VILLAR, Manuel (seudónimo: Ignotus) (Pradoluengo, Provincia de Burgos, España, 24/12/1904 – Boulogne, Pcia. de Buenos Aires, Argentina, 30/10/1972).
Obrero electricista y periodista de orientación anarcosindicalista, secretario de la CNT española, preso político bajo el régimen franquista.
Llegado a la Argentina con sus padres a los siete años de edad, después de concluir la escuela primaria se formó como electricista en una escuela técnica.
Militante sindical en el gremio de electricidad, en 1925 se incorporó a la redacción de La Protesta como cronista gremial, desempeñando esa función hasta el golpe militar de 1930. Compartió redacción durante esos años con figuras como Diego Abad de Santillán y Emilio López Arango.
Asistió en representación de la Agrupación Obrera de Estudios Sociales “Hacia la Libertad” de San José de Costa Rica como delegado al Congreso internacional en el que se fundó la Asociación Continental Americana de Trabajadores (ACAT, de orientación anarcosindicalista), celebrado en Buenos Aires del 11 al 16 de mayo de 1929 en el local de la FORA situado en Bartolomé Mitre 3270. Los otros delegados fueron Emilio López Arango, Serafín Fernández y Suceso Fernández por la FORA, Juan Deilla y Nicolás Cutillo por el Centro Obrero Regional del Paraguay; Miguel Rodríguez por la Federación Obrera Local de La Paz (Bolivia); Enrique Rangel por la Confederación General de Trabajadores de México; Manuel Bautista Grajeda por el Comité de Acción Sindical de Guatemala; João Martins por la Federación Local de Río de Janeiro (representaba a su vez a otras cinco centrales sindicales brasileñas: las Federaciones Locales de Bagé, Pará y Pelotas; la Unión General de Trabajadores de Uruguayana, y el sindicato de canteros de União de Leão) y Pascual Minotti por la FORU (Federación Obrera Regional del Uruguay). Acudieron además, Agustín Souchy por la AIT y delegaciones indirectas, como las agrupaciones “La Antorcha” y “Luz y Libertad” de La Paz representadas por Antonio Fournarakis; J. Mayo por el periódico Cultura proletaria de Nueva York; Diego Abad de Santillán por el Bureau Internacional Antimilitarista de La Haya y La Protesta de Lima; y dos chilenos de la IWW exiliados en Argentina, Armando Triviño y Pedro Ortúzar.
Villar fue designado secretario de la ACAT, siendo uno de los animadores de su órgano, en carácter de tal animó la revista La Continental Obrera (1929-1930). Su primera sede fue Buenos Aires, pero tras el golpe militar de 1930 la ACAT debió trasladarse a Montevideo y finalmente a Santiago de Chile. La ACAT fue fundada casi en simultáneo con la Confederación Sindical Latinoamericana (CSLA), pero mientras la central sindical comunista conoció en la década de 1930 una significativa expansión, la central anarcosindicalista no logró implantarse en el continente y de hecho desapareció a fines de la década de 1930.
Villar, por su parte, se exilió en Montevideo siguiendo el destino de la secretaría de la ACAT. Instaló en la capital oriental una pequeña librería con su amigo Diego Abad de Santillán y con Simón Radowitzky, recién exiliado proveniente de Argentina. La experiencia duró poco tiempo, embarcándose en Montevideo hacia la costa del Pacífico, atravesando el Estrecho de Magallanes. Estuvo breve tiempo en Santiago de Chile, donde se instaló momentáneamente la sede de la ACAT.
Cuando a comienzos de 1932 se reabrió La Protesta bajo el gobierno constitucional de Agustín P. Justo, Villar volvió a Buenos Aires y se reincorporó a su redacción.
Tras una serie de “acontecimientos dramáticos”, en 1932 fue detenido y deportado a Barcelona por aplicación de la Ley de Residencia. En 1933 asumió en la capital condal la dirección del diario Solidaridad Obrera, función que sostuvo hasta inicios de la guerra civil. Ese mismo año fue encarcelado por el gobierno republicano de Alejandro Lerroux por publicar clandestinamente Solidaridad Obrera.
Desde 1934 formó parte del grupo anarquista “nervudo”, de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), con Abad de Santillán. En 1934 fue a Asturias, una vez acabados los hechos revolucionarios de octubre, para recoger información que luego sirvió para elaborar su libro El anarquismo en la insurrección de Asturias, publicado en Buenos aires bajo el seudónimo Ignotus.
