GARNICA NARVÁEZ, Francisco

Los padres de Francisco Garnica fueron Francisco Garnica y Leonor Narváez, desde su niñez y juventud denotó inteligencia, liderazgo y sentido crítico. Se hizo militante de la Juventud comunista (JUCO) en el Valle del Cauca y en los primeros años de 1960 fue su principal dirigente en ese departamento y uno de sus principales cuadros nacionales. Su capacidad política, de escritura de textos y especial carisma lo llevaron a ser reconocido líder político con notable desempeño también en la tribuna pública. Se le reconoce en tal sentido su proyección en Cali frente a dinámicas del movimiento estudiantil, de pobladores en lucha por viviendas y del ámbito popular.

En febrero de 1964, en el V Pleno del Comité Central de la JUCO, Francisco Garnica en calidad de integrante de ese organismo y secretario político del Comité Regional del Valle del Cauca presentó un informe titulado “Preparemos el asalto al poder”, en el cual sustentó una posición discrepante de la línea política establecida, con la propuesta de adoptar una estrategia revolucionaria de movilización popular e implementación de formas de lucha con perspectiva de la toma del poder político. El contenido de este documento que se correspondía con sus posiciones coincidentes con otros cuadros del Partido Comunista de Colombia (y de la JUCO obedecía a un intenso debate desarrollado desde el año anterior. Argumentó que el régimen político del Frente Nacional tendía a la fascistización con uso de represión, violencia y terrorismo contra los comunistas y movimientos que abogaban por cambios políticos y beneficios sociales; que había descontento e importante ascenso de las protestas populares;  y que la creciente abstención electoral respondía a creciente conciencia de la población que debía conducirse al boicot electoral, a  la vez que potenciar las autodefensas campesinas en rechazo a la violencia institucional hacia la lucha armada revolucionario para la toma del poder.

Ante el debate suscitado en este pleno de su dirección nacional la JUCO se dividió en dos sectores alrededor de las dos posiciones, de forma que según versiones recogidas el sector crítico y con la propuesta de enfoque revolucionario liderado por Francisco Garnica constituyó la mayoría. De forma paralela el debate y la ruptura entre las dos posiciones se había precipitado desde el año anterior y se acentuó ahora no sólo en los comités regionales del PCC sino de la JUCO, de forma que en varios regionales de ésta, especialmente de la región Caribe, pasaron a engrosar el sector que creó el PCC ML.

Hizo referencia al compromiso con esta posición de cuadros provenientes del PCC desde su CC, del Comité Regional de Antioquia en 1961, del Comité Regional de Magdalena y La Guajira en 1963 y del Comité Regional de Bolívar en 1964, así como de otros de estructuras partidarias del Valle, Cundinamarca, Bogotá, Santander, Norte de Santander, Boyacá y Huila; a la vez, estimó que cerca del 80% de la JUCO con presencia en numerosos departamentos también confluyó en este nuevo proyecto revolucionario. Destacó así mismo, la llegada a él de un número importante de líderes sociales, en especial de sindicalistas.

Francisco Garnica hizo parte de la mesa directiva del X Congreso del PCC ML, realmente su congreso fundador, junto con Pedro Vásquez Rendón, Pedro León Arboleda, Aldemar Londoño y Carlos Arias. Participó de manera destacada en los trabajos preparatorios y en la elaboración de documentos de línea, en especial trascendió su contribución con el documento “Hacia una política revolucionaria en materia de organización”. En él además de argumentar el papel central del “partido revolucionario de carácter proletario”, bajo los preceptos de la tradición marxista leninista, argumentó que desde 1959 había irrumpido al seno del PCC y la JUCO una tendencia “ML” que confrontaba las directrices, de forma que su principal propuesta era adoptar desde la directriz partidaria en todos los ámbitos de lucha “una estrategia revolucionaria para la toma del poder sustentada en la lucha armada”.

Garnica otros dos jóvenes dirigentes del PCC ML procedentes de la JUCO, Carlos Alberto Morales y Ricardo Torres, integrados en el Valle del Cauca a la dirección del trabajo partidario y preparación de condiciones para la irrupción del EPL en su zona montañosa con la comandancia de un experimentado líder campesino y de anteriores experiencias guerrilleras en la región, Jesús María Alzate, al desplazarse a la zona rural para asistir a una reunión en una vereda del corregimiento de Guacarí fueron interceptados por la Policía, capturados y entregados al Ejército. Los militares los llevados a la ciudad de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, de forma que en las instalaciones de la III Brigada del Ejército fueron torturados y luego asesinados, el 15 de diciembre de 1965.

El representante a la Cámara por partido Alianza Nacional Popular (ANAPO) Elías Salazar García denunció estos hechos, denunció que se trataba de un caso de tortura y homicidio contra tres jóvenes militantes de izquierda, quienes estaban indefensos y en condición de capturados por parte de la fuerza pública. En respuesta ante el Congreso el ministro de defensa, general Ayerbe Chaux, expresó que les habían aplicado “la ley de fuga” y pretendió justificar lo sucedido con el argumento de que se trataba de “militantes comunistas”. Posteriormente, el propio representante Elías Salazar murió baleado, en un atentado realizado en su contra al parecer como acto de retaliación por su valiente denuncia realizada de esta grave violación a los derechos humanos de responsabilidad estatal.

Ernesto Rojas (seudónimo de Jairo de Jesús Calvo Ocampo), quien posteriormente fue comandante general del EPL, explicó unos años después los hechos en los cuales fueron capturados, torturados y asesinados por el Ejército Nacional Francisco Garnica, Carlos Alberto Morales y Ricardo Torres, más allá de la brutalidad de la represión oficial, también como error en la forma de abordar al momento el tratamiento del trabajo político y la preparación de la irrupción del frente guerrillero previsto del EPL, por cuanto en tal momento el PCC ML tubo influencia de la tendencia “foquista”. Desde varias vertientes revolucionarias partidarias de la lucha armada, en varias regiones emprendieron proyectos guerrilleros, sin que necesariamente existieran condiciones para ello, sufriendo por tal razón dolorosos golpes en pérdidas humanos de valiosas vidas de jóvenes revolucionarios talentosos. Conclusión consignada en varios documentos de este movimiento insurgente.

Al consolidarse desde los años 70 la zona estratégica de actuación rural del EPL entre el sur de Córdoba y el norte de Antioquia, su Frente guerrillero llevó en su honor el nombre de Francisco Garnica, al igual que lo tomó el Comité Regional del PCC ML de esa misma región. De igual forma, el Regional del PCC ML en el Valle del Cauca llevó el nombre de Ricardo Torres y el Regional del Eje Cafetero el de Carlos Alberto Morales, al igual que fueron también denominadas con sus nombres varias estructuras políticas del PCC ML y militares del EPL, como forma también de rendirles homenaje. El Frente Francisco Garnica fue el frente madre de los demás frentes rurales del EPL que progresivamente surgieron en distintos departamentos del país entre los años 70 y 80, puesto que por lo regular sus comandantes y principales combatientes procedían de él o allí tuvieron formación en la sede de la Escuela Nacional de Combatientes del EPL, allí instalada.