KOZAK, Abraham

Hijo de inmigrantes judíos radicados en el Chaco, realiza sus estudios primarios y secundarios en la capital de la provincia, estos últimos en la Escuela Nacional de Comercio. Es uno de los fundadores del  Centro de Estudiantes Secundarios Chaqueños (CESCh) durante el gobierno peronista y  en 1957 presidente del Club Colegial, como se denominaba al Centro de la Escuela. 

Se afilia al radicalismo, militando en las filas del sabattinismo, específicamente en el ala que orientaba Santiago H. del Castillo, quien a partir de 1959 se pronuncia a favor de la Revolución Cubana, a contramano de la línea oficial de la UCR. En febrero de 1958 llega a Córdoba para estudiar abogacía e inmediatamente comienza a militar en la Unión Reformista Universitaria (URU), agrupación mayoritaria del Centro de Derecho.  A principios de 1962 es electo presidente de este organismo y en  septiembre del mismo año elegido consejero al Consejo Directivo de la Facultad por la izquierda reformista organizada en la célebre Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Por denunciar los negociados en los Institutos de la casa, es expulsado por la mayoría profesoral, no obstante lo cual el estudiantado lo elige un año después para el máximo cargo estudiantil: Conciliario al Consejo Superior de  la Universidad. Insiste en denunciar la corrupción y el nepotismo, por lo que es suspendido en su calidad de estudiante universitario por 30 meses y excluido del Consejo Superior. 

En esta etapa, bajo la influencia del grupo que editaba la revista comunista disidente Pasado y Presente (José Aricó, Héctor Schmucler, Oscar del Barco, Samuel Kiczkowski y otros), comienza a evolucionar hacia el socialismo, un socialismo independiente, de base estudiantil y orientación cubanista y latinoamericana, del que se constituye en caudillo indiscutido por varios años merced a su honestidad, su arrojo, su inteligencia y su simpatía personal. 

Es nombrado Presidente de la FUC en l964 y reelegido en l965. Durante su mandato se publicaron los Cuadernos de la FUC (entre otros, el “Discurso de Argelia” de Ernesto Che Guevara), se patrocinó al Teatro “El Juglar”, se fundó el “Cine Club 1918”, se reorganizó el “Comedor y Casa del Estudiante” y se organizaron importantes conferencias y mesas redondas con participación de figuras como León Rozitchner, John William Cooke, Jorge Abelardo Ramos, David Viñas, Juan José Hernandez Arregui, Pancho Aricó y otros. 

Junto con éste último y Gregorio Bermann, fundó la Editorial de izquierda EUDECOR (Editorial Universitaria de Córdoba), de la que fue Gerente administrativo y que editó obras como Televisión y Cultura de Masas de Theodor W. Adorno y El modo de producción asiático de Maurice Godelier. 

Terminado su mandato y cumplida la sanción, reinicia sus estudios, pero la policía le planta en su domicilio un peine con cinco balas de mauser y se lo detiene por tres meses. Consigue recibirse de abogado en noviembre de 1967 y se erige en defensor de presos políticos. En ese carácter defiende a dirigentes de las FAR, como Marcos Osatinsky, Alberto Miguel Camps y Alfredo Kohon; del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) como Juan Manuel Carrizo, y a sindicalistas de izquierda como René Salamanca, líder clasista del SMATA-Córdoba, pese a no compartir la ideología ni la metodología de la izquierda armada. En represalia, sufre tres atentados con bombas en su Estudio Jurídico en  enero y agosto de 1971.

Se acerca políticamente al Frente de Izquierda Popular (FIP) de Córdoba y actúa como su apoderado en los años 1972 / 1973. Es detenido  el 2 de diciembre de 1974, bajo el gobierno  peronista isabelino y  trasladado a la cárcel de Villa Devoto y luego al Chaco a una prisión de máxima seguridad. Tras casi un año de reclusión, ejerce la opción de exiliarse y sale para Venezuela. Regresa a la Argentina en 1984 y se radica en Buenos Aires. Su antiguo amigo de militancia fuquista, el ahora Gobernador de Córdoba Ramón Mestre lo designa  en 1995 abogado de la Provincia de Córdoba en la Capital Federal. En 1999, al ser nombrado Interventor Federal en Corrientes, el mismo Mestre lo lleva como miembro del  Superior Tribunal de Justicia de esa provincia.  

En diciembre de 2006 se le detectó un cáncer fulminante, que en  siete meses lo llevó a la muerte. Fue un orador vigoroso, pero no dejó obra escrita, como no fuera su cálido epistolario. Dejó dos hijos: Nicolás y Martín e infinidad de amigos en todos lados.