CAPORALETTI, Teresa G. (firma como Teresa G. Caporaletti) (Italia, c. 1872 – Lomas del Millón, Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, Argentina, junio 1947).
Militante anarquista, una de las fundadoras y animadoras del Centro Anarquista Femenino (1907-1908) de Capital Federal.
Anarquista de origen italiano, su padre se apellidaba Governatori y su madre Cecchi. Arriba a Buenos Aires a fines del siglo XIX. Según el testimonio recogido por su amiga Juan Rouco Buela, Teresa recordaba en su vejez la llegada de Pietro Gori a la Argentina en 1898, participando al año siguiente de las reuniones que los grupos anarquistas porteños mantenían con el criminólogo italiano. Había compartido en su juventud militancia con figuras fundacionales del movimiento anarquista argentino como Isidro Borobio, Juan Irigoiti y Vicente Parada.
En octubre de 1902 aparece junto a su compañero, el obrero pintor de origen italiano Pascual Caporaletti, como suscriptora voluntaria para el fondo que el movimiento anarquista reunió para ayudar a la familia de Isidro Borobio, recién fallecido.
Comienza a aparecer en la prensa anarquista de principios del siglo XX conmo Teresa G. Caporaletti. Participa en el acto anarquista del 1º de Mayo de 1904. Ese domingo se realizaron en Buenos Aires dos manifestaciones por el Día del Trabajo, expresando la división existente en el movimiento obrero. Por una parte, la Unión General de Trabajadores (UGT) y el Partido Socialista realizaron un acto en la Plaza Colón, reclamando la jornada laboral de ocho horas. Por otro, la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), con hegemonía anarquista, organizó una marcha que partió desde la Plaza Lorea (frente al Congreso Nacional) para arribar a la Plaza Mazzini (hoy Plaza Roma, en la avenida Lendro N. Alem). Los manifestantes portaban estandartes rojos con crespones negros, como recordatorio de la Masacre de Chicago de 1886. A ella asistió Juan Ocampo, obrero foguista oriundo de la región del Chaco Austral que trabajaba en la empresa naviera propiedad de la familia Mihanovich.
A partir de una discusión entre manifestantes y pasajeros de un tranvía detenido por la gran columna, la policía desató una brutal represión. En medio del forcejeo por el control del espacio público, un disparo que provino de la multitud mató al agente de policía Luis J. Manzano que se proponía liberar, sable en mano, el paso del tranvía. Las fuerzas policiales dispararon entonces sobre los manifestantes, cayendo muerto el obrero Juan Ocampo, de unos 22 años, de un tiro en la nuca. Caporaletti y otras compañeras anarquistas (Juana Rouco Buela, María Reyes y Elisa Leotar, entre otras) cargaron el cuerpo del obrero sobre una escalera que les facilitaron en una obra en construcción y lo llevaron a pulso al local de la FORA de la calle Combate de los Pozos, Ciudad de Buenos Aires.
A comienzos de 1907 aparece como una de las organizadoras del Centro Anarquista Femenino de Buenos Aires (CAF) junto a Juana Rouco Buela, María Collazo, Virginia Bolten, María Reyes, Elisa Leotar, Violeta García y Martha Nevelstein. Se reunían los días domingo en el local de los Conductores de Carros (Montes de Oca 972, casi esquina Suárez, barrio porteño de Barracas). Según el testimonio de Juana Rouco: “Era un local grande, donde casi diariamente se daban conferencias, y desfilaban por ese salón todos los intelectuales, que eran muchos, los que se confundían con el proletariado y el movimiento anarquista. El entusiasmo y la capacidad de los compañeros que actuaban en esos años hacía que la propaganda de nuestro ideal adquiriera contornos insospechados”.
El Centro, que venía a competir con el Centro Socialista Femenino, tuvo al menos tres oradoras destacadas en la Huelga de inquilinos que se desarrolló entre agosto y octubre de 1907: Virginia Bolten, Juana Rouco Buela y María Collazo. El CAF venía gestándose antes de la huelga, pero ésta precipitó su desarrollo a lo largo de estos meses y prolongó sus actividades durante buena parte del año 1908.
El domingo 22 de septiembre de 1907 el CAF se reunía en el local de La Protesta, calle Libertad 837. Se abrió la reunión con un discurso escrito por la maestra Corona B. López que leyó Juana Rouco Buela. A continuación tomaron la palabra Juana Rouco y la niña Pauaria sobre la relevancia del Centro. Se designó finalmente una Comisión compuesta por: Martha Nevelstein, secretaria; Julia Núñez, prosecretaria; Eduarda Reyes, Adela Balzán, Juana Buela, Carmen Bermejo, Luisa Ferrari e Isabel Freitas, vocales. Se recolectaron 8,70 pesos, alcanzando la caja del Centro la suma de 32,70 pesos. Se repartieron gratis 600 manifiestos y 70 ejemplares de la revista Labor y folletos anarquistas.
