ÁRRAGA, Julio Alberto

Hijo de Julio Árraga, comerciante, y Mercerdes Cernadas. Obtiene en 1883 el título de doctor en abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se destaca como abogado en célebres defensas que sentaron jurisprudencia, así como su hermano mayor, Antonio Árraga, sobresale como médico de niños.

A partir de la Revolución de 1890 se cuenta entre los fundadores de la Unión Cívica y el 2 de julio de 1892 está entre los delegados a la Convención Nacional que daría origen a la Unión Cívica Radical (UCR). Se aparta de este partido tras el suicidio de Leandro N. Alem (1/7/1896) y a fines de siglo XIX se afilia al Partido Socialista (PS).

Junto a Juan B. Justo colabora en sostener económicamente y redactar El Diario del Pueblo, un pliego diario de cuatro páginas que salió del 1º de octubre al 30 de noviembre de 1899 con el objeto de llenar el hueco que suponía la sola existencia del semanario La Vanguardia. Escribe en ambas publicaciones, así como en el Almanaque socialista de La Vanguardia (Buenos Aires, 1899-1909).

Comparte la tribuna con Justo en la conferencia organizada por el PS el 8/9/1899 en el Teatro Apolo de la ciudad de Buenos Aires sobre “La intervención del Estado y el interés del pueblo trabajador en la cuestión de la moneda”. El 12 de agosto de 1901 integra (con Adrián Patroni, Enrique Dickmann y Celindo Castro) una delegación socialista que al llegar a la Casa de Gobierno, al frente de una manifestación de 15000 trabajadores desocupados, en reclamo de mejoras en la situación laboral, se entrevista con el Presidente Julio A. Roca. Árraga es quien sale al balcón de la Casa Rosada junto a Roca y realiza una extensa exposición al “ciudadano Presidente” que es luego aplaudida y respondida por el mismo, acerca de la necesidad de contar con legislación protectora del trabajo de mujeres y niños, entre otros reclamos.

Es delegado por el Centro Socialista Obrero (CSO) al Cuarto Congreso del Partido Socialista del 7 y 8 de julio de 1901 reunido en La Plata y luego designado para integrar el Comité Ejecutivo (CE). El 18 de noviembre del mismo año presenta su renuncia como miembro del CE por tener que viajar a Europa. Integra las listas de candidatos del PS a las elecciones de diputados nacionales del 9 de marzo de 1902 y a las del 11 de marzo de 1906. Según la perspectiva del socialista Dickmann: “Tras larga vacilación se afilió al Partido Socialista, pero nunca se adaptó bien a su teoría y a su práctica. Quedó siempre en ‘temperamento radical’”.

Es así que abraza con entusiasmo la doctrina del sindicalismo tomada de sus fuentes francesas (George Sorel, Hubert Lagardelle) que había conocido en su viaje a Europa, e integra hacia 1903 —con Gabriela Laperrière de Coni, Bartolomé Bosio, Emilio Troise, Aquiles S. Lorenzo y otros— la corriente sindicalista del PS (opuesta a la acción político-parlamentaria y partidaria de la huelga general revolucionaria propiciada desde sindicatos políticamente independientes) que se escinde de éste tras el VII Congreso partidario reunido en Junín entre el 12 y el 15 de abril de 1906.

En junio de 1905 Árraga, Lorenzo y Laperrière de Coni habían sido designados para el CE por el voto general de afiliados, pero rechazan el cargo. Por entonces, han comenzado a editar su propio órgano: La Acción Socialista. Periódico Sindicalista (Buenos Aires, 1905-1920), que luego se transformó en La Acción Obrera. Diario sindicalista de la mañana (1910-1915).

Árraga actuó en la década de 1910 como consejero sindical del presidente Hipólito Yrigoyen, a quien lo unía una estrecha amistad desde sus años de militancia radical.

En abril de 1919 participa, junto a José Ingenieros, Emilio Troise, Pascual Guaglianone y otros, de una reunión con funcionarios radicales convocada para proponerle al presidente Yrigoyen un proyecto de reforma social avvanzada, que no llegó a concretarse.

Es uno de los dirigentes de la FORA del IX Congreso (sindicalista), que en marzo de 1922 se transformará en Unión Sindical Argentina (USA). Integra la Federación Sindical, corriente de la FORA-IX que apoya la Revolución Rusa y el ingreso de la FORA a la Internacional Sindical Roja, colaborando en su periódico: La Batalla Sindicalista (Buenos Aires, 1921-1923).

Las fuentes y los testimonios acerca de los últimos años de su vida son muy escasos. Según el Esbozo de Historia del Partido Comunista de 1947, “murió siendo un ferviente partidario de la URSS y activo simpatizante de nuestro partido”.