ARBOLEDA ROLDÁN, Pedro León (Seudónimos de guerra: Iván, Alejandro) (Yarumal, Antioquia, Colombia 06/09/1926 – Cali, Valle del Cauca, Colombia 28/07/1975).
Fundador y secretario político del Partido Comunista de Colombia Marxista Leninista (PCC-ML) y comisario político del Ejército de Liberación Popular (EPL).
Hijo de Mercedes Roldán y Simeón Arboleda, quien trabajaba en minas de oro. Pedro León nació y creció en familia en Yarumal, siendo el mayor de ocho hermanos. Luego se trasladó a Sincelejo a terminar el bachillerato. Desde niño se destacó por su carácter, inteligencia y buenos resultados como estudiante. Ingresó al Seminario San Pedro en Antioquia, pero antes de ordenarse sacerdote fue expulsado por sus ideas de izquierda y sus cuestionamientos a las posiciones de la Iglesia Católica. De temperamento afable, tranquilo, razonable, pero a la vez vertical y vehemente en la defensa de sus posiciones.
En la época llamada de La Violencia en Colombia, bajo el gobierno conservador de Mariano Ospina Pérez (1946-1950), siendo un joven estudiante en Ibagué fue capturado y torturado por su militancia de izquierda; y durante el gobierno de Laureano Gómez (1950–1953), fue detenido y colgado de los brazos durante toda una noche por manifestar ideas revolucionarias en discursos públicos. En 1952 se ganó, junto con el poeta antioqueño Carlos Castro Saavedra, un premio literario por sus escritos de crónicas de orientación revolucionaria, por lo cual ambos viajaron para ser homenajeados en Varsovia, Polonia. Fue militante destacado de la Juventud Comunista (JUCO). Asistió entonces al Primer Congreso de la Juventud por la Paz y la Amistad en Moscú.
Estudió Filología y Letras y luego Periodismo en la Universidad de Antioquia. Trabajó como periodista en Medellín. También participó en los periódicos El Relator de Cali y Política y Algo Más de Bogotá. Fue fundador del primer sindicato de periodistas en Colombia y presidente de la Federación Colombiana de Periodistas (FECOLPER). En el Valle del Cauca orientó la huelga de trabajadores azucareros entre 1960–1961 y participó en la creación de la Confederación de Trabajadores Sindicales de Colombia (CSTC), en Santa Marta. También en Bogotá trabajó como redactor en el Diario de Colombia en el tema económico, en el Diario Oficial y en redacción de noticias para emisoras de radio. Trabajó en su vida civil previa a su vinculación insurgente como corresponsal en Colombia de agencias internacionales como France Press, pues tenía dominio del inglés, el francés y algún manejo de otros idiomas. En su vida como periodista se casó y tuvo dos hijos, Tulia y Antonio. Posteriormente, en su vida militante clandestina, tuvo como esposa a Mercedes (seudónimo de Neo Bella Gómez Marín) (Trujillo, Valle del Cauca, Colombia 8/05/1927), con quien tuvo tres hijos, Vladimir, Carla y Patricia, el primero de los cuales también estuvo vinculado a éstas organizaciones revolucionarias, mientras las segundas fueron encomendadas en su cuidado a una hermana de Bella que residía con otros familiares en Cali.
En 1949 ingresó al Partido Comunista Colombiano (PCC) siendo un cuadro destacado en años siguientes del Comité Regional de Cundinamarca. Estuvo en intercambios y eventos políticos en las repúblicas socialistas de la URSS, República Popular de China, Checoeslovaquia, Rumania y Cuba. Coincidió con Pedro Hernando Vásquez Rendón y otros cuadros nacionales y regionales del PCC en críticas a la línea política que los llevaron a abogar por una estrategia revolucionaria, basada en la guerra de guerrillas. Por tal divergencia política con la línea oficial fue excluido del PCC en 1958. Fue invitado por Mao Tse-tung, líder del gobierno de la República Popular de China y presidente del Partido Comunista Chino, a intercambios políticos. Los chinos apoyaron la causa liderada por Pedro Vásquez Rendón, Pedro León Arboleda y otros dirigentes comunistas, quienes fundaron en 1965 el Partido Comunista de Colombia Marxista Leninista (PCC-ML). Reuniones clandestinas previas entre tales dirigentes se realizaron en la casa de la familia de Pedro León, de forma que sellaron acuerdos para emprender el nuevo proyecto revolucionario.
