BUNKE BIDER, Haydée Tamara (apodo: Ita; nombre de guerra: Tania; seudónimos: Haydée Bider González, Marta Iriarte, Vittoria Pancini, Laura Gutiérrez Bauer) (Buenos Aires, Argentina, 19/11/1937 – Vado del Yeso, Bolivia, 31/8/1967).
Dirigente comunista germano-argentina, agente de inteligencia y combatiente de la guerrilla del Che Guevara en Bolivia.
La militancia comunista y, particularmente su origen judío, forzaron a los padres de “Tania” (el aleman Erich Bunke y la polaca Nadia Bider) a emigrar a la Argentina en 1935, huyendo de la persecución nazi en Alemania, país en donde ambos se desempeñaban como maestros. Durante sus primeros tiempos, la familia vivió en las afueras de la ciudad capital, pero al entrar ella en edad escolar, decidieron mudarse al barrio de Once de Buenos Aires, cerca del colegio alemán en donde su padre trabajaba como profesor de educación física, el Cangallo Schule. Allí cursó sus estudios primarios con excelentes calificaciones, destacándose además en los cursos de idioma y en la práctica de deportes. Su creciente interés por la actividad física la condujo a competir y triunfar en distintos certámenes y competencias de atletismo. Mientras tanto, la participación de su padre en el PC argentino (ilegal durante buena parte de la década peronista) y la utilización de su hogar para la realización de reuniones partidarias y como depósito de material de propaganda posibilitaron que, desde niña, se pudiera educar en un ambiente consagrado a la actividad política.
En 1951 comenzó a cursar sus estudios secundarios en una Escuela Normal Nº 9, pero al siguiente año, y pese a su inicial resistencia, debió acompañar a sus padres a Alemania, en momentos en que se constituía la República Democrática Socialista (RDA). Al llegar a la RDA, Tania y su familia se instalaron en Stalinstadt, una ciudad todavía en construcción, y al poco tiempo ella y su hermano se matricularon en el colegio secundario local. Dado su interés por la actividad política, a los catorce años comenzó a participar en la organización comunista Juventud Libre de Alemania, desde donde más tarde pudo desarrollar una intensa labor como dirigente en la Unión de Pioneros de Berlín-Centro y en su Departamento de Relaciones Internacionales. Sus estudios de los idiomas francés e inglés y sus lecturas de los clásicos del marxismo no impidieron que al mismo tiempo continuara con sus prácticas deportivas, convirtiéndose en instructora femenina de tiro, disciplina en la que también ganó varios certámenes. Mientras tanto, el desarrollo de la lucha en Cuba a fines de los años ‘50 incrementó su interés por la cuestión social y política argentina y latinoamericana. En este sentido, siendo alumna de la carrera de filosofía en la Universidad Humboldt de Berlín fundó un centro estudiantil de información y discusión sobre la problemática latinoamericana, y formó parte de distintos agrupamientos de apoyo a la Revolución Cubana. En 1958 se afilió al oficialista Partido Socialista Unificado de Alemania (SED, o PSUA por sus siglas en castellano) y comenzó a pensar en la posibilidad de expandir la lucha revolucionaria a la Argentina.
En 1960 ofició de intérprete para la delegación comercial cubana dirigida por Ernesto “Che” Guevara durante su visita a la RDA, y comenzó a madurar en ella la idea de viajar a La Habana para tomar parte activa en la revolución. Finalmente pudo cumplir su deseo en mayo del siguiente año, cuando llegó a la isla invitada por Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional. Apenas llegada a la isla, comenzó a trabajar en el Ministerio de Educación, en donde gracias a sus conocimientos de español, francés, inglés, alemán e italiano, se le encomendó la organización de un departamento internacional de traducciones y de documentación. Vinculada también con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, sirvió como intérprete para las delegaciones extranjeras que llegaban a La Habana. Preocupada por la situación de la mujer en el contexto de la revolución, participó en la dirección nacional de la Federación de Mujeres Cubanas, cumpliendo además funciones como redactora de la sección internacional en Vida Nueva, boletín de dicha entidad. Al mismo tiempo, llevó a cabo trabajo voluntario en distintas campañas de alfabetización e intervino activamente en la organización de la milicia cubana.
En 1962 empezó la carrera de periodismo en la Universidad de La Habana (en donde se destacó, sobre todo, en las materias de economía política y filosofía marxista), y comenzó a hacer gestiones para obtener la nacionalidad cubana. Debido a su temperamento y a su firme compromiso revolucionario, en 1963 comenzó un riguroso entrenamiento operativo para el trabajo de inteligencia que la capacitó para cumplir complicadas y arriesgadas misiones.