El CAF convocaba para el domingo 13 de octubre de 1907 a “todas las mujeres que sufren las infamias del régimen oprobioso del capitalismo” a una conferencia a realizarse en el local de los Conductores de Carros en la que harían uso de la palabra “varios compañeros y compañeras designados al objeto”. Asimismo, para el domingo 1º de diciembre de ese año, un acto en la Sociedad de Carreros de la calle Montes de Oca que según el redactor de La Protesta “asumirá notables proporciones” pues allí se iría a definir el rol de dicho Centro en la huelga general anunciada para el 27 de diciembre de ese año. Según el mismo redactor, se trataba de “mujeres bravas” que se reunían cada domingo y “llenaba el local de los Conductores” (“Centro Anarquista Femenino”, en: La Protesta nº 1200, Buenos Aires, 27/11/1907, p. 1; “Centro Anarquista Femenino. La reunión del domingo”, en: La Protesta nº 1245, Buenos Aires, 30/11/1907, p. 4).
Con la deportación de Juana Rouco, Teresa G. Caporaletti asume transitoriamente el liderazgo del Centro. En enero de 1908 enviaba al diario anarquista La Protesta la siguiente nota:
A las compañeras del Centro Anarquista Femenino.
Compañeras
Saliendo mañana los deportados víctimas de la tiranía burguesa, entre los cuales se cuenta la compañera Juana Buela, aunque no en calidad de deportada, y habiendo sido compañera miembro de este centro, es nuestro deber ir a despedirla. Por lo tanto quedáis invitadas a la dársena para las 10 a.m.
“A las compañeras del Centro Anarquista Femenino”, en: La Protesta nº 1253, Buenos Aires, 25/1/1908, p. 1.
En sus memorias, Juana Rouco escribió: “Recuerdo que vinieron a despedirnos a la dársena, como 500 compañeros y el Centro Femenino en pleno, con banderas y carteles, siendo para mí y los compañeros que iban conmigo, un momento muy emocionante” (Juana Rouco Buela, 1964).
El domingo 12 de enero, en el contexto del llamado de la FORA a una huelga general, el CAF realizaba una “gran conferencia pública” en un local situado en las calles Triunvitato y Dorrego, en el barrio porteño de Villa Crespo (“Centro Anarquista Femenino”, en: La Protesta nº 1241, Buenos Aires, 12/1/1908, p. 2). En su reunión del domingo 25 de enero de ese mismo año, el Centro Anarquista Femenino resolvió formar una Comisión Pro Presos para socorrer a los compañeros detenidos. Asimismo, resolvió vender en las reuniones libros y folletos de edición nacional y llegados del exterior para sostener los gastos del Centro. Invitaba “a todos los compañeros anarquistas” a una reunión a celebrarse el viernes 31 de enero de 1908. Finalmente, en el suelto que reproducía La Protesta, la secretaria Elena Frade y la tesorera Corona B. López informaban que el Centro retiraba el voto de apoyo que María Collazo había otorgado al Consejo Federal de la FORA .
La conferencia convocada para el domingo 2 de febrero de 1908 tuvo que ser suspendida porque fue prohibida por la policía. El Centro invitaba a las compañeras a reunirse el próximo viernes 7 de febrero (“Centro Anarquista Femenino. La reunión del domingo”, en: La Protesta nº 1262, Buenos Aires, 5/2/1908, p. 2). Pero la reunión tuvo que ser suspendida por “falta de número”, así como la anunciada conferencia (“Centro Anarquista Femenino”, en: La Protesta nº 1266, Buenos Aires, 9/2/1908, p. 2).
En marzo de 1908 Teresa Caporaletti entregaba 10 pesos al anarquista vindicador Francisco Solano Regis, recientemente detenido, y a otro anarquista llamado Remo Cotti, producto de una lista de recaudación de fondos que llevó a cabo el CAF
Dos meses después invitaba por medio de un pequeño aviso publicado en La Protesta a las compañeras del Centro a la reunión a celebrarse el 30 de abril de 1908 en un local de la calle Montevideo 907. El CAF adhirió al acto que convocó la Federación Obrera Bonaerense para el 1º de Mayo a realizarse en el local de los Conductores de Carros. Hay una última convocatoria a reunión para el 24 de mayo de 1908 en un local de la calle Sarandí 1115.
En junio de 1908 Teresa Caporaletti publicaba un pequeño llamado en La Protesta para comunicarse con las compañeras Obdulia Amable e Isabel Freitas (La Protesta nº 1375, 17/6/1908, p. 2).
