AYALA, Isidoro

Hijo de Manuel Ayala y Concepción Rodríguez, españoles, Isidoro Ayala nació en España pero emigró a la Argentina adquiriendo la ciudadanía de dicho país.

Se incorporó al movimiento socialista en Chivilcoy en 1914 siendo ya un joven maestro pastelero. El 14 de abril de ese año fue uno de los fundadores del Centro Socialista de la localidad y de la Juventud anexa al mismo, junto a un grupo de artesanos y obreros en su mayor parte de origen inmigratorio. Allí contribuyó a constituir el Sindicato de Obreros Carreros y el de Panaderos y de Oficios Varios. Integró la Comisión Administrativa y representó al Centro de Chivilcoy en varios Congresos del Partido. En marzo de 1917, junto con Enrique Thomes, también dirigente de Chivilcoy, se desplazaron a la ciudad de Alberti donde participaron en las tareas de fundar el respectivo Centro Socialista.

En 1919, víctima de persecuciones oficialistas, se trasladó a la Capital Federal pasando a militar en el Centro Socialista de la 1ª, en el barrio de Liniers, del que fue Secretario General y delegado a numerosas Conferencias de la Federación Local de la Capital y a Congresos Nacionales del Partido Socialista. A fines de la década de 1920, también en la Sección 1ª, pasó a militar en el centro socialista “Verdad y Trabajo”, en el barrio Vélez Sarsfield en el cual vivía, y al que perteneció hasta su muerte, involucrando a su familia, hijos e hijas en la actividad del centro. Por ejemplo, en un festival y baile familiar organizado por “Verdad y Trabajo” el 5 de mayo de 1929, su hija Argemira abrió la función interpretando en piano La Internacional. El 23 de junio del mismo año, en otro festival artístico y danzante realizado con el objeto de recaudar fondos para la compra de libros para la biblioteca “Máximo Gorki” anexa al Centro de la 1ª., las hermanas Argemira y Aída interpretaron números de recitados, piano y canto.

Ayala fue orador en numerosos actos públicos del Partido Socialista en la Capital en las décadas de 1920 y 1930 y de manera ocasional, a lo largo de esos mismos años, colaboró con notas diversas sobre temas gremiales y partidarios en La Vanguardia. Por varios periodos entre fines de la década de 1920 y la de 1930 fue miembro de la Junta Ejecutiva de la Federación Socialista de la Capital (1927, 1935, 1936). En 1932, 1936, 1938 y 1940 integró la lista de candidatos a concejal del Partido Socialista por la Capital Federal.

En el campo gremial ocupó puestos de responsabilidad y fue constante redactor de periódicos, permaneciendo afiliado a su sindicato y activo hasta sus últimos días. Integró la agrupación de oficio de obreros gastronómicos y su actividad gremial le llevó a ocupar, desde 1921, un puesto en la Comisión Socialista de Información Gremial, que tenía como objetivo coordinar la acción de los socialistas en los gremios; un puesto que aún mantenía en la década de 1930.

Tras su radicación en la Capital, se incorporó a la Sociedad Obreros en Dulce Unidos, que reunía a trabajadores de confiterías y fábricas de dulces, formada en 1920 a partir de la unificación de dos sociedades previas. Estas eran: la Unión Confiteros, fundada en 1879, de orientación socialista y desde 1917 afiliada a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA IX), y la Sociedad de Obreros en Dulce, de tendencia anarquista, fundada en 1917, que hegemonizó en sus primeros años la dirección del sindicato unificado del dulce.

Durante 1920 publicó notas promoviendo la unidad gremial en El obrero en dulce, vocero del sindicato, cuya dirección estaba en manos de anarquistas como Ángel Rodríguez (secretario general), Esteban Domingo (prosecretario), Guido Reggio y Pedro Branco (tesoreros), Albino Diez y J. Elios (secretarios de actas). Continuó participando en números posteriores, sin embargo desde 1922, cuando el gremio del dulce se adhirió a la FORA V, no volvió a escribir en el mismo. La declaración finalista del gremio impulsada por la dirigencia ácrata deterioró las relaciones entre anarquistas y socialistas, o aquellos que profesaban simpatía por otras ideas.

