LOGGIA FRATTI, Lorenzo (Arlés, Francia, 1887- sin datos de fallecimiento).
Comerciante, contador, profesor en escuelas comerciales, subteniente (reservista) del ejército italiano, combatiente en la Primera Guerra Mundial, militante y conferencista socialista en Argentina y Chile.
Nació en Arlés, Francia en 1887, nacionalizado italiano. Se menciona en una fuente primaria que tenía una familia en la Argentina y una esposa llamada María Loggia Fratti.
Arribó a Argentina proveniente de Rio de Janeiro (Brasil), el 25 de septiembre de 1915. El registro señala que tenía 28 años, era de profesión contador y su estado civil era soltero. Es muy probable que haya vivido antes en la Argentina, en razón de que el 26 octubre 1898, un niño con el mismo nombre, de aproximadamente 10 años, arribaba al puerto de Buenos Aires desde Génova.
Lorenzo Loggia Fratti se radicó en 1915 en la localidad de Junín, Provincia de Buenos Aires. Posteriormente cuando se encontraba radicado en el norte salitrero chileno, un anuncio comercial aparecido en El Despertar de los Trabajadores (EDT) en que ofrecía sus servicios de contaduría, señalaba que se había desempeñado como contador del Sindicato de los Empleados de Comercio de Junín y que allí había trabajado para varias casas comerciales. En Junín ingresó como militante al Partido Socialista (PS) argentino y se incorporó además, a la Sociedad italiana “Unità”.
A principio de 1916 llegó al norte chileno con el interés -según confesión en entrevista posterior- de estudiar asuntos relacionados con negocios, en su condición de socio de una casa comercial. Se radicó transitoriamente en el puerto de Iquique, Provincia de Tarapacá, y se unió a las filas del Partido Obrero Socialista (POS), llegando a obtener cierta importancia en su interior. Durante tres meses realizó una serie de conferencias socialistas y de interés científico y educativo, entre las cuales podemos mencionar: “El Individuo, la Religión y el Estado”; “El Origen de la Tierra”; “Fe Moderna”; “Educación e Instrucción”, según referencias halladas en El Despertar de los Trabajadores.
En una de aquellas conferencias polemizó con el anarquista peruano Julio Rebosio perteneciente al Centro Anárquico iquiqueño “La Brecha”. Algunos miembros de esta agrupación libertaria habían asistido a la primera de sus charlas y no habían quedado conformes con lo planteado por el conferencista italiano en relación a que el Partido Socialista era un partido revolucionario y de clase. Posteriormente los miembros de “La Brecha” desafiaron a los socialistas a efectuar una conferencia de controversia, y estos aceptaron. Así el tema debatido y polemizado públicamente por Loggia Fratti y Julio Rebosio se tituló “¿Es o no Partido Revolucionario y de Clase el Partido Socialista parlamentario?”.
Tiempo después en la ciudad de Arica, al norte de Iquique, el Gobernador Marítimo prohibió a Loggia Fratti brindar sus acostumbradas conferencias públicas. Esto dio origen a que algunas secciones Partido Obrero Socialista a nivel nacional (Santiago, Valparaíso, Taltal, entre otras ciudades y localidades) realizaran mítines de protesta contra la medida restrictiva y anti-constitucional adoptada por el Gobernador de Arica. El objetivo de estas manifestaciones públicas era pedir garantías al Ministro del Interior en el respeto de la libertad de expresión. Las autoridades habían argumentado que los extranjeros en Chile no podían dar conferencias en lugares públicos.
En Iquique el mitin de protesta se realizó en la Plaza Condell y participaron socialistas, anarquistas y demócratas. El centro Anarquista “La Brecha”, concurrió con el fin de demostrar su solidaridad frente al atropello de la libertad de expresión que había afectado a Loggia Fratti. El delegado elegido por los anarquistas para ocupar la tribuna como orador fue nuevamente el tipógrafo y zapatero Julio Rebosio. En primer lugar hicieron uso de la palabra los socialistas E. Salas y Gumercindo Tapia. Al ocupar el escenario Rebosio y apenas comenzado su discurso en que denunciaba y fustigaba a las autoridades catalogándolas de abusivas, fue inmediatamente interrumpido por la policía. El Comisario Rojas Soffia, ordenó detenerlo, siendo conducido a un cuartel policial en medio de los gritos y la protesta airada de los asistentes. Luego subió a la tribuna Celedonio Arenas, también del Centro anárquico “La Brecha”, quien corrió la misma suerte de Rebosio y fue detenido. Posteriormente, fue impedido de continuar en el uso de la palabra el representante del Partido Demócrata Manuel Aguirre. Poco después en el periódico El Despertar de los Trabajadores, Loggia Fratti publicó una breve nota solicitando al Intendente de Tarapacá, Recaredo Amengual, publicara el informe que le había enviado el Gobernador de Arica, en base al cual no se le permitió desarrollar sus conferencias, con el fin de conocer de que se lo acusaba específicamente, ya que las autoridades argumentaban que esto era estrictamente confidencial.
