BIONDI, Atilio R.

Nacido en la localidad santafesina de Casilda, del matrimonio de obreros migrantes italianos compuesto por Federico Biondi y Benita Giostra. Su hermano mayor, José, había nacido en Italia. En 1886 la familia aparece instalada en Buenos Aires, donde nace otra hija: Apolonia. Cuando el censo de población de 1895, su madre aparece como lavandera y su hermano mayor como carrerro. Atilio y su hermana Apolonia concurrían por entonces al colegio y declaraban que sabían leer y escribir. Hacia 1891 había nacido un nuevo hermano, Américo.

Atilio aprende el oficio de calderero, desempeñándose en el puerto de Buenos Aires como calderero naval. Es posible que haya formado parte de la Sociedad de Resistencia de Caldereros y Afines, fundada en 1902. Este gremio es uno de los primeros en conquistar, en el año 1904, la jornada laboral de 8 horas. Biondi aparece como uno de los encarcelados en la manifestación del 1º de Mayo de 1905. A comienzos de la década de 1910 aparece como secretario de la Federación Obrera Local Bonaerense (FOLB), anarquista, que tenía su sede en Olavarria 882, en el barrio obrero de La Boca. Su trabajo en el puerto de Buenos Aires le había permitido establecer estrechos vínculos con los estibadores organizados en la Sociedad de Resistencia Obreros del Puerto de la Capital (SROPC), los trabajadores de los astilleros, los marineros, etc.

Es uno de los firmantes de la circular de adhesión al Congreso reunido en el Teatro Verdi de Buenos Aires, entre el 28 de marzo y el 1° de abril de 1907, que aspiraba a unir en una sola Federación a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) anarquista, a la Unión General del Trabajo (UGT) socialista y los gremios autónomos. En 1910 apoya la elección del argentino nativo Francisco García al frente de la Federación Obrera Marítima (FOM), estrategia que buscaba evitar la deportación de dirigentes tras la sanción de la Ley de Residencia (1902) y la Ley de Defensa Social (1910). El 4 de noviembre de 1912 firma en nombre de la FORA una convocatoria dirigida a la Confederación Obrera Regional Argentina (CORA), hegemonizada por los sindicalistas y los socialistas, en pos de la unidad.

Es uno de los dos delegados que asiste por el Sindicato de Caldereros y anexos al IX Congreso de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) que se reune en Buenos Aires el 1° de abril de 1915 y que, tras largos debates, aprueba la tesis sindicalista de la unidad gremial por encima de las diferencias políticas y doctrinarias. Esto provoca la escisión de aquellos sectores que reivindican la adhesión a los principios del anarco-comunismo aprobada en el V Congreso y constituyen lo que se llamó FORA-V. Biondi defiende desde el anarquismo la postura sindicalista, siendo elegido miembro del Consejo Federal de la FORA-IX. En 1917 el Sindicato de Caldereros confluye con otras agremiaciones por oficios en la Federación Obrera en Construcciones Navales (FOCN).

Biondi formará parte de la generación de anarquistas y anarco-sindicalistas que apoyan la Revolución Rusa de octubre de 1917 y la experiencia soviética, vinculándose durante varios años al grupo de los “rebelionistas” que lidera Enrique García Thomas (así llamados porque editan, primero desde Rosario y luego desde Buenos Aires, el periódico La Rebelión). En 1918 los “rebelionistas” convocan a otros grupos anarquistas que simpatizan con la URSS a fundar una Federación Anarquista y un diario unificado. Nace así Bandera Roja. Diario de la mañana (Buenos Aires, abril-mayo de 1919), en el que Biondi participa como administrador y redactor. El diario contó con una imprenta propia (marca Marinoni), que es escriturada a nombre de Biondi. El gremio de los caldereros, del que Biondi era tesorero, aportó 3.500 pesos para financiar el diario.

En el contexto de la intensa agitación obrera que se vivió entre la Semana Trágica de enero y el 1° de Mayo de 1919, el diario “anarco-bolchevique” atacó al Estado, el Ejército y la Patria e incitó a la revolución social, siguiendo el ejemplo de Rusia y Alemania. El último ejemplar de Bandera Roja, que alcanzó un tiraje de 20 mil ejemplares, fue incautado por el Jefe de Policía Elpidio González. Amparándose en la “Ley de Defensa Social” de 1910, en octubre de 1919 el juez Ramos Mexia condenó a Biondi (como propietario de la imprenta) y a dos redactores (García Thomas y Hermenegildo Rosales) a seis años de prisión.

Después de un año en el penal de Ushuaia, en mayo 1920 son beneficiados con un indulto presidencial que venía reclamando el Comité Pro Presos. Entre tanto, en 1919 esta corriente hegemoniza el Comité Federal de la FORA comunista, pero —atacados duramente desde La Protesta y luego desde La Antorcha como “anarco-dictadores”— en agosto de 1921 sus dirigentes son finalmente expulsados por los anarquistas “ortodoxos”.

La corriente vuelve a intentar la publicación de un diario: El Trabajo (Buenos Aires, 1921-1922), desde el cual se llamaba a la fusión de las dos federaciones obreras (las dos FORAS, comunista y sindicalista) y a su adhesión a la Internacional Sindical Roja. La FORA anarco-comunista se opone, pero la segunda confluye con los llamados “gremios autónomos” y los “anarco-bolcheviques” para crear así, en marzo de 1922, la Unión Sindical Argentina (USA). Biondi integrará su Comité Central y será designado protesorero.

