1984. En Medellín en la Plaza de la Macarena, dirigió el lanzamiento de la Unión Democrática Revolucionaria (UDR) en 1982, un esfuerzo por presentar al país un proyecto político amplio y legal que movilizara a la mayoría colombiana y agrupara a las organizaciones democráticas.
En este contexto nació el periódico Unión, luego revista, en la búsqueda del PCC ML para hacer política amplia, lejos de su carácter clandestino, y hacer confluir las diferentes fuerzas políticas de izquierda. Fue dirigido por Oscar William y se convirtió en un espacio de acercamiento de las diferentes corrientes. Una de las primeras acciones de ese deseo fue el encuentro de Bosa en 1982 en el colegio Claretiano, y una de las últimas fue el encuentro en el Coliseo Cubierto del Salitre en 1984.
En 1982 el movimiento social y político tomó nuevos aires después de la etapa oscura del gobierno del presidente Julio Cesar Turbay Ayala con su Estatuto de Seguridad: los Consejos verbales de guerra, las cárceles con presos políticos y las torturas por parte del ejército. Las organizaciones iniciaron un proceso de acercamiento en el que Oscar William desempañaba una labor de unidad y convocaba a la organización de una izquierda dispersa, para lo que ofrecía la acción dentro de la Unión Democrática Revolucionaria.
En 1982 nacieron una niña y un niño (melliza y mellizo) de una nueva relación.
Oscar William tuvo la capacidad de distanciar la mística revolucionaria de la moral judeocristiana imperante dentro de las organizaciones y desde un pensamiento, aún no muy elaborado, propugnó por un cambio en las relaciones de pareja, con los amigos y amigas, con la gente en general, con quienes hacía tertulias, brindaba y declamaba, a diferencia de las posturas conservadoras y mojigatas imperantes en el momento. Fue un hombre de organización en la que nunca se diluyó.
Así, entre la cotidianidad y el compromiso político llegó a sus 28 años al Comité Central y al Comité Ejecutivo. Posteriormente fue Vocero Oficial del Partido y de su brazo armado: el Ejército Popular de Liberación (EPL). Al inicio del proceso de diálogo y negociación, Oscar William fue llamado por el gobierno de Belisario Betancur para hacer parte de la Comisión de Paz. Durante este periodo lanzó la propuesta más atrevida que la izquierda hiciese en ese momento: una Asamblea Nacional Constituyente elegida por el constituyente primario, el pueblo, el ciudadano, la ciudadana, con el objetivo de reformar la constitución que abriese un proceso democrático en Colombia. El pueblo había perdido su derecho de participar en las grandes decisiones del país y no le competía decidir un cambio constitucional. Este fue el origen de la actual constitución de 1991.
El 24 de agosto de 1984, en Medellín en el Museo Zea (hoy Museo de Antioquia), Oscar William Calvo Ocampo, firmó junto con su hermano Jairo de Jesús Calvo Ocampo, los acuerdos de cese del fuego y Diálogo Nacional, con el gobierno del presidente Belisario Betancur. Su propuesta de ANC quedó plasmada en un encendido e inusitado discurso.
“Cuando en todo el proceso de negociación hemos venido planteando los motivos que nos han conducido a esta negociación con el gobierno para culminar en la firma de un acuerdo, lo hemos hecho porque como todo el pueblo colombiano somos amantes y luchadores por la paz (…)
Pero no por eso podemos decir hoy que al estar firmando este memorable acuerdo signifique la conquista de la paz en el territorio nacional y para el pueblo colombiano. Es un hecho importante, un paso significativo pero que, no significa la culminación de las bases mismas que generan la violencia. Porque es la miseria, porque es la carencia de derechos políticos, porque es el desempleo creciente, porque es el incremento de los impuestos, el azote de la deuda externa, la las precarias condiciones de salud, las deficiencias en la educación colombiana…Todo esto y muchos otros factores, son los que traen consigo la violencia, los que propician la delincuencia (…)
Nuestra propuesta de reforma constitucional se basa fundamentalmente en que el pueblo debe reconquistar su soberanía, su papel de constituyente primario que le permita a través de la vida política del país, ejercer una democracia directa. Que el pueblo colombiano elija realmente mandatarios, es decir, que el pueblo colombiano elija con mandato, que el pueblo elija a quienes van a administrar los destinos del país con compromiso político y no que en Colombia se elija, como dicen los mismos partidos oficiales, en una feria clientelista.
Colombia necesita democracia. Colombia necesita libertad para poder conquistar la verdadera paz. Por eso proponemos que se convoque y que se realice una Asamblea Constituyente donde el pueblo rescate su papel de constituyente primario”.
Este poder lo tenía el Congreso de la República pero a su vez hacía parte de un rocambolesco juego de artículos constitucionales. El 20 de noviembre de 1985 el centro de Bogotá fue militarizado. Oscar William Calvo Ocampo, fue asesinado en la carrera 13 con calle 42, dentro de una farmacia junto a Alejandro Arcila y Ángela Trujillo, dirigentes de la Juventud Revolucionaria de Colombia. Fue asesinado a sus 32 años por el ejército, tal como lo dieron a conocer diferentes organizaciones de Derechos Humanos en Europa en un voluminoso documento “Terrorismo de Estado en Colombia” y otras informaciones. El Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia Charry Solano (BINCI), que a finales de los 70 creó en su seno la “Triple A”, no fue afectado en absoluto por las denuncias internacionales de algunos de sus mismos integrantes. La represión política con método paramilitar continuó siendo su práctica rutinaria, así lo revelan las declaraciones rendidas en varias ocasiones ante la Procuraduría General de la Nación por el suboficial de inteligencia militar Bernardo Alfonso Garzón.
Así, por ejemplo, en sus declaraciones rendidas los días 22 y 23 de enero de 1991 Garzón descorrió el velo que cubría el asesinato del vocero público del EPL y miembro de la Comisión Nacional de Paz, Oscar William Calvo, ocurrido en Bogotá el 20 de noviembre de 1985, crimen que según él fue planeado y ejecutado por el Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia (BINCI): “desde que se iniciaron las conversaciones de paz, el CORONEL IVÁN RAMÍREZ QUINTERO, comandante del BINCI, dio la orden al CAPITÁN CAMILO PULECIO y al TENIENTE CARLOS ARMANDO MEJÍA LOBO, al mando de la Compañía de Operaciones Especiales, de controlarlo 24 horas al día; para el efecto les asignó un jeep Nissan azul carpado y les prometió como recompensa enviarlos 3 meses a Estados Unidos a un curso, o al Sinaí. La noche del crimen el TENIENTE MEJÍA LOBO junto con el CIVIL CARLOS RODRÍGUEZ, alias «El Ciego» y grado D-3, lo siguieron en una moto Yamaha 500 y le dispararon, mientras el SARGENTO GARAVITO conducía el Nissan azul”. El asesinato de Oscar William hizo parte de las conductas de “persecución a un grupo de personas fundada en motivos políticos en conexión con el asesinato, la desaparición forzada y la tortura que conlleva a calificar los hechos como crímenes de lesa humanidad”, de acuerdo a informe presentado ante la Justicia Especial para la Paz (JEP). Su asesinato sigue en la impunidad.
Cómo citar esta entrada: Calvo Ocampo, Fabiola (2020), “Calvo Ocampo, Oscar William”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org