A mediados de junio de 1916, Loggia anuncia que regresará a Europa para participar en la contienda bélica que se desarrolla en los campos del viejo mundo. Los socialistas iquiqueños le agasajaron y despidieron realizando una tertulia en los salones de El Despertar de los Trabajadores. Luego de algunas horas de charla, Loggia Fratti invitó a sus camaradas socialistas a acompañarlo al salón de la Bomba Italiana. Esta asociación de inmigrantes de la que formaba parte Loggia, también le tenía preparada una reunión de despedida. Finalizado este evento, los socialistas lo acompañaron al puerto para que abordara el vapor “Ortega”, que lo conduciría junto a otros reservistas a Europa.
“Más o menos a las 5 y ½ P.M. nos dirijimos (sic) al muelle donde se aglomeraron todos los reservistas y gran número de acompañantes. Después de presenciar abrazos y besos de despedida de padres y hermanos nos embarcamos rumbo al “Ortega” unos cuantos compañeros y compañeritas valientes, que a pesar de la fiereza del mar con el oleaje tumultuoso de las olas, supieron demostrar al compañero Loggia que había algo de gratitud y fraternidad en sus corazones.
Estas compañeritas merecen mencionarse y son Amira Martínez, C. Martínez, la niñita Magdalena Jil y María Valenzuela, que entonando himnos revolucionarios con sus voces argentinas y vibrantes disipaban el sopor de tristeza que nos embargaba en esos instantes. Llegado a bordo del “Ortega” nuestro camarada Loggia nos dirijió (sic) nuevamente la palabra desde la cubierta del vapor. Sus palabras eran de aliento para la lucha en que estábamos empeñados y a la cual hay que prestar su más decidido apoyo. Con el “hasta siempre” acostumbrado, dejamos al compañero Loggia conteniendo su fuerte emoción.
En las mismas condiciones nos retiramos todos recordando sus fecundas campañas en pro de la cultura y pensando también en la salvaje campaña que es instado a desempeñar en el charco sangriento de la civilizada Europa.… Y llegamos a nuestro DESPERTAR protestando contra Dios y la guerra y entonando himnos revolucionarios”.
Federico Serrano V., en: “Emocionante despedida”, en: EDT, Iquique, 20/06/1916.
A su paso por el puerto de Valparaíso Lorenzo Loggia Fratti, participa en una velada del Partido Obrero Socialista. Esta actividad se realizó en la vecina ciudad de Viña del Mar con el objetivo de reunir fondos para el periódico El Socialista de Valparaíso, periódico oficial del POS. El argentino Mariano Rivas, quien oficiaba de conferencista principal aquel día, le brindó el saludo de bienvenida por parte de los socialistas de la provincia de Valparaíso. Loggia, por su parte, dio el saludo fraternal de los camaradas de Tarapacá a los presentes y explicó las razones que lo motivaba a regresar a Italia.
A comienzo de junio de 1918, la dirección de EDT recibe una carta de la Cruz Roja italiana informándoles que Lorenzo Loggia Fratti, Subteniente del ejército italiano había sido herido y capturado en combate, aunque se encontraba en buenas condiciones de salud. Se dirección de reclusión era: Austria Gruppe VIII- a Aschach a. d. Donau. Loggia por intermedio de la Cruz Roja pedía que los socialistas iquiqueños que respondan sus cartas anteriores y que le envíen paquetes para los prisioneros. Solicitaba además que comunicaran su condición y estado de salud a su familia en la Argentina, a la comunidad italiana de Iquique y a la Sociedad italiana “Unita” de Junín. Como consecuencia, la dirección de EDT convocó a todos los compañeros que habían entablado amistad con Loggia a escribirle con prontitud para demostrarle que los socialistas iquiqueños no lo habían olvidado.
