AVENDAÑO, Luis

Argentino, forma parte del sindicato de Puerto Santa Cruz que lidera Ramón Outerelo, que se dirige a fines de octubre de 1921 a la zona de los lagos Viedma y San Martín a declarar la huelga, levantar peonadas y armas, y tomar estancieros como rehenes para exigir el cumplimiento de un pliego de condiciones de trabajo para los peones rurales y la libertad de los obreros recientemente detenidos y deportados. Luego de asaltar varias estancias y un destacamento policial, llega el 16 de noviembre de 1921 a Paso Ibáñez (hoy Comandante Piedrabuena), localidad que ocupa con 400 huelguistas (entre los rehenes está el gerente del frigorífico Armour). Cuando el avance de tropas del ejército logra ser detenido por el uso de los rehenes como escudo, Avendaño es encomendado por Outerelo para dirigir una comisión obrera a Puerto Santa Cruz para llegar a un arreglo que contemple la libertad de los detenidos, el regreso de los deportados, el reembarco de los obreros “libres” (rompehuelgas) y la firma del pliego de condiciones. Se entrevista con el comandante del buque “Almirante Brown” que resguarda al frigorífico Armour, quien afirma no tener poderes para parlamentar pero acelera la llegada del Teniente Coronel Héctor Benigno Varela. También pasa por el frigorífico, donde se amenaza con el paro general si se llamaba a las tropas.

Avendaño es uno de los líderes que, junto a Outerelo, parlamentan con Varela cuando éste llega a Paso Ibáñez el 23 de noviembre, en la desesperación por llegar a un arreglo que contemplara cinco puntos a discutir, a cambio de la finalización de la huelga y la devolución de rehenes. Ante la exigencia de rendición incondicional, Avendaño es partidario de negociar mientras que Outerelo lo es de proseguir la huelga para no dejar solos a los obreros de otras regiones y no dejarse atemorizar por el bando que el teniente les entregara y que incluía la pena de fusilamientos. Ambos dirigentes acuerdan hacer una asamblea esa noche con el resto de los huelguistas para decidir. Avendaño propone entregar los rehenes para aplacar a Varela. Luego, huye con un grupo a esperar la oportunidad más propicia para negociar. Alcanzado por las tropas comandadas por Varela, es trasladado a un calabozo en la comisaría de Paso Ibáñez, donde es golpeado y luego muerto: según informe de la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) fue atado a un alambrado y asesinado de un tiro en la cabeza (c. 24/11/1921).