ARGÜELLES, José Albino

Trabajaba como metalúrgico en los Talleres Vasena al desatarse la gran huelga de enero de 1919 en la que participa y que fuera violentamente reprimida, episodios conocidos bajo el nombre de la “Semana Trágica”. El 25 de mayo de ese año se afilia al Partido Socialista. Según el testimonio del Pedro Chiarante, Argüelles se desempeñaba habitualmente como herrero de obra (construcción) en los barrios porteños de Pompeya y Parque Patricios. Partidario de la corriente socialista de izquierda llamada “tercerista” (por propiciar la adhesión del PS a la Tercera Internacional), habría ingresado, a fines de 1920, con un grupo de jóvenes trabajadores de dicha zona, al recién creado Partido Comunista.

Siguiendo la práctica de los “obreros golondrina”, a principios de 1921 busca trabajo en Puerto San Julián, Pcia. de Santa Cruz. Empleado en la casa Celestino Herrero y Espina, un taller de forja de carros y chatas, es elegido Secretario del Sindicato de Oficios Varios de San Julián —que aglutina trabajadores del campo, marítimos y carreros. Argüelles pronuncia el discurso en el acto del 1º de Mayo de 1921. En la zona acababa de desarrollarse la primera huelga patagónica (1920/1921), arbitrada a favor de los huelguistas de la FORA por el gobernador radical A. Guzmán Yza.

Para setiembre de 1921 los estancieros y comerciantes no reconocen ese laudo, hay nuevos atrasos en el pago de jornales y amenazas contra los jornaleros “sospechosos de activismo”. Argüelles, al frente del Sindicato de San Julián, se propone llevar a cabo medidas de fuerza —boicots personales y no un paro general— para hacer cumplir a los estancieros el pliego de condiciones recientemente conquistado, y sólo se suma con sus hombres a la segunda huelga patagónica (noviembre/diciembre 1921) cuando advierte que los sindicatos de Río Gallegos (Sociedad Obrera de Oficios Varios, liderado por Antonio Soto) y de Puerto Santa Cruz (liderado por Ramón Outerello) venían levantando a los trabajadores de las estancias, llevándose caballadas y víveres y tomando como rehenes a patrones y administradores, modalidad de lucha con la que los dirigentes de San Julián no acordaban desde un principio.

Ante la extensión y radicalización de la huelga, el gobierno central presidido por Hipólito Yrigoyen envía en noviembre una expedición militar para reprimirla, cuyo saldo es un número elevado de obreros fusilados (algunas fuentes hablan de dos mil).

Según el testimonio de uno de los peones que se salvó de la masacre, incluido en el alegato que hiciera el diputado socialista Antonio De Tomaso en la Cámara de Diputados en febrero de 1922, Argüelles fue alcanzado por un destacamento de caballería comandado por el Capitán Elbio Carlos Anaya junto a un grupo de huelguistas que se dirigían a levantar a los peones de la estancia San José, abriendo fuego contra ellos. Luego de que los obreros se habían entregado y habiéndolos hecho formar fila, Argüelles y su compañero “El Paraguayo” Jara quisieron entablar negociaciones, pero fueron “sableados” delante del resto y luego fusilados. El cadáver de Albino Argüelles fue encontrado junto al de Jara y sepultado por un arriero, quien señalizó la tumba con una cruz forjada con el diapasón de una guitarra.

Según el testimonio de Chiarante: “Cuando se conoció en el barrio el asesinato de Albino se realizó un funeral cívico en la casa de sus padres en la calle Aconquija, de Parque Patricios; concurrieron miles de vecinos, militantes obreros y políticos, y representaciones de los partidos comunista y socialista. Albino Argüelles, su viuda, una hija, dejaron un recuerdo imborrable…”.

Su hermano Benigno Argüelles fue en 1927 candidato a diputado por el Partido Comunista de la República Argentina (PCRA) que orientaba José Penelón.