Luego de concluida la Primera Guerra Mundial, Loggia Fratti regresó a Chile en mayo de 1920 y se radicó nuevamente en Iquique. Al ser entrevistado por EDT, se definió a sí mismo como un agitador. Publicó una carta abierta, que fue catalogada como subversiva por las autoridades locales. Por este motivo fue citado por la prefectura local para ser notificado que debía inscribirse en el registro de extranjeros. En aquella ocasión se le advirtió que de proseguir con su campaña de agitación sería expulsado del país. Poco después se le siguió un sumario por orden de la Intendencia de Tarapacá con el objetivo de aplicarle la Ley de Residencia, aunque la policía no pudo reunir suficientes antecedentes para cumplir este objetivo. Entonces Loggia Fratti abandonó intempestivamente la Provincia de Tarapacá ante el hostigamiento policial de que era objeto.
Loggia se dirige entonces al centro de país y reside por algunas semanas en la capital chilena. Comparte entonces la militancia socialista con Carlos Alberto Martínez, Mariano Rivas L., Víctor Roa Medina, Manuel Hidalgo, Luis A. González, Evaristo Ríos Hernández, Carlos A. Sepúlveda y Casimiro Barrios Fernández (español también afectado por la Ley de residencia en junio de 1920), entre otros. La sección santiaguina del POS le comisiona para investigar la acusación de infiltración y espionaje en contra del dirigente socialista Evaristo Ríos Hernández (tipógrafo), señalado por militantes anarquistas como agente policial (Sección de Seguridad), infiltrado en el POS y en el movimiento obrero (Asamblea Obrera de Alimentación Nacional, Federación Obrera de Chile, Federación de Obreros de Imprenta, entre otras.). Según el testimonio dejado por luchador anarquista (y también tipógrafo) Julio Valiente, Loggia Fratti, aprovechando su condición de socio de una casa importadora italiana, se presenta en la Sección de Seguridad, solicitando conocer al agente Evaristo Ríos, al cual pensaba gratificar por haber resuelto un robo ocurrido a su casa comercial. Los agentes, después de muchas idas y vueltas al interior del cuartel policial, le piden regresar al día siguiente. Así lo hace Loggia Fratti, entonces se le informa que en la 10ª Comisaria había un agente con ese nombre. Al concurrir a esa seccional policial, aparece sorpresivamente Evaristo Ríos Hernández, quien le presenta al agente policial Evaristo Ríos, tratando de esta manera de despejar las sospechas sobre su persona. Posteriormente Loggia Fratti informó de esta situación anómala el POS (ya que nadie más sabia de sus gestiones en aquella dependencia policial) y pidió la expulsión de Ríos del POS –al igual que lo hizo el argentino Mariano Rivas L., antes de irse de Chile también expulsado por la Ley de Residencia en agosto de ese mismo año.
Poco después, Loggia Fratti viaja al sur del país, a la ciudad de Concepción, con el plan de desarrollar algunas conferencias en la zona carbonífera del Golfo de Arauco. Esta presentaba una gran concentración de trabajadores en las localidades de Lota y Coronel. El gobierno se mostró preocupado por sus antecedentes anteriores en Iquique y de las conferencias “subversivas” que podría desarrollar en Concepción, el “profesor L. Loggia”. El Ministro del Interior García de la Huerta solicitó entonces al Intendente de Tarapacá todas las informaciones disponibles referentes a Loggia Fratti con el objetivo de sumar antecedentes para aplicarle la ley de residencia.
El socialista italiano fue entonces detenido por la policía de concepción, bajo la acusación de promover una huelga general de los mineros del carbón. Cuando Loggia Fratti arribó a la zona carbonífera se desarrollaba un conflicto entre patrones y obreros y se había desatado una importante huelga. La participación de anarquista y socialistas en la Gran huelga del carbón de 1920 fue mínima o poco significativa, y el único activista socialista mencionado por las autoridades interviniendo en apoyo de los mineros fue Loggia Fratti.
Este había dado una conferencia sobre gremialismo y había confeccionado el pliego de peticiones que los mineros llevaron para negociar a Santiago. Este incluía aumento de salario y disminución de las horas de trabajo. Fue acusado entonces por los sectores dominantes de la región carbonífera de pretender organizar un Soviet en la localidad de Schwager. Fue puesto a disposición del juez José Astorquiza para ser interrogado. Este seguía el proceso judicial denominado “proceso de los subversivos” contra la I.W.W. –sección chilena-, Trabajadores Industriales del Mundo. Posteriormente fue trasladado a la capital chilena, recluido en la penitenciaria de Santiago.
