ARENAS REYES, Jaime. (Bucaramanga, Santander, Colombia 01/04/1940 – Bogotá D.C., Colombia 28/03/1971).
Es quizá uno de los líderes más importante del movimiento estudiantil en Colombia del siglo XX y particularmente de los años sesenta, época en la que la juventud universitaria asumió como propio el compromiso por transformar las estructuras del país.
Hijo de una familia acomodada de Bucaramanga, lo demuestran sus lazos familiares con personas reputadas de la primera mitad del siglo XX como doña Elena Arenas Canal, mujer de letras y educadora de prestigio en la capital santandereana. Realizó su bachillerato en el Colegio de Santander y luego ingresó a la Universidad Industrial de Santander (UIS) como estudiante de Ingeniería Industrial. Desde allí dirigió el periódico Vector y muy pronto se convirtió en el presidente de la Asociación Universitaria de Santander (AUDESA). Fue uno de los gestores y la figura simbólica más importante de la marcha de 1964, que recorrió casi 500 kilómetros a pie desde Bucaramanga hasta el Palacio de San Carlos en Bogotá. Orador excepcional y amigo inseparable del cura guerrillero Camilo Torres Restrepo, en 1967 entró a formar parte de las filas revolucionarias del Ejército de Liberación Nacional (ELN) del que desertó poco más de un año después. En marzo de 1971 dos hombres del ELN lo asesinaron en una céntrica calle de Bogotá. Jaime Arenas desempeñó un importante papel en la vida de la organización guerrillera, principalmente en el trabajo de masas con el sector estudiantil, en el que fue un connotado dirigente y estuvo muy cerca del proceso político y militar seguido por Camilo Torres Restrepo.
Jaime Arenas Reyes nació de la unión de Gustavo Arenas Martínez, oriundo de Bucaramanga (Santander), y Julia Sofía Reyes Obregón, proveniente de Barranquilla, capital del departamento del Atlántico. Ambas familias pertenecieron a los círculos de elite de sus respectivas ciudades, e incluso en el caso paterno hubo vínculos con el poder político local, pues varios familiares ocuparon la alcaldía de Bucaramanga. Aunque su infancia transcurrió en Medellín donde vivía con su madre, al trasladarse a realizar sus estudios secundarios en el Colegio de Santander contó con el hogar de su tía Tula, como familiarmente se llamaba a Beatriz Helena Reyes quien tuvo que irse a vivir a esta ciudad por el trabajo de su esposo. En este hogar, Jaime vivió su juventud alejado de su madre pero acoplado a la vida hogareña que prodigaron sus tíos y primos. Ya en sus años de universitario conoció a la que sería su esposa, Elsa Hilma Reyes, de cuya unión nacieron dos hijas: Martha Patricia y Laritza. Igualmente, Jaime contó con varios hermanos: Beatriz Helena, Gustavo, Alfredo, Francisco, Álvaro, Jaime, Alfonso, Daniel, Rodrigo y José Guillermo Arenas Reyes. En cuanto a los estudios, realizó su bachillerato en el Colegio de Santander durante los años cincuenta, y obtuvo su título en 1958. Un año después ingresó a la Universidad Industrial de Santander (UIS), a cursar la carrera de Ingeniería Industrial de la que nunca alcanzó el título debido a su militancia gremial y política.
Tras haber iniciado en los últimos años del colegio su acercamiento a la política local, Arenas Reyes ingresó en la Juventud Comunista (JUCO), organización juvenil que le permitió acercarse decididamente a las ideologías de transformación revolucionaria de la sociedad. En 1959 fue elegido a la Asamblea Estudiantil de la UIS como representante de curso y delegado al Congreso de Unidad Estudiantil reunido en la ciudad de Bogotá. Durante cuatro años fue miembro del Comité Ejecutivo de AUDESA, representante por dos años en el Consejo Superior Universitario y presidente del Consejo Superior Estudiantil, en cuyo carácter dirigió en 1964, la más importante y trascendental huelga universitaria de los años sesenta que provocó un paro nacional universitario. En el marco de esta huelga contra el rector Juan Francisco Villarreal, Arenas Reyes como Presidente de AUDESA fue expulsado junto a otros estudiantes, razón que se sumó a la demanda de autonomía para la organización estudiantil y la exigencia de retiro del rector. El 4 de julio de 1964 realizó un discurso en el Parque Santander de la capital santandereana en compañía de Julio Cesar Cortés de la Federación de Estudiantes Universitarios (FUN) ante una gran multitud. Allí se anunció la marcha hacia Bogotá con el objetivo de protestar a nivel nacional por la situación de la universidad e informar a la opinión pública nacional. Los estudiantes esperaban ser recibidos por el Presidente de la República, Guillermo León Valencia. La marcha inició el 7 de julio de 1964 pero no fue acompañada por Arenas Reyes, quien para esas fechas fue invitado al Consejo de Rectores para que expusiera la situación de conflicto en la UIS. Su condición de líder estudiantil adscrito a una universidad regional no le permitió acceder a cargos de dirección nacional al interior del movimiento y sus organizaciones tales como la FUN, la cual ayudó a crear en los primeros años de la década del sesenta.
