ARECO, Tomás (Caundy, Caraguatay, Paraguay, 19/12/1926 – c.2006, sin más datos de fallecimiento).
Campesino, punto de apoyo de la Columna Mariscal López del Partido Comunista Paraguayo. Uno de los “rebautizados” de 1965.
Campesino agricultor. Hijo de Ramona Areco, madre soltera de la compañía Caundy y de Eusebio Ayala.
A fines de la década de 1950, Areco tomó contacto con Arturo López, más conocido como Agapito Valiente. Por entonces, Valiente estaba formando el núcleo inicial de una guerrilla rural que se llamaría Columna Mariscal López (CML). El objetivo era iniciar un proceso de lucha armada para derrocar a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Entre 1960 y 1965 Areco colaboró con la CML como punto de apoyo, desarrollando tareas de provisión de alimentos a los guerrilleros e informando sobre los movimientos de la policía y el ejército.
En julio de 1965, con la caída de los comandantes de la CML, la dictadura realizó una gigantesca razzia entre los campesinos de zonas de Cordillera que eran señalados como colaboradores de la guerrilla. Areco fue detenido en julio de 1965 y recluido en la Alcaldía de Itacurubí de la Cordillera. En los informes de inteligencia de la época se afirma que actuaba como “punto de apoyo”. Areco fue torturado en la estancia del general Patricio Colmán. Cinco años antes, Colmán había sido el responsable de la ejecución y desaparición de los guerrilleros del Movimiento 14 de Mayo y del Frente Unido de Liberación Nacional. A muchos campesinos los sumergieron en las heladas aguas del arroyo Kambay, cercano a la estancia de Colmán. En su testimonio ante la Comisión de Verdad y Justicia, Areco afirmó que “nos ató de pies y manos y nos tiraba en el agua y ahí nos jugaba”.
A la tortura física, le siguió otra simbólica y psicológica. El 13 de septiembre de 1965, en actos públicos realizados en las iglesias de Piribebuy, Sapucai y Santa Elena, se procedió a “rebautizar” a más de cien campesinos capturados y vinculados a la CML. En los actos llevados a cabo en Piribebuy y Santa Elena estuvo el ministro del Interior Edgar Ynsfrán, lo que demuestra la importancia que la dictadura de Stroessner le asignó a este proceso. Areco fue uno de los campesinos “rebautizados” frente a cientos de vecinos, llevados por las seccionales del Partido Colorado a las plazas principales de las ciudades de Cordillera. Debió jurar sobre la biblia, abjurar del comunismo y de Satanás:
“Si y estábamos mucho todos mis compañeros que estuvieron conmigo subieron también en el palco enfrente a la iglesia y ahí se subió el sacerdote a discursear y nos bautizó porque a nosotros nos conceptuaba como algún demonio yo sabía eso”.
Además, tenían la obligación de asistir a misa y firmar su presencia. Este acto de humillación pública, del que no se encuentran antecedentes en la región, buscó presentar a los campesinos como personas sin educación que fueron engañadas por los comunistas. Otros Rebautizados fueron Avelino Acosta, Pablino Aquino y Pedro Acuña.
De acuerdo al testimonio que Areco brindó en el año 2006 ante la Comisión de Verdad y Justicia, luego de aquellos sucesos y al igual que el resto de los rebautizados, tuvo que presentarse periódicamente en la comisaría de su zona como un método de control.
Tomás Areco logró trasladarse a la Argentina, donde vivió por 24 años. Volvió al Paraguay una vez caída la dictadura. Se desconoce la fecha exacta de su fallecimiento, ocurrido luego del año 2006.
Cómo citar esta entrada: Montero, Mariano Damián (2023), “Areco, Tomás”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.