En el X Congreso del PCC ML (fundacional pero numerado así en rescate del legado del PCC), Pedro León Arboleda fue parte de su mesa directiva, elegido en el Comité Central y luego al Comité Ejecutivo Central y al Secretariado Nacional. Fue el principal redactor de los documentos de línea política publicados en las revistas Tribuna 3 y Tribuna 4, a su cargo. En su fundamento teórico se notó influencia de los intelectuales del Partido de la Revolución Socialista (PRS) ―en especial de Mario Arrubla y de Estanislao Zuleta―, con su tesis de profunda crisis estructural. Parte de la militancia del PRS se vinculó al PCC ML y el sector que no lo hizo liderado por estos dos reconocidos intelectuales discrepó con la lucha armada.
Como lo recuerda una importante dirigente nacional del PCC ML: En medio del debate, las reuniones clandestinas y los contactos con los demás dirigentes comprometidos en la gestación de este proyecto, como lo narraba Pedro León, un día cualquiera los dos Pedros ―Pedro Vásquez y él mismo― se dieron cita en la Iglesia de Manrique, en Medellín, una construcción neogótica que recuerda los trazos de la gran catedral alemana de Colonia, situada en las laderas nororientales de la ciudad y con un atrio que mira sobre el Valle de Aburrá. Desde ese escenario juraron, como en otros lugares y momentos lo han hecho tantos patriotas, guerreros o enamorados de una causa, entregar sus vidas al proyecto político en ciernes, a la revolución y al socialismo. Pedro León, emotivo como era, lo narraba sin poder evitar que sus ojos se humedecieran y sin esconder una sonrisa mientras recordaba el gran sentido del humor de Pedro Vásquez, capaz de disipar así fuera fugazmente la dureza de las marchas, los reclamos del hambre, los momentos oscuros del miedo y las derrotas (Velásquez, 2014).
Pedro León Arboleda se trasladó entonces a la zona de guerra del naciente EPL desde finales de los años sesenta al noroeste colombiano, Alto Sinú y San Jorge, siendo uno de los promotores de los levantamientos campesinos locales, la conformación de las Juntas Patrióticas Populares (JPP) y el inicio de las acciones guerrilleras del EPL. Los testimonios revelan que era lector incansable, siempre cargaba libros y en los campamentos bajo el brazo para en la oportunidad que tuviera leerlos. Especialmente esmerado en la pedagogía política con la militancia, la tropa guerrillera y el entorno social de apoyo. Su perfil como cuadro político era de autoridad, de fundamentación en sus posiciones, de discurso caracterizado y locuacidad ante todas las problemáticas necesarias de abordar. Fue quien principalmente respondía por la elaboración de los documentos partidarios. Entre sus escritos se destacan documentos centrales de la línea política y militar del PCC ML, pero además poemas revolucionarios editados junto con las publicaciones propagandísticas en folletos de distribución clandestina en todas las regiones de presencia de la organización.
A inicio de 1969, confirmada la muerte de Pedro Vásquez Rendón, Pedro León Arboleda fue elegido para sucederlo, al ser el cuadro más destacado tras la pérdida del principal dirigente, además de haber sido su amigo entrañable. De tal manera, asumió los cargos de Secretario Político del Comité Central (CC) del PCC ML y Comisario Político del EPL. Su influencia fue determinante en este proyecto insurgente en medio de una alta moral y total entrega al proyecto insurgente durante los primeros años 70, a la vez que con la rigidez propia de la época en la izquierda y, de manera especial, en una vertiente manifestada en especial en la lucha contra las divergencias en materia de línea política o militar. Entre los textos que elaboró y tuvieron amplia difusión en la militancia aparecen documentos como “El pueblo quiere y necesita la revolución” y “Desarrollar el Frente Patriótico de Liberación al calor de la lucha”, publicados en el folleto “Camino de la Esperanza”, editado periódicamente y difundido en la militancia en el ámbito nacional.