Colabora en sus órganos, el semanario Unión Sindical (Buenos Aires, 1922) y Bandera Proletaria. Diario de la mañana (Buenos Aires, 1922-1930). Paralelamente a su participación en la dirección de la USA, esta corriente funda, en enero de 1923, la Alianza Libertaria Argentina (ALA), que editó el periódico El Libertario (Buenos Aires, 1923-1932). Cuando la USA y la ALA son hegemonizadas por los anarcosindicalistas, el sector “anarco-bolchevique” impulsa una Alianza paralela que reedita el periódico La Rebelión (Buenos Aires, 1925-1926).

Biondi —junto al obrero letrista Abraham Resnik y al dirigente de la Unión Obrera de Entre Ríos, Martín S. García — viajó a Moscú en 1927 como delegado por la USA para participar en la conmemoración del X aniversario de la Revolución de Octubre y en el Congreso de los Amigos de la URSS. En noviembre formó parte de una reunión del buró de la Internacional Sindical Roja que tuvo lugar en Moscú y participó de la Primera Conferencia Sindical Latinoamericana. Fue también miembro de la comisión que organizó en abril de 1928 la Segunda Conferencia Sindical Latinoamericana, donde se resolvió convocar a un congreso en Montevideo para mayo de 1929  con vistas a crear una Confederación Sindical Latinoamericana (CSL).

Los tres delegados recorrieron la Unión Soviética durante vistando ciudades y campos durante un mes, regresando a la Argentina en 1928 con su testimonio sobre la situación de Rusia a diez años de la Revolución. Redactaron un extenso informe sobre diversos aspectos de la vida económica, social y cultural soviética que se publicó en el diario Bandera Proletaria entre febrero y marzo de 1929. Asimismo, colaboraron en un pequeño volumen que la editorial sindicalista Plus Ultra publicó en 1928: La Rusia Obrera. Homenaje de los sindicalistas, 1917-1928.

En septiembre de 1928 la revista comunista El Trabajador Latinoamericano informa que Biondi había participado de la Sesión Constituyente del Comité Pro Confederación Sindical Latinoamericana realizada en la ciudad de Montevideo, junto a figuras del mundo gremial comunista como el cordobés Miguel Contreras, los uruguayos Eugenio Gómez y Juan Llorca y el chileno Juan Ruiz, manifestando su acuerdo en la creación de una central sindical latinoamericana unitaria siempre y cuando se mantuviera ajena a los embanderamientos partidarios. En función de ese acuerdo aceptó sirvir de intermediario en las negociaciones entre el Block de Unidad Obrera (controlado por los comunistas uruguayos) y la Unión Sindical Uruguaya (USU) con el fin de contribuir a la convocatoria del Congreso de Unidad del movimiento obrero en Uruguay. En enero de 1929 lo entrevistaba el órgano del Comité Pro Confederación Latinoamericana, El Trabajador Latinoamericano, en su calidad de miembro del Comité Central de la USA.

A pesar de su entusiasmo por las conquistas soviéticas, Biondi no se integra al comunismo, sino que sostiene a lo largo de las décadas siguientes sus posturas anarco-sindicalistas. Siempre en la dirección de la Sociedad de Obreros Calderos y Anexos, participa en la década de 1930 de la experiencia unitaria de la Confederación General del Trabajo (CGT) y tras la división de la central sindical entre la CGT “Independencia” y la CGT “Catamarca” (en alusión a las calle donde se encontraban las respectivas sedes), participa en 1937 de los intentos de refundación de la USA por parte de la CGT “Catamarca”. En 1939 participa del último congreso de la USA, siendo elegido miembro de su Comité Central.

Tras varias décadas de reclamos sindicales, la FOM (Federación Obrera Marítima) obtuvo finalmente en 1942 el control del fondo de pensiones para los trabajadores marítimos. Atilio Biondi que, fiel a los principios anarquistas, seguía trabajando en el puerto sin aceptar un sueldo funcionario sindical rentado, fue elegido para administrar dicho fondo junto con el líder de la FOM, Fortunato Marinelli. En La Boca, miles de hombres y mujeres celebraron en las calles esta victoria del control de los trabajadores sobre la primera institución de bienestar que se ocupó directamente de su futuro (de Lafourcade, 2015, pp. 196-197).

Con la irrupción del peronismo, se alineó con las corrientes sindicales opositoras. En abril de 1950 la recién creada Confederación General de Gremios Marítimos y Afines realizó un paro de 48 horas, que se repitió en mayo. La Sociedad de Obreros Calderos y Anexos, a cuya Comisión Administrativa pertenece Biondi, adhirió en solidaridad, lo que le valió el cierre de sus locales y la clausura de sus periódicos. En enero de 1951 es uno de los firmantes, en nombre de la Comisión Administrativa de la Sociedad de Obreros Calderos y Anexos, de una carta dirigida al presidente Juan D. Perón, solicitando la recuperación de los locales y el levantamiento de la prohibición sobre su prensa.