A fines de julio de 1920, el Ministro del Interior, García de la Huerta autorizaba al Intendente de Concepción a expulsar del país al extranjero Lorenzo Loggia Fratti, utilizando la fórmula enunciativa habitual “por propagar ideas incompatibles con la unidad e individualidad de la nación y provocar manifestaciones contrarias al orden establecido” (Valenzuela, 2013; Archivo Ministerio del Interior). Se lo acusaba específicamente de incitar a los gremios de trabajadores del carbón -a través de algunos escritos- de realizar un paro general en contra del gobierno y de las compañías carboníferas. Loggia Fratti había reconocido además en el sumario seguido por la Intendencia de Concepción que era miembro de la III Internacional, organismo con sede en Moscú. En opinión del gobierno chileno este organismo era nocivo porque era contrario al concepto de patria y nacionalidad.
El Intendente de Concepción había recibido una carta anónima con una serie de acusaciones en contra de Loggia Fratti y esto había dado origen a su detención. Las autoridades en base a esta “prueba” anónima, le acusaron de mantener contacto y relaciones con los principales anarquistas del país, y también con anarquistas de otros países sudamericanos. Además, lo responsabilizaban de haber entregado recursos económicos provenientes de Moscú tanto a maximalistas como a anarquistas. Al momento de ser detenido Loggia Fratti tenía en su poder una importante suma de dinero, situación que contribuyó aún más a abonar las sospechas en su contra. Según el socialista italiano ese dinero pertenecía de la casa comercial de la cual era socio y estaba destinada a la concreción de algunos negocios.
Como había sido declarado reo por el Ministro de la Corte Suprema de Justicia, juez Astorquiza en el proceso que se seguía a los miembros de la I.W.W (“proceso de los subversivos”) su expulsión quedaba en suspenso y sujeta a las resoluciones que adoptara el juez sumariante en su caso y las penas que este le aplicaría.
La Industrial Workers of the World (Los Trabajadores Industriales del Mundo, IWW) habían arribado a Valparaíso alrededor de 1917, a través del contacto entre los trabajadores marítimos y portuarios a lo largo de las costas del Océano Pacifico (Desde Valparaíso y San Francisco). Muchos anarquistas chilenos adhirieron a los postulados y principios de esta organización anarco-sindicalista nacida en los Estados Unidos en 1905. La mayoría de los activistas de los IWW “en la región chilena” (los llamados wobblies) eran dirigentes obreros nativos y no agitadores foráneos como argumentaban las autoridades. La IWW se expandió rápidamente a otras regiones de Chile, logrando que un sinnúmero de gremios se afiliaran a la organización o estrecharan lazos con ella.
En un allanamiento a un local de la IWW de Valparaíso a fines de julio de 1920, la policía encontró armas y explosivos, lo que desató una verdadera caza de brujas en los lugares donde la IWW tenía presencia. Cientos de activistas wobblies (incluso algunos socialistas como Mariano Rivas) fueron detenidos. Algunos de los militantes wobblies murieron en las cárceles, afectados por enfermedades como la tuberculosis, y a consecuencia de los tratos crueles y torturas que allí recibieron. Como es el caso del joven y promisorio poeta José Domingo Gómez Rojas, quien falleció en un manicomio a fines de septiembre de 1920 después de su paso por la cárcel.
Posteriormente, se determinó que un jefe de policía con la ayuda de dos delincuentes había plantado los explosivos y armas en el local de la IWW y el proceso judicial finalmente quedó en nada. Los dirigentes y militantes wobblies fueron recuperando paulatinamente la libertad. La persecución a la IWW chilena se dio en el contexto de un alza de la conflictividad social con el aumento de las huelgas y manifestaciones públicas; el cuestionamiento a la oligarquía dominante; el ejemplo de la Revolución bolchevique; la conquista por parte de los socialistas bajo la conducción de Luis Emilio Recabarren de la Federación Obrera de Chile (FOCH) y la expansión en la IWW, en el país. Como consecuencia, la élite gobernante experimentó una alarmante preocupación ante el crecimiento del anarquismo y construyó un discurso en que la ruptura de la armonía social en Chile se debía a la acción exclusiva de agitadores “profesionales” extranjeros (anarquistas, socialistas, sindicalistas y wobblies) y espías (argentinos, peruanos, rusos, etc.) A todo lo anterior se sumaba las tensiones diplomáticas entre Chile y Perú por problemas limítrofes. Un supuesto plan de Perú para desestabilizar al gobierno chileno y el desarrollo de un clima de exacerbado nacionalismo en el país, con movilizaciones de tropas a la frontera norte y movilizaciones populares en apoyo de las fuerzas militares chilenas.
En ese contexto complejo Loggia Fratti fue detenido. El diario El Mercurio lo catalogó como “anarquista”, a pesar de ser socialista. Lo mismo sucedió con el diario La Ultimas Noticias. Se le asoció además a la figura del ex religioso, activista anti-clerical (“Cura renegado”) y conferencista Juan José Julio Elizalde (apodado el “Pope Julio”). Este fue detenido en Concepción, y posteriormente fue enviado por el Intendente de esta provincia a la capital chilena custodiado por agentes de la Sección de Seguridad, para ser puestos a disposición del Juez Astorquiza.