En 1974 en respuesta al debate interno propiciado por corrientes críticas en el PCC ML que cuestionaron la línea de guerra al considerarla marginal, en contraste con la intensa la lucha política y social registrada y a la cual estaba vinculada la gran mayoría de la militancia, junto con otros dirigentes del Comité Ejecutivo Central (CEC) le dirigió una respuesta al Comité Regional Pedro Vásquez Rendón de Antioquia, conminándolos a persistir en la lucha armada como forma principal de lucha insistiendo en la idea de la existencia de la existencia de una situación revolucionaria. Reafirmó su tesis de existencia de crisis estructural insuperable desde el régimen político económico imperante, la progresiva toma de conciencia revolucionaria de la población y el que se podía generalizar desde las regiones agraria una guerra de guerrillas prolongada con perspectiva insurreccional. “Hoy el pueblo colombiano tiene más necesidad que nunca de la revolución y también un camino más claro que nunca para realizarla” (Camino de la Esperanza No.4, 1973).
Su llamado se centraba en las consignas de conformar el Frente Patriótico de Liberación (FPL), planteamiento de amplio espectro antimperialista, popular y democrático, pero bajo la línea político militar adoptada, reducido a la extendida red de pre-militantes organizados en comités y grupos clandestinos desde distintos movimientos sociales y sectores poblacionales en el ámbito popular, en respaldo a las JPP promovidas por el EPL en la zona de guerra, vistas con desbordado optimismo como una real alternativa de poder. “…Desplegar con toda decisión la lucha del frente táctico anti-ospino-llerista, uniendo las motivaciones reivindicativas y políticas inmediatas de las masas y elevando constantemente su contenido. Impulsar con audacia y energía la creación del FPL, cuyas tareas esenciales de la hora ya están planteadas por nuestra concepción y por la realidad misma, y en particular por el desarrollo victorioso de la guerra del pueblo y cuyos embriones viven ya en las Juntas Patriótica Regionales y Locales aparecidas en el Sinú y en el San Jorge y en otros organismos urbanos de reciente creación” (Camino de la Esperanza No 3, 1974).
Sin embargo, bajo el liderazgo de Pedro León Arboleda la situación de esta vertiente insurgente se hizo difícil para el proyecto revolucionario ante todo por tres factores: El debilitamiento causado al EPL por dos cercos militares, la pérdida en combate de varios de sus principales dirigentes políticos y comandantes militares. La violenta actuación del Ejército ocasionando graves violaciones a los derechos humanos contra la población campesina de la región de presencia de esta guerrilla, la creación de grupos paramilitares y la captura de otros dirigentes en varias regiones y ciudades sometidos a torturas y arbitrarios consejos de guerra. Y la crisis política al seno del PCC ML, precipitada por la negativa del CC a admitir reconsideraciones políticas, de forma que expulsó a varios de los cuadros políticos que las lideraban.
En consecuencia, el PCC ML se debilitó notoriamente en la segunda mitad de los 70, al sufrir el fraccionamiento producto de tres vertientes disidentes: La Tendencia Marxista Leninista Maoísta y la Línea Proletaria que viraron hacia priorizar la lucha política y las dinámicas de incidencia en los movimientos sociales, con vertientes que pasaron a la actuación política legal. Y la fracción izquierdista Comando Pedro León Arboleda (PLA), que tomó tal denominación después de su muerte en 1975, la cual abogó por llevar la guerra a las ciudades y derivó en métodos terroristas. Entre tanto, el EPL buscó recuperarse desplegando sus destacamentos hacia la periferia de la “zona interna”, donde se habían gestado los levantamientos campesinos.