Arenas Reyes fue el único de los fundadores del ELN que no participó de la formación político-militar que dio origen a la Brigada Pro-Liberación José Antonio Galán, por tal razón fue el trabajo político que desarrolló Víctor Medina Morón en la UIS lo que le permitió a Jaime ingresar en el ELN como parte de la red urbana de apoyo. Entre 1963 y 1965, ya como parte de la organización insurgente, continuó su carrera política como el hombre de confianza del sacerdote Camilo Torres Restrepo, acompañándolo y asesorándolo en el proyecto de unidad de la oposición al Frente Nacional conocido como el Frente Unido (FU). Paralelamente, contribuyó al trabajo de la red urbana del ELN en Bogotá con el fin de fortalecer el vínculo con las universidades en la capital del país. La apuesta política de Camilo Torres y el FU entró rápidamente en crisis debido a la heterogeneidad de las fuerzas políticas que concurrieron, especialmente por la posición de sectores demócrata cristianos respecto a las relaciones con los comunistas. Por esta razón, en el Primer Encuentro Nacional Obrero, Estudiantil y Campesino, programado del 17 al 19 de septiembre de 1965 en la ciudad de Medellín, Jaime Arenas hizo una intervención en la que fue deslindando campos con los demás sectores en torno a la definición de principios básicos de unidad. El discurso provocó fuertes reacciones en algunos grupos, mientras que Camilo defendió la posición de Arenas, y respaldó un proyecto de declaración política que no alimentara el anticomunismo de la democracia cristiana. Así se fue resquebrajando el Frente Unido y por consiguiente se facilitó el ingreso pleno de Jaime y Camilo a la guerrilla rural que se estaba ubicando en la zona selvática de Santander.
Luego de la ida de Camilo Torres a las montañas, Jaime Arenas y Julio César Cortés siguieron al frente del periódico del Frente Unido (1a etapa: 26 de agosto 1965 – 18 de diciembre de 1965; 2a etapa: 9 de abril de 1968 – 15 de febrero de 1969; 3a etapa: 1 de mayo de 1969 – septiembre de 1971) y del mismo movimiento, responsabilidad que asumieron por poco tiempo. Jaime se vinculó a la lucha armada en octubre de 1967, momento en el que se estaban incubando tensiones internas entre Víctor Medina Morón y Fabio Vásquez Castaño por el predominio del componente militar sobre el político. A sólo tres meses de estar como combatiente, Jaime estuvo presente en el juicio revolucionario contras sus tres compañeros Víctor Medina Morón, Heliodoro Ochoa y Julio César Cortés. Las contradicciones internas y la precariedad en la que se desarrolló el accionar militar y político del ELN durante estos años, sirvieron de contexto para que Arenas decidiera desertar de las filas guerrilleras en junio de 1969, junto con Salvador Afanador, Samuel Martínez y Pedro Vargas. Sostienen los estudiosos de la historia de la organización que esta deserción fue importante debido a las responsabilidades internas de los guerrilleros que se fugaron, especialmente por la posición de mando que tenían.
