ALVARENGA CABALLERO, Blas Ignacio (nombres de guerra: Comandante Patricio y Tomás) (Acahay, Departamento de Paraguarí, Paraguay, 31/07/1937 – Santa Elena, Cordillera, Paraguay, 06/07/1965)
Asesinado y desaparecido. Comandante de la Columna Mariscal López del Partido Comunista Paraguayo
Nace en la ciudad de Acahay, Paraguarí, casualmente, el mismo lugar donde nació otra protagonista de la lucha guerrillera en el Paraguay, Idalina Gaona (1923). Hijo de Andrés Alvarenga y de Benita Caballero, y hermano de Dorila Alvarenga Caballero.
Blas Ignacio Alvarenga se recibió de profesor normal en Asunción. Previamente había asistido al Colegio Nacional de la Capital. Cuando cumplía los años de servicio militar como cadete del Colegio Militar Francisco Solano López, entre 1958 y 1959, fue testigo del desembarco de una de las columnas guerrilleras del Movimiento 14 de Mayo (M14) en diciembre de 1959 en la ciudad de Encarnación. Nunca sabremos si esa experiencia como defensor de Encarnación contra una de las columnas del M14 (conformada por jóvenes liberales radicalizados) tuvo algún impacto en él o no, pero para 1960 había abandonado el liceo y se había trasladado a la Argentina dónde se le perdió el rastro.
En Buenos Aires había entrado en contacto con miembros del Partido Comunista Paraguayo (PCP), que a partir del año 1960 había adoptado el camino de la lucha armada para enfrentar a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) integrando una organización político-militar llamada Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA). Se trataba de un frente antidictatorial cuya columna vertebral estaba constituida por el PCP, pero también incluía a febreristas de izquierda, unos pocos liberales y colorados disidentes.
Blas se convertiría en un joven más de los muchos que fueron a entrenarse a Cuba. Llegó a la isla el 25 de septiembre de 1961 vía Brasil, como lo indica su pasaporte (disponible en www.familysearch.org). Para 1963 ya estaba preparado para regresar al Paraguay e integrarse a la ya existente Columna guerrilera Mariscal López.
El FULNA, en los hechos, ya se había desarmado y esta formación guerrillera dependía exclusivamente del PCP, y estaba al mando de Arturo López Areco, más conocido como el Comandante Agapito Valiente. Sin embargo, hacia fines de 1963, debido a desavenencias internas entre Agapito y su segundo en la columna, el partido decidió llevar a cabo un reemplazo total de la comandancia de la columna: Agapito, Celso Aválos Ocampos y Juan Romilio González Acosta, en ese orden de jerarquía.
Ellos fueron enviados a la Unión Soviética a realizar un curso político-militar y los reemplazaron nuevos y jóvenes comandantes: Santiago Coronel Acevedo (Comandante Cibils), Andrés García Valiente (Comandante José) y Blas Alvarenga como el «Comandante Patricio». Era “sangre nueva” y venían con el halo de prestigio que tenían los militantes entrenados en el exterior. Así, Alvarenga, con 26 años, regresaría a su país en abril de 1964 como uno de los nuevos comandantes de la Columna Mariscal López del PCP.
Los nuevos comandantes, quizá por su juventud y entusiasmo, fueron a la región de la columna (Piribebuy, Santa Elena, Cordillera) e intentaron lograr un crecimiento rápido en hombres y en acciones. Lamentablemente, se expusieron a un mayor riesgo de infiltración y una persona en la que ellos depositaron su confianza les entregó. Blas Ignacio Alvarenga y a otro integrante de la columna, Herminio Cubilla, fueron emboscados por las fuerzas de la represión y asesinados mientras dormían el 6 de julio de 1965.
Cuando corrió la noticia de su muerte, un primo de él llamado Tomás Martínez solicitó la entrega del cuerpo, pero le fue negada. El caso del “Comandante Patricio” pasó a ser uno de los cientos de desaparecidos víctimas del régimen stronista hasta que en abril de 1989, a dos meses del retorno de la democracia en el Paraguay, su cuerpo apareció y pudieron identificarlo. En los diarios asuncenos de abril de 1989 se puede recorrer toda la polémica generada a partir de la aparición de sus restos junto a los de Herminio Cubilla. El Ministro del Interior, General Machuca Vargas, disminuyó la importancia de estos hallazgos declarando que eran guerrilleros que se mataban entre ellos, mientras los familiares negaron que hubiera sido comunista. Tal como sucedió en la Argentina donde al principio las madres de los desaparecidos ocultaban la historia militante de sus hijos, en el caso de Alvarenga su hermana Dorila Alvarenga declaró era pertenecía al Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), un sector antidictatorial del Partido Colorado. Incluso, se llegó al extremo de que Higinio Olmedo (alias “Popará”), sindicado como el infiltrado que entregó a los dos guerrilleros, apareciera en los diarios declarando que Alvarenga y Cubilla eran sus “compañeros de lucha”, con total impunidad.
Cómo citar esta entrada: Montero, Mariano Damián (2021), “Alvarenga, Blas Ignacio”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org