En 1935 conoció en Barcelona a la anarquista aragonesa Benigna Galve Escobedo, a quien se uniría hasta el resto de su vida. En estos años intentó aproximar las posiciones de los “trentistas” con las de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), siendo partidario del voto en las elecciones del Frente Popular, lo que derivó en enfrentamientos con figuras del anarquismo como José Peirats y Eusebio Carbó.
Durante los años de la guerra civil formó parte del Comité Central de Abastos de Cataluña en nombre de la FAI. Como militante de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), al trasladarse su comité nacional a Madrid asumió la dirección de su órgano madrileño C.N.T. Luego, al radicarse el Comité nacional de la CNT en Valencia, asumió la dirección del diario Fragua Social (Valencia, 1936-1939), que desde entonces pasó a ser el órgano de la central sindical a escala nacional. En marzo de 1937 asistió, como director de Fragua Social de Valencia, a la Conferencia Nacional de Prensa Confederal, donde defendió las tesis oficialistas.
A partir del 16 de marzo de 1939, formó parte de la Comisión Exterior, nombrada por el Comité Nacional de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y propuesta por el mencionado organismo al Comité de Defensa de Madrid para recuperar los valores enviados por el gobierno de Juan Negrín en México y organizar el envío de todo lo que pudiera enviarse desde España hasta el final de la guerra y para lo cual viajó al país azteca.
Tras la derrota de la República en 1939 estuvo preso en los campos de concentración de Los Almendros y Albatera (Alicante), de los que logró salir. Según testimonio de Félix Carrasquer recogido por Abel Paz, fue detenido el 11 de agosto de 1941, junto con Saturnino Carod, cuando estaban entregados a la tarea de reconstruir la CNT. Fue recluido en la Cárcel Modelo de Barcelona, acusado de actividades antifranquistas. Fue puesto en libertad en julio de 1947 por el cumplimiento de su sentencia y su buena conducta. Entre tanto, su compañera Benigna Galve fue encerrada durante cuatro años en diferentes prisiones (Valencia, Barcelona, Figueres y Madrid).
Una vez libre, en agosto de 1947 asumió la secretaría del Comité Nacional de la CNT clandestino establecido en Madrid. Fue nuevamente detenido el 15 de noviembre de 1947, durante el Pleno de Regionales convocado ese día. El 22 de enero de 1949, Villar y su compañero de militancia Miguel Montllor fueron juzgados en consejo de guerra en Ocaña y condenados a muerte, pena que les fue conmutada por la de 25 años de prisión. Fue puesto en libertad en 1960, totalizando 18 años de cárcel en las prisiones franquistas.
Entonces se reencontró, después de 16 años de separación forzosa, con su compañera Benigna Galve, que también había sufrido prisiones, pero había sido puesta en libertad condicional en 1944. Manuel y Benigna tuvieron un hijo, Diego.
Sus amigos de Argentina le facilitaron a la pareja el regreso a este país en 1960. Villar se reincorporó a la militancia y a la vida editorial, colaborando con Diego Abad de Santillán en la elaboración de sus enciclopedias. Vivió en un departamento situado en la avenida Pueyrredón 1005, 3º “A”, ciudad de Buenos Aires. Mantuvo correspondencia desde Buenos Aires con Juan López Sánchez, exiliado anarquista en Londres, sobre cuestiones relativas a la CNT (esta correspondencia se conserva en el Archivo General de la Región de Murcia, en línea). El 30 de mayo de 1964 envió una carta desde Buenos Aires a la militancia confederal, firmada con Pedro Herrera y Diego Abad de Santillán, donde apostaban por un cambio de estrategia de la CNT y mostraban la necesidad de entrar en la Central Nacional Sindicalista (CNS), el “Sindicato Vertical” franquista para, desde esta plataforma, volver a establecer contacto con los trabajadores.
Murió el 30/10/1972. Diego Abad de Santillán y Enrique Palazzo despidieron sus restos en el Cementerio de Boulogne.
Obra
- Condiciones para la revolución en América, Buenos Aires, Nervio, 1932.
- (como Ignotus), El peligro comunista. Sus causas y remedios. Ensayo político-social, Madrid, 1933.
- (con D. Abad de Santillán y Juanel), La insurrección anarquista del 8 de diciembre de 1933, Barcelona, 1934.
- (como Ignotus), El anarquismo en la insurrección de Asturias. La CNT y la FAI en octubre de 1934, Buenos Aires, Nervio, 1936
- España en la ruta de la libertad, Buenos Aires, Reconstruir, 1962.
- Otro libro firmado como Ignotus (La represión de Octubre. Documentos sobre la barbarie de nuestra civilización, Valencia, 1935) no corresponde a Villar sino al anarquista asturiano Fernando Solano Palacio que usó el mismo seudónimo.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2025), “Villar, Manuel”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.