El domingo 4 de octubre de 1908 la última reunión del CAF, realizada en el local de los Carreros con presencia de 10 de sus adherentes, acordó “en vista de la apatía o indiferencia de las que lo componen, darlo por disuelto”. El suelto, firmado por la “compañera Reyes”, invitaba a la compañera Caporaletti a entregar aquello que tuviera en su poder así como a todos los compañeros que tuvieran en sus manos recaudaciones para las listas de suscripción (La compañera Reyes, “Centro Anarquista Femenino”, en: La Protesta nº 1469, Buenos Aires, 6/10/1908, p. 1).
Pero el 5 de noviembre, una mujer que firmaba como “secretaria” del Centro, dirigía una carta pública a sus compañeras desde las páginas de La Protesta, señalando que “la apatía de algunas” no era razón suficiente para su disolución, pues el Centro no había cumplido con su misión, la emancipación definitiva de la mujer. Además, el anarquismo promueve la libre iniciativa, de modo que basta la decisión de algunas para que el Centro siga funcionando. La secretaria convocaba entonces a una nueva reunión en la Sociedad de Carreros para el domingo 8 de noviembre.
Teresa y el obrero pintor de origen italiano Pascual Caporaletti tuvieron seis hijos a lo largo de la década de 1900: Germinal (Montevideo, 20/8/1903), Aurora, Libertaria, Universo (8/9/1907), Ada (1910-1989) y Zelanda. Su compañero Pascual fue detenido durante varios días tras la imposición del estado de sitio en 1909. Acusado en el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional del 24/11/1909 de “peligroso para el orden público” por “su conducta habitual” —según nota elevada por la Jefatura de Policía de la Capital—, debió abandonar Buenos Aires y desaparecer sin dejar rastros para evitar la deportación por aplicación de la Ley de Residencia. En 1910 su cuñado Santiago Caporaletti fue arrestado e inmediatamente deportado con destino a Italia en el vapor Virginia, que partió del puerto de Buenos Aires el 7 de julio de 1910. Es posible que Teresa, que también corría riesgo de ser deportada, lo acompañara en esta fuga de Buenos Aires.
Pascual y Teresa reanudaron su actividad pública en años siguientes, cuando los gobiernos radicales no aplicaban la Ley de Residencia (1916-1930). Fue entonces que sus hijas Aurora, Ada y Libertaria Caporaletti actuaban en los cuadros filodramáticos o declamaban poesías sociales en las veladas ácratas. Tenían su domicilio en la calle Regimientro de Patricios 1898, barrio porteño de La Boca. En los últimos años de su vida se trasladaron a Lomas del Millón, en la localidad bonarense de Ramos Mejía, donde Teresa falleció a los 65 años y Pascual a los 82.
Juana Rouco recordaba así a su compañera de militancia en el Centro Anarquista Femenino:
Se fue como ha vivido, pensando y soñando con la transformación social. A sus setenta y cinco años conservaba una memoria fresca y en sus conversaciones recordaba con exactitud los pasajes vívidos de la propaganda.
Pocos días antes de morir, al llevarlo yo un programa de la función aniversario de La Protesta, [13/6/1947] recordó la llegada de Pietro Gori, las reuniones realizadas y en las cuales tomó ella parte, era por el año 1889 [sic: 1899]. Habló de Juan Irigoiti, Isidro Borobio, Vicente Parada y otros muchos que ya nadie recuerda ni conoce. Me parece verla en el año 1903 [sic: 1904] en los hechos de la Plaza Mazzini, cuando cayó muerto por las balas policiales un compañero de los peluqueros y colocamos su cuerpo en una escalera y cubierto con una bandera roja lo llevavamos por varias calles Elisa Leotar, Teresa Reyes y yo hasta llegar a depositar su cuerpo en el local de la FORA, donde se veló.
Yo era entonces una niña ; ella era una mujer hecha, y con sus hijos la encontraba en todas partes. Nunca decayó su espíritu de lucha, años y años trabajó por el ideal que tanto quería, junto a su inseparable compañero Pascual, que la ha acompañó hasta el día de su muerte.
Hacía pocos años que se había ido a vivir a un rincón de Ciudadela donde pocos, muy pocos, nos acordábamos de visitarla de vez en cuando.
El 1º de Mayo del año pasado quiso ir al mitin de Plaza Constitución y allí la encontré contenta de verse rodeada de compañeros a quienes tanto había querido, y me dijo. “a lo mejor, este el último mitin al cual vengo”, y así fue, este año ya estaba en cama para no levantarse más.
Unos días antes de morir me dijo: “Mirá Juana, cuando me levanto lo primero que hago es una bandera para la FORA, como aquella que hice en 1905. ¿Te acuerdas qué linda y grande era?”
Juana Rouco Buela, “Teresa Caporaletti”, en: La Protesta nº 7948, Buenos Aires, 30/8/1947, p. 2.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2025), “Caporaletti, Teresa G.”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.