Posiblemente esto llevó, en el curso de 1923, a la elección de una nueva dirección con mayoría socialista, con Isidoro Ayala en el cargo de Secretario General.

Según sus propias declaraciones, la nueva Comisión Administrativa a poco de asumir fue asediada por los foristas llevando a la renuncia de los socialistas y del mismo Ayala a la dirección del sindicato en una asamblea sostenida el 19 de noviembre de 1923. El alejamiento de los socialistas profundizó el retroceso y la bancarrota económica del gremio anarquista, lo cual complicó la edición de propaganda escrita y del periódico, que tuvo en los años siguientes una salida irregular, desapareciendo en 1929. Como respuesta a este declive, en febrero de 1932 la Agrupación Socialista Gastronómica realizó un llamado a “los obreros confiteros y anexos de la capital”, informando que “un grupo de confiteros” había resuelto constituir un nuevo sindicato del gremio, invitando a los compañeros socialistas y simpatizantes a concurrir a una asamblea a tal fin. El 18 de febrero se anunció la formación del nuevo sindicato, que retomaba las tradiciones y el histórico nombre “Unión de Confiteros y Anexos”, con Isidoro Ayala como Secretario General, Juan Adrones como Secretario de Actas, Luis Djordjevitch como Tesorero y Manuel Rubianes, Victorio Cresp, Miguel Lobrón y Juan C. Villega como vocales. La secretaría funcionó en la dirección Moreno 2066. Esto sirvió de impulso para que los socialistas recuperaran los resabios del gremio anarquista. A fines de 1933 la Comisión Administrativa del Sindicato Obreros del Dulce de la Capital quedó en manos del ala socialista, también con Isidoro Ayala como Secretario y a comienzos de 1934 el gremio abandonó definitivamente la FORA, declarándose autónomo. En 1936 se incorporó a la Confederación General del Trabajo (CGT-Independencia, socialista y comunista) y participó como fraternal (con voz pero sin voto) en el congreso convocado por la esta central a fines de marzo del mismo año, con Isidoro Ayala de delegado.

Es probable que los comunistas, tras integrarse al sindicato del dulce en 1936 con la política de “frentes populares” ganaran peso en el mismo, como se advierte por la cercanía del gremio a las iniciativas comunistas: en 1936 el gremio participó del primer congreso ordinario de la Federación Obrera Gastronómica Regional Argentina (FOGRA) fundada en 1934, con Dora Heriart (o Henriart) como delegada y vicepresidenta de la mesa directiva del congreso, e Isidoro Ayala como integrante del Consejo Federal de la FOGRA. Asimismo, este congreso resolvió “adherirse en un todo ante la Federación Obrera Local de la Alimentación” impulsada por los comunistas que lo dirigieron hasta 1939. En 1937 el gremio del dulce participó de la fundación de la Federación Obrera de la Alimentación (FOA) junto con el Sindicato Unión Obrera de Bebidas y Anexos, el Sindicato Obreros de la Industria del Pan de Capital y la importante Federación Obrera de la Industria de la Carne de Avellaneda, Berisso y Rosario, bajo el auspicio de esta última, liderada por el dirigente comunista José Peter, ocupando también Ayala en algún periodo el cargo de secretario.

En paralelo a su actividad gremial y política, desde 1939 hasta fines de 1942 colaboró con la revista Vida Femenina, organizada por el Comité Pro Sufragio de Mujeres Socialistas bajo el auspicio de Alicia Moreau de Justo y María Berrondo y publicada desde 1933. Ayala estuvo a cargo de “El rincón de los garbanzos”, una sección de recetas de cocina en la que guiaba a las lectoras en las labores de cocina con recetas que garantizaban proporciones y calidad, poniendo su extensa trayectoria como “perito repostero” y cocinero al servicio de esta publicación socialista para mujeres.

Casado con Gesuina Esmerio de Ayala sus hijos fueron Isidoro (h.), Oscar, Aída, Luciano y Argemira Ayala de Buira. Falleció el 15 de febrero de 1943, homenajeado por la Federación Socialista de la Capital y el Comité Ejecutivo del Partido Socialista, así como por numerosas agrupaciones socialistas de la Capital.