Al siguiente año, concluida la primera fase de su preparación, el “Che” Guevara convocó a Tania con la misión de crear condiciones favorables en Bolivia para la apertura de un futuro frente guerrillero en ese país.
Como para lograr este objetivo debía relacionarse con los sectores más encumbrados de las sociedad y la política boliviana, recibió un entrenamiento minucioso en materia de seguridad y espionaje y viajó a Europa para ayudar a moldear una nueva personalidad en un medio claramente distinto a su ideología y a sus costubres. Durante los siguientes meses, y bajo los seudónimos de “Haydée Bider González”, “Marta Iriarte” y “Vittoria Pancini”, se dedicó a recorrer varios países europeos profundizando sus conocimientos de idiomas, y estudiando y copiando al detalle el comportamiento social de los sectores burgueses. Después de retornar a Cuba, en noviembre de 1964 partió rumbo a Perú para, desde allí, ingresar a Bolivia. Bajo el nuevo nombre de “Laura Gutiérrez Bauer”, una etnóloga de nacionalidad argentino-alemana investigadora de la música indígena, Tania consiguió entrar a trabajar en el Departamento de Folklore, anexo al Ministerio de Educación. Al poco tiempo, y gracias a su amplia cultura, logró introducirse en los medios artísticos e intelectuales y, desde allí, contactarse luego con muchas personalidades del ámbito gubernamental y diplomático de La Paz (así, consiguió relacionarse con los responsables del Ministerio del Interior, de la Cancillería, de la Secretaría de Planificación y de la Dirección Nacional de Informaciones de la Presidencia de la República). Haciéndose pasar por especialista, se integró al comité de investigación adscripto al Departamento de Folclore del Ministerio de Educación, desde donde montó la primera exposición de trajes típicos de Bolivia, reunió canciones autóctonas del altiplano y viajó a Salta, en el norte argentino, como delegada en un festival artístico celebrado en dicha ciudad. Por otro lado, también el dictado de clases particulares de alemán le permitió tener un mayor acercamiento con la oligarquía local.
A principios de 1965, al contraer matrimonio, pudo finalmente conseguir su nueva ciudadanía y obtener los documentos necesarios para posibilitar la entrada de Ernesto Guevara a Bolivia. Al comenzar la preparación y organización de la lucha armada, Tania era ya un engranaje indispensable en el desarrollo del trabajo urbano de la guerrilla, aunque la idea general del Che no era que participara en las acciones directamente sino que, dadas las posibilidades de conexiones en las altas esferas gubernamentales, dedicarla a la información y mantenerla como reserva, contando con alguien fiable para el ocultamiento de los guerrilleros. En julio de 1966 inició los preparativos para la llegada de los combatientes: alquiló casas de seguridad que pudieran servir de almacenes y preparó recipientes para el envío de mensajes cifrados. Con la idea de empezar a tejer la red guerrillera en Argentina, en diciembre de 1966 Guevara (quien había llegado a Bolivia un mes antes) le encargó a Tania la misión de contactar a sus compañeros argentinos Eduardo Jozami y “Mauricio” (Ciro Bustos), y citarlos en el campamento guerrillero, para lo cual debió viajar hacia Salta, habiendo sido ésta la última oportunidad en la que pudo volver a su país de origen. Sin embargo, al ser descubierta por el ejército en su tercer viaje a la base guerrillera en la selva boliviana, decidió incorporarse a la lucha armada.
El Che la destinó a la columna de la retaguardia, dirigida por el cubano Juan Vitalio Acuña Núñez (“Joaquín”), junto con la que comenzó a marchar hacia el norte. Pero el 31 de agosto, luego de una extenuante marcha, cayó junto con sus compañeros en una emboscada preparada por el ejército boliviano gracias a la delación del campesino que les servía de guía. En Vado del Yeso, en la parte más turbulenta del Río Grande, fue asesinada por un balazo que le perforó un pulmón: su cuerpo se precipitó a la corriente y recién pudo ser localizado una semana más tarde. En 1998 sus restos fueron identificados y trasladados a Santa Clara (Cuba), en donde reposan en un mausoleo junto a los de Ernesto “Che” Guevara y otros compañeros de lucha.
Cómo citar esta entrada: Kersffeld, Daniel (2020), “Bunke, Tamara”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org
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