CORTÉS, Mariano (seudónimo: Altaïr) (Sin datos de nacimiento y fallecimiento)
Obrero tipógrafo de origen español, se destacó como periodista y orador en el movimiento anarquista argentino entre los años 1897-1906.
Utilizaba el seudónimo literario de Altaïr, nombre declinado en francés de la estrella más brillante de la constelación de Aquila, cuya denominación proviene del árabe. En 1897 defendió al anarquista italiano Angiolillo que había ajusticiado a tiros al político español Cánovas del Castillo. En Buenos Aires colaboró con el periódico teórico anarquista Ciencia Social. Revista de Sociología Artes y Letras (1897-1900) que dirigió Fortunato Serantoni y con los almanaques de La Questione Sociale y en Rosario con el periódico La Censura (1898-1900). Formó parte delprimer grupo editor de La Protesta Humana (1897-1903) junto con Inglán Lafarga, Eduardo G. Gilimón, José Reguera y José Prat. Escribió regularmente en La Protesta Humana (LPH) y en La Protesta (LP) entre 1898 y 1904. En el artículo “Sin razón ni justicia”, cuestiona el terror personal como metodología política (La Protesta Humana, 23/10/1898). En 1899 criticaba a los escritores modernistas convertidos al anarquismo (LPH, 27/1/1899).
En abril de 1900 es uno de los oradores de la Casa del Pueblo de Buenos Aires y en mayo diserta en el Centro Libertario, a propósito del día del trabajo, sobre “los fundamentos de la anarquía” y que enseguida aparecerá en folleto.
En LPH escribió dos largas series: “El delito y la pena con relación a las formas sociales” (1900-1901), antes expuesta en conferencias en el Centro Libertario, y luego otra titulada “La legalidad y la legitimidad en la revolución” (LPH, 1902).
En 1903 dirige una carta a Félix Basterra que se publica en la obra de éste “El crepúsculo de los gauchos”.
Tras el congreso de la Federación Obrera Argentina (FOA) de 1903 polemizó con Juan Creaghe defendiendo la incorporación de intelectuales en la Sección de Oficios Varios de la Federación: los hombres, argumentaba, se diferencian por sus ideales y no por sus profesiones, “las clases nacen en el cerebro…” (LPH, junio y julio de 1903).
Escribió el prólogo al folleto “La anarquía ante los tribunales” de Pietro Gori (Buenos Aires, La Protesta, 1904) y tradujo “La anarquía es inevitable” de Kropotkin, para El Rebelde. En 1904 colaboraba en Futuro (1904-1905), que editaba en Montevideo Edmundo Bianchi, así como en Natura (1904-1911), que dirigió en esa misma ciudad Fernando Carbonell.
El 30 de mayo de 1906 está en Tupiza, Bolivia, encontrándose según la prensa tupiceña «de paso por la ciudad». Dicta ese día una conferencia organizada por la Unión Obrera 1º de Mayo que, según el periódico local La Aurora Social, versó sobre «la historia del socialismo, en su economía individual y colectiva». Altair fue detenido por el comisario de Tupiza y condenado al destierro.
Antes de partir rumbo al Perú, donde se pierden sus rastros, dejó a los artesanos tupiceños un poema inédito, publicado en uno de los números perdidos de La Aurora Social. Afortunadamente este fue replicado por la publicación anarquista de Lima, El Hambriento. En una de sus estrofas, el “propagandista libertario” –así firma– definía a la Libertad en los siguientes versos:
«Es el rojo pendón de los ideales / que en la bárbara noche de los pueblos / luce como una estrella de bonanza / y es un dolor ardiendo. / Pero un dolor que dice: soy Aurora / y es la Aurora del día de los siervos» (El Hambriento, Lima, agosto de 1906).
Obra
- “Fundamentos y lenguaje de la doctrina anarquista. Conferencia pronunciada el 1º de Mayo de 1900 en el Centro Libertario”, Buenos Aires, Librería Sociológica, 1900.
- “Biografía del Dr. Pedro Gori”, en: Pedro Gori, La anarquía ante los tribunales, Buenos Aires, La Protesta, 1904.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2019), “Altaïr (Cortés, Mariano)”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org