BOROBIO ABÁSOLO, Josep Antoni / José Antonio (apodo: Pepe) (Port-Bou, Gerona, España, 3/4/1889 – San Juan, Argentina, c. 1946)
Periodista español de orientación anarquista, activo en Buenos Aires a comienzos del siglo XX, deportado a Santos (Brasil), luego activo en Montevideo (Uruguay), Río de Janeiro (Brasil) y Barcelona (España).
Nacido en Port-Bou, Provincia de Gerona, España, es el mayor de seis hermanos: Ángel, Julia, Ninfa, Fraternidad y Libertario. Migra con su familia a la Argentina, instalándose en la ciudad de Buenos Aires. Trabaja como empleado contable en el Ferrocarril Oeste y milita en las filas del anarquismo. Su sueldo contribuía al sostenimiento de su familia: su madre viuda y sus cinco hermanos menores. La familia vivía en la calle Saavedra 553, en el popular barrio porteño de Once.
La represión y estado de sitio que le siguieron a la muerte del Jefe de Policía Ramón L. Falcón (14/11/1909) sirvió de pretexto al gobierno argentino presidido por José Figueroa Alcorta para llevar a cabo una persecución contra el movimiento anarquista. Es así que siete años después de promulgarse la Ley de Residencia (noviembre de 1902), el nombre de «José Borobio, o Montichelli» (sic) aparece en los listados de activistas a quienes el gobierno argentino aplicaba la pena de deportación. Acusado en el decreto del 24/11/1909 de “peligroso para el orden público” por “su conducta habitual” según nota elevada por la Jefatura de Policía de la Capital.
Borobio es expulsado pero reingresa poco tiempo después al territorio argentino, siendo detenido por la policía. Un nuevo decreto del 19/11/1910 vuelve a solicitar su expulsión al reputarlo de anarquista por “sus antecedentes” según nota elevada por la Jefatura de Policía de la Capital en la que se ordena hacer efectiva la prohibición que refiere el artículo 1° de la ley n° 7029.
El caso de la deportación de Borobio alcanza estado público cuando en junio de 1912 el periodista Juan José de Soiza Reilly publica su foto y entrevista a su madre en la popular revista Fray Mocho en el marco de una nota sobre los anarquistas deportados del territorio argentino. Soiza Reilly informa allí que Borobio se encontraba entonces en el puerto de Santos, Brasil, «trabajando de fotograbador, con su amigo Giusti». Su madre quedó como único sostén de sus cinco hijos menores, debiendo trabajar como lavadora y planchadora de ropa.
En 1913 está instalado en Montevideo, donde integra -junto a Manuel S. Fandiño, José María Suárez, Eduardo García Gilimón y Antonio Marzovillo- la redacción del quincenario El anarquista (Montevideo, abril a septiembre de 1913), desde cuyas páginas combaten las tendencias anarco-batllistas de una fracción del anarquismo uruguayo.
En septiembre de 1913 asiste al 2º Congreso Operário Brasileiro que tuvo lugar en la sede del Centro Cosmpolita de Río de Janeiro, como delegado de la FORA argentina y la FORU uruguaya. Frente a las tesis sindicalistas de la neutralidad gremial, Borobio defendió la posición anarquista de dar amplia discusión política en los sindicatos, que expuso enseguida en un artículo publicado en Tierra y Libertad («Nuestros engaños», en: Tierra y Libertad, Barcelona, 15/10/1913) y en La Protesta («Del Brasil. El 2 Congreso de la COB», en: La Protesta n° 2068, Buenos Aires, 15/10/1913). Propone allí la creación de un Comité Internacional de Relaciones entre las centrales obreras anarquistas de América del Sur (la FORA, la FORU y la Confederación Obrera Brasileña) con sede en Río de Janeiro.
El 5 de febrero de 1914 firmaba en Río de Janeiro un artículo sobre la lucha obrera en Brasil para La Protesta de Buenos Aires («Del Brasil. La Protesta del 1 de febrero», en: La Protesta n° 2164, Buenos Aires, 14/2/1914, p. 2)
Según el testimonio de Juana Rouco Buela, Borobio fue su primer contacto cuando en 1914 desembarcó en Río de Janeiro: «Al encontrarnos, un abrazo grande y la sorpresa de nuestro reencuentro, con el consiguiente asombro de mi llegada a ésa. […] Borobio enseguida me presentó y me puso en comunicación con un grupo de compañeros que hablaban el castellano, y eso me facilitó mi estadía en Río donde ya me sentía más cómoda» (Juana Rouco Buela, Historia de un ideal vivido por una mujer, Buenos Aires, Reconstruir, 1964).
En enero de 1915 su amigo Alberto Ghiraldo publicaba en la revista Ideas y Figuras el proceso de verbal de Francisco R. Canosa de defensa judicial de Borobio por su doble expulsión de la Argentina («Proceso Borobio», en: Ideas y Figuras n° 121, Buenos Aires, 27/1/1915, pp. 5-7). Un mes después La Protesta publicaba su artículo antibélico «Militarismo y capitalismo» (La Protesta n° 2464, Buenos Aires, martes 9/2/1915).
En 1915 aparece en Barcelona, integrado en la CNT, la Confederación Nacional del Trabajo fundada en 1910. Frecuenta entonces el Centro obrero de Serrallonga de la calle Mercaderes, junto con Josep Godayol, Antonio García Birlán y otros cenetistas. Trabaja durante el día como redactor del suplemento de Solidaridad Obrera. Órgano de la Confederación Nacional del Trabajo (Barcelona, 1916-1939) y según el testimonio de Joan Ferrer (uno de sus compañeros de la redacción), por las noches se ganaba la vida en los teatros de Barcelona con un número de hipnotizador. Baltasar Porcel lo recuerda en sus memorias con el nombre del «José Marobio» y señala: «Era un individuo misterioso y, además, magnético. Al salir de la redacción iba a teatros a ganarse un dinero hipnotizando al público» (Baltasar Porcel, La revuelta permanente, Barcelona, Planeta, 1978, p. 174).
Asumió como director de Solidaridad Obrera en mayo de 1916 sosteniendo la postura antibelicista frente a la guerra. Fue detenido en diciembre de 1916 en vísperas de la huelga general. Pero dimitió a su cargo el 12 noviembre de 1917 cuando estalló la acusación de que había aceptado dinero de la embajada alemana por publicar artículos contra la intervención de España en la guerra. Borobio, en nombre de la Federación Local de Sindicatos Únicos, se había entrevistado en la primavera de 1917 con Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero y Vicente Barrio, delegados de UGT que lo acusaron de estar a sueldo de los alemanes. Tras regresar a Barcelona, el 24 de mayo se publicó un manifiesto firmado por Seguí, Miranda y Pestaña, donde apoyaban su actuación. A principios de 1918 sería llamado a comparecer varias veces ante el juez sin encontrarlo culpable. Pero Borobio dimitió de su cargo, asumiendo Ángel Pestaña la dirección del diario (Ángel Pestaña, Lo que aprendí en la vida, Bilbao, 1973, tomo I, pp.67-68).
Retornó a la Argentina, instalándose en la Provincia de San Juan, donde formó familia y volvió a ejercer el periodismo en el ámbito provincial.
En las elecciones de febrero de 1946 fue candidato a diputado por el Partido Laborista de San Juan, que apoyaba la candidatura presidencial del coronel Juan D. Perón.
Cómo citar esta entrada: Tarcus, Horacio y Margarucci, Ivanna (2023), “Borobio o Monticheli, José”, en Diccionario biográfico de las izquierdas latinoamericanas. Disponible en https://diccionario.cedinci.org.