OLMEDO, Carlos (seudónimos: El Jóse, Germán) (nombres de guerra: El Jóse, Germán) (apodo: El rubio) (Asunción, Paraguay, 5/1/1944 – Estación Ferreyra, Córdoba, Pcia. de Córdoba, Argentina, 3/11/1971).
Ideólogo y fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Hijo de Carlos Aristóbulo Olmedo, reconocido médico paraguayo exiliado durante unos años en Argentina. Aprovecha su estadía realizando cursos de perfeccionamiento, durante los cuales conoce a María Mercedes Valdora, la que sería su esposa, enfermera del Hospital Churruca. El matrimonio se instala en Asunción del Paraguay donde nacen sus tres hijos, Carlos, Alicia y Osvaldo, muriendo el padre cuando eran muy chicos. Carlos y su hermana Mercedes Alicia pasan parte de la infancia en Mendoza, hasta que hacia 1954 se mudan al barrio de Barracas de la ciudad de Buenos Aires.
Carlos cursa el secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Obtiene un cargo de preceptor cuando es todavía alumno, trabajo que mantiene tras egresar del colegio en 1962 y desde el que construye un vínculo con los alumnos menores que no tardaría en convertirse en político. Durante los últimos años de secundaria comienza a militar en la Federación Juvenil Comunista (FJC). Cursa durante dos años la carrera de medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA), cumpliendo con el deseo de su madre, hasta que atiende a su propia vocación e inicia la carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en la que pronto daría cursos para graduados. Durante esos años de estudio participa del Centro de Estudiantes. Según algunas fuentes, residió brevemente en París cursando un seminario de filosofía marxista con Louis Althusser.
En 1966 dicta un curso de historia del arte a un grupo integrado por Isabel Goldemberg (que sería su primera esposa), su hermano Carlos Goldemberg y Mercedes Depino, con los que tiempo después formaría los primeros grupos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Su amplia formación lo caracterizaría muy personalmente en los debates políticos por venir. Por entonces acompaña la labor del psiquiatra Mauricio Goldemberg (padre de su esposa) en el Policlínico de Lanús, contactando a líderes de las villas cercanas para acercar el servicio psiquiátrico a la comunidad.
Ese mismo año publica en la revista La Rosa Blindada una nota crítica sobre un libro de Juan José Sebreli escrita en colaboración con Oscar Terán. Olmedo firmó con el seudónimo de Enrique Eusebio y Terán con el de Abel Ramírez (LRB n° 9, septiembre 1966). Olmedo alterna por entonces sus compromisos políticos con su trabajo como ejecutivo de marketing en la empresa Gillette. Al año siguiente su trabajo profesional lo lleva a obtener el Premio al “Joven sobresaliente del año 1967”, y en tal carácter es invitado al popular programa televisito “Almorzando con Mirtha Legrand”.
Alejado definitivamente del Partido Comunista (PC), en marzo de 1966 recibe la propuesta del psiquiatra Antonio Caparrós de integrar su núcleo de Filosofía y Letras junto al que se reunía en torno de Roberto Quieto para formar un grupo que desde Buenos Aires sirviera de apoyo a la guerrilla de Ernesto Che Guevara en Bolivia. Olmedo, Quieto, Marcos Osatinsky y su esposa Sara Solarz constituyen entonces el llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN, coloquialmente conocido como “Elena”). A fines de ese año, tras el golpe militar de junio que encabeza el Gral. Juan Carlos Onganía, Olmedo viaja a Cuba para recibir entrenamiento militar, en la perspectiva de coordinar las actividades de sostén a la guerrilla boliviana del que terminaría siendo el grupo inicial de las FAR.
En su formación política confluyen lecturas diversas, de Marx a Althusser, de Regis Debray a Menahem Beguin, cuya Rebelión en Tierra Santa ofrecía un relato del “terrorismo” judío contra el colonizador inglés antes de la instauración del Estado de Israel. Al regresar de Cuba, se casa con Isabel Goldemberg y comienza a organizar al equipo que lo acompañaría en su misión: su hermano Osvaldo Olmedo, su esposa Isabel, su cuñado Carlos Goldemberg , María Angélica Sabelli, Pilar Calveiro, Sergio Paz Berlín y Juan Pablo Maestre, entre otros. Con el primero mantendría una relación conflictiva, que se expresó en una temporaria ruptura cuando aquél intentara dirigir su propio núcleo, receloso de la influencia de Carlos sobre los demás y sobre sí mismo.
Desbaratado el proyecto boliviano con la muerte del Che Guevara en octubre de 1967, Olmedo se orienta a preparar la guerrilla urbana en la perspectiva de lo que en los primeros documentos de las FAR denominaría “armar nuestra propia política”. En ese sentido promueve un creciente acercamiento al peronismo, preocupado por la dimensión política del accionar de los grupos armados, al entender que el fracaso del Che en Bolivia se debía a su ajenidad respecto de las clases populares bolivianas. A mediados de 1968 conduce la integración con el grupo liderado por Arturo Lewinger al tiempo que se produce una creciente vinculación con las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). Junto con aquél viajarían a Uruguay para entablar lazos con los Tupamaros, a través de su dirigente Raúl Sendic.
En el marco de un clima de creciente contestación a la dictadura militar cuyo punto más alto había sido, en mayo de 1969, el “Cordobazo”, un mes después (26/6/1969) idea y dirige la explosión simultánea de trece supermercados Minimax, cadena comercial en la que tenía acciones Nelson Rockefeller, en momentos en que visitaba en la Argentina. Por entonces, Olmedo vivía alternadamente en las casas de sus distintos compañeros, en el afán de organizarse a lo largo y a lo ancho del país.
