ARTACHO, José

Chofer anarquista de origen español, arriba a la Argentina con su familia cuando tenía apenas 4 años.

El 5 de abril de 1921, en el contexto de un conflicto de los obreros fideeros con la patronal, un grupo de hombres arrojó desde un automóvil una bomba a dicha sucursal de la fideería “Allande”, episodio en el que una vecina llamada Modesta D. de Calvo perdió la vida. Los hombres huyeron en el mismo vehículo, mientras cruzaban disparos con un policía que se encontraba de guardia y quiso impedirles la fuga. El oficial Francisco Farinato fue herido en el hombro.

La sección Orden Social de la Policía de la Capital no tenía pistas claras hasta que el chofer José Artacho se presentó en una comisaría, denunciando que le habían robado su automóvil mientras cenaba. Los investigadores policiales sospecharon que era una estrategia para despegarse del hecho y lo dejaron detenido, hasta que Artacho –mediante apremios ilegales– confesó y denunció al grupo anarquista que organizó el atentado. Inmediatamente fue arrestado Ramón Silveyra, sospechado de ser el que arrojó la bomba. Los otros detenidos fueron su amigo Juan Manuel Casablanca (un exempleado de la fideería Allande que Farinato reconoció como el que le había disparado), el mecánico italiano Roque Gambera; el jornalero Solitario Fuentes y el joven panadero Manuel Torrens, de 17 años. El peluquero italiano Celestino Di Pascuale, que había hecho de campana, había logrado huir del país (“El atentado anarquista en la fideería Allande y Cia.”, en: Caras y Caretas nº 1176, Buenos Aires, 16/4/1921, p. 1).

Según la crónica de La Protesta, Artacho era español, casado, chofer, alfabeto, de 31 años de edad con 27 de residencia en la Argentina y vivía en la calle Arce 553 (“Monstruosidad jurídica”, en: La Protesta nº 3974, Buenos Aires, 30/12/1921, p. 2). Fue condenado en el marco de la “Ley de Defensa Social” a 17 años de prisión como partícipe necesario del homicidio.

A fines de julio de 1921 Silveyra, Casablanca, Gambera, Artacho, Fuentes y Torrens suscribieron con otros detenidos un “Manifiesto dirigido al pueblo” de los “presos por cuestiones sociales”, relatando los apremios ilegales que habían sufrido en la comisaría. Se señala allí que Artacho fue apremiado ilegalmente para que, falsamente, diera el nombre de sus compañeros. Según la versión que ofreció el diario socialista La Vanguardia:

“Artacho explica los medios de los que se han valido en la policía para obligarlo a declarar falsamente en contra de Casablanca y Silveyra, ‘por la forma —dice— en que fui tratado durante el período de mi secuestro en las oficinas de Orden Social, aislado de toda comunicación con los demás detenidos durante el tiempo de 45 días. Medio éste que explotaron los hábiles pesquisantes para hacerme desdecir de mi justísima, única y verdadera declaración que yo pude dar en concordancia con mi situación frente a lo que se me interrogaba, y sabido es que, como manifiesto, tuve que hacer una segunda declaración presionado en una forma violenta y audaz, un algo que no tiene nombre, porque no hay palabra que a definirlo alcance y por indecoroso no se ajusta a vocablo alguno”.

“Los presos por cuestiones sociales. Manifiesto dirigido al pueblo”, en: La Vanguardia nº 5072, 31/7/1921, p. 5.

Al igual que su compañero Casablanca, después de pasar algunos años en la Penitenciaría nacional, cumplió el resto de su condena en la prisión de Ushuaia, en Tierra del Fuego.