En tal difícil contexto Ernesto Rojas (seudónimo de Jairo de Jesús Calvo), quien llegó a ser el comandante general del EPL con posterioridad, recuerda el carácter indoblegable y el temple revolucionario que siempre mantuvo Pedro León Arboleda. “A pesar de las crisis, de las divisiones, siempre mantuvo un optimismo que rayaba en la locura, en la enajenación. Hacía chistes de las largas caminatas nocturnas que hacíamos en silencio en la profunda oscuridad. No era un hombre fuerte y ya tenía sus años, decía siempre: ´tengo un cuerito de tercera´ refiriéndose a su tez blanquísima, a su pelo rubio; cuando un mosquito lo picaba se le hacían ronchas impresionantes, sufría mucho en el monte. Pero siempre entusiasta, alegre, nos contagiaba con ese optimismo. (…) no era un diplomático de esos que van con todo el mundo, era directo e implacable, pero el tratamiento que su gente recibía era muy comprensivo, se preocupaba de lo mínimo…” (Behar, 1985).
Cuenta Rosa Velásquez que estuvo en el equipo que acompañó a Pedro León Arboleda en sus tareas de dirección del Partido, de manera que lo hacía sin horario, permanentemente, con disciplina, siempre con entusiasmo, creatividad y la imaginación que exigía la labor conspirativa. Decía que no era posible dirigir un partido político sin conocer y seguir el acontecer nacional e internacional, sin estudiar las problemáticas, pero que también era un entusiasta de las actividades educativas y las tertulias culturales con la militancia, donde “no faltaban los relatos, la música, los poemas recitados de memoria o las lecturas de textos” (Velásquez, 2014).
En desarrollo de la persecución oficial referida, al desplazarse entre Antioquia, el Eje Cafetero y el Valle del Cauca, Pedro León Arboleda fue detectado por los organismos de inteligencia estatales, tras su retorno de reuniones con dirigentes comunistas de la República Popular China y de varios países de Europa. El Ejército lo ubicó en Cali y de inmediato desató un intenso operativo militar, rodeó la vivienda donde estaba ubicado, tomó los sitios contiguos y lo conminó a la rendición, hecho que no aceptó. En contrario, ante la incursión de la tropa gubernamental ofreció resistencia y en total desventaja fue cercado, de manera que murió acribillado por disparos oficiales. Allí detuvieron a su compañera Bella Gómez, también miembro del Partido e integrante de su Comité Central y quien con el pacto de paz entre el Gobierno nacional y el Ejército Popular de Liberación (EPL) en 1991, se reintegró a la vida civil y se ha dedicado a ser dirigente social, lideresa comunitaria y defensora de los derechos humanos. De hecho en 2011 recibió un reconocimiento especial en la ciudad de Cali por su importante trabajo comunitario.
Con posterioridad a su muerte en su honor el frente del EPL conformado en el occidente de Antioquia tomó su nombre, al igual que el Comité Regional del PCC ML en el Valle del Cauca y otras estructuras partidarias y guerrilleras. Sin duda, por su actuación, liderazgo y aportes, constituyó uno de los principales líderes del PCC ML y del EPL que trascendió por su proyección en el movimiento comunista y revolucionario colombiano e internacional.
Obra
- “La revolución colombiana y el concepto del Frente Patriótico de Liberación”, PCC ML, EPL, en Camino de la Esperanza, n° 3, 1973, Montañas de Colombia. Edición clandestina mimeografiada. Archivo Fundación Cultura Democrática, Bogotá, Colombia.
- “El pueblo quiere y necesita la revolución”, PCC ML, EPL, en: Camino de la Esperanza, n° 4, Montañas de Colombia, 1974. Edición clandestina mimeografiada. Archivo Fundación Cultura Democrática, Bogotá, Colombia.
Cómo citar esta entrada: Villarraga Sarmiento, Álvaro (2020), “Arboleda, Pedro León”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org