Descollante según diversos testimonios por su capacidad intelectual y de organizador, fue un orientador de peso para sus compañeros. Sus documentos, difundidos en la época por revistas como Cristianismo y Revolución o Militancia, representaban una referencia ideológico-política incluso para otras organizaciones armadas. En el debate con aquellas no peronistas, sostenía que la ideología sólo podía tener vigencia si servía para interpretar una realidad e identidad consideradas únicas e irrepetibles en la historia de cada pueblo, lo que en el caso argentino se hallaba sintetizado por el peronismo. Para Olmedo “la experiencia peronista podría definirse como aquella experiencia que impide absolutamente a un trabajador concebir un hecho reivindicativo despojado de su significación política. […] lo que genera conciencia no es sólo la miseria, sino la comprensión de que esa miseria es una injusticia. Y ésa es quizás la contribución más importante que la experiencia peronista ha dado a nuestro pueblo: la posibilidad de comparar, de cotejar, de desmentir. La posibilidad de hacer de la explotación una historia, un fenómeno histórico referido a intereses terráqueos y no celestiales y sobrehumanos y que, por lo tanto, es modificable. Allí está, quizás, la clave de la interpretación del fenómeno peronista”.
Con la toma del pueblo de Garín, Provincia de Buenos Aires, el 30 de julio de 1970, hacen su aparición pública las FAR. Habría sido sólo por insistencia de Roberto Quieto que Olmedo acepta conducir la acción desde fuera del teatro de operaciones, siendo él quien planificara el operativo. En 1971, ya habiendo pasado a la clandestinidad, está instalado en Córdoba, ciudad considerada el centro de la vanguardia del movimiento obrero con cuya dirigencia las nuevas organizaciones político-militares intentaban aceitar un vínculo no siempre exento de conflictos. Al mismo tiempo, las organizaciones guerrilleras identificadas con el peronismo transitaban el intento de erigir estructuras de coordinación entre sí, como la que se plasmó en las OAP (Organizaciones Armadas Peronistas). Olmedo fue un gran “arquitecto” de las mismas, conduciendo, por las FAR, las primeras conversaciones con Sabino Navarro y Mario Firmenich.
Desde este marco, dirigió la operación conjunta de FAR, FAP y Montoneros en la que fue “ajusticiado” el mayor Julio Ricardo Sanmartino, ex jefe de policía de Córdoba, director de cárceles y organizador de grupos paramilitares. Para ese momento el líder de las FAR ha dejado su empleo publicitario en la empresa Gillette y se ha separado de su esposa, obligado por las exigencias de la vida clandestina.
En abril de 1971 Paco Urondo le hizo una entrevista a Carlos Olmedo que publicó la revista Cristianismo y Revolución con el título de “Reportaje a la guerrilla argentina. FAR: los de Garín” (Cristianismo y Revolución n° 28, Buenos Aires, abril 1971, pp. 56-70). La postura de Olmedo de incripción de las FAR dentro del movimiento peronista suscitó la respuesta de un grupo de militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) que se encontraban presos en la Cárcel de Encausados de Córdoba (“Responde el Ejército Revolucionario del Pueblo”, mayo-junio 1971). Olmedo alcanzó a elaborar a mediados de ese mismo una contrarréplica que sus compañeros publicaron póstumamente: “Aportes al proceso de confrontación de posiciones y polémica pública que abordamos con el ERP”.
A fines de octubre de 1971 los sindicatos del personal de las plantas cordobesas Concord y Materfer de FIAT, los clasistas SITRAC y SITRAM, acababan de ser declarados ilegales por la dictadura y arreciaban las cesantías y persecuciones a los militantes sindicales. En ese contexto se produce el intento de intervenir en el conflicto por parte FAR, FAP y Montoneros, cuando el 3 de noviembre de 1971 fracasa una operación conjunta de secuestro del jefe de relaciones públicas de FIAT Córdoba, Luchino Revelli-Beaumont, cuyo objetivo era exigir, entre otras medidas, la reincorporación de despedidos. Olmedo, que participaba del operativo, muere rematado por la policía tras un tiroteo que lo alcanza en una estación de servicio Esso de la Ruta nacional 9, en la localidad de Ferreyra. En la misma acción, bautizada por la prensa de las organizaciones armadas como “La batalla de Ferreyra”, mueren también los militantes Juan Carlos Baffi, Juan Peresini, Agustín Villagra —quien fuera pareja de María Antonia Berger— y Miguel Ángel Castilla.
Ocasionalmente, Olmedo había manifestado a sus compañeros su miedo a ser detenido y extraditado al Paraguay, su patria de origen dominada por la dictadura de Alfredo Stroessner. No llegó a cumplir 28 años.
Obra
- “Enrique Eusebio (Carlos Olmedo) y Abel Ramírez (Oscar Terán), “J. J. Sebreli y la cuestión bastarda”, en: La Rosa Blindada nº 4, Buenos Aires, 1966, pp. 55-59.
- “Reportaje a la guerrilla argentina. FAR: los de Garín”, en: Cristianismo y Revolución n° 28, Buenos Aires, abril 1971, pp. 56-70 [preguntas y respuestas atribuidas a Paco Urondo y Carlos Olmedo, respectivamente].
- Carlos Olmedo, “Aportes al proceso de confrontación de posiciones y polémica pública que abordamos con el ERP”, Buenos Aires, FAR, 1971, transcripto en: Militancia nº 4, Buenos Aires, 5/7/1973, pp. 35-49.
- Roberto Baschetti (comp.), Documentos 1970-1973. Volumen I. De la guerrilla al gobierno popular, La Plata, De la Campana, 2004, pp. 186-214.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio (2024), “Olmedo, Carlos”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.