Entre los jóvenes que hicieron parte del ELN en los primeros años, Arenas Reyes fue quizá el que más tuvo contacto con el mundo exterior, especialmente con los países del bloque socialista de la segunda posguerra. En 1962 viajó como delegado de la Unión Nacional de Estudiantes Colombianos (UNEC) al VI Congreso de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE) reunido en Leningrado (Unión Soviética), de donde pasó a la entonces Checoslovaquia, así como a Rumania, España, Francia y Cuba. Como delegado de esa organización presidió la delegación colombiana al VII Congreso Mundial de la UIE reunido en Sofía, Bulgaria, en 1964. En aquella ocasión fue elegido miembro del Secretariado Permanente de la UIE con sede en Praga, cargo que nunca llegó a ocupar. Visitó por segunda vez Cuba y Checoslovaquia y conoció Holanda. Antes de su muerte fue invitado por una oficina de la UNESCO para participar en un seminario sobre asuntos universitarios en París. A nivel nacional como líder estudiantil se destacan sus viajes como delegado al Congreso Universitario de Medellín en 1963 tras extinguirse la UNEC, además de su participación en Bogotá en el Congreso Constitutivo de la FUN que presidió. Un año más tarde fue presidente del Segundo Congreso Nacional e hizo parte de los consejos directivos nacionales de la FUN. Como dirigente del FUP acompañó a Camilo en las giras políticas intensivas durante 1965 por todo el país. Fue capturado el 9 de noviembre de 1965 por efectivos del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) e hizo parte del Consejo Verbal de Guerra desarrollado en la ciudad de Pamplona (Norte de Santander) del que fue absuelto tras nueve meses de detención.
Acusado de debilidad para adaptarse a la vida guerrillera, dificultad para el manejo de armas y desinterés, fue procesado en un consejo revolucionario en el que obtuvo una segunda oportunidad, la cual perdió tras quedarse dormido en un turno que prestaba como centinela. Condenado a la muerte a mediados de febrero de 1969, decidió fugarse del campamento donde se encontraba en las inmediaciones de la selva del Opón-Carare, nororiente del país. Allí se refugió inicialmente en una escuela y se salvó de ser capturado por un guerrillero que salió en su búsqueda. Después de insistirle a un conductor de un camión de cerveza para que lo sacara del sitio, decidió entregarse a una patrulla del Ejército al mando del Teniente Castelar, quien lo trasladó inicialmente a Bucaramanga y luego a Bogotá. Allí hizo parte del Consejo de Guerra en Bogotá junto con 200 guerrilleros más, juicio en el que asumió su defensa jurídica aunque contó con el acompañamiento del abogado Eduardo Umaña Luna. Fue condenado a diez meses de prisión que pagó en Bogotá. Durante su reclusión asistió al sepelio de su padre, quien falleció casi al mismo tiempo en que se surtió el proceso judicial y la condena en su contra.
Su deserción de las filas guerrilleras le valió el seguimiento y persecución de sus ex-compañeros de armas, pues no sólo abandonó la lucha armada sino que escribió y publicó una crítica demoledora contra la organización, hecho que fue interpretado como traición y delación, poniéndolo en la mira de su antigua organización tras haber sido condenado a muerte en uno de los acostumbrados juicios revolucionarios. De los miembros del ELN fue el único que ejerció la escritura como parte de su interés y compromiso político desde temprana edad hasta su muerte. A los 18 años dirigió la página estudiantil de El Frente, diario de filiación conservadora. Ya en la universidad creó y dirigió Vector primer periódico de tendencia de izquierda. Como miembro del Frente Unido participó en la publicación del periódico que llevaba el mismo nombre. Después de la toma de Simacota (7 de enero de 1965) como miembro activo del ELN escribió: “Simacota: Una línea de acción revolucionaria para el pueblo”, documento que pasó a ser oficial bajo el nombre de: “Significado Político-Militar del Manifiesto de Simacota”. En 1967 creó una breve hoja periodística denominada Frente Popular de la que no se conocen ejemplares. En 1971 publicó la primera edición del libro que le ganaría su sentencia de muerte: La guerrilla por dentro: Análisis del ELN colombiano, Bogotá, Tercer Mundo, 1971. En 1975 ya contaba su quinta edición por el mismo sello editorial. En el 2009, Icono publicó una versión prologada por Enrique Santos Calderón. En 1980 el periodista Germán Castro Caycedo publicó una entrevista que le hizo en 1969 en el libro: Del ELN al M-19: Once años de lucha guerrillera, en el que incluyó también una entrevista a Jaime Bateman Cayón. Antes de su muerte colaboró ocasionalmente con el periódico El Tiempo.
Obra
- La guerrilla por dentro. Análisis del ELN colombiano, Bogotá, Tercer Mundo, 1971.
- Labor editorial y entrevista referidas.
Cómo citar esta entrada: Acevedo Tarazona, Álvaro; Samacá Alonso, Gabriel (2020), “Arenas Reyes, Jaime”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org