BARRERA, Donatila (Balnearia, Pcia de Córdoba, Argentina, 29/8/1907 – Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, 22/2/1988).
Obrera de orientación anarquista, activa en la campaña por la libertad de los Presos de Bragado.
Nace en el pueblo de Balnearia, Provincia de Córdoba. Se casa muy joven con el anarquista Dantón Ludueña, con quien tuvo tres hijos: Soledad (1926), Germinal (1928) y Dantón (h) (1931). En la década de 1920 la pareja estrecha amistad con el telegrafista de orientación anarquista Pascual Vuotto, que se había instalado transitoriamente en ese pueblo para restablecerse de una afección pulmonar. Donatila le confiesa a su amigo los malos tratos que sufre por parte de su marido y Vuotto le propone que se una él y se marchen juntos con el hijo menor, lo que ocasionó una fuerte discusión en el pueblo y también en el movimiento anarquista.
En sus memorias, Vuotto relata el episodio de la siguiente manera: “Para curarme fui a Córdoba. Allí fui testigo de uno de los millares de dramas familiares que pueden terminar en tragedia. Para evitar ésta, invité a la que hoy es mi compañera a unirse a mí vida. ¡Cuántas lágrimas y cavilaciones le costó decidirse! Al final aceptó y partió conmigo, trayendo consigo un hijito de su dolor” (Vuotto, Vida de un proletario). La pareja se instala entonces en la localidad de Durañona con el hijo menor de Donatila y donde nacerá Themis, fruto de esta nueva relación.
El 16 de julio de 1931 Vuotto asiste en la localidad de Bragado, Pcia. de Buenos Aires, a una asamblea anarquista —de la que participan, entre otros, Santiago Mainini y Reclús de Diago— convocada para reunir fondos por los cientos de anarquistas que poblaban las cárceles bajo la dictadura del Gral. Uriburu. Pero el atentado con una bomba sufrido el 5 de agosto por la familia de José M. Blanch, un dirigente conservador de esa localidad, llevó a la policía y a la justicia del régimen militar a inculpar del hecho a los participantes de la reunión de julio. Vuotto —que soportó las torturas reafirmando su inocencia— y los obreros ladrilleros Mainini y de Diago fueron condenados sin pruebas a prisión perpetua y trasladados a la Cárcel de Mercedes, Pcia. de Buenos Aires.
Vuotto le indicó a su esposa que fuera con su hija Themis a vivir con su madre, en la ciudad de 9 de Julio. Donatila ayudaba a su suegra en el amasado del pan, y recibía un peso por semana que le enviaba a su marido a la prisión para poder sostener su defensa. Estuvo varias semanas internada a causa de una enfermedad, y cuando se repuso fue con sus pequeños hijos a vivir a Flores, a la casa de una hermana de Pascual. Allí se ganaba la vida armando pantalones.
Los “Presos de Bragado” serán liberados en 1942 tras once años de prisión, luego de una intensa campaña de solidaridad, tanto nacional como internacional, a través de actos públicos y manifestaciones callejeras, que promovieron por un lado la FORA (anarquista), por otro la FACA y por otro la CGT (sindicalista). El Comité Provincial Pro-Presos de Bragado editó, primero en 1936 y luego entre 1939-1942, el periódico Justicia! que llegó a alcanzar una tirada de 40.000 ejemplares.
Donatila jugó un rol destacado en la campaña. Según el testimonio de Fernando Quesada, “durante los once años fue el nexo obligado con los presos; caminó los pasillos de la comisaría de Bragado, de la cárcel, de los tribunales; anduvo todos los caminos y visitó todas las oficinas donde hacía falta cumplimentar alguna gestión; fue contacto obligado para delegaciones, personas o funcionarios, que deseaban ver a los presos, ofrecerles ayuda en su defensa, alcanzarles solidaridad efectiva y moral; trabajó incansablemente a través de Comités o de personas amigas, para lograr justicia para los presos; vivió todas las angustias de las diversas instancias, en las que se reiteraba la condena; padeció necesidades económicas al faltarle el compañero, debiendo trabajar para subvenir las necesidades elementales; tenía que vivir y vivió, criando a sus dos hijos —Gringo y Themis—, víctimas inocentes del infausto proceso; conoció la amargura y el desaliento que trae consigo el transcurrir de los días, los meses y los años, sin que se vislumbre la victoria” (Quesada, 1974, p. 65).
Donatila ayudó a crear un Comité Auxiliar Femenino del Comité Pro Presos de Bragado y envió en 1936 un artículo a ¡Justicia!: “Un llamado a la mujer proletaria” (en: ¡Justicia! nº 2, Buenos Aires, 1936, p. 1). En el mismo órgano colaboró la escritora anarquista Iris Teresa Pavón, quien mantuvo desde entonces correspondencia tanto con Pascual Vuotto como con Donatila. Vuotto había narrado su historia en el volumen Vida de un proletario (1936), escrito en la prisión.
Una vez con su compañero en libertad, siguió el destino que sus sucesivos trabajos le deparaban en diversas localidades: nuevamente como telegrafista del Ferrocarril de la Provincia de Buenos Aires, luego como control en la línea 19 de colectivos de la ciudad de Buenos Aires y finalmente como funcionario de la Cooperativa de Seguros “Bernardino Rivadavia” de la Capital Federal.
En 1953 Vuotto y su compañera se radicaron en Mar del Plata, ciudad en la que Donatila falleció en 1988.
El 28 de julio de 1993 el Congreso Nacional sancionó la ley 24.233, fundada en un proyecto presentado tres años antes por el socialista Guillermo Estévez Boero, que “desagravia el nombre y la memoria” de los Presos de Bragado. Vuotto había fallecido cuatro meses antes de dicha reparación.
Su hija Themis querelló por daños y perjuicios a la Provincia de Buenos Aires, amparándose en la ley que establecía la injusticia de la sentencia. El caso llegó en 1997 hasta la Corte Suprema de Justicia, que terminó concediendo a la mujer una pequeña pensión mensual.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2025), “Barrera, Donatila”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