Se acusó a Elizalde y a Loggia Fratti de elaborar un plan para realizar una gira de propaganda por Argentina y Uruguay en favor de la IWW. Del careo realizado por el Juez Astorquiza entre ambos se pudo determinar que había una relación meramente accidental entre ambos. Las conversaciones que sostuvieron se circunscribieron a las teorías de Augusto Comte, que Elizalde solía tratar habitualmente en sus conferencias y no tuvieron relación con las actividades “subversivas” de Loggia Fratti en la región carbonífera. Como consecuencia el “Pope Julio” Elizalde fue dejado en libertad bajo fianza.
Loggia Fratti compartió en la capital chilena, la sección carcelaria llamada “Siberia” con Juan Gandulfo, estudiante de medicina y anarquista, acusado de ser miembro de la IWW y con el joven aristócrata Rigoberto Soto Rengifo del Partido Radical. Loggia estuvo cuatro meses preso, y uno de los cuales paso incomunicado en una de las peores celdas del penal. El juez Astorquiza fue extremadamente duro con él. Ordenó que lo engrillaran en la Sección de Seguridad para ser llevado ante su presencia para ser interrogado. Todo esto antes de la llegada de Gandulfo, después fue alojado en mejores condiciones. Según el relato de Juan Gandulfo se sospechó que Loggia Fratti era el famoso (y peligroso) anarquista italiano Enrico Malatesta (“La voz…”, 1920; “Las cárceles…”, 1922).
A principios de diciembre de 1920, el diario La Nación informaba que la Corte de Apelaciones había dado lugar a los recursos interpuestos por algunos detenidos acusados de subversivos. Algunos de ellos quedarían en libertad bajo fianza y otros en libertad incondicional, por no haberse podido comprobar que habían cometido algún delito. Loggia Fratti seria puesto en libertad incondicional junto a Julio Valiente, Galvarino Troncoso, Luis A. Pinto y varios otros luchadores sociales. Aunque pesaba todavía sobre él, el decreto de expulsión de la Intendencia de Concepción. En esos momentos Loggia se encontraba hospitalizado con lesiones graves, ya que había sufrido un accidente en la cárcel al caer de una escalera.
Días después, al ser entrevistado por este mismo diario, expreso que había apelado ante la Corte Suprema para que dejara sin efecto dicho decreto de expulsión. Loggia reconoció que tenía ideas socialistas, pero el socialismo al que adhería “se amoldaba perfectamente al orden establecido”. (“Conversando…”, 1920). En otra entrevista se había reconocido como simpatizante de Arturo Alessandri, el candidato de la Alianza Liberal, que finalmente resultó elegido Presidente de la República y que prometía realizar reformas sociales y laborales. Probablemente con estas declaraciones Loggia desplegaba una estrategia discursiva para intentar despejar las acusaciones en su contra y las dudas que generaba su figura en las autoridades. Por lo demás, las propuestas y el discurso de Alessandri generaron inicialmente simpatías y algunas expectativas en las filas del POS conducido por Luis E. Recabarren. A pesar de lo anterior, la Corte Suprema estudió su apelación y finalmente confirmó el decreto de expulsión el día 12 de enero de 1921.
A fines de enero de 1921 la revista Claridad (órgano de la Federación de Estudiantes de Chile) de cercanía al pensamiento anarquista, informaba que Lorenzo Loggia Fratti abandonaría Chile en los siguientes días, y que emprendería viaje rumbo a Europa para visitar Francia, España, e Italia, con el destino final de llegar hasta Rusia. Loggia había sido nombrado por la dirección de esta publicación como corresponsal en el extranjero y enviaría artículos e informes desde el Viejo Mundo. Desconocemos por el momento su derrotero posterior.
En síntesis, Lorenzo Loggia Fratti fue un militante internacionalista, que con su pensamiento y acción contribuyó al desarrollo del socialismo en Chile. Fue un ejemplo de lucha y solidaridad con el movimiento obrero chileno. Una figura interesante y que hasta el momento solo aparecía mencionada en algunos trabajos historiográficos. Esta biografía incompleta (pero en construcción), es un intento de rescatar su figura y su aporte político en la construcción del socialismo chileno.
Cómo citar esta entrada: Gallardo Márquez, Melvin (2024), “Loggia Fratti, Lorenzo”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.